Con mi compañera de trabajo

Mi compañera de trabajo me sorprende con una nueva forma de disfrutar el sexo para mi

Con mi compañera de trabajo

Primero las presentaciones, soy un chico de unos 30 años, 1.80mts, el pelo morocho y tengo buena figura, no soy un modelo ni nada parecido pero estoy bien.

Esta historia ocurrió hace unos años cuando vivía en Barcelona, en ese momento si me creía lo más y el tener bastante éxito con las mujeres me tenía bastante creído. Trabajaba en una empresa de desarrollo de software y de las pocas mujeres que suelen poblar este tipo de empresas, a las que estaban buenas, me las había follado a casi todas.

Esta historia ocurrió con una compañera que al principio descarte pero poco a poco se fue ganando cada vez más miradas. Ella se llamaba Laura. Laura era, aunque me suene mal decirlo ahora, pero era lo que pensaba en aquel entonces, gordita. Media 1.70mts y al principio, como decía, la descarté completamente por su peso, no era que fuera una cosa terrible, pero yo en ese momento buscaba la “perfección” (un completo idiota, lo sé). El caso es que cuando te detenías a mirar a Laura, te dabas cuenta que su figura era muy sensual, estaba bien proporcionada, unas curvas muy interesantes y una cara preciosa.

Con el paso de los días, empezamos a trabajar bastante codo a codo y nos unimos bastante ya que teníamos gusto y aficiones muy similares con lo cual, nos fuimos haciendo muy buenos amigos. Con el paso de los meses, quedábamos para tomar algo después del trabajo, chateabamos pero nada más que eso, estaba claro que había mucha química pero yo no la veía como una mujer “follable”.

Todo cambio en las clásicas salidas de fin de año empresariales, habíamos cenado con una cantidad ingente de alcohol y luego salimos de copas, y copas, y más copas. En cada cambio de bar íbamos perdiendo cada vez más gente y solo quedaba un grupo reducido. Justo cuando estábamos saliendo del último bar, yo iba último y ella anteúltima, no sé cómo paso, pero ella se giró para mirarme, me sonrió y en ese momento la tomé fuertemente del brazo, la atraje hacia mí y la bese profundamente. Rápidamente no fundimos en un beso mientras nos alejábamos del grupo para quedar solos.

Fuimos caminando hacia su casa, manoseándonos en cada esquina hasta llegar al portal, yo debido a mi estado no es que pensaba mucho, suponía que iba a subir con ella, pero en la puerta me dijo: “lo siento Walter, pero hoy no. El viernes que viene te invito a cenar a casa y te compenso”. La verdad que me quedé sorprendido, en un rápido movimiento me beso, me acaricio mi paquete y me dijo adiós. Me toco caminar hasta casa, extremadamente caliente, llegar, ducha, paja y a la cama.

La semana transcurrió de lo más normal, me acordaba de lo que había sucedido el fin de semana anterior pero no tenía todos los detalles así que tampoco le di más importancia. El jueves Laura mi dijo: “te espero en casa mañana a las 9”.

El viernes a las 9, estaba puntual en su portal con una botella de vino, subí y toque su puerta, al abrir me lleve una de las sorpresas de la noche, Laura estaba “vestida” con un corset imposible, que le hacia la cintura caricaturesca de lo apretado que estaba, que le cubría parcialmente sus pechos, una tanga de cuero, liguero, medias de red y unas sandalias con un tacón de 10cm y  su cuello estaba adornado de una cinta de cuero de 2 cm, todo el conjunto provoco en mí una erección instantánea. Me invito pasar, y sentarme en el sofá mientras se subía a horcajadas mío y mientras me besaba me decía lo bien que lo íbamos a pasar esta noche, que me dejara llevar y que disfrutara. Se fue para ir a servir la cena y me dejo pensando en que no tenía idea de cómo iba a terminar todo esto. Hasta ese momento, mi experiencia en lo sexual si bien era variada en parejas, solo había sido del tipo vainilla, poco había salido de ese mundo salvo alguna cosa en lugares públicos, algún anal y algún juego light, me daba la impresión de que esa noche iba a ser muy “educativa” pero aun no tenía claro mi rol.

