Con mi novio en el gloryhole
Una pareja joven decide ir a un gloryhole para probar nuevas experiencias, pero en la oscuridad de esos sitios a veces ocurren equivocaciones muy morbosas y placenteras
Hola, me llamo Daniela, soy una joven de 23 años, soy muy activa sexualmente, pero mi novio es un poco paradito, es decir, un soso en la cama. Tras mucho tiempo intentándolo por fin he conseguido convencerlo para empezar a probar cosas nuevas. Yo soy rubia, mido 1,70, buen cuerpo delgado y trabajado en el gimnasio, con buenas piernas y un buen culazo que siempre luzco con unos leggings apretados. Mis tetas son bastante grandes, una talla 100, grandes y bien puestas. Mi novio se llama Jorge, tiene 25 años, mide 1,80 es delgado y fibradillo, sin llegar a estar cachas. Su polla no es enorme, pero sabe manejarla, unos 16cm gordita, circuncidada y con buenos huevos.
A mi me gustaría hacer un trío con dos tíos, hacer una orgía o ir a locales de intercambio de parejas, pero creo que es demasiado pronto para él, es mejor empezar poco a poco para que no se asuste y le vaya cogiendo el gusto. Para empezar suave, lo he convencido para que vayamos a un sexshop, de esos que tienen cabinas con gloryholes, ponernos en cabinas contiguas y mamársela a través del agujero en la oscuridad, sin ver nada ninguno de los dos.
Ya se que es algo muy suave, pero creo que puede molar, como un juego, una fantasía de mamársela sin velo, creo que puede ser algo morboso y una buena introducción a este mundillo.
Por suerte, aquí en Barcelona, donde vivimos, hay muchos de estos sexshops. Elegimos uno que está por el centro, un sexshop que yo ya había visitado en otras ocasiones. Entramos y tras saludar al dependiente, nos dirigimos al fondo del local. Allí había un pasillo oscuro con cabinas a ambos lados. Prácticamente no se veía nada, solo una pequeña luz roja sobre cada una de las puertas. Si la luz estaba apagada significaba que la cabina estaba vacía, si estaba roja es que estaba ocupada.
Encontramos dos cabinas vacías y contiguas a la mitad del pasillo.
- Venga cari, es la hora de pasarlo bien -Le dije con voz sensual mientras acariciaba el bulto que se dibujaba por debajo de sus pantalones-
- Venga vale, en menudos líos me metes.
Nos metimos cada uno en una de las cabinas y cerramos las puestas con pestillo. Para estar en esas cabinas solo había una norma, mientras estuvieras dentro, tenías que meter monedas cada cierto tiempo en la máquina para que se encendiera el porno de la pantalla. Si la pantalla se apagaba y no echabas una moneda, el dependiente te llamaría a la puerta para que te fueras.
Yo metí la moneda y se encendió la pantalla, mostrando un video porno en el que una chica blanca chupaba una enorme y venosa polla negra. A cada uno de los lados de mi cabina había una pequeña puertecilla. Abrí la de mi izquierda, que es la que conectaba con la cabina de mi novio. A través del agujero pude verle.
Mi novio ya estaba viendo el porno con la polla en la mano.
Yo acerqué mi cara al agujero y saqué mi lengua. Pude escuchar como mi novio se levantaba de la butaca y se bajaba los pantalones. Un segundo después sentí el tacto de su glande contra mi lengua. Empecé a besarle la polla y a pasar mi lengua por toda su longitud. Comencé a succionar cada vez más fuerte y a mamar metiéndola y sacándola por completo, empalando mi boca con ella en cada movimiento.
Era una situación súper morbosa, en la oscuridad mamando polla, casi sin ver nada y con el porno a tope de volumen. En ese momento la tele se apagó, era hora de poner más monedas. Dejé de mamar me levanté y saqué una moneda del bolsillo, la última que me quedaba. El porno volvió a encenderse. Ya que estaba de pie decidí ponerme más cómoda así que me desnudé por completo. De esa forma, podía mamársela a mi novio mientras me masturbaba.
