Con mi compañero de trabajo (1)

De como le comí la polla a un compañero en el baño

Antes de nada, muchas gracias por los comentarios y emails recibidos por anteriores relatos. Sólamente decir que algunos me comentan que esperaban más acción o preferirían que hubiesen sucedido cosas de diferente manera. Los relatos que escribo son 100% reales por lo que simplemente narro lo que sucede en cada ocasión, yo también cambiaría o añadiría cosas pero prefiero basarme en la realidad de los relatos.

Conseguí un trabajo temporal en una multinacional, un amigo, Luis, que trabajaba en esta empresa de RRHH, me ofreció el puesto. Estaba bastante contento ya que trabajaría con mi amigo y aunque estuviésemos en diferentes departamentos me daba seguridad tener alguien de confianza.

Mi amigo también era gay, pero nadie en la compañía sabía que lo éramos, aunque no lo escondíamos  siempre evitamos hablar de otros hombres en el trabajo.

Antes de empezar me había explicado un poco como eran mis compañeros, y me había hablado de Leo, me dijo que era un poco desorganizado en el trabajo pero que era el más guapo de toda la empresa. Tenía un año menos que yo, 25, era bajito, medía 1,65, corte de pelo moderno, normal de cuerpo pero con un bonito culo bombeado.

Todos mis compañeros de trabajo y jefes eran bastante simpáticos, había muy buen ambiente laboral.

Yo me llevaba bastante bien con Leo, bromeamos, hablábamos de cualquier cosa, típico en cualquier trabajo. La verdad que mi amigo tenía razón cuando me dijo que era el más guapo, aunque también había otros compañeros que no estaban nada mal.

Leo parecía el típico hetero que le gusta gustar a los tíos, pero nunca me pareció que fuese de los que se animan a probar.

Un lunes, estaba con mi amigo tomando un café en la máquina y le estaba contando que el fin de semana había conocido a un chico y que pasamos la noche juntos, dejé de contarle la historia ya que alguien entró en la sala. Me giré y vi que era Leo, que entraba muy sonriente en la sala.

Yo: Anda que contento para ser lunes, parece que a alguien se le dió bien el fin de semana.

Leo: Creo que no tan bien como a tí, qué te estaba escuchando.

Yo: Si quieres te lo cuento, pero no creo que te vaya a gustar.

Luis: Bueno yo os dejo que tengo una entrevista y prefiero no saber vuestras historias.

Nos tomamos el café juntos, hablando de tonterias y decidimos incorporarnos a nuestro puesto, en el camino

Yo: Bueno, entonces follaste el fin de semana o no me lo vas a contar?

Leo: jaja estás tonto eh, no se puede venir contento sin más?

Yo: Si, lo único que me extraña en tí.

Leo: Pues no es por eso, es más no me acuerdo ni cuando ha sido la última vez que me hice una paja, no tengo apenas tiempo ni intimidad. Y tu no me vas contar lo que le contabas a Luis?

Yo: Mejor que no, no vaya a ser que te pongas cachondo y no te concentres en el trabajo.

Pasaron los días, como siempre,bromeando, charlando. No había vuelto a sacarle el tema ya que parecía que no quería compartir mucho. Hasta que un día en la hora de descanso, yo me había quedado en una sala que teníamos para guardar nuestras pertenencias y se comunicaba con los aseos de hombre. Yo estaba sentado en el banco donde estaba mi taquilla, justo enfrente del acceso al aseo.

Desde donde yo estaba sentado, tenía vista a los urinarios de pared. Al cabo de un rato, apareció Leo, parecía que tenía la vejiga bien llena, ya que entraba corriendo desabrochando los pantalones.

Leo: Bfff que ganas tenía de mear, pensé que no llegaba.

Yo: Ya veo...

Leo: Creo que se me escapó alguna gotilla.

Yo: Jajaj que cerdo.

Leo: Mas cerdo eres tu, que seguro estás mirando como meo.

Yo: Ya te gustaría que te la mirase alguien.

Leo: Con lo salido que estoy últimamente me da igual quién me la mire.

Se separó del orinal, y se acercó a mí mientras parecía meterse la camisa por dentro del pantalón. Le eché una mirada de arriba a abajo y pude ver como en sus slpis blancos había lo que parecía una gota de pis.

Se acercó a donde yo estaba sentado, con los pantalones aún abiertos pegó su pierna a mi brazo derecho.

