Con mi compañero de trabajo (2 y final)

Continuación de https://www.todorelatos.com/relato/168702/

Yo le había comentado a mi amigo Luis lo sucedido en el bano con Leo, después de decirme lo locos que estábamos, que cualquiera nos podía haber pillado, me hizo las típicas preguntas de que como la tenía, que habíamos hecho. El muy cabron estaba celoso .

Me dijo que mejor que nadie se enterase de lo sucedido ya que yo aún estaba en mi periodo de prueba y Leo por sus despiste estaba en la cuerda floja. Yo le prometí que no se iba a volver a repetir, que fue el calentón del momento....

Pasaban los días en el trabajo con la rutina y monotonía habitual.

Mi relación con Leo seguía como al principio, seguíamos con buena relación y nuestras bromas de siempre. El asunto del baño nunca lo hablamos, pero a los dos nos quedaba claro que no se podía volver a repetir, al menos en el trabajo.

Aunque ninguno daba un paso más, empezaron a haber algún toqueteo disimulado, alguna caricia y parecía que no le importaba hacer algún comentario sexual.

Un viernes Leo llegó al trabajo, me parecía que llegaba tarde y por su cara no parecía que fuese un buen día.

Yo: Que pasa pequeñín, se te pegaron las sábanas?.

Leo: Que va, llevo 30 hora en el despacho del director, me ha follado pero bien.

Yo: Qué pasó?

Leo: Pues mi contrato se acaba, y no me van a renovar aquí, me ofrecen renovar por 1 año más con la condición que me vaya a las oficinas de Marruecos.

Yo: No puede ser... y qué vas a hacer? cuándo tienes que dar una respuesta?

Leo: No sé, estoy muy rallado y el lunes tengo que tomar la decisión.

Yo: Bueno, piénsatelo bien, es una buena oportunidad, sino seguro que encuentras curro aquí enseguida.

Leo: No sé ahora mismo, no puedo pensar. Nos tomamos unas copas después del curro?

Yo: No hace falta que me des alcohol si me quieres llenar el culo.

Leo: Jajaja eso ya lo sé, zorrón.

Pasó la mañana y a Leo se le veía preocupado, estaba ausente, apenas hablaba.. Me estaba dando un poco de pena, porque pasase lo que pasase me iba a daba mucha pena que no sigamos siendo compañeros. A parte de que iba quedarme con las ganas de que me llenase el culo...

Por la tarde parecía que estaba un poco más tranquilo, era viernes y todos teníamos ganas de desconectar, se le veía ilusionado con las copas de después.

A las 6 en punto se acercó a mi mesa, parecía que se había puesto colonia, puso su paquete en el pico de mi mesa y me dijo.

Leo: Venga vámonos que no puedo con los huevos.

Le dí un pequeño golpe y le dije que me diese 2 minutos para acabar una tarea pendiente.

Leo: Tranquilo que después de eso tienes otra tarea pendiente.

La cara de vicio que puso en ese momento era la misma que cuándo se me insinuó en el baño.

Apagué mi ordenador, recogí mis cosas y nos despedimos de los compañeros que aún quedaban charlando y acabando sus tareas. Nos dirigimos al ascensor.

Yo: Y que le pasa a estos huevos que no puedes con ellos?

Leo: Jajaj bueno pues a parte que desde que me la comiste en el baño no he vuelto a descargar, con el cacao que tengo en la cabeza....

Yo: Ya verás como con un par de copas te relajas un poco..

Leo: A ver si el que me quiere emborrachar eres tu...

Yo: No te intentes engañar, sabes que no necesito emborracharte...

Fuimos a un bar que estaba un poco alejado de nuestro trabajo, no quería darle explicaciones a otros compañeros. La verdad que al bar al que fuimos estaba bastante cerca de mi casa.

Leo: Dos gin tonic bien cargados por favor.

Yo: A ver si luego no vas a poder terminar la faena...

Leo: Eso nunca, que pasa que te estás empezando a arrepentir?

