Con los ojos del alma - 3
Carlos saluda a los dos capullos que intentaron jugársela a su prima. Susana se apunta a ir un finde con Carlos al pueblo y evidentemente Constanza la ve con el
Con los ojos del alma - 3
Al día siguiente por la noche yo también me fui con mi prima al pueblo de la zona que estaba de fiestas. Me costó dos horas de observar e indagar con discreción averiguar quiénes eran los famosos David y Roberto, y si antes pensaba que solo eran dos gilipollas, el verlos me lo confirmo, aumentándolo aun mas en su contra, además de gilipollas, también me parecieron dos chulo putas con aires de matón de feria. Llevaban una pose de chicos malos que daba risa, si cualquiera de mis antiguas amistades les hubiesen visto con esos aires que se daban, los habrían cazado como conejos solo por el hecho de poder divertirse con ellos y machacarlos por gilipollas.
Estuve esperando pacientemente a que se separasen del mogollón de la gente y se despistaran por algún sitio donde poder pillarles a solas. En la meseta castellana, por las noches aun en verano cuando sopla el viento suele hacer algo de fresquito, esa noche era una de ellas, lo que me vino de muerte, ya que me pude poner sin llamar la atención una ligerísima chaqueta veraniega que me venía perfecta para poder disimular ciertas cosas.
Me prepare y me fui a por ellos cuando estaban con el maletero de su coche abierto. Cuando vi que hacían entendí el que su coche estuviese en un sitio tan apartado y solitario, estaban cogiendo mas pirulas (pastillas) de la parte trasera, por lo que observe desde lejos en sus maniobras para ver que hacían exactamente, no me costó mucho deducir donde iban escondidas. Cuando vi que cerraban me acerque tranquilamente a los dos. No medie palabra ninguna con ninguno, ni les advertí en ningún momento, saque las manos de los bolsillos de la americana, en la mano derecha llevaba una porra extensible de acero de 60cm que desplegué. Sin avisar para nada golpee tras la rodilla de una de las piernas del tal Roberto, después cuando se le doblo y chillo le golpee con fuerza en el costado, pasándome rápidamente la porra de mano.
Cuando el tal David se volvía como una serpiente metiendo la mano en su chaqueta se encontró con mi puño en la boca del estomago, haciendo que se doblase sobre sí mismo. Supongo que los guantes con tachuelas de acero en el dorso y justo sobre los nudillos ayudaron lo suyo en el resultado del puñetazo. Separándome con calma de ambos, que me miraban doloridos desde el suelo, les dije mi nombre, y más importante aún, les explique quien era mi prima. Me puse ante el coche, con un golpe seco del extremo de la porra rompí el faro izquierdo mientras explicaba lo de mi prima.
Después ante el derecho y mientras también lo golpeaba rompiéndolo les explicaba el motivo por el cual desde ese momento iban a mantenerse alejados de cualquiera de mis dos primitas. Me debieron de tomar a coña porque me amenazaron, fue entonces cuando el tal David se dio cuenta que en lugar de zapatitos pijos como el resto de mi ropa, de calzado lo que llevaba eran botas militares con refuerzos de acero. Se dio cuenta de ello cuando le pise la mano con el tacón la bota derecha. Su otra mano volvió a meterse en el bolsillo de la cazadora, entonces poniendo la punta de la extensible ante sus ojos, a escasos centímetros de ellos, le explique que si alguno tenía la mala suerte de sacar una navaja contra mí... acabaría muy, muy, muy malito, después de eso me fui de allí dejándoles en el suelo.
