Con los padres en misa ...nos comemos el cirio

Dos jóvenes aprovechan que se quedan solos en casa para disfrutar aprendiendo el uno del otro.

★★★

[Papa y mama se han ido a misa]

Estaba deseando probarlo y llevaba semanas pidiéndoselo pero mi hermano pequeño seguía negándose.

-¡No sé cómo no te asco con solo pensarlo!... ¡Meamos por ahí Pau! …¿Cómo quieres que me la meta en la boca?- Me dijo un Toni totalmente cargado de razón mientras seguía menándomela.

A mí también me daba mucho asco, pero en el instituto todo el mundo no paraba de hablar de las mamadas y del gusto que daba cuanto te las hacían, así que decidí arriesgar un poco antes de desistir definitivamente.

-¡También te daba asco sacarte la leche y ahora no solo no lo haces dos o tres veces al día sino que también me la intentas sacar a mí!-Le contesté mientras le acariciaba la cabeza de forma cariñosa.

Los dos estábamos completamente en pelotas, tirados sobre mi cama y disfrutando del fabuloso momento de intimidad que se nos proporcionaba cada vez que papa y mama se iban a misa.

★★★

[Cómplices]

Habíamos jugado, crecido y hasta nos ha fuimos desarrollando físicamente en esa reducida habitación que estábamos obligados a compartir. La reducida estancia, en la que apenas cabían dos camas de cuerpo, formaba parte de un piso de no más de  sesenta metros cuadrados ubicado en un barrio muy conocido de una Barcelona pre-olímpica.

Alguna vez Toni se tuvo que dar cuenta que esos gemidos que emitía su hermano mayor cuando se acostaba no eran normales.

Sería entonces cuando empezó a espiarme en secreto y supongo que descubriría como se desarrollaban los hechos.

Una tarde en la que mama, estaba en misa, entró de sopetón en el cuarto compartido para preguntarme si quería algo de merendar.

Me pilló con la polla dura en la mano y completamente desnudo.

Incapaz de cubrirme con nada

Había calculado bien el tiempo y el muy cabrón llegó en pleno orgasmo, así que me ví  ante el retorciéndome hacía un lado por la vergüenza de que me viera asi desnudo y con mi polla escupiendo semen como una loca.

-¡Se lo voy a decir a mama!-comenzó a burlarse al hallarme en la habitación de esa perverida forma

-¡No, no lo hagas!-Le supliqué.

-Entonces …explícame porque te la tocas tanto, hasta que te sacas eso blanco del pito.

-¿Me has visto?-Le pregunté intrigado.

-Todas las noches lo haces-Me contestó más seguro de sí mismo que nunca.

-¿Tu también te la tocas?-Le pregunté al ver el bulto que se le había puesto en el chándal que llevaba.

-Si, … cuando te quedas dormido.-Me contestó- Pero no me sale lo blanco

-Te hago lo mismo para que veas, pero solo si no le cuentas a mama.

Se acercó a la cama, cuando se la toqué por encima de la tela, estaba temblando de excitación .

-Pero, …Y si viene alguien.-Preguntó nervioso

-¿Quién quieres que venga?-Le contesté mientras metía la mano dentro del calzoncillo para agarrarle esa vibrante polla.

-No, se…Papa o mama supongo.- Me dijo mientras se rascaba la cabeza pensativo.

-¡Mama está en misa!, … no vendrá hasta las ocho

No lo esperaba y al movérsela con fuerza, suspiró y entre gemidos se derramó en mis manos.

-¿Y ahora qué?-Me preguntó rojo como un tomate.

-Ahora dame un poco a mí.

Me había vuelto a empitonar y estaba dispuesto a que mi hermano me devolviera el favor, ahora que sin quererlo ambos éramos cómplices del mismo hecho delictivo.

★★★

[El soplón]

La casa permanecía en silencio, mama hoy también se había ido a misa de siete. Solo el flap, flap, flap, que emitía mi dura polla al ser descapullada rítmicamente, perturbaba el ambiente.

La experta mano pajera de mi hermano se esmeraba en obtener cuanto antes de mis bamboleantes pelotas el espeso jugo que terminaría manchando sus manos más pronto que tarde.

De nuevo volví a pedírselo.

-¡Solo una pequeña lamida, puedes probar con la punta de la lengua… y si sabe muy mal lo dejas!

-¡Te he dicho que no Pau, cuántas veces tengo que repetirlo!

Ese desagradecido, al que contra mi voluntad  le había terminado enseñando lo bueno que era pajearse el uno al otro, no quería pasar de ahí.

Esas competiciones pajeras que hacíamos todas las tardes, se estaban volviendo cada vez mas lujuriosas y en esa lujuria poco a poco iban entrando unas ganas locas de probar cosas nuevas. El juego comenzaba por  ver quién soltaba la leche antes.

