Con los ojos del alma - 2

Carlos cada vez se encuentra más pillado con Constanza, pero todo lo relacionado con la chica cada vez se complica más. También se entera de ciertas cosas que le ocurrieron a su prima con las que no está muy contento

Con los ojos del alma - 2

El Sábado pese a la hora a la que me acosté tuve que levantarme pronto para llevar a mis primas y mi madre al hospital donde estaba ingresado mi tío. No le debía de quedar mucho mas de estar allí, me preocupaba un poco que le diesen el alta porque se me escaparía la perfecta escusa de tener allí a mi madre para poder ir donde mis primas. Por suerte mi madre le dijo a mi tía que ella se quedaría con ellos en su casa aun cuando a mi tío le diesen el alta, de ese modo la podía echar una mano y estar juntas que hacía bastante que no se veían, por lo que dijo lo había hablado con mi padre y como este tendría que viajar casi todo el mes lo vio perfecto, ya que así mi madre no se quedaba sola en casa.

A medio día me eche un ratito la siesta mientras mis primas estaban en la piscina. No paraba de darle vueltas a Constanza, realmente la chica me atraía mucho, y el patinazo del carmín de la noche anterior no tenía muy claro cuanto podría haberle afectado, y si para bien o para mal. Me dio por estirar mis brazos para desperezarme y sonriendo me fije en que yo estaba casi tan pálido como ella, ya que entre universidad y trabajo, el sol me daba poquito, y ahora que podía darme no lo hacía. El trabajo a la hora que salía me permitía comerme algo ligerito e irme con el grupo a tomar alguna cervecita en alguna terraza, así que por las mañanas me levantaba a las tantas, y cuando estaba en el pueblo de mis primas como ahora, era tres cuartos de lo mismo porque me quedaba hasta el alba hablando con Constanza.

Esa noche como siempre mi prima se fue con sus amigas en el coche de una de estas, yo por mi parte pensaba hacer lo de siempre, estar hasta las dos o por ahí y después por mi cuenta volverme al pueblo para ver si podía verme con Constanza detrás de la iglesia como los fines de semana anteriores y la noche precedente. Estaba viendo como mi prima y sus amigas se divertían bailando con sus amigos, mi prima Nuria me había obligado a estar con ellas bailando también hasta un momento antes que me había escaqueado aduciendo ir a por algo de beber por estar sediento. Como tenía que conducir me pedí un refresco, por sorpresa se acerco mi prima y quitándome el vaso lo probó, devolviéndomelo con una sonrisa de oreja a oreja...

- Carlos : ¿Y esto?

- Nuria : Para ver que habías pedido

- Carlos : Pues que voy a pedir, un refresco, no ves que he venido con el coche...

- Nuria : Precisamente por eso quería asegurarme...

- Carlos : Primita querida, aun en el caso de que no fuese responsable y me quisiese tomar algún copazo, estoy seguro que los guardias civiles que había en la carretera antes de entrar al pueblo van a montar un control de alcoholemia, aunque solo fuese por eso te garantizo que de alcohol nada de nada...

Me dio un beso en la mejilla y se fue bailando hacia sus amigas de nuevo para seguir divirtiéndose con ellas. Yo por mi parte no paraba de mirar el reloj, deseando que llegase una hora prudencial para poder largarme a toda prisa al pueblo para ver si Constanza estaba por allí. Debo de señalar que había estado muy atento por si acaso estuviese por allí también de juerga, pero no la había visto por ningún sitio. Me despedí de mi primita con la escusa de estar cansado y me largué a toda prisa hacia el pueblo, muriéndome de ganas de poder ver otra vez a Constanza. Por cierto que efectivamente tal y como le indique a mi prima, había montado un control de Alcoholemia de la Guardia Civil en el que efectivamente me pararon para pasarlo, si llego a beber algo de alcohol me crujen bien crujido.