Me di cuenta de que desde luego mis primas y sus amigas tenían razón en algo, buena gente no eran, pero también de que eran dos cobardes cuando la cosa se ponía seria, no podría jurarlo, pero aseguraría que ambos se lo habían echo encima por el miedo que habían pasado. Sinceramente después de vigilarlos no creí necesario pasar a mayores con ellos, por ese motivo había dejado en el coche el resto del material de "advertencia". Si me habían tomado en serio no me serian de utilidad, sino lo habían hecho, bueno, de material de advertencia pasaría a material de uso constructivo, como por ejemplo una cadenita de gruesos eslabones de hierro que me encantaba usar en mis tiempos de peleas. Cuando Nuria se marcho y me fui justo detrás, no pude por menos que pensar en cómo había cambiado desde mis problemas... en esos tiempos, de haber pasado esto mismo de mis primas, tras terminar mis explicaciones esos dos habrían quedado listos para necesitar una UVI móvil de la forma más apremiante.
Cuando regrese me fui como siempre tras la iglesia a ver a Constanza, aunque esa noche no apareció. No la vi hasta la noche siguiente, el domingo. No salió ninguna conversación "tensa" entre ambos, de hecho me encontré con una noche muy divertida, contando cosas sobre mi y como me iba en Madrid, pero genial sobre todo porque entre anécdota y anécdota, entre risa y risa se escapaba un beso tras otro entre nosotros. Estuve con la espalda apoyada en la pared y Constanza empezó a mi lado apoyando su cabeza en mi hombro, para terminar sentada sobre mí, abrazada por mi y con la cabeza sobre mi hombro mientras yo aprovechaba cada dos por tres para besarla el cuello, besarla los lóbulos de las orejas o acariciarle los pechos suavemente.
Al final antes de irnos a dormir, para mi sorpresa, se movió un poco y no sé ni cómo se las apaño pero termino sacándome la polla del pantalón, os podéis imaginar como la tenia. No fue gran cosa pero me hizo una paja que me hizo ver el cielo, me sentó como no os hacéis una idea el correrme en sus manos. Se limpio con un Klinex que por cierto me quito de mi propio bolsillo entre risas, pero vi que una gotita que le quedo en uno de los dedos, cuando creyó que no la veía se la limpio con la lengua, lo que provoco que mi primito reaccionase en el acto. Me miro sorprendida, cuando imite su gesto de limpiar la gotita de semen, se ruborizo y se echo a reír con risa cristalina, después se levanto desapareciendo como siempre.
Pensé en averiguar al menos donde vivía, pero volvía al mismo problema, en un pueblo preguntar un tío desconocido o casi, por una chica era dar a que hiciesen comentarios. Esto que puede parecer una estupidez en el caso de Constanza sería malo para ella por sus especiales circunstancias y por como lo veía ella, sin contar con lo que podría suponer para mi si se enterase, ya que podía minar su confianza conmigo, algo que no quería que sucediese ni por asomo. A mi prima como que tampoco después de cómo estaba con lo de esos dos imbéciles, en un par de ocasiones me había dejado caer la pregunta de quién me había hablado de ellos, pero no le había contestado, con lo que nada de preguntarla por Constanza, mientras no supiese que nos estábamos viendo no pensaría en ella. Mi prima Maite... buffff, Nuria se enteraría enseguida de mi interés, en cuanto preguntase a su hermana pequeña está seguro que se lo decía. Decidí dejarlo correr, más que nada porque no podía hacer otra cosa.
En el trabajo las cosas entre María y yo habían cambiado un tanto, seguimos con los jueguecitos los dos, algún que otro golpe discreto en el culo del otro. En fin, cosillas tontas, entre ambos había desaparecido esa tensión sexual del principio, parecía que con el polvo nos habíamos sacado las ganas de follarnos al otro, por lo menos eso parecía en su caso sobretodo, ya que sus provocaciones habían cesado mas allá de como digo, las bromas.
Con mis amigos por el contrario la situación se había complicado un poco, aunque mi pasado era anterior a conocerles a ellos, no les hizo falta mucho para saber que debía de haber hablado con aquellos dos tíos que dije, y no es que se fiaran mucho de ello. Alguien propuso acercarse por la zona para ver de qué iban las fiestas ese fin de semana, más de uno se apunto, aunque yo sabía que seria rarísimo que les funcionase la idea. Si iban querrían ir en plan camping, y ya me conocía a estos si iban en ese plan, no irían al pueblo donde yo estaban irían directamente al pueblo en fiestas. Lo que si me temía es que decidiesen ir al pueblo de mis primas durante las fiestas de este el mes siguiente.