El que perdiera se la cascaría al otro cuando nos quedáramos a solas al día siguiente.

Unas veces ganaba él y otras lo hacía yo, pero siempre después de corrernos y con nuestra respiración todavía algo agitada por el intenso placer que habíamos obtenido en el intento, terminábamos acordando que habría una revancha para el perdedor.

Fue así como tanto mi hermano como yo comenzamos a “entrenar” también por las noches.

Lo hacíamos a oscuras para evitar ser sorprendidos y con los dos cuerpos metidos en la misma reducida cama. El tacto de nuestras pieles rozandose en las vibraciones que le conferíamos a nuestros cuerpos, nos hacían gemir de gusto y en la oscuridad de la noche le seguíamos dando juerga a nuestros pitos totalmente descontrolados.

Como no había forma de saber quien se corría antes, puesto que estabamos a oscuras, de vez en cuando parábamos para tocar la polla del otro y asegurarnos de que no había rastro de semen en ella.

Encontraba un placer especial en tocar una polla distinta a la mía y supongo que a mi hermano le pasaría lo mismo ya que cuando nos rozábamos los rabos, para ver qué tal se encontraban, acabábamos corriéndonos sin remedio

Poco tiempo después y totalmente guiados por el vicio, pasamos rápidamente de la autosatisfacción a pajearnos el uno al otro. El gusto que obteníamos por esa vía era superior al que nosotros mismos nos proporcionábamos.

“Al recordar todo ese pasado glorioso que ya teníamos a nuestras espaldas, volví  a pensar de nuevo en esa pregunta que me atormentaba…¿Por qué Toni no quería seguir profundizando?”

-¿Pero por qué no quieres?-Le pregunté de nuevo

-Porque me da cosa.

-¡También te daban cosa las pajas y ahora no paramos de hacérnoslas!-Le insistí

La mano de mi hermano seguía machacándomela con ganas, le gustaba parar durante unos segundos notando como mi dura polla vibraba con fuerza entre sus manos.

Llenando su boca de saliva lanzaba un escupitajo que atinaba en mi capullo. Entonces aceleraba el cabronazo haciéndome que mi culo se levantara de gusto y mis manos se clavaran en la colcha de la cama para evitar gritar.

-¿Te gusttaaaaaa, ehhh?-Me preguntaba el cabroncete con esa mirada pícara

-Oh siiiii, … me encanta, le gritaba yo mientras notaba como perdía por completo la concentración y empezaba a correrme en su mano.

-Ahora tú.- Me dijo mientras se colocaba de rodillas sobre la cama dejando su polla toda tiesa a la altura de mis muñecas.

Me incorporé un poco para acercarme hasta su pollón con mi propia polla aun chorreando esperma.

Se la agarré sin más y empecé a meneársela.

Ese era el trato, primero el uno y después el otro, así llevábamos haciéndolo durante meses.

Comenzó a limpiarse la aun lefada mano sobre mi pecho mientras me decía.

-Luego te limpio, … pero antes termina tú con la miiiiiiiaaaaaa.

Me encantaba arrancarle esos suspiros y en ello estaba, dándole al rabo endurecido, pajeando con mi mano esa dura y larguísima polla.

Os lo reconozco, mi hermano pequeño estaba mejor dotado que yo a pesar de que tenía dos años menos, pero eso no me importaba… Nunca me he considerado un envidioso.

Se trataba de una competición pajera. El ganador era el que tardaba más tiempo en correrse. En esa competición no entraba en juego el tamaño de tu rabo, sino mas bien el tiempo que tardabas en lograr que esa polla se derramara en tus viciosas manos

De vez en cuando se la soltaba notando como se balanceaba de un lado a otro, antes de volver a tomarla.

Escupía también sobre su polla viendo como las babas iban resbalando por ese duro y brillante nabo. Al final la saliva llegaba hasta unos huevos todavía con poco pelo y empezaba a gotear sobre la colcha.

-Cuando vayas a terminar me avisas, … no quiero que manches la cama. Le dije yo sabiendo que si se corría sobre mi cama iba a ser yo el que tendría problemas con mama.

-Todavíiiiiiiia … me faaaaaalllttaaaa- Me dijo entre suspiros.

Tenía los ojos cerrados mientras disfrutaba del placentero momento.

Se me ocurrió entonces. Tal vez si yo se la lamía por primera vez el se vería obligado a devolverme el favor la próxima.

Se la solté aun dudando y me levante de la cama.

Mi hermano protestó.

-¿Dónde vas, todavía no he terminado?

-Ya lo sé. Túmbate en la cama y cállate…¡Quiero probar otra cosa!

Se tumbó en la cama expectante quería ver qué era eso nuevo en lo que había pensado su hermano mayor.

Acerqué mi cara a ese palpitante rabo que me esperaba notando el calor que desprendía al aproximarme.