Cuando llegue al pueblo deje el coche donde siempre y me dirigí con paso rápido detrás de la iglesia donde para mi desilusión no había nadie. Llevaba unos refrescos fresquitos para bebernos los dos, pensé que mala suerte, no iba a estar siempre ahí para mí. Me senté y me abrí una lata, le di un sorbo empezando a jugar con ella, moviéndola entre las manos, fue entonces cuando dos manos taparon mis ojos y una voz que conocía perfectamente a esas alturas...

- Constanza : ¿Quién soy?

- Carlos : Uhmmmmmm... ¿La bruja mala?

Constanza se sentó a mi lado riéndose y dándome un golpe con el puño en el hombro mientras me llamaba tonto. Estuvimos hablando durante un tiempo que se me hizo cortísimo pero que paso de las dos horas. Cuando más entretenido estaba escuche como pasaban por el otro lado de la iglesia hablando dos personas, reconocí las voces como dos de las amigas de mi prima Nuria y estaban hablando de esta... lo que oí no me gusto ni un solo pelo, hice una seña a Constanza y me levante directamente hacia ellas, interceptándolas y preguntándolas que sucedía.

Las vi a ambas muy nerviosas, al final me dijeron que a mi prima le había sentado algo mal, que se había pasado un pelín con la bebida y se la habían tenido que traer a casa por ello. Pregunte si habían logrado acostarla y me dijeron que si, y que aparte de mi no se había enterado nadie del estado en que había llegado. No me hizo gracia, pero no porque mi prima se cogiera semejante pedo, sino porque vi claramente en las caras de sus amigas que eso no era todo lo que había pasado con ella. Me despedí de ellas sin hacerles más preguntas, tenía claro que a mi desde luego no me iban a decir nada de lo que hubiese pasado, tendría que hablarlo al día siguiente con mi prima, y hablar con ella además muy seriamente. Me extrañaba también que alguien que se hubiese preocupado tanto porque yo no bebiese ella se pasase de ese modo, más cuando había visto como hacía que le pusiesen las copas, un dedito de alcohol y todo el resto de refresco... todo muy extraño.

Cuando regresa tras la iglesia me encontré con Constanza que no se había movido de allí para nada, lo que me choco, ya que pensé que se vendría tras de mí, pero no hice el menor comentario al respecto. Me pregunto qué había pasado y se lo dije, vi como le cambiaba la cara poniéndose muy, muy, muy seria... entonces me dijo que Nuria jamás se emborracharía de ese modo, que era imposible que a ella le sucediese eso. Entonces con una cara que no me gusto en lo mas mínimo, me dijo que cuando la viese al día siguiente le preguntase si había estado con un tal David y un tal Roberto, le pregunte que ocurría con esos dos y no me quiso contestar, solo me dijo que hiciese lo que me decía y lo vería por mí mismo.

Aproveche que me acorde de pedirle su número de teléfono a lo que me contesto que no tenia móvil, algo que riéndome lo tome por una broma por su parte, en estos tiempos y sin teléfono móvil. Vi que se enfadaba con mi reacción, para mi sorpresa se despidió de mi, pero en esta ocasión estuvo de lo mas brusca al irse, un tibio beso en la mejilla y como siempre desapareció en el pueblo dejándome allí parado completamente perplejo por su reacción… algo que os aseguro que no entendía para nada.

Al día siguiente me las apañe para sacar a mi resacosa primita de su casa. Yo si de algo sabia era de resacas, y por cómo era esta, estaba claro que lo que tenía mi prima no era solo por el alcohol. Tenía suficiente escuela como para imaginarme el porqué de la observación que me hizo Constanza la noche anterior sobre esos dos chicos, el tal David y el tal Roberto, ahora la insinuación estaba clara, a Nuria debían de haberle echado algo en la bebida para estos resultados.