Para mi total y absoluta sorpresa quienes al final si se apuntaron fueron Susana con otra de las amigas, Silvia. Como no puede ser menos, no las deje ir a ningún hotel, hable con mi tía y esta dijo que nada de hoteles, que mis amigas a casa con nosotros. Lo cierto es que en casa de mis tíos había sitio más que de sobra. La casa había sido de los abuelos paternos de mis primas y era grande de narices, podéis creerme. Susana y Silvia fueron conmigo el viernes por la noche, cuando llegamos me las lleve a dar una vuelta por el pueblo para que lo viesen. Tal y como supuse estaban cansadas, con lo que las empaquete a dormir y me fui en busca de Constanza.
Estuvimos los dos hablando tranquilamente durante más de una hora, cuando de repente Constanza me pregunto para alegría mia...
- Constanza : ¿Quien era la pelirroja?
- Carlos: Una amiga de la uni
- Constanza : Es muy guapa, y tiene un tipazo
- Carlos: Lo sé, esta buenísima y tiene unos ojazos verde esmeralda que son impresionantes...
- Constanza : Pareces muy animado cuando hablas de ella... (Me pareció un poco celosa, para alegría mia)
- Carlos: Por supuesto que sí, ¿de qué otro modo podría hablar de una mujer cuando trato usarla para poner celosa a otra?
- Constanza : uhmmmm... ¿Estás tratando de poner celosa a alguna?
- Carlos: Claro que si... muy, muy, muy celosa...
Me incline sobre ella besándola en los labios, sacando mi lengua al alcance de la suya, estuvimos con la caricia durante bastante rato. De repente se puso de pies despidiéndose de mi, alegando que esa noche se tenía que retirar antes, volvió a salir corriendo rumbo al pueblo, desapareciendo antes de poder hacer nada. Para mi sorpresa a los diez minutos de irse Constanza apareció Susana con Silvia buscándome, las invite a sentarse conmigo, me ofrecieron uno de los botes del pack de cervezas que llevaban. A mi pregunta de qué hacían allí me dijeron que no podían dormir y habían salido a buscarme, cuando no me vieron en ningún bar se volvían a casa cuando vieron aquí sentado por casualidad, entonces habían ido a comprar unas cervezas para tomarlas allí conmigo.
Ninguna me pregunto por la chica que estaba conmigo cuando me vieron y desde luego yo tampoco tenía la menor intención de decir nada tampoco al respecto. Si me preguntaban en Madrid sin problema, pero en el pueblo con mi prima cerca prefería que no saliese el tema, de forma que evite en todo momento cualquier referencia que pudiese hacerles sacarlo aunque fuese por accidente. Estuvimos como una hora y algo tranquilamente sentados hasta que dije de irnos a dormir.
Al día siguiente estuvieron las dos con mis primas y sus grupos de amigas en la piscina mientras yo siguiendo mi rutina me echaba dormir la siesta tan ricamente. Por la noche nos fuimos todos a las fiestas de un pueblo cercano. Por lo que vi tanto mis dos amigas como mi prima Nuria y las suyas habían hecho muy buenas migas entre ellas. Durante casi toda la noche tanto Silvia como Susana bailaron bastante conmigo, cuando no eran ellas era Nuria, me pareció que era para que mi primita pudiese tenerme controlado y que no me viese con sus dos "amiguitos" que por cierto ese fin de semana no aparecieron, supuse que los amistosos golpecitos y los faros de su coche debieron tener algo que ver con ello.
Tanto Silvia como Susana ligaron con un par de chavales, aunque no llegaron a irse con ellos en ningún momento y eso que discretamente les dije que si tenía que esperarlas más tiempo por mí no se preocupasen. Silvia me lo agradeció con un beso en la mejilla, Susana solo con un golpecito en el hombro. Al final para mi sorpresa sobre las cuatro de la mañana Nuria y sus amigas replegaron velas diciendo de irnos ya, cosa extraña en ellas por cierto. Después de regresar yo como siempre me despiste hacia la parte de atrás de la iglesia con algunos refrescos fresquitos para beber con Constanza.