Leo: Que haces?

Yo: Pues aquí con el insta.

Leo: Joder, creo que al final se me escapó una gotita.

Me giré para ver esa gota que se marcaba en su paquete, miré hacia arriba y comprobé que Leo tenía una cara de salido que no se podía aguantar.

Yo: Pues no estoy seguro de que sea pis.

Leo: Entonces?

Yo: Con lo caliente que dices que andas, seguro que se te escaparía algo de precum.

Leo: Y por qué no lo compruebas?

Sin dudarlo un segundo, acerqué mi nariz a su paquete, lo miré buscando aprobación y acto seguido saqué mi lengua para saborear esa gota que aún estaba húmeda.

Yo: Así con la tela no estoy seguro de que sea pis.

Leo: Y por que no la retiras a ver si descubres de que es?

Le saqué la polla por encima de la goma del slip, ví que tenía el capullo algo mojado. Lo acerqué a mi nariz, tenía una mezcla de olor a pis y a precum.

Yo: Huele un poco a todo, pero muy suave,  mejor que le des un agua.

Leo: Es que en el grifo solo hay agua fría, prefiero lavarlo con algo mas caliente.

Le baje el prepucio y le dí un par de lamidas para limpiarle los restos.  Parecía que le estaba gustando, porque cada vez se estaba poniendo mas dura.

Leo: Voy a necesitar una limpieza a fondo.

Me metí su rabo en la boca hasta que noté que estaba bien duro y me levanté.

Yo: Ahora está limpio, pero creo que vas a necesitar que te vacie los huevos para que no sigas soltando precum.

Me levanté, agarré su culo por debajo del slip y lo acompañé a uno de los cubículos. Le bajé los pantalones hasta los tobillos y le hice sentarse.

Comencé a hacerle una buena mamada, lamiendo sus huevos, las ingles, chupándosela lentamente y dejándole su polla hundida en mi garganta.

Le quité sus pantalones del todo y le hice poner sus piernas sobre mis hombros mientras seguía comiéndole su polla. tenía un tamaño perfecto sobre todo para su altura, le mediría 16cm y tenía unas bolas que entraban perfectamente en mi boca. Se abrió la camisa dejándome ver ese pequeño pero bien marcado torso, no me pude resistir al ver esos rosaditos pezones que estaban pidiendo acción. Me senté sobre sus piernas para comerle los pezones, le quité la camisa y noté un ligero olor que venía de sus axilas. Le pasé uno de sus brazos por detrás de cabeza y hundí mi nariz en su axila.

Yo: Creo que aquí vas a necesitar una lavadita.

Comencé a comerle la axila derecha, parecía gustarle por los gemidos que soltaba en mi oreja. Con la otra mano empezó a agarrarme el culo, primero por encima del pantalón, pero enseguida consiguió meter su mano para acariciar la entrada de mi culo con sus dedos.

Me estaba poniendo muy cachondo y no podía aguantar por clavarme su rabo en mi culo, pero se nos estaba acabando la hora de descanso y quería que me follase en condiciones.

Volví a ponerme de rodillas y continué comiéndole el rabo, ensalivé mi dedo índice y lo acerque a su ano, que parecía estar algo abierto.

Leo incorporándose me dijo: "deja el dedo y cómeme el culo". Mis deseos al fin se cumplian, llevaba desde el primer dia que lo conocí con ganas de comerme ese culazo.

Empezó a pajearse mientras yo le lamía y le mordisqueaba  la entrada a su cueva.

Leo: Bfff cabrón, que boca tienes, estoy a punto de correrme.

Le dí la vuelta y ayudé a que vaciase los huevos. Le lamía el capullo mientras el seguía pajeándose, haciéndole entender que me iba a tragar toda su leche. Dejó de pajearse, agarró mi cabeza con las dos manos y follándome la boca suavemente empezó a soltar chorros de su espesa corrida en mi boca.

Leo: Joder, desde el primer día que te ví quería llenarte la boca.

Yo: Pues a ver si la próxima vez me llenas el culo.

Leo: Cuando quieras.

Nos arreglamos un poco la ropa, salimos del baño y nos aclaramos un poco con agua.

Nos fuimos a trabajar, la verdad que parecía que nada había pasado entre nosotros, seguiamos con el mismo buen rollo y ningún compañero sospechó nada.

Queda pendiente la segunda parte...

Yoooo_2@hotmail.com