Con los flacos del club

Amigos heteros se ponen a ver una peli porno y se desencadenan cosas inesperadas.

Con los flacos del club

Hola, mi nombre es Nicolás, tengo 27 años. Esto que voy a contarles ocurrió cuando tenía 20 años. Yo por ese entonces era un flaco que se transaba una mina diferente cada fin de semana en los boliches. A estos lugares iba siempre con mis cuatro mejores compañeros del equipo de handball de un club del gran Buenos Aires.

Ellos eran Patricio, Martín, Hernán y Javier. Una tarde arreglamos para ir al departamento de Patricio, que por ese entonces era el único que vivía solo. Como salíamos del club, los cinco estábamos vestidos iguales, el clásico equipo de gimnasia adidas verde con las tres tiras blancas.

Una vez en el departamento nos pusimos a tomar lo que no había, mas la birras que habíamos traido del supermercado. Licor, vino, vodka y hasta un par de botellas de sidra. Patricio al rato estaba fundido, y se fue a dormir la siesta a su cuarto. Nosotros nos quedamos tirados en la alfombra del living.

Martín se pone a buscar en la caja de los videos alguna película para ver, hasta que pegando un grito nos dice_ Encontré una porno!!! Encontré una porno!!!!. Ponela!!! Ponela!!!!_gritábamos los otros tres.

A los diez minutos de película, con el pedo que teníamos encima, ya estabamos todos alzados. Ademas al llevar pantalón de gimnasia no podíamos disimular mucho que digamos.

Martín que estaba tirado al lado mío le dice a Hernán y Javier_ Che! Miren el bulto que marca Nico!. Y sorprendiéndome, sin previo aviso me pone la mano sobre el bulto. Yo pegué un salto hacia atrás y le digo_ Pará, qué haces boludo?

Y sin obtener una respuesta de su parte se me viene encima y me mete la mano dentro del pantalón y el slip hasta agarrarme la pija. No, pará!! No te zarpes, soltá!!!!_ le digo.

Yo con mis manos le tomo del brazo para que me suelte, pero el lentamente me empezó a hacer una paja. Hernán y Javier ya no miraban la película, nos miraban a nosotros.

Ayúdenme a desnudarlo_ les dice Martín. Nooo che, paren ...uhh...mmm...en serio_ era lo único que podía decir, debido a que la paja que me hacía Martín ya me estaba afectando.

Contra uno solo quizas me hubiera podido resistir, pero contra tres era imposible.

Y así fue como mientras Martín me seguía pajeando, Javier me sacaba la campera de gimnasia y la remera, y Hernán mis Topper de lona celestes, el pantalón y el slip.

Cuando quedé completamente desnudo, Martín se agarró de mis muslos y se metió mi poronga en la boca. Sin poder creerlo yo abro la boca gritando_ Ahhhh!! Ahh! Ahhhhhh!!!!!.

Javier completamente fascinado se baja el pantalón hasta la rodillas y se empieza a hacer una paja. Mi cuerpo temblaba placenteramente producto de la paja de Martín, mi boca permanecía abierta, a la que por momentos no le salía sonido alguno.

Javier, muy caliente, se acerca a mi cara y me mete su pija en la boca, y no podía hacer nada para evitarlo. Martín deja de chupármela para poder sacarse la ropa y mirar como Javier se cojía mi boca.

Hernán, que ya se había desnudado también, me abre las piernas y me pasa deseperadamente la lengua por el culo. Yo aún no era conciente que tenía una pija en la boca, y mucho menos cuando siento en mi ano la punta de la poronga de Hernán.

Quería decirle que no, que eso si que no, pero Javier no me sacaba la suya de mi boca. Y así, lenta y suavemente, Hernán me fue penetrando.

Ya desnudo, Martín se para encima mio, se va agachando de a poco hasta apoyar su culo en la punta de mi pija. Cuando estuvo todo listo fue bajando lentamente hasta que se metió toda mi verga dentro suyo.

Mi cuerpo se retorcía del placer con espasmos como si sufriera de un ataque de epilepsia. Tenía una pija en la boca y en el culo por primera vez en mi vida y la mía en el culo de Martín. Pero todavía faltaba lo mejor, la frutilla del postre...y me refiero a los orgasmos en cadena que se avecinaban.

Hernán fue el primero, sentir sus chorros de leche caliente dentro mio me hizo eyacular a mí dentro de Martín, eso lo hizo acabar a el sobre mi estómago. Y Javier al ver eso no aguantó mas y me largó en la boca interminables chorros de leche espesa que me salían por los costados.

Ninguno de los cuatro dijo palabra alguna, y al rato nos quedamos dormidos sobre la alfombra. En tanto Patricio no se había enterado de nada de esto ya que dormía la siesta en su cuarto...al menos eso pensaba.

A la hora y media me despierto, tenía mi estomago lleno de la leche pegajosa de Martín y los costados de mi boca la leche seca de Javier, asi que decidí ir al baño a lavarme. Como no podía encontrar mi slip en medio de ese kilombo, me puse el pantalón de gimnasia, aunque no era el mío ya que me quedaba mas corto y ajustado.

Vaya mi sorpresa cuando al entrar al baño lo encuentro a Patricio totalmente en pelotas haciéndose una paja a toda velocidad. Uy! Perdón!_ le digo. Voy por mi tercera paja, los estuve espiando, como me hicieron chorrear leche hijos de puta!!!!_ me dice.

Me doy vuelta lléndome hacia la puerta y le digo_ Bueno, te dejo tranqui. No, no, pará!! No te vayas!!! Me calienta verte con ese pantalón te queda como una calza_ me dice abrazándome por detrás mientras me mete la mano y agarra mi pija.

No, no, uhh...no...ohh..ohhhh_ le decía mientras mi verga ya estaba al palo nuevamente. Con la otra mano Patricio me baja el pantalón hasta las rodillas.

Resultaste ser flor de pajero, ya la tenes bien dura, te gusta Eh?_ me dice al oído. Me da vuelta y me apoya contra la pared, con el movimiento mi pantalón cae hasta mis tobillos y se me sale definitivamente cuando el levanta mis piernas para que las enrosque en su cadera.

Aprovechando que mi culo, al estar yo parado, goteaba la leche de Hernán, de una sola embestida me mete su poronga.

Esa penetración violenta hace que mi pija escupa desesperadamente cinco o seis chorros de leche contra el vientre de Patricio, quien me estuvo cojiendo contra la pared unos cinco minutos hasta que eyaculó.

Luego de eso, se ofreció a ducharme, a lo que yo accedí. Considerando todo lo que había pasado, lo de la ducha fue bastante tranquilo. Eso si, como consecuencia de sus suaves caricias mientras me enjabonaba la poronga, le acabé en la mano, siendo mi tercera eyaculación esa tarde.

Con Martín, Hernán y Javier nunca se volvió a hablar del tema, pero si con Patricio que nos hicimos muy amigos. Y las veces que yo iba a su departamento estábamos siempre desnudos y acabábamos no menos de dos veces en el dia.

Pasamos muy buenas tardes, ni hablar cuando vino un flaco hetero nuevo en el equipo del club  de 17 años.....pero esa es otra historia.

Si la quieren conocer, escriban. Hasta la próxima.