Le pregunte directamente a Nuria que es lo que había sucedido la noche anterior para llegar como llego, y esta me estuvo contando un bellísimo cuento. Me había asegurado de estar despierto cuando ella se levantase, no quería que hablara con sus amigas a ver si de ese modo podía tenderle alguna trampa y que hablase aun sin saber que me iba a encontrar con esta desagradable sorpresa, aunque ahora, después de verla y poder hablar con ella tenía muy claro lo que esas dos me habían ocultado la noche anterior. Como no se caía de la burra fui de forma frontal contra ella...

- Carlos : Déjate de gilipolleces Nuria... ¿qué coño es lo que paso, venga?

- Nuria : Ya te lo he dicho, me pase con la bebida, ¿pregunta a mis amigas si no me crees?

- Carlos : Eso hice anoche cuando te trajeron a trompicones, y ahora o me hablas tu de que paso con el tal David y el tal Roberto, o directamente me voy a preguntarle a ellos...

Vi que se quedaba toda pillada, yo no conocía de nada a esos dos y acababa de mentárselos, lo que para ella suponía que de verdad había hablado con sus amigas y estas habían hablado de mas... creo que no sabía siquiera ni como había llegado a su casa, ni de como irían exactamente sus amigas, con lo que mi pregunta coló, y fue más de lo que yo pensé.

- Nuria : Creo que me echaron algo sin que me diese cuenta, porque yo no bebo hasta perder el control como lo perdí anoche, al menos no desde lo de mi amiga el año pasado...

Vi como su cara se oscurecía tras decir eso, en ese momento se me encendió la bombillita, recodando al instante de que me sonaba el nombre de Constanza, ese era el nombre de la amiga de Nuria que había tenido el accidente de coche el año anterior al ir borracha y salirse de la carretera a mucha velocidad.

- Nuria : Pero déjalos Carlos, no son buena gente, por favor no te acerques a ellos...

- Carlos : (Sonriendo) Tranquila que no pasara nada primita...

- Nuria : (Vi que se asusto) No, prométeme que no te acercaras a ellos Carlos, por favor, prométemelo, por favor te lo pido...

La vi tan asustada de que me acercase a esos dos que no dude en prometérselo. Tendría que informarme sobre ellos en otro lado, y sabía exactamente con quien hacerlo esa misma noche si es que aparecía de nuevo claro. Necesitaba que Constanza me explicase que pasaba con esos dos tíos y porque Nuria parecía tan asustada de ellos… desde luego no pensaba cumplir con mi promesa como no me gustase lo que me contaran.

Esa misma noche Nuria no me quería dejar solo ni de broma, al final suspirando le dije que solo iba a pasear por el pueblo, que si temía que me fuese del a buscar a sus dos "amigos" lo tenía muy fácil. Le tendí las llaves de mi coche, para mi sorpresa no dudo ni un solo instante en cogerlas y guardárselas sin el menor complejo, fue entonces cuando volvió de nuevo la sonrisa a su cara aunque no me gustase ni un pelo que las aceptase en el acto y se las guardase, pero bueno. Por fin pude escaquearme e ir tras la iglesia a encontrarme con Constanza, que en esta ocasión parecía estar allí esperándome.

Según me acercaba pensé en cómo abordarla para que me dijese algo de esos dos, también como hablar con ella del porque no estaba con mi prima y sus amigas, porque se autoexcluía de ese modo, sin mencionar el tema del teléfono, además cada vez me gustaba más. Joder que menudo papelón era lo que quería con Constanza. No me dio tiempo más que a darle un besito en la mejilla cuando me acribillo a preguntas sobre lo que había pasado con Nuria, cuando asentí afirmativamente sobre la implicación de esos dos en lo que le paso le cambio la cara, y creedme que no soy alguien que se asuste fácilmente, pero la cara que puso Constanza sí que lo hizo, me dio miedo que podía estar pasando por su cabeza en esos momentos para la mirada de odio que reflejaron sus ojos.