Laura sirvió la comida en la mesa y me invito a ir con ella, pero antes me dijo que no podía cenar así vestido, por lo que poco a poco me fue desnudando y nos sentamos en la mesa, ella vestida de infarto y yo completamente desnudo con una erección que por el tiempo que llevaba (desde que había cruzado la puerta) y la dureza ya me empezaba a molestar. Empezamos a cenar de forma “normal” hasta que siento uno de sus pies acariciando mis huevos, Laura se había descalzado y por debajo de la mesa me masajeaba huevos y perineo con uno de sus pies con una maestría nunca vista por mí, mientras ella llevaba una copa de vino a su boca como si nada ocurriese. Fueron pasando los diferentes platos, y cada vez que Laura se levantaba, pasaba por detrás mío, me besaba el cuello, la oreja, me pasaba las manos por el pecho y cada vez terminaba con una suave caricia en mi polla, la cual estaba cada vez más a reventar y con bastante liquido pre seminal.

Terminamos de comer el postre y la posterior copa, nos levantamos besándonos en dirección a un espacio vacío de su salón y siento que me cubre los ojos con un antifaz. Yo quería seguir deleitándome con su visión y así se lo dije a lo que Laura me contesto: “Tranquilo, es para un par de sorpresas y te dejo ver todo el resto, ahora no te muevas”. Se separó de mí y empezó a dar vueltas alrededor mío, haciéndome pequeñas caricias por todo el cuerpo, realmente no podía más, estaba completamente entregado, sumamente excitado. Escucho que toma algo y me dice: “Pon los brazos detrás de tu espalda lo más juntos que puedas”. Hago lo que me dice y noto que pasa como una bolsa de cuero por mis brazos hasta casi mis hombros, pasa dos cintas cruzadas por delante de mi pecho y empieza a ajustar la “bolsa” hasta que mis codos quedan juntos detrás de mi espalda (luego me enteraría que dicha bolsa se llama “armbinder”). Una vez puesto como ella quería, se vuelve a separar, continua tocándome y vuelve a separarse, otra vez escucho como que toma algo y enseguida siento una esposa de cuero en mi tobillo izquierdo y luego otra en mi tobillo derecho, me dice que separe las piernas y engancha una especie de barra en los pies que no permite que los cierre. Ahora si estoy completamente inmovilizado.

Vuelve a separarse, vuelve a tocarme, le comento que no puedo más, que me suelte, que no puedo aguantar un momento más sin folllarla, ella se ríe, vuelve a buscar algo, se acerca a mí, me agarra del pelo y me besa profundamente, cuando nos separamos del beso ella empuja algo de goma en mi boca y lo ajusta con unas correas en mi nuca (un ball-gag). Ahora si me saca el antifaz y me dice que ya puedo disfrutar.

Estoy en el medio del salón, inmovilizado de brazos, con una barra de 90cm que separa mis pies y amordazado. Miro hacia todos lados mientras ella se aleja, se sirve una copa de champagne y se sienta en una silla a 1 metro mío. Mientras se toma su copa, ella sigue jugueteando con sus pies mis huevos y mi polla. Termina el champagne, se arrodilla y se acerca gateando a donde estoy. Se lo que va a hacer, no puedo esperar que llegue, creo que voy a llegar sin que me toquen cuando su boca se acerca a mi glande y poco a poco se lo va introduciendo en su boca, el placer es infinito, pero el ritmo es tan lento que no puedo llegar a pesar de estar tan cerca.

