Con mi padre

Una fantasía tan real con mi padre.

Recuerdo muy bien la primera ocasión que vi a mis padres accidentalmente teniendo sexo, tenía 8 años y esa noche había tenido una pesadilla, así que me levanté y me dirigí hacia su cuarto, la puerta no tenía seguro y abrí muy despacio, al entrar, pude ver a mi mamá encima de mi papá, fueron pocos segundos pues se dieron cuenta de mi presencia y mi mamá bajó en seguida de el. Fueron apenas unos segundos que duró toda esa visión, el ver a mi madre arriba, el bajarse, el pene de mi padre completamente erecto, pero los tengo muy grabados, esos gemidos de placer, ese miembro erguido, grande, grueso del cual se veía perfectamente su silueta. Nadie habló del tema, nos limitamos a comentar mi sueño y me dejaron mis padres dormir esa noche ahí. Después, no se mencionó nada del asunto.

De ahí en adelante, fueron varias las ocasiones que los escuché y los vi por accidente, quedándome un poco más a disfrutar de esas escenas. Así mismo, en varias ocasiones también pude ver a mi padre desnudo, igual por accidente, y aunque fueron visiones rápidas, tenía muy claro que estaba muy bien dotado.

Fue cuando tenía 14 años, ya había tenido varias experiencias sexuales, cuando una madrugada me levanté por un vaso de agua, pues hacía mucho calor, pasé por el cuarto de mis padres, y pude escuchar los jadeos y gemidos de los 2, algo me inmovilizó ahí y me impidió seguir avanzando, me quedé escuchando todo imaginando el como estaría mi padre cogiendo a mi madre, como le enterraba su gran miembro una y otra vez, me mojaba con estas visiones que llegaban a mi mente y no pude evitar comenzar a tocarme, llevaba puesta una playera larga, la levanté y metí mi mano dentro de mi panty y con mis dedos acaricié mi vagina, ahogaba mis gemidos mordiéndome la mano que quedaba libre.

Después de un rato, vinieron esos gemidos, casi gritos mas fuertes por parte de mi madre anunciando ese orgasmo, seguidos por los de mi padre y acompañados por los míos, en ese momento me encontraba sentada, recargada en la pared al lado de la puerta. Escuché ruidos adentro, de que alguien se levantaba y me levanté como impulsada por un resorte y me dirigí a la cocina.

Ahí, tomé el vaso con agua por el que iba desde hacía rato, lo tomé y salí de la cocina, iba ensimismada en mis pensamientos, imaginando esas escenas de mis padres y recordando cada uno de sus gemidos y comentarios al estar haciendo el amor. Me quedé en la sala y me senté en un sillón, recargué mis brazos sobre mis piernas y cubrí mi cara con mis manos, no podía apartar esas imágenes de mi mente, imágenes que se mezclaban entre las que eran de mi fantasía, las que recordaba de cuando los había visto, y sobre todo, esas imágenes de la verga de mi padre. A pesar de haber tenido ya un orgasmo masturbándome, seguía bastante excitada. Estaba tan metida en mis pensamientos, que no me di cuenta cuanto tiempo pasó, ni en que momento llegó esa persona ahí delante de mi, solo sentí su presencia y su mirada, levanté mi cabeza y pude verlo ahí de frente a mi, era mi padre, estaba solo con una bata puesta y me veía dulcemente, no atiné que decirle, quedamos unos momentos en silencio, solo viéndonos, hasta que el con una sonrisa muy dulce en los labios me dijo:

sabía que eras tu quien estaba afuera del cuarto

pero… cuando… como supiste

te pude escuchar

pero… yo… - estaba muy nerviosa, muda de la impresión de saberme sorprendida

no digas nada hija, solo ven aquí, papá tiene algo para ti

al decir esto último, abrió su bata y pude ver su miembro semierecto frente a mi, al tiempo que con una mano sobre su cabeza me dirigía hacia el, no lo pensé, solo me dejé llevar, cerró los ojos y entre abrí los labios, como si fuera a darle un beso a alguien, y de repente ahí lo tenía, rozando mis labios, ese pene que en algunas ocasiones había visto, ese miembro que varias veces había imaginado, esa verga exquisita que muchas veces había tratado de adivinar cual era su sabor, que se sentiría tenerla dentro de mi, ahora ahí estaba, para mi, la sentí en mis labios, la rocé con mis nariz deleitándome con su olor, ese olor a verga mezclado con los jugos de la vagina en donde acababa de estar, la acaricié con mi lengua, disfrutando su sabor, hasta metérmela por completo en la boca, la empecé a chupar con fuerza, recorriendo cada milímetro de ella, de esa verga morena, grande, gruesa, exquisita, oía los gemidos y los comentarios de mi padre, pero no le contestaba, pues no quería sacarme ese instrumento de la boca, no quería perderme ni un segundo de esa fantasía que se me estaba cumpliendo esos momentos. A cada lamida, gemido de mi padre, palabra de el, mi excitación subía aun mas, podía notar mi panty completamente empapada por mis jugos

ah… eso es mi niña… chúpala toda… disfrútala… que rico lo haces

escuchaba a mi padre decirme al tiempo que sentía su verga completamente dura, esa cabeza hinchada que con trabajos me la podía meter a la boca y que la sacaba para limpiar con mi lengua toda la babita que le salía y después recorrer todo ese miembro con mi lengua, desde la punta hasta la base, hasta sus bolas, y regresar nuevamente a meterme esa cabecita en mi boca. No se cuanto tiempo duré así, perdí la noción de este, hasta que mi padre apartó mi cabeza de su pene con sus manos, hizo que me pusiera de pie frente a el, rozó mis labios con los suyos, quitó mi playera y se la puso sobre los hombros como si fuera una toalla, me dio un beso en cada uno de mis senos y después me cargó como si fuera su niña chiquita y caminó conmigo entre sus brazos hasta mi habitación, prendió la lámpara que tengo en el buró y me depositó en mi cama, me recorrió toda con su mirada mientras se despojaba de su bata, fue hacia los pies de la cama y por ahí subió besando mis piernas, por la parte interior de mis muslos, cuando llegó a mi panty fue en seguida hacia la parte de arriba y la empezó a bajar, descubriendo poco a poco mi escaso vello púbico, mi vagina. Cuando terminó de deslizarla hacia fuera, en seguida metió su cabeza entre mis piernas y empezó a comer mi panochita, primero recorriéndola con su lengua varias veces, hasta llegar a mi clítoris, donde siguió chupando, mientras sentía como 2 de sus dedos se abrían paso por mis labios vaginales, introduciéndose en mi, estaba loca de placar, me arqueaba hacia el, sentía sus caricias, le tomaba los cabellos, no paraba de jadear, de gemir

ahhhhhhhh… asíiiiiiii… ahhhhhhh… mmmmmmm

no tuvo que pasar mucho tiempo para que viniera ese delicioso orgasmo, unas contracciones deliciosas, sentía una infinidad de sensaciones en mi cuerpo, el cual se arqueaba como impulsado por resortes, no podía articular palabra alguna debido a mi excitación, y mi padre en lugar de parar, mas se motivaba y clavaba sus dedos con mas fuerza dentro de mi, al igual que chupaba con mas intensidad mi clítoris, succionándolo, mordisqueándolo. Cuando pude hablar solo le pude decir

yaaaaaaa… hazme ahhhh tuyaaaaaa… te quiero sentir

mi padre se incorporó y se puso de rodillas frente a mi observándome, tomó una almohada, con una mano levantó mis caderas y con la otra la acomodó debajo de mi cintura, se inclinó a besar mis pezones, primero uno y luego el otro, les dio algunos lengüetazos, suaves succiones y mordiscos, mientras yo con mi mano buscaba su pene y lo llevaba hacia mi, cuando estuvo la punta en la entrada de mi vagina, me miró a los ojos y me dijo

