Con mi familia de visita en la finca
Mi hermana y su familia vino a pasar unos días de vacaciones a mi finca.
La historia que les voy a contar ocurrió hace unos 6 años, fecha desde la que mi hermana y familia vienen todos los años a mi finca a pasar los veranos huyendo en lo posible de los rigores del calor de la ciudad.
Mi hermana acababa de regresar de Francia donde ella vivió durante 14 años hasta que mi cuñado encontró un trabajo en España, y desde ese año compartimos los veranos. Ella tiene 46 años y tiene dos chicas, una que actualmente tiene 23 años y otra 20.
Aquel día vinieron en coche desde la ciudad y llegaron a la hora en que mas calor hacía, por lo que, después de las salutaciones, les ayudé a bajar los equipajes y les indiqué a cada cual su habitación y mientras deshacían los equipajes yo los dejé ya que los quehaceres de la finca me solicitaban pues tenía que limpiar las cuadras y dar de comer a los perros, gallinas y demás animales.
Entre que me dedicaba a limpiar las cuadras vino a verme mi sobrina pequeña Beatriz que entonces tenía 14 años y comenzamos a hablar de los estudios, intenciones y futuro, en fin un poco de todo pues de siempre nos hemos llevado muy bien, así que mientras charlábamos ella se ofreció a ayudarme a limpiar, a lo que yo accedí y le di un cepillo para que limpiara un boss donde estaba un pequeño poney propiedad de un amigo mio que al ser pequeño no le daría problemas.
Mientras cada uno limpiaba lo suyo seguíamos hablando y ella preguntaba como arreglar al animal mientras yo, desde el otro lado de la pared y en el boss de mi caballo pura sangre que es un semental precioso y que usamos para cubrir a las yeguas de las fincas limítrofes, le daba instrucciones y observaba. Ella, muy obediente, seguía mis lecciones y ella observaba muy detenidamente los movimientos del caballito sin perderle ojo pues le daba un poco de miedo.
Una vez terminado el trabajo se dirigió al boss donde me encontraba yo limpiando al pura sangre y ella no perdía ojo a aquel hermoso animal, le pregunté si le gustaba a lo que ella respondió con un sí muy acaramelado y comenzó a preguntarme por el animal, que como hacíamos para emparejarlo con las yeguas y que como se excitaba, en fin un torrente de preguntas todas dirigidas a saber de cómo copulaba el animal, yo sin mas problema le explicaba todos los pormenores del acto y cada cuanto tiempo lo hacía. Después de un buen rato de explicaciones terminamos de limpiar y nos dirigimos al chalet a encontrarnos con el resto de la familia, yo me fui a duchar al igual que Beatriz y quedamos en el salón a merendar.
Una vez aseado bajé a unirme a mi hermana y familia, y al bajar por la escalera tuve que pasar entre las dos hermanas y sin querer oí la conversación que mantenían, hablaban de las proezas del pura sangre y de su fortaleza a la hora de copular con las yeguas y la mayor le contestaba como si se estuviese excitando con la historia que le contaba su hermana menor, sin mas me reuní con mi hermana y mi cuñado y comenzamos a charlar y recordar días pasados y sin tener en cuenta a las dos hermanas ninguno nos dimos cuenta de que habían abandonado el salón.
Después de haber tomado café y haber reposado un rato charlando, le dije a mi hermana que tenía que salir un rato para atender y preparar a los animales para la noche. Una vez en el patio pude observar a mis dos sobrinas en bikini tomando el sol de la tarde al borde la piscina y jugueteando con un pequines de los vecinos de al lado que se había colado en la finca. Sin que ellas me vieran las estuve observando durante un rato pues las dos tenían un cuerpo muy hermoso y curiosamente la mas pequeña tenía un cuerpo mejor formado que la mayor, María. Beatriz estaba fenomenal con dos pechos muy hermosos y firmes, piernas fuertes y largas, una cadera perfectamente formada, en fin, una morenaza de campeonato. María era algo mas delgada y menos pecho pero también con un cuerpo bonito. Las dos jugaban con el perrito y este de vez en cuando olisqueba las zonas genitales tanto de una como de la otra y desde lejos pude observar como ninguna de las dos objetaba nada en contra de la travesura del perro, al cabo del rato vi como maría se perdía detrás del seto, yo no le di mas importancia pero al ver como desde detrás llamaba al perrillo, me llamó la atención y busqué mejor sitio para observar.
María se había tendido boca arriba sobre una toalla de playa y enseñaba con movimientos pélvicos su zona al perro, el cual sin pensarlo se dirigía a olisquear y lamer. Puede ver como ella cerraba los ojos y buscaba la lengua del animal y cuando estaba totalmente excitada apartó el tanga del bikini y ofreció su coño desnudo al perro y este sin cesar lamía y lamía hasta que por debajo vi como aparecía una polla bastante grande para su tamaño. En ese momento apareció Beatriz y un poco escandalizada se acercó como curiosa de lo que hacía María, esta la invitó a participar de la orgía y ella sin pensarlo dos veces se unió al goce.