Para mi sorpresa no apareció esta, quienes aparecieron fueron mis dos amigas. Silvia se fue pronto, llevándose las llaves que les había dejado Nuria, yo me quede con Susana que se tumbo apoyando su cabeza sobre mis piernas. Estuvimos hablando muchísimo rato los dos, y cosa curiosa, creo que debía de ser la primera vez que viéndosele un más que excitante canalillo a Susana no había mirado más que la vez que me di cuenta del detalle. Constanza esa noche no apareció, no sabía exactamente si había sido por la presencia de Susana o porque no podía esa noche, me quede con la duda y con un tanto de zozobra por lo que pudiese llegar a pensar.
Susana y yo estuvimos hablando de muchísimas cosas hasta el momento en que me hizo una pregunta que me descoloco...
- Susana : ¿Te pasa algo Carlos?
- Carlos: No, ¿por qué lo dices?
- Susana : Te veo muy distraído toda la noche, no es que me hicieses mucho caso que digamos en la fiesta, además llevo casi una hora enseñándote el escote junto con casi la mitad de las tetas y no has mirado ni una sola vez, normalmente no quitarías ojo y en la fiesta te hubieses lanzado a por mí para ver si caía algo...
- Carlos: Bueno, quizá es que por fin he abandonado la edad del pavo
- Susana : O quizá lo que sucede es que tienes a alguien en mente y eso te distrae de mirar a las demás
- Carlos: O ha pasado un burro volando y me he quedado mirándolo como un tonto
Susana se echo a reír, después me dijo que mensaje recibido, tema excluido de la charla, nada de Carlos y alguna posible candidata a novia. Después de eso estuvo explicándome que le molaba un chico de donde estaba trabajando estas vacaciones de verano, ya que le paso lo que a mi e hizo exactamente lo mismo, buscar trabajo ya que se le había jodido el plan. Estaba contándomelo bastante excitada, contándome sus planes para seducirlo. Confieso que pensé lo típico a sus planes, que desde luego parecía tonta, para ligarse al pavo y llevárselo al huerto con que le dijese que si quería follàrsela iría tras de ella como un corderito. Lo cierto es que no le prestaba mucha atención, estaba pensando en Constanza.
Al final nos fuimos los dos a dormir, por azares del destino y cosas que no puedo ni llegar a entender, tubo que acostarse conmigo en mi cama, ya que la puerta del cuarto de ella quedo atascada. Por lo que supe al día siguiente cuando Silvia se acostó dejo la puerta abierta y la ventana, hizo corriente y al cerrarse la puerta debió de caerse la tabla de planchar que estaba tras ella de tal forma que la bloqueo, no hubo forma de abrir hasta que Silvia la retiro. Por la mañana cuando desperté me encontré a Susana abrazada a mí, con su pierna sobre una de las mías, su cuerpo pegado al mío y su cabeza sobre mi hombro... cierto que en otra situación esto hubiese sido un sueño, pero yo estaba preocupado por Constanza y digamos que no tenía tiempo para eso… me dormí dando vueltas a toda la situación con ella y rezando porque no se enterase de nada de esto de dormir con Susana. Con muchísimo cuidado para no despertarla me levante como buenamente pude.
Cuando salí al salón estaba casi toda la familia, incluida Silvia y todos ellos igual, mirándome con un sonrisita socarrona, indudablemente todos ellos debían de haber pasado por la habitación para ver como estábamos los dos. No sabéis el corte que me dio, y lo que me preocupo, como ya dije que pensé esa noche, solo esperaba que ninguno dijese nada y que Constanza no se enterase de ello. Ese domingo por la noche tras cenar nos iríamos a Madrid ya que aunque tanto Susana como yo no teníamos prisa hasta el lunes por la tarde, Silvia tenía que trabajar por la mañana. De modo que el domingo pensé que tampoco vería a Constanza.
