Con mi familia en Ibiza (2)

Ibiza queda en el recuerdo, pero otras cosas están muy presentes.

CON MI FAMILIA EN IBIZA, PERO PAPI SE FUE ANTES (II)

Hola de nuevo a todos. Esta es la segunda parte de la historia de mi familia. Les recuerdo que mi nombre es Dani y que tengo 18 años. Cuando ocurrió lo de Ibiza estaba esperando mi inicio en la Universidad, que ya se ha producido, al igual que mi hermana que ya está en su segundo curso. Bueno, mi padre Rubén, de 47 años es un poco muermo, y por lo que nos ha contado mi madre, que es una mujer fogosa, ya no es ni de lejos lo que era, dejando mucho que desear en la cama. Es arquitecto de un potente estudio y últimamente está en fase de expansión, lo que hace que mi padre viaje mucho más de lo que lo hacía hasta hace pocos meses. Mi madre Natalia es una mujer genial. Un poco más joven que mi padre (45), se mantiene en muy buena forma física y es frecuente que vayamos a correr juntos por las calles de nuestro barrio. Es una mujer bastante lanzada, muy extrovertida y poco vergonzosa. Por último está mi hermana Paula, o Pau, como la llamamos en multitud de ocasiones es un año mayor que yo, y si bien no es tan extrovertida como mi madre, tampoco es tímida.

Bueno, para no ser muy rollo me voy a centrar en los hechos que nos interesan. Por motivo de su trabajo mi padre tuvo que irse a una capital europea. Como es lógico la alegría fue muy interna, pero muy importante. Tendríamos la casa para nosotros. Era viernes y mi madre nos propuso salir a cenar algo por ahí y después dar una vuelta. Nos pareció genial. Decidimos ir a cenar en plan tapeo. Fuimos al centro de Madrid (vivimos en las afueras) y tras conseguir acomodo nos sentamos y pedimos unas tapas y unas cervezas fresquitas. La noche era genial y decidimos salir a un local de los de moda. Entramos y pedimos unas copas. Mi madre fue a la máquina a por tabaco, cosa extraña, ya que no la he visto fumar nunca, pero como dice la canción Pedro Navaja de Rubén Blades, la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Mi madre cogió un pitillo y mi hermana aprovechó para pillar otro. Nos fuimos a la pista de baile. Allí estaba con dos pedazos de mujeres, bailando mientras bebíamos algo y ellas se fumaban un pitillo. En un momento dado las cogía por la cintura al mismo tiempo y le di un beso a cada una. Un tipo que estaba por allí dijo que no era justo, que unos con tanto y otros con tan poco. Nos reímos los tres, pensando que era verdad. Seguimos bailando un poco más y se nos acabaron las bebidas. Fui a por otras copas. Cuando llegué me recibieron como a un héroe, con gracias y vítores. Seguimos bailando un rato más y la cosa se empezó desmadrar un poco. Nadie nos conocía, o al menos eso esperaba. Lo digo porque cuando estábamos en el medio de la pista, mi madre vino del aseo y me dio un beso de tornillo. Mi hermana al verlo, no se quiere quedar atrás y hace lo mismo, me da otro beso. Un par de tíos que estaban al lado nuestra me aclamaron un poco, preguntándome que cómo podía estar con dos jacas como esas al mismo tiempo.

  • Creo que ya es hora de irnos a casa, cariños míos- dijo mi madre, asintiendo nosotros.

Salimos a la calle y nos dispusimos a pillar un taxi, cosa complicada a esa hora. Mientras lo hacíamos, tanto mi madre como mi hermana se fumaron otro piti.

  • ¿Desde cuando fumáis?- les pregunté a mi madre y hermana.

  • La verdad es que lo probé cuando estudiaba en la Universidad, y desde entonces no había vuelto a fumar, pero hoy cuando pensé en salir a cenar y eso, me sentí un poco como en los viejos tiempos, y un poco guarra y bastante puta, y el cuerpo me pedía algo de marcha

  • ¿Te sientes puta?- le pregunté

  • Muy puta- dijo mientras me pasaba la lengua por la cara y me daba un beso.

Por fin pudimos parar un taxi y nos dirigimos a casa. Nada más cerrar la puerta mi madre y mi hermana se dieron un gran beso.

