Con mi maestro... ♥ En la fiesta de disfraces ♥

Aun sentía escalofríos, al recordar aquella majestuosa verga que rompió mi culo y se robo mi virginidad y mi inocencia, el aliento suave de aquel hombre desnudo y sudoroso recargado sobre mi espalda. Empezaba a mojarme solo de pensar en la delicia que sería volver a tener un hombre detrás de mi...

Aun sentía escalofríos, al recordar aquella majestuosa verga que rompió mi culo y se robo mi virginidad y mi inocencia, el aliento suave de aquel hombre desnudo y sudoroso recargado sobre mi espalda. Empezaba a mojarme solo de pensar en la delicia que sería volver a tener un hombre detrás de mi, rompiéndome el alma en pedazos con su trozo de carne; esa primera experiencia marco mi vida, pero me dejo deseosa de sentir aun mas placer de aquel que había sentido. Habían pasado un par de meses desde entonces, mi vida transcurría tranquila, cada vez que tenia la oportunidad estando sola en casa, vestía mis prendas femeninas, y usaba mis zapatos altos de tacón desfilando por mi habitación, fantaseando con volver a tener a un hombre para mi.

Se acercaba la fiesta de disfraces de halloween de la secundaria, yo estaba algo inquieta, pues quería probar ir ahí con un disfraz de chica, sentía miedo de ser descubierto y que mis compañeros se dieran cuenta de mi pasión secreta y mi deseo de ser una niña. Aún así busque la forma de conseguirme un disfraz bastante atractivo y perspicaz, un disfraz de colegiala, pero no cualquier colegiala; aquellas prendas eran bastante femeninas, sensuales y muy provocativas. La faldita era corta con olanes y pliegues de cuadritos rojos y blancos, y solo un pequeño top en la parte de arriba sujetado por el frente con un pequeño moño formado con la prenda. Busque entre mi ropita y logre encontrar un bra rojo de triangulitos pequeños y tela transparente, y una tanguita pequeña color blanco también transparente.

Seguramente luciría hermosa, la fantasía crecía cada vez mas en mi cabeza y mis deseos por acudir se incrementaban siempre que pensaba en eso, sin embargo aun quedaban algunos detalles;  tenía unos tacones altos, de charol rojo reluciente, aprendí a hacerme un peinado con coletas, ya que mi cabello es lo suficientemente largo, y una vez maquillada lucía hermosa.

Llegado el día me arme de valor, y fui a la fiesta de disfraces, entre y me perdí entre la gente, bastante nerviosa al principio, sin embargo me tranquilice al darme cuenta que mi belleza atraía bastantes miradas, tanto de estudiantes como de maestros, que no podía evitar mirar a una chica tan sensual. Por mi corta edad la falta de senos no era un problema, pues muchas chicas aun tenia unos senos muy pequeños, y yo pasaba desapercibida. Comencé a bailar entre la gente, despistada tratando de divertirme y una vez que tome confianza seguí meneando mis caderas por la pista, olvidándome de todo por completo, reaccione de mi sueño una vez que vi a mi maestro favorito mirándome fijamente, me sentí apenda, por que el no sabia que era yo vestido como chica, sus ojos no se apartaban de mis nalgas, mis faldita corta se movía al ritmo de mis caderas, y el debía fantasear cientos de cosas al mirar a tan sexy niñita.

Sin darme cuenta la que fantaseaba era yo, podía estar con el; con mi profesor favorito, ese día era una nena hermosa, capaz de conquistar a quién yo quisiera. Así que comencé con un juego muy peligroso, me acerque ofreciéndole algo de comer, lo tomo con gusto y platicamos un poco, se me ocurrió una idea bastante perversa, aunque no creí que funcionaria. Le pregunte si el tenia una llave de la sala de maestros, pues en ese lugar había un sofá muy cómodo y quería recostarme un momento, ya que me sentía mal. El me dijo que la tenia, y que si quería podía acompañarme, caminamos juntos hasta el lugar, mi excitación crecía rápidamente, fantaseando en que me hiciera suya en aquel lugar. Entramos y me recosté en el sofá, el se puso de rodillas frente a mi rostro y toco mi frente en un gesto tierno, preguntándome que era lo que sentía, tímidamente le dije que sentía un poquito de calentura, que si el sabía como quitármela, pude notar que sonrío apenado, y sin darle tiempo de reaccionar estire mi mano hasta tu miembro, acariciándolo por encima de su pantalón; el se quedo quieto mirándome a los ojos, tome eso como una afirmación a continuar así que seguí sobando su miembro por unos segundos sintiendo como su erección creció rápidamente.