Se puso al lado de María y en la misma posición apartó su tanga y de inmediato el perrillo se fue en busca de su coño, mejor arreglado que el de María ya que estaba totalmente afeitado y al perro parecía gustarle mas pues creí que le metía el hocico en su coño, mientras Beatriz gemía de placer María se acercó por detrás al perro y comenzó a acariciar su polla que ya era tremenda y casi rozaba con ella el suelo mientras él seguía lamiendo sin cesar.
Entre tanto el perro le comía el coño a Beatriz, María sobaba al perro por detrás y con la otra mano libre logró quitar el tanga a su hermana por lo que quedó desnuda ante el perro. Le habló pero no pude sino intuir que le decía que se pusiese a cuatro patas y ella sin rechistar lo hizo a la vez que María sujetaba al can le indicaba la dirección de aquel coño húmedo y caliente, el perro estaba totalmente excitado y con la polla que parecía que le explotaría de un momento a otro, María lo acercó y él solo se dirigió y de una sola enculada poseyó a Beatriz que en principio dio un gemido de dolor y no queriendo alarmar a nadie aguantó los embates del perro que no cesaba de empujar bestialmente contra su coño, mientras, María sobaba tanto al perro como a su hermana hasta que esta se fue calmando y los gemidos de dolor se transformaron en gemidos de placer y fueron aumentando de volumen hasta que, tanto el perro como ella se corrieron de una forma brutal. El perro trataba de agarrarla con fuerza con el fin de introducir toda su verga dentro del coño de Beatriz pero María, muy astutamente, lo impidió sujetando la polla por la parte posterior y de esa forma no se quedaron enganchados.
Una vez recuperados, el perro se alejó de ellas y estas comenzaron a urdir algo que desde la distancia no llegué a oír, así que mientras ellas se vestían y se dirigían de nuevo a la piscina yo me fui a las cuadras a terminar mi trabajo y de nuevo irme para la casa a estar con la familia.
De regreso y una vez aseado, nos vimos en el salón todos para preparar la cena y la velada, así que sobre las 10 de la noche estábamos los 5 a la mesa cenando y una vez terminada la cena nos sentamos en el sofá a charlar y tomar una copa. Sobre las 11,30 mi hermana se disculpó para irse a la cama pues estaba cansada al igual que mi cuñado por lo cual se fueron a dormir y yo me quedé un rato con mis sobrinas charlando de todo un poco y de esa manera pude adivinar que María y Beatriz no eran unas niñas pequeñas inocentes, sino dos hermosas mujeres con alguna experiencia en muchos campos. Después de una hora de charla también María se retiró a dormir y quedamos solos Beatriz y yo, seguimos charlando de sus experiencias y de cosas de chavales como novios y estudios. Llegada las 12,30 le dije que tenía que ir a las cuadras a dar una vuelta al ganado y apagar las luces para que ellos descansasen, ella me dijo que si podía acompañarme a lo que no puse impedimento. Una vez en las cuadras pasé al boss del poney y ella me acompañó y me dijo, inocentemente, que si le pasaba algo al poney y al preguntarle el porque me señaló la enorme verga que salía bajo el animal, le dije que aquel animal al estar entero sufría excitaciones a menudo y que posiblemente al olerla a ella se había excitado por lo que le dije que tuviese cuidado y me dirigí al boss de al lado dejándola sola con el poney.
Por encima de la pared observé como el caballito la olía y trataba de encontrar el motivo de aquel olor que le excitaba y ella en ningún momento lo rechazaba. Creyendo que yo no la veía ella se puso ante el hocico del caballo y le dejó oler, este trataba de lamer pero las bragas impedían los lametazos así que ella se despojó de su ropa íntima y dejó trabajar al caballo, este daba unos lametazos tremendos que ella agradecía dando gemidos de placer que cada vez eran mas ruidosos. Yo al verla cada vez mas excitada, no lo pensé y sin avisar entré en el boss donde estaban los dos gozando, me dirigí a ella y sin decirle nada la desnudé y comencé a tocarla por todos los lados y al llegar a su coño noté como sus jugos corrían por mi mano y el caballo aprovechaba para lamer, así que le dí la vuelta y la coloqué boca abajo sobre el pesebre, abrí sus piernas y ofrecí aquel coño super excitado al caballo, el cual sin pensarlo se pudo en dos pies y dando enculadas trataba de follarse a mi sobrina así que tuve que ayudar al animal dirigiendo aquella tranca enorme contra su coño y que de un golpe la metió sin dificultad, ella lanzó un grito de placer mientras el caballo daba enculadas como queriendo atravesarle el cuerpo, así hasta que se corrieron los dos a la vez, y de su coño salía un reguero de leche del animal. Teniendo en cuenta que ella solo tenía entonces unos 14 años se podría decir que era toda una experta.
Posteriormente a ese echo sucedieron algunos mas durante el mes que duró la estancia de mi hermana y familia en mi finca, ya os contaré mas detalles.