cuanto he esperado esto mi niña

en seguida me lo clavó todo, estuve apunto de gritar, pero este grito fue callado por su boca que se apoderó de la mía con un largo beso, un beso que disfruté demasiado, tenía mi boca cubierta por la suya, su lengua casi en mi garganta, jugando con la mía, lo tenía abrazado, una mano por la espalda, y con la otra acariciaba sus cabellos, sentía su torso desnudo presionando mis pechos, su vientre con el mío, su vello rozando el mío y esa enorme y hermosa verga dentro de mi panocha, toda mía, todo el era mío en esos momentos, la sentía toda dentro de mi, movía sus caderas en círculos, y yo hacía lo mismo con la mía, en círculos opuestos, después empezaba ese ir y venir, entraba y salía una y otra vez, sus manos recorrían mi cuerpo, mis piernas, mis pechos, mi cara la acariciaba dulcemente también, sus labios recorrían mi boca, mi rostro, mi cuello, mis tetas, sin dejar de moverse, de cogerme, de hacerme suya. Sin salirse de mi, se dió la vuelta, tomándome por la cintura y llevándome con el, quedé yo encima y comencé a cabalgarlo, me movía de arriba hacia abajo, de atrás hacia delante, en círculos, siempre guiada por sus manos sobre mis nalgas, que dirigían mis movimientos, cuando mi orgasmo se acercaba, el lo notó, empujó mas hacia mi para clavarme toda su verga, apretaba mis nalgas fuertemente, a la vez que también el se levantaba un poco y yo me inclinaba hacia para que mordiera mis pechos, vino esa oleada de sensaciones, de placer, ese orgasmo exquisito, delicioso, con esa maravillosa verga dentro de mi

ahhhhhhhh… que… ri..ahh… cooooooooo…. Asíiiiiiiiiii

disfrútalo mi niña… aqui esta tu papi para hacerte feliz… para hacer feliz a su putita

siiiiiii… soy ahhhhhhhh tu niñaaaaaaa… tu putitaaaaaaaa ahhhhhhhh

no cabía de placer, a esa edad ya eran varias vergas que me había comido, ya eran varios los que me habían cogido, pero nunca como lo estaba haciendo mi padre. Ya no me importaba nada, el placer me cegaba. Cuando terminó mi orgasmo, me hizo que me pusiera en cuatro, el tiempo que tardó en volvérmela a meter se me hizo eterno

yaaaaaaa… dámela

pídemela mi niña

métemelaaaa… yaaaaaa no aguantoooooooo… dame tu vergaaaaaaaaaa… cogemeeeeeeeee

me tomó por las caderas y me jaló hacia el clavándomela toda otra vez, nos movíamos los 2, no paraba yo de gemir, de decirle que rico me cogía, que muchas veces había soñado con esto, y el me decía lo mismo, que mucho tiempo había fantaseado con meterme la verga, que era su niña, su putita, mientras acariciaba todo mi cuerpo, mis nalgas, mis pechos, mi espalda y con una mano empezaba a estimular mi ano, comenzaba a meterme un dedo y me decía que me la iba a dar por el culo, a lo cual yo le decía que si, que podía hacer conmigo lo que quisiera. No tenía noción del tiempo ni de lo que pasaba, solo disfrutaba el momento, creo que fueron 3 dedos los que llegué a tener en mi ano, hasta que los sacó de ahí y también su verga de mi vagina, hizo que me recostara así sobre la cama y que levantara mis nalgas, con mi cara clavada sobre el colchón, abrí mis nalgas para el y empecé a sentir ese gran trozo de carne que tenía por verga como se iba metiendo poco a poco en mi culito, ya antes me habían cogido también por ahí, pero nunca me habían metido una verga tan gruesa como esa, le costaba un poco de trabajo entrar y me dolía, pero lejos de querer parar, en medio de gemidos y quejidos, empujaba mis nalgas hacia el para que la clavara, pude sentir como me desgarró, pero no me importó, me salió una lagrima y mi padre se dio cuenta

te duele mi niña?