Se aparto del sofá, diciendo que quizá sería mejor que me dejará descansar, pero yo le pedí que se quedará conmigo, y me disculpe por lo que hice. No te preocupes corazón, no pasa nada. En ese momento creí que mi plan no funcionaría, pero estaba decidida a acostarme con el, como quiera que fuese, así que intente algo completamente atrevido, tome su mano y la puse en mi abdomen, preguntándole si sentía el calorcito de mi piel, que estaba ardiendo y el podría ayudarme, parecía mas nervioso que excitado, y a decir verdad también yo lo estaba; lleve su mano por mi cuerpo hasta mis piernas, dejándolo acariciarme suavemente, lo mire a los ojos y le dije directamente, cierra la puerta nadie podrá vernos. Se puso de pie rápidamente, y fue hacia la puerta para salir, pero se detuvo antes de hacerlo y volvió la mirada, tome el moño de mi top y lo deje caer al suelo mostrando el pequeño bra que llevaba... al verme no pudo contener su excitación, cerro la puerta y se acerco a mi.

Se sentó en el sofá a mi lado, y me lance intempestivamente sobre él, guiándolo para recostarse en la recargadera, me coloque de rodillas en el sofá frente a él, y en un gesto tierno sobe mi mejilla en su entrepierna, su miembro aun permanecía duro atrapado bajo su ropa, mi nariz rozaba suavemente sus testículos y su miembro, en ese momento mi excitación creció a un punto inimaginable, olvidándome de todo... deslice el cierre de su pantalón y comencé a lamer aquel delicioso pene sobre su bóxer, humedeciendo por completo su prenda, hasta que me decidí a liberarlo, su verga salió de golpe, lo mire a los ojos y lo vi perderse en aquel momento, cuando mis labios se posaron suavemente sobre la punta de su pene besándolo como si fueran unos carnosos labios, mi lengua daba suaves lamiditas en la base de la cabeza, mientras mis dedos rasguñaban de una manera muy sutil sus testículos.

Continué jugueteando con aquel pene duro, el pene duro de mi maestro favorito, deje que mis labios se apretaran fuertemente en la punta y baje mi cabeza, sintiéndolo deslizarse entre mis labios, mi lengua áspera y húmeda, apoyaba su miembro por debajo al entrar hasta lo mas profundo de mi boca. Chupaba  aquella verga de una forma majestuosa, sus gestos lo decían, había estado practicando con muchos objetos parecidos a un pene, pero esa sensación era maravillosa para mi, tener un pene caliente de verdad en mi boca, a punto de estallar por mi magnifico trabajo, me hacía sentir orgullosa, y llena de placer y excitación que crecía constantemente.

Mis nalgas se meneaban de un lado a otro, me encantaba moverme con una pequeña niña traviesa, provocando a mi hombre, lo tenía ahí para mi, para hacer con el a mi antojo, pero sabía que no podría ofrecerle lo que el seguramente quería, un coñito tibio y húmedo para clavar su verga hasta venirse dentro de mi. Así que apresuré mis movimientos, subía y bajaba por su miembro con rapidez, sintiéndolo entrar y salir por completo de mi boca, mis labios chupaban y chupaban sin parar, cuando sentí que su pene comenzó a palpitar lo saque de mi boca y espere unos segundos, después lo atrape con mi boca de lado, dejando que mi lengua lo recorriera, esta vez sin meterlo en ella... baje, hasta lamer sus testículos con mi lengua, mi mano masajeaba muy suave su pene, el debía estar deseando terminar, lucía ansioso por venirse o por follarme. Tome su cabezita con tres de mis dedos, sus fluidos dejaban que el masaje que le daba fuera muy placentero, y continué lamiendo y besando sus testículos, hasta sentirlo tener un orgasmo, tape el orificio de su pene con mi dedo apretándolo durante todo el orgasmo, él comenzó a gemir lo cual me hizo sonreír, y deje que al final su semen de derramara entre mis dedos y su miembro, comí el semen que quedo en mis dedos chupándolos, y al final limpie su pene a lamiéndolo.

