Con mi tía pilar en una boda

La hermana de mi madre tiene unas tetas que resucitan a un muerto. A mi, me mató de gusto.

CON MI TÍA PILAR EN UNA BODA

Quiero contarles la historia por la cual tras una serie de visicitudes terminé en la cama con mi tía, la hermana menor de mi madre.

En primer lugar me llamo Javier y tengo 19 años. En casa vivo con mi madre de 42, y mis hermanos, dos chicos de 22 y 20 y una hermana de 17.

Mi padre falleció hace 8 años. Luego está mi tía Pilar, Pili, de 34, separada y con dos hijos, de 5 y 3 años.

Los lazos entre mi tía y nosotros son muy fuertes, y sobre todo desde la muerte de nuestro padre y luego por su separación.

Todavía no les he hablado de mi tía. La verdad es que yo siempre la tenía presente en mis masturbaciones, ya que es muy guapa y además la tenía "a mano". Es morena, un poco más baja que yo, con aire de mujer elegante, ojos negros, pelo justo por encima de los hombros, siempre bien arreglado y unos labios perfectos. Cuando íbamos a la playa me fijaba siempre en los bikinis que se ponía, ya que siempre pensé que se tenía que comprar la braguita de una talla y el sujetador de otra mucho mayor. Y es que Pili tiene unas tetas impresionantes. Si bien nunca se las había visto al natural si suponía que tenía un pezón grande y oscuro, debido a que a veces los bikinis se trasparentaban. El que fuese grande, saltaba a la vista, como dos pitones desafiando la ley de la gravedad.

Un día llegó Pili a casa y nos preguntó a mis hermanos y a mí, si podíamos acompañarla a una boda, en Madrid, pasando el fin de semana, ya que tenía invitación para ella y su acompañante, y no quería ir sola. Mis hermanos no podían, pero yo sí.

-Pues entonces tú serás mi acompañante. Creo que más de una se va a morir de envidia

-No creo, todos dirán que qué suerte tiene ese chico con una mujer tan guapa

-Gracias, mi amor- dijo mi tía mientras me daba un beso en la mejilla.

El siguiente viernes por la tarde salimos de nuestra ciudad en tren con destino a Madrid. Durante el trayecto mi tía me dijo que debido a no se que tipo de feria había sido imposible conseguir dos habitaciones en el hotel, y que teníamos una doble, así que tendríamos que dormir juntos. Yo pensé que esa era mi oportunidad de tener a Pili cerca de mí.

Cuando llegamos ya era tarde, por lo que fuimos hasta el hotel. Dejamos las cosas, nos aseamos un poco y salimos a cenar. Luego a dormir. Yo esperaba al menos ver algo, pero Pili se puso un pijama y ahí se acabaron mis esperanzas. Un poco decepcionado me dormí.

Al día siguiente nos levantamos temprano para recorrer un poco lo que es el centro de Madrid, ya que la boda era a las ocho de la tarde. La idea era excursión por la mañana, comer algo ligero, siesta y luego arreglarnos para la boda.

Todo sucedió tal cual se había dicho, y cuando empezamos a arreglarnos mi tía dijo que ella se ducharía primero, ya que tardaría más que yo en arreglarse. Sacó su vestido del armario y lo colgó. La verdad es que era muy bonito, y a alguien como mi tía seguro que le quedaba muy bien. Cuando salió del baño iba con una toalla enrollada alrededor de su cuerpo. Se puso unas bragas negras, y luego se soltó la toalla.

Yo me quedé de una pieza. Le estaba viendo a mi tía las bragas y las tetas. Ella se dio cuenta y dijo.

-Joder, Javi, parece que no hayas visto nunca unas tetas. Dijo mientras se reía. Yo decidí que era mejor no abrir la boca, ya que en estos casos lo que se suele hacer es meter la pata.

Llegamos a la iglesia donde se celebraría la boda, pequeña, pero muy bonita. Luego nos dirigimos a uno de esos sitios dedicados a la celebración de bodas y otros acontecimientos. La cena estuvo bien, y luego comenzó el baile. Mi tía hablaba con muchas de sus amigas mientras yo me daba una vuelta por ahí para ver el panorama. Luego volví donde estaba mi tía, con su espectacular vestido. Me pidió que le trajera un whisky con cola. Me fui a la barra y se lo traje, junto a otro para mí. Me dijo

-Ten cuidado con lo que bebes que no quiero tener que llevarme a un sobrino completamente borracho al hotel

-No te preocupes, que es muy raro que me pase con la bebida

-Ya lo se, pero por si acaso.

La fiesta se animó y mi tía me dijo que fuera a bailar con ella y sus amigas, que desde que llegamos no paraban de hacer comentarios "es este tu novio?...me lo prestas un rato?...que chico tan mono…seguro que aguanta mucho…". Yo me ponía rojo y sonreía, mientras mi tía decía entre risas que qué más quisiera ella, pero que era su sobrino. Una de sus amigas dijo que con un sobrino así ella estaría dispuesta a cometer incesto. Pili dijo que era una burra.