Mmmmfgg si

Nunca te lo habían metido por aquí??

Si papi ya… perdón… pero nunca una tan grande como la tuya

Por que pides perdón mi nena

Por que mmmmmmmfggg ahhh hubiera querido que tu fueras el primero

Mientras hablábamos, su verga se clavó por completo en mi, sentía mucho dolor, pero también mucho placer, mucha excitación, mis lagrimas corrían

te duele mucho princesa??

Mmmmmmggff sii papi

Te la saco???

Mmmmmgfff nooooo ahhghggg también me gusta… mmmmfggg me encanta

Se movía despacio, pero constantemente, me iba acostumbrando a ese dolor, y lo disfrutaba mucho, pasó su mano por debajo de mi cadera y empezó a estimular mi clítoris, me movía yo con el, hacia el

me falta poco princesa ahhhhhhhh

dámela papiiiiiiii

siiiii te la voy a dar mi putitaaaaaaaa

empezó a acelerar sus movimientos, mis lágrimas corrían, junto con mis gritos de placer, era se mezcla deliciosa entre dolor y gozo, el movimiento de sus dedos sobre mi clítoris también se hizo mas rápido, hasta que sentí como se detuvo dejando toda su verga dentro de mi, clavó sus manos en mi espalda y sentí como mi culito se empezaba a llenar con leche, sentí su verga palpitar dentro de mi, yo bajé mi mano hacia mi clítoris, moviendo mis dedos y mis caderas al mismo ritmo, alcancé un orgasmo mas, delicioso, sentía riquísimo, esas contracciones, mi cuerpo todo se estremecía, pues a cada contracción, apretaba su verga con mi culito, como si lo estuviera exprimiendo, gritamos, gemimos. Se recostó sobre mi sin salirse, nuestros sudores se mezclaban, nuestras respiraciones se confundían. Quedamos un rato así, hasta que su pene fue tomando su tamaño normal y se salió solo de mi, se recostó al lado mio

muchas veces imaginé este momento. Me digo

yo también papá, no sabes cuantas

espero no sea la última princesa

igual yo papito

desde hoy eres aparte de mi niña, también mi putita

si papi, solo tuya, de nadie mas

es hora de irme princesa

me dio un largo beso y se levantó, tomó su bata y yo me acomodé entre las sabanas, me arropó y me dio ahora un beso suave, tierno, en la frente y después uno en los labios, solo rozándolos con los suyos, apagó la lámpara y salió de la habitación, casi en seguida me quedé dormida, así, completamente desnuda y sintiendo su leche escurriendo por mi ano.

Al otro día desperté muy temprano, era de madrugada aún, con mucha incertidumbre por lo que había pasado, me destapé y pude ver que tenía mi playera puesta, no me explicaba lo que pasaba, a un costado de la cama vi mi panty tirada, olí mis dedos y tenían mi aroma, los de ambas manos, volteé a la cama de a lado y pude ver a mi hermano ahí dormido, deslice mi mano hacia atrás de mi y no noté nada raro entre mis nalgas, llegó esa especie de decepción y melancolía al darme cuenta que solo había sido un sueño, un sueño que había sido tan real, me levanté y fui a la cocina por ese vaso de agua con el que todo había empezado, me fui a la sala y me senté, esperando que todo se hiciera real, mientras estaba ahí, las imágenes venían a mi cabeza, después, comprendí que todo eso era solo una fantasía, un sueño, y me dirigí nuevamente a mi cama, donde me masturbe otra vez, como tantas otras veces lo he hecho, pensando en mi padre.