Tomo ambas coletas de mi cabello con sus manos y me acerco hasta él, tomando mis labios en un beso delicioso, sentí su lengua invadir mi boca repentinamente, devoraba mis labios con pasión, hasta que poco a poco fue cediendo en sus besos, y nuestros labios se separaron... En ese momento quise levantarme y salir de ahí, sabiendo que había terminado mi labor, pero el me detuvo; a donde vas mi niña, dijiste que tenías calentura, ahora me dejas que te la quite bebé; mi piel se heló al escucharlo decir eso, por que entonces se daría cuenta de que en realidad no era una chica...

Se puso de pie y me llevo de nuevo hasta el sofá, dejándome a gatas, se coloco detrás de mi y rápidamente subió mi falda dejando al descubierto mi tanguita.. reaccione en ese instante, y tome sus manos con las mías, para que sujetara mis caderas, lo guie en mi juego, moviendo mis nalgas para que su vista se fijara en ellas y no pusiera cuidado en lo que había mas abajo, recorrí un poco mi tanguita, dejando al descubierto mi ano, y cuando él se acerco a mi con su miembro yo lo tome con mi mano y lo dejé justo ahí... en la entrada de mi culito, moví mis nalgas hacía él, sintiendo como aquel miembro se abría paso separando mi carne, y dilatando mi esfinter rápidamente, me clave aquella verga de golpe, yo sólita me lo metí hasta el fondo, y deje mi mano ahí sujetándolo para que no se moviera de lugar.

Empezó a moverse, empujando su pene contra mi culo, muy tosco y muy rápido, por suerte su verga estaba flácida cuando me la clave, pero no tardo en crecer por la rapidez de sus movimientos y lo apretado de mi culito, después de todo apenas era mi segunda verga. Yo comencé a gemir, mas para distraerlo que por placer, y al parecer funciono, tomo mis caderas y su faena furiosa contra mi cuerpo, sus piernas chocaban en mis nalgas empujándome contra el sofá, en ese momento me excite bastante, deje de preocuparme por que se diera cuenta a quien se follaba, sabía que ya no le interesaba un coñito mojado, para que quería uno, cuando tenía el culito apretado de una estudiante, clavado por su dura verga.

Continuo moviéndose de esa manera casi furiosa, rompiéndome en pedazos con cada fuerte penetración, hasta que de repente se detuvo en seco, y me saco la verga del culo, creí que intentaría metermela por donde no podía, y volví a asustarme, pero solo me tomo cargándome con sus brazos, se sentó en el sofá y me hizo sentarme sobre el de frente, tome su pene otra vez y volví a metermelo ahí detrás. Me sonrío diciendo, te encanta por detrás verdad putita, le devolví la sonrisa, apoye mis manos sobre su pecho, y empecé a menear mis nalgas, primero de una manera suave, se quedo quieto dejando que me moviera, hasta que comencé a levantar mis caderas, dejándome caer sobre su verga, una y otra vez, lo sentía romperme el culo en pedazos, cada vez que bajaba y cuando subía no hacía mas que desear bajar...

Esta vez fui yo quién se dirijo a sus labios, besándolos intensamente, dejando que metiera su lengua en mi boca, me entregue a el, demostrándole que le pertenecía. Seguí moviéndome por un largo rato, hasta que sentí que mi culo se acostumbro al tamaño de su pene, entonces lo dejaba salir por completo, para clavarme de un solo golpe hasta el fondo su trozo de carne, jadeaba por lo exquisito que era sentirlo entrar durisimo hasta mis entrañas, me vengo me dijo desesperado, me vengo... me detuve en seco dejando solo la cabeza clavada en mi culito, su verga palpitaba derramándose lentamente dentro de mi, llenandome el culo con su semen caliente.

Me quede quietecita por un rato, hasta que me indico que bajara, me dolía la cola, pero estaba satisfecha por que conseguí que me follara, sin darse cuenta de quién era en realidad, el creía que había sido alguna alumna de la escuela, su fantasía y la mía terminaron haciéndose realidad, se puso de rodillas frente al sofá, yo permanecía sentada... tomo mis pies y los beso al igual que mis tacones, he disfrutado mucho contigo preciosa, follas como una diosa, me tienes rendido a tus pies; para quitarte la calentura siempre que quieras... mi niña ♥