Al final resulto que Silvia propuso irnos de madrugada, no le importo mientras después la dejásemos dormir en el coche tranquilita mientras volvíamos. Ese día Nuria y sus amigas no se fueron, decidieron quedarse con mis amigas en el pueblo. Lo malo es que no pude escaquearme de ningún modo, y creedme que me pusieron en más de un compromiso con sus cachondeos. Mi primita Nuria un poco achispada incluso llego a preguntar si alguna de mis dos amigas se lo había montado conmigo. Lo peor fue que Susana le respondió, la hija de su madre le dijo que no, y no porque yo no quisiese, que bien que lo había intentado más de una vez aprovechándome de ser su mejor amigo. Me gane un abucheo generalizado y las carcajadas de todas ella al ver la cara que puse cuando Susana dijo eso. Yo desde luego no me reí y la mire muy serio.
Regresamos a casa con Silvia durmiendo tan ricamente en el asiento de atrás mientras que Susana iba conmigo en el de delante. Tal y como suponía desde que salimos saco a relucir lo que dijo de mi, preguntándome si me había molestado...
- Carlos: La verdad es que no, siempre que tengas claro que eso no ha sido de ese modo en ningún momento...
- Susana : ¿Estás diciendo que nunca has deseado echar un polvo conmigo?
- Carlos: No Susana, no estoy diciéndote eso, jamás diría semejante estupidez porque sabes de sobra que sería mentira. Estoy diciéndote que nunca he intentado aprovecharme de nuestra amistad para follar contigo y que espero que eso lo tengas muy claro, porque yo me lo he tomado como que lo has dicho de broma y no enserio.
- Susana : Entonces reconoces que alguna vez has deseado enrollarte conmigo...
- Carlos: Por supuesto que sí, al igual que casi todos los chicos de la facultad...
- Susana : (Irónica) ¿Solo casi todos? ¿Los que no entonces serán los que son Gays, no?
- Carlos: No preciosa, los otros son los que te has tirado, esos ya cumplieron con su deseo...
Os aseguro que jamás pensé que se lo tomase como se lo tomo. Endureció el rostro se quedo mirando al frente y no volvió a abrir la boca. La cara de cabreo que tenia era de aúpa, os aseguro que no entendía a que narices venia eso. De modo que pregunte...
- Carlos: ¿Se puede saber qué te pasa? ¿No te abras mosqueado por lo que he dicho, no?
- Susana : ¿Tu qué crees?, me acabas de llamar puta...
- Carlos: Pero se puede saber que estupideces estás diciendo, acabo de gastarte una broma, me la has dejado a huevo la respuesta con tu pregunta... ¿se puede saber qué coño te pasa Susana?
- Susana : (Muy seria) Nada, no me pasa nada... dejémoslo estar...
Después de eso no volvió a abrir la boca en todo el camino que nos faltaba por recorrer. Deje primero a Silvia que se despidió con un beso en la mejilla, después deje a Susana que se despidió con un seco "adiós" y un fuerte portazo al salir e irse para su casa. Durante el resto de la semana Susana estuvo de lo más seria conmigo, al punto de que todos se dieron cuenta de que algo pasaba entre los dos, yo os juro que no entendía nada de nada. Para terminar de arreglarlo Silvia me pregunto si había ocurrido algo entre los dos, yo le explique lo que paso en el coche y ella por toda respuesta me dijo que desde luego a veces parecía imbécil. Me desentendí de ello por completo, para ser sincero me preocupaba mas Constanza que Susana.
El fin de semana siguiente, el viernes me reuní por fin de nuevo con Constanza que me recibió con un abrazo y un beso, pero esta vez en lugar de besarme como siempre en la mejilla me planto un piko en toda regla, lo que al final termino transformándose en todo un señor morreo. Después de eso volvimos a lo de siempre, solo que Constanza tardo muy poquito en sacar a relucir a mi queridísima amiga Susana, o la pelirroja como ella la llamaba.
