Con mi hermana

Estaba tembloroso, aturdido, pero a la vez seguía excitado. Pero algo dentro de mi me decía que eso no era correcto, que no estaba bien.

Ayer al finalizar tarde llamé a mi hermana para preguntarle que si sabía algo de mi mama porque yo no le había podido hablar, ya que ella se quedó en otra ciudad a raíz de un incidente familiar. Mi hermana me respondió que no pero que si quería fuera al apartamento de ella para llamarla desde allí y así conversábamos los tres. Me fui directo a su apartamento, al llegar me recibió mi sobrinita de 11 años, como siempre con mucho cariño, luego salió mi otro sobrino de 17 años, que estaba estudiando en su cuarto, por último salió mi hermana que se había recostado a descansar. Nos saludamos como de costumbre con un beso en la mejilla y conversamos de todo un poco. Llamamos a mi madre y conversamos con ella.

Como hacía mucho calor decidí bajar a comprar algunas cervezas para refrescar la tarde y guardarle unas frías a mi cuñado cuando regresara de trabajar.

Al subir mi hermana se estaba bañando, metí las cervezas en el refrigerador y se senté en el sofá a leer una revista que esta allí. Hasta ese momento todo estaba bien.

Cuando miraba la revista apareció una publicidad de "yahoo" e inmediatamente vino a mi mente "Maby" una chica de "todorelatos" y comencé a recordar todos y cada uno de los mensajes que nos hemos enviado, sentí que mi pija se levantaba y que estaba algo excitado. Como estaba en casa ajena cambié mi pensamiento y decidí escuchar música. Mis sobrinos estaban cada uno en su cuarto. Maby regresó a mi mente y me trajo una morbosa idea.

Fui a la cocina a buscar una cerveza y decidí llevársela a mi hermana que ya había salido del baño y se encontraba en su cuarto. La puerta estaba cerrada pero no ajustada. Respiré profundo y entré sin avisar, del susto y la sorpresa la toalla que tenía mi hermana cayó piso, rápidamente se agachó y la recogió. Le pedí disculpas por lo sucedido, pero le dije que se quedara tranquila porque total yo era su hermano. Eso la tranquilizó. Le pedí permiso para ver un poco de TV mientras ella se vestía y le dije que se olvidara que yo estaba allí. Ella se puso de espaldas a mi con su toalla alrededor de su cuerpo, solo podía ver sus enormes muslos y esporádicamente el borde se sus nalgas. (Mi hermana tiene 40 años, se ve muy conservada, es morena, tiene un lindo rostro, cabello negro largo y una muy buena figura).

Como ella estaba frente al espejo el reflejo dejaba ver sus hermosas y provocativas tetas, talla 36, firmes y con sus largos pezones parados, mientras yo me hacia el disimulado, pero aquella imagen ya me había trastocado los sesos, mi pija ya estaba totalmente parada y comenzaba a brota el liquido seminal, lo sentía, creía que iba a reventar la cremallera, decidí salirme de su habitación.

Me dirigí a la cocina a buscar otra cerveza y regresé de nuevo al cuarto, como mi hermana pensaba que yo no entraría de nuevo estaba totalmente desnuda, cuando entré quedé boquiabierto al todo su hermoso cuerpo y le pedí que no se preocupara por mi, pero yo no pude contener mirada morbosa y fijé mis ojos en su concha, estaba peluda y le comenté que si no se depilaba, ella se sonrojó y me dijo que no, y que le daba pena que la viera, pero la tranquilicé de nuevo recordándole que yo era su hermano.

Para suavizar la cosa le comente que a pesar de su edad tenía un hermoso y provocativo cuerpo y que seguro era la envidia de muchas mujeres y el deseo de muchos hombres, aproveché para decirle que yo estaría muy orgulloso si mi esposa tuviera un cuerpo parecido al suyo.

Ante aquel espectáculo y para no cometer una locura decidí salirme definitivamente. Me senté nuevamente en el sofá, pero el pensamiento morboso no me dejaba concentrarme en nada, fue cuando entonces decidí hacerme una paja. Me metí en el en baño de visitantes, que tiene el cerrojo dañado, bajé mis pantalones hasta al piso y comencé a empalmarme la pija, estaba gruesa, grande, caliente y totalmente lubricada por la cantidad de líquido que había brotado por la cabeza, lo sobaba lentamente pensando en la concha de mi hermana, en chupársela, en mamarle los pezones, mi cuerpo se estremecía cada vez que la recorr

í

a con mi mano, tenía los ojos cerrados, pero repentinamente sentí que alguien espiaba, estaba en lo cierto, era mi hermana que me miraba a través de la entrepuerta. Me sorprendió y deje de pajearme (nunca antes nadie me había pillado), pero ella muy tranquilamente entró al baño ajustó la puerta y me pidió que continuara porque nunca había visto a un hombre masturbándose y que le producía mucha curiosidad y morbo pensar que era porque la había visto desnuda. No dudé en hacerlo, volví a agarrar mi pija ahora mas caliente y aceleré el ritmo hasta hacer brotar toda mi leche caliente. Mi hermana me miró fijamente, sonrió y se salió del baño.

