Con mi hermana 3
Me tumbé entre las cuatro rodillas y comencé a lamer coños. Ahora uno y ahora el otro
Con mi hermana 3
Al final les cobraré
Ramón Fons
Crecimos un año. Ya cumplí los dieciocho y mi hermana, aunque parecía mayor que yo. Pechos formados, caderas moldeadas y el culo respingado. Decía que era gracias a mí. Que leyó que si follabas a menudo se moldeaba el cuerpo. Pues si es cierto, hice un buen trabajo.
Cada primer sábado de mes nuestros padres salían con los tíos para cenar e ir al cine. Ésta era nuestra tarde noche.
Estábamos en plena faena cuando sonó el teléfono. Vé tú. No, vé tú. Descolgué y al oír la voz de Clara tuve una erección.
-Ahora se pone. Dije sin más.
Tras una corta conversación mi hermana regresó a la cama. La noté nerviosa y pregunté qué pasaba.
-Clara lo sabe. Le conté lo que hacíamos.
-Tú estas loca? Si se enteran tendremos problemas. Lo que hacemos tú y yo es pecado. Y qué quería?
-Hacerlo con nosotros
Me quise fundir
- Follar. Quiere follar conmigo y que tu le chupes el coño?
A los veinte minutos sonó el timbre. Se levantó mi hermana y abrió a Clara. Sonaron pasos perdiéndose por el pasillo. Presté atención y oí correr el agua de la ducha, Al rato entraron en la habitación.
Era preciosa. Mucho más que en mis pajas. Alta como yo. Rubia ojos azul claro, piel blanca, las aureolas rosadas y los pezones ya apuntaban al cielo. Las cadera también formadas y el bello del pubis marrón claro y recortado.
Se sentaron en el borde de la cama y mi hermana me comenzó a morrear. Volví a tener otra erección. Tímidamente una mano de Clara acarició mi polla ya totalmente hinchada. Mi hermana me empujó para que quedara tumbado sobre la cama y le dijo a Clara
-Empieza tú que yo te empiezo a ti.
Clara se puso mi glande entre sus labios y dio un sinfín de pequeños besos por todo él. Le escupió y pasó la lengua describiendo círculos. Esa chica sabía lo que hacía.
Mi hermana tumbada debajo de Clara le mordisqueaba el clítoris. Yo lo notaba.
Ahora comenzó a chupármela
Le pellizqué los pezones y le gustó. Soltó la polla y subió a mi boca. Me besó de un modo diferente a los besos de Mili y mi hermana. Casi me corro.
Mi hermana se unió al beso. Nos besabamos los tres. Ahora ellas dos. Luego mi hermana y yo. Luego Clara y yo. Les dejé que se besaran.
Estaban de rodillas sobre la cama, encaradas, mientras se besaban. Me tumbé entre las cuatro rodillas y comencé a lamer y chupar sus coños. Ahora uno y ahora el otro. Perdí todos los dedo en los cuatro agujeros. Los de Clara parecían ya educados, no ofrecían ninguna resistencia. Mi hermana me pidió que se la metiera a Clara. Me puse un condón, robado de la farmacia de la tía de José Antonio, y se la hinqué entera de golpe. Clara relinchó. Comencé a darle muy duro. Quería enseñarle lo bien que follaba. Su coño era cómodo y húmedo. No hizo falta Atrix.
-Eres mejor que en mis pajas. Le dije
-Yo también me toco pensando en ti
-Y yo pensando en los dos, no te jode. Dijo riendo mi hermana al tiempo que me la sacaba y se la ponía en la boca.
Cambié de coño y Clara me lo puso en la cara para que se lo comiera
-Quiero que te corras dentro de mí.
Dijo mientras le lamía el ano.
-Tomo pastillas.
Con eso supe que sería sin condón.
Llegué a introducirle el índice, el medio y anular. Los tres dedos. Seguí un poco más jugueteando entre el culo y el coño y quise probar su ano. No le pedí permiso. La puse a cuatro patas. Le escupí y acerté y sin mucha dificultad fui introduciendo mis diecinueve cm. de carne ardiente. Aguanté metiendo y sacando unos tres minutos. Pasaron volando. Me corrí dentro de su culo.
Mientras me corría Clara se movía más rápido aún. Me volví loco. Caí desplomado sobre su espalda. Mi hermana usó su agilidad para colocarse debajo de Clara y con la boca abierta esperaba que salieran del agujero del culo los hilos de mi semen. Clara apretaba el esfínter para ayudar. Luego mi hermana se entretuvo comiendo mi polla hasta dejarla de nuevo apunto de penetrar el coño de Clara. Lo hice y nos gustó. La chica se ausentó para asearse y aproveché para comentarle a mi hermana que le contaría a José Antonio nuestras travesuras y que de seguro querría participar. Los ojos se le abrieron como platos
Con Clara? Preguntó.
y con Mili, si quieren. Les preguntaremos.
Clara, sin conocerlo, se apuntó.
Al momento mi hermana llamó por teléfono a Mili y también confirmó su asistencia. Ella si conocía a José Antonio, y le encantaba.
-El problema será coincidir todos y que una de las casas estuviera libre. Dije.
José Antonio propuso el encuentro en la casa de sus tíos, los de la farmacia, un sábado que tuvieran guardia. Así lo hicimos.