Ambos reímos. Estuvimos charlando tranquilamente, intentando no hablar de lo sucedido en el trabajo, riendo y bromeando como siempre.

Nos acabamos la copa.

Yo: Bueno, pues ya nos hemos tomado la copa y parece que ya estás mas tranquilo, te apetece otra?

Leo: Me apetece, pero que te parece si vamos a algún sitio mas tranquilo?

Yo: Perfecto, donde te apetece?

Leo: Qué tal si compramos una botellita y nos tomamos algo tranquilamente en tu casa? Tengo unas ganas de quitarme la corbata y los zapatos.

Yo: Por mi perfecto, te dejo que te quites lo que quieras.

Leo: Me gustaría más si me lo quitas tu.

Yo: Venga anda vámonos.

Pasamos por una tienda a comprar unas cervezas, hielo y refresco para mezclar ya que en casa tenía alcochol.

Nos montamos en el ascensor:

Yo: Bueno, puedo ir quitándote la corbata? (le decía mientras se la iba abriendo)

Soltó la bolsa que llevaba en la mano y con sus dos manos me agarró del culo y acercó su boca a la mía. Me tuve que agachar un poco ya que lo notaba estirándose para poder besarme.

Llegamos a mi piso, abrí la puerta y le invité a pasar. Fuimos a la cocina a dejar las bolsas. Me quité la chaqueta y me puse a preparar dos copas.

Yo: Esta no te la cargo, que no quiero que te duermas.

Leo: Yo las preparo, tu mientras vete quitandome la corbata.

Me acerqué por detrás, le dí un mordisco en la oreja y besé su cuello en cuanto quité su corbata. Mi polla ya se estaba poniendo dura, rozando su perfecto culo.

Yo: Voy a desabrocharte un poco la camisa que parece que estás acalorándote.

Leo se giró para darme mejor acceso a su camisa, y dijo: Entonces creo que tendré que abrirte los pantalones ya que se te nota un poco acalorado ahí abajo.

Me abalancé a su boca,mientras que lo agarré por el culo mientras el me desabrochaba mis pantalones y estos caían rápidamente al suelo. Yo hice lo mismo con sus pantalones. Dejamos la ropa tirada en la cocina, cojimos nuestras copas y nos fuimos al sofá. Él llevaba un slip azul marino y la camisa azul clara que había llevado al trabajo.Me ponía muchímo con el traje, pero tenerlo con la camisa abierta y el slip me daban ganas de follarlo.

Yo tenía la camisa blanca, la corbata y unos boxers del mismo color que el. Se abalanzó sobre mí para quitarme la corbata y abrir mi camisa.

Leo: Mejor así, los dos en las mismas condiciones.

Nos pusimos a tomar la copa, yo me relajé hacia atrás en el sofá y el bien pegado a mí hizo lo mismo, pasando su pierna izquierda sobre mi pierna derecha. Yo aproveche para posar mi mano sobre su muslo, tocando ligeramente su paquete, que como el mío seguía duro desde el ascensor.

Estuvimos charlando bastante rato, algún toqueteo que otro, besos de vez en cuando.

Yo: Qué te parece si preparo otra copa?

Leo: Mejor nos tomamos una cerveza, que sino....

Yo: Tienes miedo a que me folle ese culazo?

Leo: No tengo miedo a nada.

Yo: Eso ya lo veremos.

Me acerqué a la cocina y volví al salón con las cervezas y salimos al balcón a fumar un cigarro. Estaba oscureciendo y la temperatura era agradable, pero me estaba poniendo malo la postura que tenía, se apoyó en la barandilla con sus brazos poniendo su culo aún más en pompa. Le dí un pequeño cachete,

Yo: Vamos para adentro, que al final te lleno yo el culo de leche.

Leo: Con tal de que me dejes llenartelo luego a tí, me puedes hacer lo que quieras.