Me senté en la butaca y pude ver como mi novio también introducía otra moneda en su tele. Yo, ya ansiosa por volver a ponerme a mamar polla, metí la mano por el agujero haciéndole un gesto de que se acercara. Saqué la mano y vi como él metió por completo su polla en el agujero, con huevos y todo.
Yo a la ve que me perforaba el coño con mis dedos, em puse a succionas sus pelotas mientras le pajeaba con mi mano libre su polla. A pesar del volumen del porno, se podía escuchas claramente los ruidos de succión que provocaba mi boca en las pelotas de mi chico.
Después, volví a centrarme en su polla. La agarré fuerte con mi mano y me di golpes con ella en la cara, sintiéndome aún más puta, como una sucia chupona en esa oscura cabina cargada de lujuria. Me metía esa polla hasta el fondo de mi boca autoformándomela, intentando provocar el máximo placer posible a mi novio. Podía notar como su polla cada vez estaba más hinchada y babosa, lo mismo pasaba con mi coño que estaba totalmente inundado, cada vez que frotaba mi clítoris notaba una fuerte descarga de placer que provocaba que chupara más fuerte esa polla en busca de la deliciosa descarga de lefa. Justo en el momento en el que parecía que nos íbamos a correr, el porno se paró.
- Mierda, jóder -Escuché decir a mi novio-
- Cari, se me han acabado las monedas, corre y ve a por cambios - Le dije con mi boca y coño babeando-
- Ok ahora vuelvo -Dijo subiéndose los pantalones-
A los pocos segundos escuché como la puerta de la cabina al lao se volvía a cerrar. Escuché como se bajaba los pantalones y una polla asomó por el agujero. Con la oscuridad, no podía verla muy bien, la agarré y me la metía en la boca, continuando con la mamada.
- “Pues sí que le está gustando, la tiene más gorda que nunca” -Pensé mientras mamaba el supuesto rabo de mi novio.
Fui aumentando el ritmo de la mamada y el de mi mano masturbando mi coñito que ya estaba totalmente encharcado y a punto de correrme. Yo me empecé a meter esa polla asta el fondo de la garganta y noté como empezó a convulsionar llenándome la boca de semen caliente, corriéndose sin avisarme. Yo en ese momento también me empecé a correr, salpicando la pantalla de la cabina con mis flujos vaginales y gimiendo como una loca.
Cuando me relajé, escuché como mi novio, o el que creía que era mi novio, estaba saliendo de la cabina.
- “Qué raro que se vaya tan pronto y sin decirme nada, podría esperarme a que me vista” -
Empecé a subirme las bragas y a limpiarme la boca con papel cuando volví a escuchar la puerta de la cabina de al lado cerrarse.
- Ya estoy aquí cariño, perdona por tardar, es que el dependiente estaba atendiendo a un cliente.
- Joder -Dije de forma instintiva
“Menudo fallo jeje, se la he chupado a otro, ya decía yo que esa polla era más gorda. Pero como se lo diga este no va a querer volver a probar cosas nuevas.”
- No pasa nada cielo, he estado entretenida con el porno, venga pon la polla, vamos a terminar lo que hemos empezado.
Metió la polla por el agujero y me puse a mamar como una loca, durante unos pocos minutos, mamando, succionando y agarrando sus pelotas hasta que las exprimí derramando todo su contenido en mi boca.
Al salir a la calle me dice:
- Joder Daniela, no ha estado mal, me gustaría repetir
- Cuando quieras
- Y me has sacado una buena corrida, creo que te has empachado de lefa jejej
- No sabes cuánto cielo -Le dije riéndome-
La primera experiencia en el mundo liberal, algún día le contaré todo lo que pasó allí dentro, pero mejor más adelante.