  • Estoy súper caliente, hijos míos. Necesito que me metáis algo en el coño- mi madre estaba fuera de si. Realmente parecía una guarra

  • vamos, entonces- dije

  • Vamos- replicó mi hermana

Cuando llegamos al dormitorio de mi madre, ésta ya estaba completamente desnuda, dejando detrás de si toda la ropa que llevaba. Se puso a cuatro patas y se empezó a acariciar el coño con una mano. Casi d inmediato me quité la ropa y me puse detrás de mi madre, poniendo mi polla a la entrada de su hiper húmedo coño. Empecé a follarla de manera salvaje, como ella pedía.

  • Ven aquí mi amor- le dijo a mi hermana- deja que mami te coma la almejita- mi hermana se puso con las piernas abiertas delante de la cara de mi madre que empezó a chuparle el conejo como si le fuera la vida en ello. Yo por mi parte empezaba a aumentar el ritmo de mis embestidas- ¡Oh, que bueno mi amor, sigue así, sigue, mi amor, dale gusto al coño de tu puta madre!- pedía mi madre cada vez que sacaba la cabeza del coño de mi hermana

  • Por dios, mami, no pares tu tampoco…que buena eres con la lengua

  • ¿Te gusta la lengua de mami…eh guarrilla?

  • Si, por dios…pero no pares

Yo estaba de pie, detrás e mi madre, que estaba a cuatro patas sobre la cama, fóllandole el coño mientras mi madre se comía la raja de mi dulce hermana.

  • Mami…me voy…me corro

  • Si cariño, córrete con mamá- cuando noté el primer chorro de semen saqué la polla del coño de mi madre y continué mi corrida en la espalda de mi progenitora. Mi hermana vino y se puso a lamer la espalda de mamá. Le encantaba el sabor de mi leche. Después de dejar la espalda de mi madre completamente limpia, nos acostamos todos en la cama y nos dimos un beso a tres bandas, es decir entrelazamos las lenguas de todos. Era una práctica que me ponía muchísimo, tanto que en apenas un par de minutos, mi polla estaba de nuevo a punto.

  • Bueno, Dani…espero mi parte, ¿no?- dijo mi hermana, acariciándose el coño

  • Claro, claro- mi madre cogió otro pitillo y fumaba mientras mi hermana y yo nos lo montábamos. Empezamos besándonos y paulatinamente nos colocamos de forma que ella quedaba encima de mi polla, mientras yo estaba sentado, de tal forma que podía mirar a la cara a mi preciosa hermana.

  • ¡Que bien me follas, Dani…eres genial, sabes como ponerme cachonda!

  • Es que tienes un chochito que me vuelve loco, cariño- le dije al darle un beso a mi hermana.

  • Así, suave, mi amor- decía Pau mientras echaba la cabeza hacia atrás.

  • Como me pones, cariño…verte las tetas…me vuelve loco- le dije y para corroborarlo le di un pequeño mordisquito a su precioso pezón.

  • Más rápido, cariño…quiero sentirte más- mi hermana me pedía un poco más de marcha. A todas estas mi madre estaba sentada, más bien despatarrada en un sillón, fumándose el pitillo y haciéndose una paja con la mano que tenía libre

  • ¿Qué haces mami?- le pregunté un tanto de forma retórica

  • Darme placer mientras veo que mis dos amores se dan placer entre ellos.

Aumenté el ritmo de la follada a mi hermana mientras miraba fijamente a los ojos de mi madre y ella me sacaba la lengua de forma libidinosa, de tal forma que cuanto más rápido me follaba a mi hermana, más rápido movía ella la mano.

  • Dani, más rápido, que me corro…no pares, más, más

  • Si, cariño…toda, para ti, te la doy toda

  • ¡Arggg! No pares cabrón…lléname el coño…llénamelo, mi amor- me dio un beso en la boca

  • Pau…me vengo…me vengo

  • Siiii, vente dentro, dentro

  • ¡Siii!- decía mi madre, suspirando cuando terminó de hacerse la paja, casi al mismo tiempo que inundaba el chocho de mi hermana

  • Que pasada- fue lo que dije, después de echar dos polvos seguidos

  • Bueno, cariños míos, vamos a dormir juntos de nuevo, como en Ibiza- dijo mi madre mientras sacaba otro pitillo

  • Como en Ibiza, mami- dijimos mi hermana y yo.

De nuevo volví a la placentera sensación de dormir en medio de mis dos mujeres