Ví también, como sus pelotas se movían nerviosas dentro de su bolsa y les di un lametón para calmarlas.

Toni suspiró al sentir mi lengua en su escroto-le hacía cosquillas-me dijo, con una risita infantil

Alce la vista y sobre mi cara me encontré erguido y expectante ese enorme y duro nabo. No pude evitar dar un resoplido y el volvió a reírse porque le hacía cosquillas en los huevos.

Di un nuevo soplido y saqué la lengua otra vez a pasear por esas pelotas llenas de pequeños y negrísimos pelos.

A mí no me desagradó el sabor salado que encontré en esa zona y fui subiendo lametón a lametón con mi juguetona lengua.

★★★

[El mamón]

Al llegar al capullo encontré una gota de presemen coronando esa cima del vicio, y mis dedos lo restregaron con delicadeza.

Mi hermano suspiró de nuevo y mi lengua se aventuró a lamer con algo de temor esa más que enrojecida zona.

“¿Que si me dio asco?”…”¡Seguro que pensáis algo así!”

¡Nada al contrario, me encantó ese saborcillo! …¡Y quisé más, … mucho más!

-Oh siiii,… Pauuuuuu, … que bueno

Mi polla pese a haber soltado toda la leche que podía soltar hace tan solo unos minutos se había puesto de nuevo dura como una piedra.

Dio un respingo pensando que sería ella la que estaba a punto de ser introducida en mi boca, pero fue la de Toni la que terminó corriendo esa suerte.

-Mi hermano gritó al notar como mi boca chupaba ese capullo con ansia.

-Sigueeeee, … no te paresssssssss-Me suplicaba mientras me sujetaba de la cabeza para evitar que me la sacara.

Yo subía y bajaba intentando engullirme ese pollón palpitante y duro que tenía entre mis labios.

Con la lengua jugueteaba lamiendo allí donde se me ocurría que podría darle placer y a juzgar por sus suspiros debía ir bien en la empresa.

-Madremíaaaaaaa, … quee …buenoooooo

Empezó a mover el culo con fuerza. Estaba claro que quería meterla dentro de mi boca y evitar que yo me la sacara, pero el que controlaba la situación era yo.

Se la sujetaba por la base evitando que esa polla tomara el mando. Yo era el que chupaba, me la comería como entendiera que debía de hacerlo.

-Pauuuuuu, … Pauuuuuuu, … no puedo massssss

Me la saqué entonces hasta solo dejar su grueso capullo apoyado sobre mi lengua.

Comencé a pajearlo con fuerza aprovechando la cantidad de babas que lubricaban ese falo y entre gritos empezó a descargar su espesa y abundante lefada sobre mi lengua.

Los trallazos que soltaba esa polla, eran tan fuertes que parte me saltó a la cara manchándome el rostro impoluto con el caliente y espeso semen de mi hermano pequeño

★★★

[El goloso]

No dijimos nada durante unos interminables segundos, pero finalmente me agarró mi polla que en esos momentos estaba dura a reventar.

No se sorprendió mucho al verla soltando a chorros un hilillo de presemen. Tampoco debió de darle asco…

Se la metió en la boca, sin más ruegos por mi parte y empezó a chupar.

Le sujeté la cabeza mientras empezaba a gritar.

-Oh siiii, … has vistooo… que bueno- Le dije yo mientras me tumbaba en la cama y ponía mis manos detrás de mi cabeza.

No me contestó, tenía la boca llena.

¡Se estaba comiendo por fin una polla!

¡La mía!...¡Oh siiiii, que gustazo, … me estaban chupando la polla y era como me habían contado!

El hormigueo de mis piernas iba en aumento… yo también me correría pronto.

Le avisé,… del riesgo que corría, pero no se la sacó siguió chupando con fuerza hasta notar como mi lefa, se descargaba,  dentro de su garganta.

Se tragó lo que pudo y compartimos en nuestras lenguas lo poco que ese goloso no se había engullido.

Seguimos desnudos y abrazados durante un tiempo. Rememorando segundo a segundo lo que acabábamos de vivir.

Fue él quien habló primero.

-¿Qué bueno ha sido no?

-Siiiiii, … y eso que no querías hacerlo

-Repetiremos, …¿verdad?

-Las veces que quieras.- Le dije yo mientras le daba un empujoncito cariñoso en el hombro.

-Ya solo queda… que me dejes darte por el culo- Le dije mientras lo miraba fijamente a los ojos.

Su respuesta hizo que mi cuerpo se electrizara de nuevo de ganas.

-¡Solo si, eres tu el primero en poner el tuyo!

FIN

Nota del autor:

Queridos lectores:

Aquí os he subido una versión de la viviencia de un lector catalán. como siempre agradezco vuestros comentarios y valoraciones asi como vuestos correos que tantas y tan buenas pajas me provocan.

Un Saludo