Al tiempo la música fue más lenta y Pili se me acercó diciéndome que tenía que bailar con ella, que para eso era su acompañante. La rodeé tímidamente con mis brazos y empezamos a bailar. Ella me dijo.

-Puedes agarrarme un poco más, que no me voy a romper.

Dicho esto se pegó un poco más a mí. Yo en ese momento podía sentir como sus tetas se pegaban a mi pecho. Mi polla empezó a despertarse

-Vaya, vaya, Javi. Parece que alguien ha querido venir a la fiesta

-Lo siento, tía, pero es que

-No te preocupes, cariño, se que a tu edad eso es normal.

Seguimos un rato más, yo me tomé otro cubata, y mi tía dos o tres más. A las dos y media volvimos al hotel. Mi tía estaba con el punto justo, sin llegar a estar ebria, estaba contenta. En el trayecto hasta el hotel no paraba de hablar. Me dijo que se lo había pasado muy bien, que era un sol por haberla acompañado, que le había hecho mucha ilusión volver a ver a sus amigas

Cuando subimos a la habitación nos cepillamos los dientes y al volver mi tía se empezó a quitar el vestido delante de mí. Colgó el vestido en una percha, luego se quitó el sujetador y vino hasta donde yo estaba.

-Si te digo algo, me prometes nos decírselo a nadie.

-Claro, de que se trata.

-Entre la boda, la excitación de ver a mis amigas los cubatas, lo que han dicho mis amigas, como aquello de cometer incesto y sobre todo el notar como "te alegrabas al bailar conmigo", yo también me he puesto contenta, vamos, que estoy bastante cachonda

-Ya, y que quieres que haga?

-Supongo que deberías saberlo… eres un hombre, salvo que no te apetezca.

-Pili, la verdad es que me apetece desde hace mucho tiempo

-No se cómo, pero ya lo sabía.

Se acercó y me dio un beso en la boca. Yo le respondí. Luego la tomé por la cintura la puse en la cama, la besé apasionadamente, y luego me fui al objeto de adoración, sus tetas. Mi tía aceleraba su respiración

-Joder, nunca me había comido así las tetas.

-Quizá sea porque nadie ha querido comértelas tanto como yo.

-Sigue así, que vas a hacer que me corra como una perra, oh, si, mi amor, sigue chupando

Seguí comiéndole las tetas hasta que tuvo su primer orgasmo de la noche. La volví a besar en la boca, y luego le recorrí con la lengua gran parte de su cuerpo, hasta que llegué a su región genital. Ella todavía llevaba las bragas y yo los calzoncillos. Poco a poco se las empecé a bajar

-Esta es una frontera que no se si debemos cruzar. Soy la hermana de tu madre, y tú eres mi sobrino.

-Si, es cierto, pero ahora no soy tu sobrino. Soy un tío supervaliente que está con una mujer increíble que lo vuelve loco.

Ella respiró más profundamente. Yo terminé de quitarle las bragas, le separé las piernas y empecé a comerle el coño.

-Oh, diosss, Javi, que bueno. Si llego a saber lo que tenía tan cerca, no hubiese pasado tanta necesidad…sigue así, mi amor, cómele el coñito a tu tía. Joder, que gusto, creo que me voy a ir!...

Después de correrse por segunda vez esa noche, se acercó, me quitó los calzoncillos y comentó

-Ahora me toca a mí.

Inició una mamada que no podré olvidar mientras viva. Parecía una profesional en el arte de la felación. Después de un rato le comenté

-Tía, me voy a correr.

-No te preocupes

Así me corrí en su cara y en su pecho, mientras ella se admiraba por la gran cantidad de semen que salió.

-Es que no te puedes imaginar lo que he deseado este momento.

-Si guarda relación con la cantidad de leche que has echado, si que tenías ganas

Tomamos un aliento, y volví a la carga. Le besé el cuello a mi tía, mientras que con una mano le acariciaba su coño, perfectamente arreglado.

Ella suspiró de nuevo.

-Aún te quedan ganas

-No sabes cuantas

-Pues venga, que esto no ha hecho más que empezar

La besé de nuevo mientras la acomodaba para iniciar la penetración.

-Desde que me separé no he follado con nadie. Deseo tanto sentirte dentro…fóllame mi amor, dale placer a tu tía.

Empecé a penetrar su coño, tanto tiempo ansiado, hasta que avisé a mi tía que me iba a correr. Ella dijo que por favor le llenase el coño con mi leche, que lo deseaba mucho, y no quería que me saliese para correrme. Terminamos con un orgasmo bestial, casi simultáneo.

Desde entonces voy con más frecuencia a casa de mi tía. No sabemos si decidirnos a vivir juntos, ya que sería un gran escándalo en la familia, por lo que de momento mantenemos la relación en secreto, si bien creo que mi madre sospecha algo, ya que me ha preguntado muchas veces que pasó en Madrid