Con mi hermanita
Como con 19 años, descubro el sexo con mi hermana de 18.
Primero me presentaré. Me llamo Nacho, y ahora tengo 18 años. Todo esto que les voy a contar ocurrió hace escasamente un año. Yo nunca he sido de tener impulsos sexuales incontrolados, es mas, he de admitir que hasta pasados los 15 años, aun no me había masturbado nunca, pues no había sentido ni curiosidad ni necesidad alguna de hacerlo. Como vivimos en una casa no demasiado grande, y somos tres hermanos, mi hermana mayor tiene 22 años, mi hermana menor y yo nos vemos obligados a dormir en la misma habitación. Esto no ha sido nunca un problema, pero desde que ella empezó a cambiar, y a mi me pasaba lo mismo, nos sentíamos mas violentos los dos juntos en el mismo cuarto. Como no había ningún tipo de solución, no nos quedaba otra opción que aceptarlo y seguir compartiendo dormitorio.
Cuando aun tenía 15 años, y mi hermana por entonces 14, empecé a despertarme por la mañana con erecciones notables, que aunque mi pene no sea excesivamente grande, se dejaban notar por encima de la sabana. Alguna mañana me daba cuenta de que mi hermana me solía mirar el bulto, pero yo disimulaba y tapándome como podía salía de la habitación.
En esa época, a mi hermana se le empezaban a observar pequeños bultos que comenzaban a crecer, así como vello en las axilas y lo que mas tarde descubriría, vello púbico. Eso era una inconfundible señal de que estaba en plena fase de cambio.
Una noche como otra cualquiera, nos fuimos a dormir, y no se por que, pero no podía conciliar el sueño y no paraba de dar vueltas en la cama. Decidí entonces levantarme y acercarme a la cama de mi hermana, para intentar ver algo de su cuerpo. Notaba como según me iba acercando, mi polla iba aumentando el tamaño, hasta llegar a un punto en el que incluso me dolía. Estaba ya al lado de su cama, notaba su respiración calmada, estaba placidamente dormida con una camiseta larga hasta media pierna y sin braguitas, pues las vi en el suelo tiradas.
La sabana tan solo le cubría hasta la cintura, y decidí intentar bajarla un poco más para ver más allá. Para entonces, un dolor insoportable me obligaba a masajearme la polla para intentar calmarlo, y estaba dando sus frutos. Conseguí bajar la sabana hasta sus rodillas, y decidí hacer lo mismo con mis pantalones. Estaba con mi miembro completamente erecto ante mi hermana, y comencé a subir su camiseta. Ya faltaba poco pero repentinamente se dio la vuelta y poniéndose boca abajo no puede hacer nada mas que volver a mi cama.
Ya en mi cama, miraba hacia abajo y veía que mi polla no bajaba, asi que proseguí con el masaje que anteriormente había comenzado por necesidad. Al final, varios chorros de líquido espeso y caliente se derramaron sobre mis piernas y sabanas, y al final, con una sensación increíble, que nunca antes había vivido, logré dormirme.
Después de aquella noche, se sucedieron muchas otras pajas, a cada cual mejor, pero aun deseaba ver a mi hermana desnuda.
Y cumplí los 16 años, eso se haría realidad. El día de mi cumpleaños, después de la cena familiar, lo regalos etc., nos fuimos todos a dormir. Estaba en la cama, y como llevaba tiempo haciendo, comencé a masturbarme. Pero esa noche, pasaría algo que cambiaria mi vida. Estaba desnudo bajo las sabanas, para estar mas cómodo, y cuando ya estaba a punto de llegar al orgasmo, mi hermana dio un salto de su cama y medio gritando pregunto que estaba haciendo. Yo me puse nervioso y no acerté a decir palabra así que ella se dispuso a salir del cuarto para avisar a mis padres de lo que estaba haciendo. Yo no quería que se enteraran por nada del mundo así que Salí de la cama rápidamente quedando entre la puerta y mi hermana, completamente desnudo. Ella no paraba de mirarme mi pene, que como he dicho antes, no es gran cosa pero con mis 17 cm. estoy muy satisfecho. Le pedí que no dijera nada, que no lo volvería a hacer pero que por favor no dijera nada. Ella me dijo que no diría nada, pero que esa noche dormiría en mi cama para que no hiciera nada raro.
Así pues, nos metimos los dos en mi cama, y cuando cogi postura, me dispuse a dormir. Ya medio dormido, empecé a notar un roce suave sobre mi miembro. Yo pensaba que estaba soñando por lo que no le di demasiada importancia. Sin embargo, el roce cada vez me estaba poniendo más cachondo, hasta que abrí los ojos y vi que era mi hermana la que no dejaba de rozar su culo desnudo sobre mi paquete. Le pregunte que hacia, y me dijo que le había gustado vérmela así de gorda y grande. Le dije que si no me dejaba en paz, se la clavaría de una vez así que me dejo un rato tranquilo. Pero esa paz duraría poco, pues enseguida empezó de nuevo con ese meneo que me ponía tan cachondo.
Entonces, quite las sabanas de un golpe, y quede con mi pantalón abultado completamente y sobre mi hermana desnuda, a la que podía verle todo ese cuerpo con el que tantas veces había soñado. Le abrí las piernas, me quite los pantalones y dejando toda mi polla libre, la volví a amenazar con penetrarla. Ella comenzó a reír, a lo que respondí golpeando su clítoris con mi pene. Me miro sorprendida pero a la vez cachonda. Volvió a reír. Entonces, comenzamos un juego muy erótico que llevo a la penetración.
No te rías o te la meto de golpe
(risas) no por favor
(le pego en el clítoris con mi polla) te lo he dicho, otra risa y te la meto
Esta bien, perdona
Vale que no se repita
(risas) ¡no por favor!
¡¡Te lo has ganado!! (le meto la cabeza de la polla)
Ahhhh ahhhh ahhhh
Te gusta no?
No!!! Por favor sácala!!!
Así estuvimos un tiempo discutiendo hasta que al final, decidí ir a por todas, i me deje caer sobre ella. Como ya tenia la cabeza dentro y estaba bien direccionada, mi polla entro rápidamente en el coñito virgen de mi hermana. Ella no paraba de llorar pero con una mezcla de gemidos que me ponían muy cachondo. Ya dentro de ella, comencé a dar pequeños empujones hasta que al rato, ella disfrutaba tanto o mas que yo. No aguante ni 5 minutos, hasta que me corrí dentro de su coño. Me miro sorprendida y se rió. A lo que respondí sacando mi verga y poniéndosela en su boca. Ahí estaba mi hermana, tragándose mi polla llena del semen que había dejado en su coño.
Así, me limpio un poco la polla y por fin nos dormimos los dos desnudos y juntos. Lo que paso la mañana siguiente lo contare otro día