Se levanta, me deja a medias, da vueltas alrededor mío, de un cajón saca una cuerda, se sube a una silla y la pasa por un gancho del techo que nunca me había dado cuenta que está casi encima mío, pasa un extremo de la cuerda por el final del Armbinder que tengo puesto, donde hay una hebilla y tira del otro extremo de la cuerda, haciendo que mis brazos se separen de mi espalda obligando a inclinarme ligeramente hacia delante. Laura está detrás mío y ya no sé qué es lo que busca, pero siento que abre un cajón y saca algo, se acerca, se arrodilla nuevamente pero esta vez a mi espalda, abre mis glúteos con la mano y siento su lengua en mi ano, primero suave, luego más fuerte y por ultimo intentando entrar dentro mío. Cuanto placer, nunca me habían hecho esto, estoy en el cielo, ella se separa de mi nuevamente y siento algo frio resbalar por mis nalgas, supongo que algún tipo de gel, Laura lo junta y lo esparce con el dedo índice y posteriormente lo introduce dentro mío. Lo saca, da la vuelta y se pone frente mío, de rodillas nuevamente, otra vez se acerca despacio y se come mi polla lentamente pero esta vez, su boca se sincroniza con su dedo y mientras su boca busca el final de mi polla su dedo se entierra en mi culo y masajea mi próstata. Estoy tan cerca de llegar que todo mi cuerpo tiembla, pero no me deja, nunca le imprime el suficiente ritmo para que pueda alcanzar el orgasmo.

Otros minutos de la misma tortura, una felación lenta y un mete y saca el dedo, estoy a punto pero me falta algo más. Laura retira el dedo, se saca la polla de su boca, se para y va hacia un armario. Todavía tiene todo el outfit puesto y se ve todavía más impresionante que al inicio de la noche. De un cajón saca un consolador pegado a un arnés y en un rápido movimiento se lo coloca a la altura de su cintura y lo ajusta. Se lo que va a hacer, pero estoy tan caliente que mientras me deje llegar no me importa nada. Alguna pareja había jugado con mi agujero antes, pero no pasamos de un dedo o algún juguete fino, este consolador era más ancho que mi polla y muchísimo más largo, veo como se echa un montón de gel encima del consolador y busca el extremo de la cuerda del gancho del techo, tira más de ella, separando más mis brazos del cuerpo y ahora prácticamente estoy tan agachado que estoy casi paralelo al suelo. Se agacha y abre aún más la barra de mis pies, en esa posición siento el fresco del aire en mi culo que en esa postura ha quedado completamente indefenso. Laura no dice nada, y yo además de excitado estoy sumamente avergonzado, tengo el polla tan erecta a pesar de la situación que parece que va a explotar y lo único que puedo articular de palabra son unos sollozos inteligibles y gran cantidad de baba que se cae por la comisura de mis labios.

Laura se acerca por detrás mío, siento sus dedos jugar con mi ano, un dedo.. dos dedos y el tercer dedo, entre lo excitado que estoy y el gel entran y salen sin resistencia, luego de jugar un rato, Laura se pone en posición, apunta el consolador en mi culo y presiona, primero cuesta entrar pero luego se desliza sin pausa todo adentro. Siento la incomodidad inicial, no es dolor pero me molesta, Laura se queda un rato quieta mientras me relajo y la molestia va pasando y luego me empieza a follar, primero despacio y luego fuerte y violentamente. Mi próstata parece que va a estallar, me siento tan cerca de llegar sin que me toquen la polla que no lo puedo creer pero a pesar de estar tan cerca no consigo descargar. Laura sigue implacable durante otros 5 minutos hasta que siento un último empujón que entierra todo el consolador en mi culo y siento como se saca el arnés. Se desengancha de mí, pero el arnés sigue en su lugar, afloja un poco la cuerda de mis brazos y quedo a 45°, se arrodilla enfrente mío, se traga mi polla y me pasa una mano por debajo agarrando el arnés. Con la boca me folla y con la mano mete y saca el arnés al mismo ritmo cada vez mas rápido. Ahora sí, siento la electricidad en mi cuerpo y en 7 u 8 movimientos de Laura no puedo más y descargo toda mi leche en la boca de Laura que con una sonrisa se traga todo y continua ahora despacio con la felación. Me saca el consolador, la barra de los pies, afloja la cuerda, me saca el ball-gag y por último el armbinder, luego me lleva a la cama y caigo rendido después del mejor orgasmo de mi vida. Veo a Laura que se saca la tanga y se sienta en mi cara, dejando su coño depilado y empapado justo enfrente de mi boca, no tengo que hacer mucho para que Laura alcance un orgasmo con mi lengua, ella parece que también venía muy excitada, se acuesta al lado mío, se saca el corset, respira hondo, me besa y me dice: “Mañana seguimos” y caemos dormidos los dos profundamente.