Le pregunte delicadamente por los dos tipos pero se salió por la tangente, no parecía querer decirme nada de nada sobre ellos dos. Viendo como había reaccionado tuve un muy mal presentimiento con ello, por lo que le pregunte si su accidente también había tenido algo que ver con esos dos, vi como me miraba abriendo los ojos como platos, me pregunto si había sabido lo de su accidente desde el principio. No sé bien porque, quizá por lo mucho que me estaba gustando, pero no me pareció bien mentirla, aunque la verdad se las traía para contárselo, pero aun así lo hice. Cuando mi prima me conto que su amiga Constanza había tenido el accidente, fue cuando empezaba con mi ex, tras eso no volví a hablar con ella en más de dos meses, ya sabéis, el periodo de luna de miel en el que pasábamos todo el tiempo posible los dos juntitos muy acaramelados, follando por cualquier esquina y sin tiempo para nada ni para nadie ajeno a nosotros. De modo que le conté mas o menos eso mismo, que me entere de él, pero que nada mas, evidentemente de todo lo de follar con mi ex como conejos no dije ni media, tan sincero o tan tonto no soy.

Aprovechando que en su cara se volvió a reflejar una sonrisita la mar de tierna le solté a bocajarro la pregunta de por qué se mantenía alejada de sus amigas. Supe en el acto que la había cagado del todo con la pregunta, no sabía porque, pero por como apretó los labios y por cómo se levanto para irse... en fin que hice lo que cualquier chico colado por una chica en esa situación y me lleve una sorpresa la mar de desagradable.

Constanza por lo que había visto llevaba siempre un vestido que parecía ser siempre el mismo, de finísimo algodón, lo que me resultaba un tanto extraño, aunque después de lo que vi cuando la sujete... dejo de extrañarme del todo. La sujete y la atraje hacia mí para pedirle perdón, al sujetarla por la muñeca pille sin querer parte de su amplia manga, bajándose un tanto de uno de sus hombros justo hasta el nacimiento del pecho, encontrándome con unas horrendas cicatrices en su piel. Parecía que se hubiese quemado viva... vi como al ver la cara que puse los ojos se la llenaron de lagrimas y se dio la vuelta intentando escapar.

La atraje contra mí impidiéndoselo, haciendo que se diese la vuelta para quedar frente a mí, entonces inclinándome un poco se me ocurrió algo que ni yo mismo podría decir porque lo hice. Me incline bajándole un poco más el cuello del vestido dejando casi todo el pecho al descubierto, sin embargo mis labios se posaron besándola por encima de su pecho, justo sobre el inicio de sus cicatrices. El pecho cuando lo deje casi al descubierto sin que ella opusiese resistencia apareció con una piel perfectamente limpia y suave, pensé que sin duda el sostén debía de haber protegido toda esa zona. En lugar de besarla en el, me moví hacia el lateral, besando únicamente sobre el tejido cicatrizado... Cuando me incorpore la pedí perdón por lo que había hecho y la di un suave beso en los labios. Cuando intento hablar y mentó a mi prima Nuria le puse un dedo en los labios diciéndola que no hacía falta que me dijese nada. Me imagine que la razón de haberse apartado de sus amigas y demás gente no sorprenderá a nadie, ¿verdad?

- Constanza : (Muy, muy seria) ¿Porque me has besado en las cicatrices?, y por favor no me intentes consolar con ello diciéndome que no es para tanto...

- Carlos : No lo hare Consti (Le adjudique ese diminutivo arrancándole una sonrisa en sus tensos labios) realmente son horribles y feísimas, pero tú me interesas de verdad, tu como persona, por ti misma y como mujer... son parte de ti y punto...

- Constanza : ¿Saldrías con alguien que esta como estoy yo?