Yo me quedé allí parado, me sentía como un imbécil, pajeado, con mi mano llena de semen sin saber que hacer, luego reaccioné, me limpié y salí a tomarme otra cerveza. Estaba tembloroso, aturdido, pero a la vez seguía excitado. Pero algo dentro de mi me decía que eso no era correcto, que no estaba bien.

Entre nuevamente a la cocina y mi hermana estaba preparando la cena, no me hizo ningún comentario. Yo le dije que me marchaba, pero ella me pidió que antes le hiciera unas compras en el supermercado. Salí inmediatamente y decidí bajar por las escaleras desde el piso 12, para ver si caminando me podía despejar. Hice las compras y caminé un rato, logré estabilizarme y regresé, al llegar me encontré con mi cuñado que había llegado del trabajo. Le dije que me marchaba, pero se negó a dejarme salir.

Conversamos mientras nos tomamos las cervezas, luego cenamos, vimos en TV un juego de béisbol de la liga local, escuchamos algo de música y fuimos a dormir.

A mi me tocó dormir en el cuarto de mi sobrino, estuve toda la noche pensando en lo sucedido, hasta que me quedé dormido.

Esta mañana cuando eran las 7.30 a.m., mi cuñado nos despertó a todos porque él y mi sobrino tenían que ir a un torneo de tenis y quería que lo acompañáramos. Yo le dije que no podía porque tenia otras cosas que hacer y mi hermana le comentó que ella prefería quedarse haciendo arreglos en la casa.

Desayunamos, los deportistas se fueron y se llevaron a mi sobrina quien también practica el deporte.

Nos quedamos solos y mi hermana me sugirió que me bañara, mientras se secaba la camisa que me había lavado y me pidió mis medias y calzones para lavarlos también. Acepté porque ya no me daba tiempo de regresar a casa a cambiarme.

Mientras me bañaba estuve a punto de pajearme nuevamente, pero me contuve para llegar a casa y cogerme con todas las ganas que tenía a mi esposa.

Salí de la ducha y me metí en la habitación de mi sobrino y me acosté en su cama, con la toalla sobre mi cuerpo, a esperar que secara mi ropa, pero como estaba algo trasnochado me quedé dormido profundamente. Al rato sentí un movimiento extraño en la cama y SORPRESA!!!! Era mi hermana que había entrado sigilosamente y estaba arrodillada en un costado de la cama y había levantado mi toalla y se llevaba mi pija a su boca, comenzó a succionarla suavemente, con su boca tibia, le pasaba ligeramente su lengua por la cabeza, mantenía sus ojos cerrados, la agarraba con sus manos cuidadosamente como si fuera un trofeo de cristal, fue acelerando el ritmo y yo estaba como loco, jadeando, diciéndole lo rico que lo hacía, me lo mamó, me lo chupó, me lo lamió, me lo pajeó hasta hacerme acabar. Con mi leche entre sus dedos los metió en su boca, dejando ver los hilos de semen chorreaban entre sus manos y en sus labios. Se acercó a mi cara y me dio un tierno beso en mis labios y me dio las gracias.

Como yo estaba a mil, la tome entre mis brazos, la acosté en la cama y me bajé a su concha, quite sus bombachas y me metí entre esa nube de pelos para encontrar su clítoris, y comencé a lamer lentamente su concha mientras sentía su cuerpo estremecer, pidiéndome que acelerara el ritmo con mi lengua, pero yo estaba sumergido en su concha chupando y tragando aquel viscoso líquido que brotaba del interior de su vagina. Cuando sentí que su cuerpo reclamaba a gritos un orgasmo, me acosté en la cama y le pedí que se sentara arriba de mi, en mi cara, desde esa posición comencé a mover rápidamente mi lengua entre su concha y su culo, ella se movía como si estuviera cabalgando hasta que me agarró por los cabellos y comenzó a convulsionar de placer, estaba acabando, coloque mi boca en toda la salida de su concha para no dejar escapar nada de su rico néctar.

Cansada de la acción se bajó y se recostó a mi lado, de espaldas, dejando la posición ideal para que la abrazara y le agarrara sus tetes. Estuvimos acostados como 1 hora, sin hablar, luego nos paramos, nos duchamos cada quien en su baño, nos vestimos.

Luego hablamos un poco del tema y me hermana me pidió que la disculpara y me confesó que no lo había planeado, que sólo había entrado a la habitación de mi sobrino y cuando me vio allí acostado se apoderó de ella un deseo incontrolable y que sumado a lo que había visto el día anterior, hizo que no lo pensara antes de hacerlo. Pero que honestamente lo había disfrutado, pero que esperaba que no se volviese a repetir.