Leo se tumbó en el sofá, me quedé mirándolo fijamente. Marcaba su rabo duro que intentaba escapar por la corta tela del slip. Me hizo un gesto para que me acercara y me abalancé a comerle los pezones, bajé lamiendo su abdomen mientras que con mis manos le agarré el culo y me deshice de su slip.

Yo: creo que vas a estar más cómodo así.

Asintió con la cabeza mientras observaba mis movimientos. Acerqué su slip a mi nariz y pasé por mi boca las manchas de precum que había dejado.

Leo: Va siendo hora de que me quites la camisa.

Se incorporó para ayudarme mientras, el desabotonaba mi camisa y hacía lo mismo con la mía. Agarró mi paquete

Leo: Bueno pues creo que tu deberías ir quedándote sin esos boxers

Yo: Ya me la quieres meter? Espera un poco

Leo sonrió y bajo mis boxer, se quedó mirando a mi polla y recogió una gota de precum, la acercó a mis labios y me besó.

Le empujé al sofá , se quedó sentado con las piernas bien abiertas, me arrodillé y empecé a hacerle una mamada, sin prisas, haciéndole disfrutar. El solo puso sus pies sobre mis hombros, dejando su culo expuesto para que se lo comiese. Pasé mi lengua despacio, bien lubricada, le daba besos en el culo, en sus bolas, en las ingles. Los dos estábamos totalmente entregados, yo en darle placer y el en disfrutar del momento.

Leo: Vamos a tu cama, que estaremos más cómodos

Fuimos a mi habitación y esta vez Leo me empujó haciéndome caer en la cama, se puso de rodillas y empezó a lamer el precum que tenía en mi capullo. Joder, que bien comía la polla este cabrón, estaba disfrutando de cada lamida.

Se subió encima de mí, puso sus rodillas sobre mis hombros, acercó su polla a mi boca y comenzó a follarme la boca. Por fin me estaba dando caña, aunque me gustase cuando me dejaba que le chupase, me flipa que me follen bien la boca. Estuvimos así durante un rato, el cambió de postura, se giró y sentando su culo en mi cara, empezó a comerme la polla  mientras yo metia mi lengua los más profundo que podía en su culo. Los dos gemiamos como auténticas perras.

Yo: Como no pares vas a tragarte mi leche, y yo también te quiero llenar el culo.

Leo: Date la vuelta que te voy a comer el culo.

Me puse en 4, con mis manos en mis nalgas para dejarlo lo más abierto posible. Me dió un cachete, escupió en mi ano y pasó un dedo esparciendo su saliva. Puso sus manos sobre las mías, acercó su boca y comenzó a masajear con su lengua mi ano, lo escupia, metía un dedo, volvía a comerme, me agarraba las bolas mientras follaba con su lengua mi culo.

Yo: Follame ya cabrón, que me tienes malo.

Leo: Que ansioso, me encanta que me pidas que te folle.

Yo: No aguanto más, la quiero dentro.

La metió despacio, pero con esa comida de culo que me había hecho entraba sola, empezó a darme pequeñas embestidas, haciéndome gemir y pidiéndole que me diese duro. Empezó a sacarla y meterla de golpe, mi polla no paraba de babear por la follada que me estaba dando.

Leo: Como siga te voy a acabar preñando.

Yo: Pues vamos a cambiar.

Leo me hizo tumbarme boca arriba y volvió a sentar su culo en mi cara, lo tenía bastante dilatado. Se sentó sobre mi polla sujetándola con una mano y poco a poco empezó a metérsela.

Leo: Déjame que vaya despacio.

Yo: Tómate tu tiempo, tranquilo. Si te hace mucho daño puedes parar no me importa.

Leo: Quiero que me llenes el culo al igual que yo te lo voy a llenar.

Consiguió meterla entera, suspiró, me miró y sonreimos. Se acercó a mi boca para darme un beso, le agarré por el cuello y empecé a comerle el cuello y las orejas mientras con suaves movimientos iba cabalgándome.