Se levanto el vestido y se subió un poco las mangas, tanto en piernas como en brazos se veían cicatrices, tanto de fuego como de heridas múltiples sin duda por el accidente. Después se bajo un poco el vestido dándome la espalda para mostrarme esta, aparecía llena de cicatrices de cortes. Al verlas imagine que la habrían sacado por alguna ventanilla sobre los trozos de cristales de esta, vistas las quemaduras, en esos instantes posiblemente fuera o hacer eso y dejarla la espalda hecha un cristo de heridas, o permitir que se quemase viva dentro del coche. Menudo papelón para quien tuviese que tomar semejante decisión en caso de que fuese conocido de ella… y os aseguro que sentí cierto temor sobre quién o quienes podían haberse visto obligadas a hacer algo así con ella.

- Carlos : ¿Y qué Consti? Tú me gustas, que eso te afea, que afea tu cuerpo, vale, es cierto, lo hace. ¿Que si me importa? Evidentemente si, preferiría que nunca te hubiese pasado y fueses perfecta, pero ni tu lo eres, ni yo lo soy, ni nadie que yo sepa lo es. Tú me gustas por cómo eres como persona que es lo que me ha atraído de ti, con cicatrices incluidas, aunque suene fatal cuando lo digo.

Vi como se estremecía y me daba la espalda, supuse que estaba conteniendo las lágrimas. Aproveche para abrazarla y poder besarla sin el menor recato en la espalda, también sobre sus cicatrices, para después acudir a su cuello y con mis manos acariciarle los pechos. No pare en ningún momento pese a que ella hecho su cabeza hacia atrás apoyándola sobre mi hombro mientras me pedía que por favor parara... sus jadeos y suspiros fueron aumentando de intensidad, para mi sorpresa alcanzo un orgasmo solo con eso. En mi vida había visto algo igual, cierto que fue un orgasmo creo que muy tenue o al menos me pareció que era eso, pero de ser realmente así, que una chica solo con eso alcanzara el clímax... en mi vida. Aun a riesgo de parecer un fantasmón, diré que según las chicas con las que me he acostado no soy nada malo, pero creedme que lo de Constanza no me había pasado jamás de los jamases. Ver como se corría solo con besarla y acariciarla los pechos me dejo fuera de juego, me quede parado mirándola como un idiota.

Aprovecho la circunstancia para recuperar el control y arreglarse la ropa, pensé que lo había fingido solo para lograr esto, riéndose se lo dije así, pero me pego un corte el quince, se agarro un mosqueo que no os cuento a costa de mi "broma". Por lo visto de fingido nada de nada, y el que simplemente me atreviese a insinuárselo parecía mucho peor insulto que si le hubiese llamado puta... no veáis como se puso conmigo, no entendía nada de nada. Intente desviar el asunto hacia los dos maromos, el tal David, y el tal Roberto antes de que todo me fuese a peor con ella.

Logre sacar en claro que tenían una fama un tanto mala por los alrededores, también que según parecía solían sacarse un sobre sueldo pasando pastillas en las fiestas de los pueblos. Deduje por como lo conto Constanza y por las caras que ponía de odio, que ellos debieron de estar tras el accidente de coche que tubo, me confirmo que ciertamente había sido culpa suya, que había tomado tres o cuatro copas, pero que ni de broma ella se emborrachaba con eso. Cuando le dije que lo mismo le dio sueño o algo, me dijo que no, que cuando se dio la ostia iba completamente colgada del todo y sin el menor control sobre lo que hacia... que debían de haberle echado algo esos dos, ya que me juro que ella no consumía drogas y según las pruebas que le hicieron tras el accidente dio que había consumido éxtasis...

Estuvimos hablando un buen rato largo y tendido sobre todo esto. En ningún momento volví a sacar el tema del teléfono para nada, sabiendo lo que le sucedía, o por lo menos intuyéndolo, quizá fuese verdad que no tuviese teléfono móvil tras su  accidente, puede que incluso hubiese salido hacia relativamente poco del hospital y aun ella… bueno, imaginaos las especulaciones que pude pensar sobre su situación. Antes de que se marchase lo que si hice fue sacar un papel y apuntarle mi número de teléfono dándoselo. Se quedo mirándolo…

- Constanza : ¿Y esto?