El primer puyazo que me soltó, fue que el fin de semana anterior la vio junto a mí donde estábamos en ese momento, y que parecía tener muchísima confianza conmigo, muchísima para ser solo una simple amiga. Directamente y a bocajarro me soltó que si no sería en realidad una amiga con derecho a rozarse a placer conmigo. Como podéis imaginar lo desmentí rotundamente. Después me dijo que se había enterado de que habíamos dormido juntitos una de las noches que estuvo, y que además parecíamos muy acarameladitos cuando despertamos, otra cosa que me di prisa por explicar. En este caso intente que me dijese como se había enterado pero no hubo forma, se limito al consabido “esto es un pueblo, ¿Qué esperabas?”. Cuando me fui a dormir me pareció que había salido indemne de la batería de preguntas incomodas que me había soltado Constanza, aunque me alegró darme cuenta de que ciertamente yo a ella también le gustaba, o no se hubiese comportado del modo en que lo hizo.
El día siguiente, sábado, me fui con mi prima Nuria a otro de los pueblos de los alrededores, evidentemente al que estaba esa semana en fiestas. Allí me lleve una desagradable sorpresa, pero para su desgracia yo les vi primero a ellos. Los dos amiguitos de mi prima estaban con otros dos amiguitos buscándome, los cuatro juntitos. Me fui directo al coche, me puse mi chaqueta y me coloque mis cositas de forma que se notasen lo menos posible. Cuando me vieron se separaron, el tan David y el tal Roberto se fueron directos a por mi prima para molestarla y que yo saltase. Desgraciadamente para ellos les salió mal la jugada. Una veintena de tíos les hizo frente cuando empezaron con su numerito, teniendo que largarse antes de que los ostiasen por imbéciles. Sus dos amigos siguieron pendientes de mí.
Apropósito me aleje del barullo, llevándomelos hacia un sitio apartado, lo que no me di cuenta es que mi prima al vernos nos siguió asustada de que me hiciesen algo... cuando iban a lanzarse a por mí apareció mi prima con sus amigas y un grupo de unos seis amigos... jodiendome el plan. Deje en el acto la cadena quieta en su sitio... y la porra extensible en el bolsillo. Los dos se retiraron amenazándome, no tenían ni idea de la que se acababan de salvar por la aparición de los refuerzos. De todos modos había una cosa que tenia clarísima... los dos amiguitos, David y Roberto desde ese mismo instante estaban sentenciados por mí. Menuda la que me cayó con mi primita Nuria, me hizo llevarla a casa para alejarme de allí.
Lo peor llego cuando me siguió tras la iglesia dándome la matraca, al final se fue y justo a los pocos minutos apareció una Constanza con una cara que le llegaba al suelo. Supuse por cómo me puso también que debía de haber estado escuchándonos, por lo menos ahora tenía claro que evitaba a sus antiguas amigas. Le dije que no se preocupara por mí, que realmente no había estado nunca en peligro... ella lo acepto debido a la ayuda recibida, iba a explicarle la realidad cuando dijo algo que me puso los pelos de punta y me dio un mal rollo que no os cuento, principalmente por la forma de decirlo. Dijo textualmente... "No tengas miedo, después de las fiestas del pueblo esos dos no le harán daño nunca más a nadie".
- Carlos: ¿Qué coño piensas hacer?
- Constanza : Nada, tranquilo, que tu estarás al margen...
- Carlos: Vete a la mierda Consti, que locura vas a cometer, que piensas, ¿matarlos?
Lo dije por decir medio en broma, pero por su cara y expresión supe de algún modo que había dado en el clavo o al menos en algo muy aproximado. Creedme que Constanza no estaba hablando por hablar. Se lo eche en cara diciéndola que estaba completamente loca. Su respuesta me dejo frio...