Parecía que ya solo sentía placer, cada vez se movia mas rápido y por su cara y gemidos se notaba que estaba disfrutando. Decidí cambiar de postura, le puse boca abajo, abrí un poco sus piernas y comencé a follarle duro, como me gustaría que me hiciese a mí. Gemía fuerte y me pedía que lo preñase, después de unos minutos dándole duro, no pude aguantarme más y empecé a llenarle el culo de leche. Dejé mi polla por unos minutos dentro, notando sus pequeños espasmos, me acerqué a su oído.

Yo: Ahora tu, me vas a llenar bien de leche.

Me senté sobre su polla y empecé a follarme lo más duro que pude, mi rabo aún seguía duro y le daba pequeños golpes en su abdomen. Puse mis manos hacia atrás y levanté un poco el culo para que él me follase. Me tenía agarrado por la polla mientras el se estiraba lo más posible para clavarla en el fondo de mi culo, dejándola ahí por segundos.

Leo: Estás listo para que te preñe?

Escuchar esas palabras mientras su polla estaba en los más hondo de mí me puso tan cachondo que con su mano agarrando mi polla, empecé a correrme por segunda vez, mientras que Leo notando presión en su rabo empezó a llenarme el culo de leche. Con su polla aún dentro mientras se estaba corriendo empezaba a arrollar su leche. Me quedé sentado sobre su polla mientras los dos con la respiración entrecortada nos mirábamos y reíamos.

Yo: Cabrón, me has hecho correrme otra vez. Con lo bueno que estás y lo bien que follas, no me explico porque casi no follas.

Leo: Jajajaj gracias, bueno es que no siempre encuentro alguien de confianza con quien pueda disfrutar.

Yo: Si lo llego a saber antes, te invito todos los días después del trabajo para tomar algo.

Me tumbé a su lado y nos quedamos mirando

Leo: Mira, desde el primer día que empezaste a trabajar me gustaste, pero necesito entenderme y llevarme bien con la otra persona para follar, no lo hago con cualquiera.

Yo: Y cómo sabías que conmigo sí?

Leo: Pues te escuché hablando con Luis, no sabía que eras su amigo.

Yo: Y exactamente que escuchaste?

Leo: Jajajaj decidí entrar cuándo la conversación se iba a poner caliente.

Yo: Por eso te decidiste a tirarme la caña en el baño.

Leo: Llevaba tiempo dándole vueltas y surgió esa ocasión.

Yo: Desde que llegué me gustaste, pero nunca quise hacer nada con compañeros de trabajo. Pero me provocaste demasiado.

Leo: Bueno a los dos nos gustó, de ahí que hemos repetido.

Yo: Ya, pero ahora que vas a hacer?

Leo: Pues mira lo de marruecos no me motiva, intentaré buscar algo por aquí a ver si me sale.

Yo: Y cuando acabes, me vas a seguir dando tu leche?

Leo: Cuando quieras.

Me besó.

Leo: Te importa si me quedo a dormir? No me apetece ir a mi casa y tener que explicarles nada.

Yo: Claro, pero que sepas que te voy a hacer la cucharita.

Leo se quedó, pasamos todo el fin de semana juntos, no le apetecía ir a su casa. Estuvimos riendo y contándonos más intimidades y obviamente follando. El domingo por la noche decidió ir a su casa para preparar las cosas de su última semana de trabajo.

Después de dos meses sin encontrar trabajo, Leo decidió irse al extranjero, donde le ofrecían un trabajo bastante interesante y aceptó. Seguimos en contacto,aunque no podemos vernos lo que nos gustaría, pero cuando nos vemos hacemos todo lo que nos decimos que vamos a hacer cuando hablamos.

Espero os haya gustado la historia con Leo, después de 3 años me sigue poniendo igual de caliente  que el primer día.

Decidí no contar lo que pasó en esos meses después de la primera vez que nos follamos porque es sexo sin mas.

Yoooo_2@hotmail.com