- Carlos : Mi número de teléfono… con ello no te pido que me llames o que me des tú a cambio uno donde localizarte en compensación por ello o algo por el estilo. Pero quiero que lo tengas… ¿Me lo aceptas?

- Constanza : Por supuesto que si… pero que sepas que no creo que te llame nunca…

- Carlos : Bueno, demos tiempo al tiempo… (Le guiñe un ojo) Quizá llegue el día en que no puedas vivir sin mí… (Me eche a reír)

- Constanza : Quizá… (Me sonrió con tristeza)

Pensé mirando cómo se marchaba como siempre a la carrera en dirección al pueblo, también como siempre desapareciendo sin dejar rastro en las primeras calles, que si con ese “quizá” lo que hacía era dudar de que mi interés no durase el tiempo suficiente por lo de sus cicatrices lo llevaba claro, Constanza me gustaba, y me gustaba muchísimo, apariencia física aparte. Que me gustase por ella misma independientemente de su físico como me gustaba Constanza, únicamente lo había hecho otra chica, Susana, una de mis mejores amigas y tras la que había estado tonteando bastante tiempo, aunque en ese caso concreto Susana además iba acompañada de un cuerpo de escándalo.

Al día siguiente me tuve que marchar para volver al trabajo, pero por teléfono hable con mis primas, primero con Nuria a la que no había forma de sacarla nada, por lo molesta que estaba y por su pregunta sobre quien me había hablado de esos dos, supuse que habría hablado con sus amigas y estas la dijeron que no me habían contado nada. Pensé para mí que desde luego era un muy mal momento para intentar convencerla de que ellas y sus amigas se intentasen acercar a Constanza, si la metía por medio sabría en el acto quien me había hablado de esos dos. Eso podía hacer que fuese aun peor el remedio que la enfermedad.

Con Maite, mi otra prima, tuve mucha más suerte, ella no tuvo el menor problema en contarme y dejarme claro quiénes eran esos dos. Según me comento se rumoreaba que se habían aprovechado al menos de dos o tres chicas. Por lo que me dijo se comentaba que se las habían pasado por la piedra los dos, pero que estas no tenían ni idea de que había sucedido para haber llegado a eso, sospechaban que les hubiesen dado algo, pero... ya se sabe, aunque en sitios pequeños todos se conocen y los rumores vuelan, no querían que les señalaran si contaban algo.

Lo que tenía clara era una cosa, esos dos que para mis primas y sus amigas era obvio que eran unos peligrosos traficantes, pero a priori por lo que me dijo mi prima pequeña desde luego para mí no dejaban de ser dos gilipollas de mierda que se las daban de tíos duros. No creía que ellos fuesen mala gente, pero tenía muy claro que yo desde luego sí que podía serlo llegado el caso, de hecho no es que hubiese sido precisamente lo que se dice un buen chico hasta hacia relativamente bien poco. Cuando tuve los problemas con la ley me libre por pura suerte, igual que un amigo fue condenado a cuatro años, yo me libre porque no había pruebas contra mí y nadie me pudo identificar, aunque ciertamente bien pudo haber sido al contrario. A mis padres desde luego no les pude engañar, no pudieron decir que hubiese estado metido, pero digamos que sabían perfectamente que así había sido, por eso me apartaron de mis compañías, algo de lo que les doy las gracias pues soy más que consciente del peligroso camino que estaba empezando a tomar en esos días.

Durante toda la semana estuve un poco distante con todos mis amigos, incluida María en el trabajo, digamos que estaba excesivamente pensativo para lo que era normal en mí. Mis amigos se medio enteraron cuando me llamo mi prima Nuria la noche del jueves para pedirme que el viernes fuese directo a por ella a casa, yo le dije que se fuese tranquila con sus amigas, para lograrlo y que no se me pegase como una lapa, no tuve otra que prometerle por teléfono que no iría a buscar a ninguno de los dos tíos, con lo que todos se enteraron de que algo pasaba.