- Constanza : Y que crees, ¿que no lo merecen? (dejo caer su vestido mostrándose desnuda por completo mostrando su cuerpo lleno de cicatrices) Mírame y dime que no tengo razón... venga dímelo... todo esto es por esos hijos de puta…
No se mostraba histérica ni mucho menos, se mostro fría en todo momento, me dio la impresión de que lo tenía todo muy bien meditado y medido. No dude ni un instante en que estaba decidida a hacer lo que me estaba contando. Intente hacerla desistir sin el menor éxito, de modo que lo intente de otra forma.
- Carlos: No te manches las manos haciendo alguna estupidez Consti, déjamelos a mí, hay cosas mucho peores que se les puede hacer a esos dos anormales, sobre todo al tal David. Créeme que esos están sentenciados por mí, por favor tenme algo de confianza, ¿vale?
- Constanza : Dejemos el tema porque...
Me lance sobre su boca besándola por sorpresa, moviendo mi lengua dentro de su boca. Intento apartarme, pero no la deje, seguí besándola... sentí que aumentaba su fuerza hasta casi hacerme daño en los hombros de la fuerza que tenía que emplear para que no me quitase del abrazo, pero de repente cuando pensé que iba a tener que soltarla para que no me rompiese algo por la presión cedió por completo entregándose a la caricia. Cuando me separe jadeante me ocurrieron dos cosas. Primero que me sacudió un guantazo, y segundo que para mi total sorpresa me derribo al suelo sin aparente esfuerzo, luego me dijo...
- Constanza : Primera y última vez que haces algo como eso o te arrepentirás Carlos... me gustas y no quiero hacerte daño… pero no lo repitas…
- Carlos: No pienso dejar que hagas ninguna estupidez y es mi última palabra... no te pienso dejar que te jodas la vida...
- Constanza : Demasiado tarde para que venga un caballero andante a salvármela, esos dos ya me la jodieron con el accidente...
- Carlos: (Reincorporándome) Escúchame atentamente Consti, quieras o no vas a ser mi chica. Por si no te has dado cuenta me gustas muchísimo, solo estoy viniendo todos los fines de semana por ti, de modo que olvídate de ello. No pienso dejar que mi chica haga ninguna idiotez, está claro...
La volví a abrazar contento porque había dicho que yo le gustaba, aunque lo hice esperando y retándola a que me rechazase de nuevo como la vez del beso, sin embargo en esta ocasión se abrazo también a mí con fuerza. La volví a besar colaborando ella desde que pose mis labios sobre los suyos. Me pregunto qué pensaba hacer, solo la dije que igual que ellos habían echado algo en su bebida, en la de mi prima y en la de otras chicas, también estaban expuestos a los mismo, además yo no pensaba tocarles ni un solo pelo, le asegure a Constanza que de eso se encargaría la Guardia Civil. Se abrazo a mi sonriendo maliciosa, supuse que más o menos se había dado cuenta de lo que debía de pretender hacer.
Note como Consti estaba helada, me separe rápido de ella y le puse mi chaqueta sobre los hombros frotándoselos con fuerza. Ella con una sonrisa me dijo que le siguiera, que tenía ganas de hacer una cosa. Para mi sorpresa se introdujo en el cementerio saltando la tapia, intente disuadirla pero no me hizo caso, riéndose me reto preguntándome si no me darían miedo los fantasmas. Le llame de todo, pero al final no me quedo otra que ir tras ella. Había luna llena, pero se allí adentro se veía más bien poco, la llame en voz baja temeroso de que alguien me escuchase, me limite a seguir su voz hasta dar con ella.
Me encontré con la escena más alucinante que nunca hubiese imaginado. Era una sepultura alta, de mármol. Sobre la cruz estaba colgada mi chaqueta haciendo de respaldo y el vestido de Constanza hacia las veces de manta, ella me esperaba sentada sobre el completamente desnuda... mostraba una sonrisa tensa y sabia porque de ello. Estaba desnuda dispuesta a entregárseme pero ni por un instante podía olvidarse de sus cicatrices, y creedme que si la hubieseis visto entenderíais el porque le era imposible. Constanza llevaba por única vestimenta un anillo de plata en el dedo corazón de su mano derecha.
CONTINUARA