Con mi amigo David

Mi amigo David vuelve a mis adentros y como siempre me hace sentirme como una puta

Buenas a todos los lectores. Soy Amaya, tengo 39 años, soy pelirroja, ojos marrones, 1.69, 66kg y una 105B.

Siempre fui bastante sexual, mi primera vez fue a los 18 años (relato que ya os contaré). Soy una mujer divorciada con un hijo de 20 y una hija de 18

Este relato que os contaré pasó hace unos meses. Fue con un amigo y así sucedió:

Era 24 de diciembre, siempre celebró una gran fiesta con amigos míos y de mis hijos, éramos unos 20 en casa. Sin irme por las ramas diré, que fue una gran velada, con risas y una gran comilona.

Tras la cena obviamente corrió alcohol como en todas las cenas navideñas, mi casa no iba a ser menos.

Mi casa es grande y dispone de algunas habitaciones libres, por lo que algunos invitados se fueron yendo y otros tenían permiso para quedarse. Yo estaba en el sofá con mis dos amigos (les llamaré Javi y David), son bastante guapos y me tratan muy bien. Todo eran risas y más alcohol, yo me iba envalentonando, la conversación iba subiendo de tono sin ningún tipo de tabú, ya me había acostado con ellos por separado y juntos. En un punto de la conversación Javier se empezó a encontrar mal, había bebido mucho y se fue al banco a vomitar y con ese acto perdí toda esperanza de hacer un trío. Pero ahí seguía David, a mi lado, le pegué un trago a mi bebida y me acerqué a él, le abracé y nuestras lenguas de unieron en nuestras bocas en una.

Rápidamente le levantó y me agarró de la mano, con algo de fuerza y fuimos directamente a mi habitación.

Yo realmente estaba muy cachonda,el alcohol ayudaba a ello, por lo que nada más cerrar la puerta, me puse de rodillas, le quité el cinturón y le bajé los vaqueros, metí la mano en sus calzones y salió esa enorme verga de 22cm, y muy gorda, que me vuelve loca. Rápidamente empecé a saborear aquel enorme trozo de carne pasando mi lengua por su cabeza, dios que bien sabe. Poco a poco fui introduciendo aquella verga en la boca para que mi garganta fuera dilatando, pero él no aguantó más y me la metió hasta la garganta tirándome del pelo hacia ella, mi saliva chorreaba y las arcadas empezaban a notarse, por cada arcada la sacaba y me la volvía a incrustar en mi garganta, mi coño estaba ardiendo y sentía como mis bragas de empezaban a mojar.

Estuvo metiéndola bastante tiempo con grandes arcadas por las embestidas, pensaba que solo quería oral por lo que me la saqué y le dije:

Por dios, follame, necesito sentirla dentro de mí.

Acto seguido de que le suplicara se fue a la cama y de sentó en el borde de la cama, cogí un preservativo, me lo puse en la boca y así se lo metí en su falo.

Me desnudé y como sé que le gusta me puse a  cuatro patas, acto seguido puso su verga a la entrada de mi vagina y de una estocada me la metió hasta lo más profundo de mi intimidad. Un gemido de placer y dolor salió de mis adentros. Me cogió por la cintura y sin piedad me daba fuertes embestidas sin parar. De mí no salían gemidos ni de dolor ni de placer, solo podía mantener la boca abierta sin soltar ni un suspiro

.

Me gustaba que me follaran duro pero él siempre me daba más de mí límite y no sé por qué siempre repetía. Sin esperarlo noté un golpe seco y fuerte en mi nalga, un grito de dolor retumbó en toda la habitación y sin piedad volvió a golpear mis nalgas, las sentía ardiendo y muy dolorosas, lágrimas empezaban a salir de mis ojos y el llanto de mis adentros. Sus embestidas empezaron a subir de intensidad y su polla engordó aún más en mi vagina a lo cual respondió pese al dolor con un orgasmo  que volvió a inundar la habitación cuando acto seguido cogió más impulso y la metió hasta dentro y notaba como el preservativo se empezó ha hinchar llenándose de su semen. Volvió ha azotarme con bastante fuerza y quejidos volvieron a salir de mis adentros. Me la sacó tiró el condón al suelo, se vistió y se fue. Esa parte me ponía, me sentía puta solo faltaba que me pagará. Caí redonda en la cama placentera y dolorida.

Espero que os haya gustado, si noto acogida seguiré subiendo relatos, muchas gracias