Al final no me quedo otra, medio conté algo de lo sucedido, mis amigos que son más brutos aun que yo, que ya es decir, se ofrecieron a acompañarme el viernes. Según sus planes, les buscábamos, les indicaba quienes eran, ellos les rompían las piernas y después se volvían para Madrid. Según dijo uno de ellos, seria limpio y nadie sabría quienes lo habían hecho, de ese modo no me metería en problemas. Las chicas fue todo lo contrario, estaban en contra de hacer nada, si lograba pruebas o sabía que traficaban con pastillas que los denunciase cuando supiese que llevaban "cargamento". Vi que una de las más preocupadas era Susana, lo que como mi mejor amiga de entre todas no me extraño lo mas mínimo. Rechace todos sus ofrecimientos con toda amabilidad y firmeza… aunque también es cierto que gran parte de mi distracción esos días, más que esos dos capullos, era Constanza.

Lo cierto es que el viernes cuando me fui para el pueblo me fui preparado, llevaba algunas cosillas de mi época "salvaje". Cuando llegue pese a lo que me prometió allí estaba mi primita Nuria, como le dije que no pensaba ir a ningún sitio, solo a pasear un rato para estirar las piernas tras el viaje, me pidió las llaves del coche para hacer como el fin de semana anterior, llaves que le di enseguida. Me fui otra vez a ver a Constanza tras la iglesia, me hubiese gustado poder hablar de ella con mi prima pero tal y como estaban las cosas con lo de esos dos tíos, lo mejor era de momento no decir nada de nada. Constanza por otro lado me encantaba, pero aun no me sentía con ella en un terreno lo suficientemente firme como para decirle o preguntarla nada sobre mi prima... tras la cagada del fin de semana anterior con lo de su orgasmo y el anterior a ese con lo del carmín, preferí no hacer el tonto. Ciertamente tenía claro que Constanza pese a todo me gustaba y me interesaba como mujer.

Esa noche estuve sentado con Constanza también tras la iglesia, hice una leve insinuación sobre irnos a dar una vuelta y por la cara que me puso lo deje pasar en el acto. Estábamos tan tranquilos cuando se me ocurrió la imbecilidad visto lo anterior, de deslizar en referencia a sus cicatrices un comentario del estilo de... "deja que piensen lo que les dé la gana", su contestación fue seca y además rompió por completo el buen rollo que teníamos, me espeto un "quien es un monstruo soy yo, y no tu, no tienes ni idea de nada". Tras eso no pude retenerla junto a mi más de media hora, y creedme que fue todo un milagro poder hacerlo ese rato. Cuando se fue me quede todavía otra media hora allí solo pensando... estaba claro que Constanza tenía muchos problemas con lo del accidente y sus cicatrices, me iba a costar mucho trabajo poder sacarla a la luz porque tenía muy claro que la quería como pareja y me daba tres mierdas lo que opinasen los demás… otro asunto era lo que hubiese sucedido entre ella, mi prima y sus amigas, además era algo muy, pero que muy jodido de intentar indagar con cualquiera de ellas.

Me saque un cigarro, me apetecía como no os hacéis una idea, por sorpresa me pidieron uno, ni me había dado cuenta de que Nuria se había sentado junto a mí. Se lo encendió, ante mi pregunta sobre si fumaba me dijo que no, que más o menos como yo, solo cuando le apetecía y en esos momentos necesitaba uno con urgencia. Le pregunte que hacia tan pronto en el pueblo, me dijo que esos dos habían aparecido y antes que tener problemas con ellos prefirió volverse con alguien que conocía ya que no quería fastidiar la noche a sus amigas. Eso me termino de decidir, al día siguiente en cuanto lograse localizar quienes eran pensaba tener una charlita amable con ambos.

CONTINUARA