Con los años (11: ni en una vida entera)

una vez mas les agradezco por este medio a todas y cada una de las personas que se toman la molestia de leer este relato,y mandarme sus comentarios que siempre son bien recibidos.una vez mas disculpen la ortografía,pero tengo un problema con mi pc. posdata:el siguiente capitulo sera el final,gracias.

CON LOS AÑOS …..11 parte.

(Ni en una vida entera)

Mírame de vez en cuando siento que me estas olvidando y que no regresaras, mírame de vez en cuando,

pienso que ya estoy muy cansada de estar sola y escucharme llorar, mírame de vez en cuando, miro atrás y veo con miedo lo mejor de nuestros años correr, mírame de vez en cuando, quiero escaparme pero tu mirada me envuelve y me vuelvo a perder,

mira mis ojos, de vez en cuando, siento enloquecer, mírame de vez en cuando, sueño con alguna locura y no quiero despertar, mírame de vez en cuando miento, cuando buscas mis ojos y preguntas como estas, mírame de vez en cuando, muero de rabia y de celos, pero nunca te lo hago saber, mírame….. Y esta noche quiero más, que me abraces fuertemente y en tus brazos soñare, que este amor es para siempre, en penumbras un rayo de luz nos envuelva a los dos,

vivimos atrapados en un juego de azar, tu amor es UNA SOMBRA PARA MI LIBERTAD, ya nada puedo hacer y no logro escapar, tú fuego sobre pólvora que puede estallar…y así te tengo que amar, el tiempo acaba de empezar.

Tema: eclipse total del amor

Interprete: bony tayler

Vaya si que el sueño me venció por completo, solo desperté cuando mi cuerpo comenzó a estremecerse por el frio que hacía, no quería abrir los ojos, lo único que deseaba era que el tiempo marchara a prisa hasta el momento en que yo lograra a borrarla de mi mente, sentí que alguien me observaba, lo más seguro es que se tratara de alguien que pasaba junto a mi auto, tal vez estaba mal estacionada, con los ojos cerrados recordé todo lo sucedido esa día, como fue que todo esto había terminado de esa manera, todavía me encontraba a fuera del edificio; todavía podía sentirme observada, lo único que me faltaba es que fuera un asaltante o algo parecido así que con todo el esfuerzo de que era capaz abrí de un solo golpe los ojos, mi respiración se hiso lenta en un segundo cuando mis ojos chocaron de frente con sus hermosos ojos azules, fueron segundos que parecieron minutos.

Se trataba de Marian, que por cierto iba saliendo en su auto, sin saber por qué estaba estacionado justo delante del mío, ella solo me miraba, puede ver como respiraba profundo y arranco el auto con dirección al centro de la ciudad, tuve el instinto de arrancar mi auto para ir de tras de ella pero no lo hice, me dedique a observar como las luces de su auto se perdían a lo lejos-ya no mi amor, ya no te voy a perseguir, creo que hoy por fin entendí que lo nuestro se acabó-estaba hablando conmigo misma, este día por fin había aceptado mi realidad, perdí el amor por no luchar cuando era necesario para conservarlo; tome el suéter que estaba en el asiento trasero y me lo coloque, pensaba ir a mi departamento pero si estaba dispuesta a cerrar esta etapa de mi vida, lo haría en su totalidad, esperaría a que Marian regresara para hablar con ella tranquila, sin peleas ni reproches.

Me dedique a escuchar la radio, quise hablar con alguien sobre todo lo que me había ocurrido, pero para mí mala suerte, llamé a mi mama y la chica de servicio me dijo que había salido a cenar con mi padre, seguro era una de sus tantas escapadas, Ana y Sara ni siquiera contestaban el celular lo más seguro es que estuvieran ocupadas, la única que me acepto la llamada fue mi chaparra hermosa, estuve hablando con mi hermana cerca de hora y media sobre todo lo acontecido, ella escuchaba atenta cada detalle, por momentos las lágrimas escapaban de mis ojos, mientras mi hermana trataba de pedirme que no me diera por vencida "Marian jamás habla de lo que sucedió, es un tema que todavía le duele en el corazón, estoy segura que aun siente algo por ti, lucha por ganarte su amor", lo único que ella es capaz de sentir por mí es odio ya se me olvido todas las veces que me lo ha gritado a la cara, estoy cansada hermanita, "Nanda por favor tu sabes cuánto las quiero a ambas es hora de que decidan que es más fuerte, el orgullo o el amor" ,termine la conversación con mi hermana y pase media hora más aburriéndome en el auto, afuera era evidente que hacia un frio del demonio veía pasar a las personas muy abrigadas.

Vi el auto de Marian y como era costumbre en todo este tiempo mi corazón se comenzaba a partir cuando me percate que no venía sola, traía la música a todo volumen y era tal el alboroto que a pesar de la música se escuchaban los gritos de los pasajeros y de pronto un celular salió volando por la ventana y fue a dar cerca de la caseta de vigilancia del edificio que para ese momento estaba vacía; vi como Marian bajaba del asiento del piloto a simple vista borracha y se dirigía entre risas a levantar su teléfono, detrás de Marian bajaron un par de chicos en las mismas condiciones que ella y la siguieron, cuando Marian se agacho a tomar su celular de la banqueta uno de los tipos la tomo de la cintura y pego su entrepierna al trasero de Marian, cerré los ojos para no ver, aunque claro mis lágrimas a estas alturas no me lo permitieron obligándome a observar; Marian se recargo provocadoramente sobre el cuerpo del tipo que la sujeto y el otro aprovecho esto para colocarse delante de ella y comenzar a besarla desesperadamente, mientras el otro tipo le tocaba las piernas, ahí estaba mi amor en medio de esos asquerosos que la tocaban con desesperación gracias a que ella estaba tan borracha como para impedírselo, los vi desaparecer por las puertas del edificio, dios de que se trataba esto, acaso era una prueba para ver esta donde podía llegar mi amor por ella.

La veía en su cama haciendo el amor con alguno de esos idiotas, maldición tal vez con ambos, esto es demasiado, todo mi dolor se trasformó en una tremendo coraje que jale el volante con toda la intención de arrancarlo sin conseguirlo, no supe como Salí del auto, en un momento estaba observando todo y al siguiente estaba a escasos dos pasos de la puerta de su departamento, olvidaron cerrar la puerta (gracias destino) entre y no me fue difícil ubicar la recamara, pues sus carcajadas se escuchaban en todo el lugar, ni siquiera observe el lugar simplemente entre y estaba Marian besándose con uno de ellos mientras el otro esperaba atento cualquier indicación para entrar a la función, no iba a permitir que se humillara un segundo más.

Fernanda-me puedes explicar qué demonios haces?.

Fue tanta mi furia que la tome con fuerza del pelo y la jale hasta que llegamos a la sala, gracias a que estaba ebria tardó en reaccionar ante los que estaba sucediendo, cuando por fin lo hiso se detuvo en seco y logro darme un golpe en la mano que me obligo a soltarla.

Marian-que te pasa?. Estaba tan sorprendida que fue lo único que alcanzo a articular.

Fernanda-que te pasa a ti, estas consiente de lo que estabas a punto de hacer, acaso no te sientes sucia de hacer este tipo de cosas, tan solo mírate.

Marian-que fregados haces aquí todavía, acaso eres el nuevo vigilante; déjame en paz, yo con mi vida hago lo que se me viene en gana. Creo que por el alcohol estaba gritando como loca.

Fernanda-ya no mi amor, té advertí que no iba a permitir que te fueras a la cama con todos los que te topas en la calle.

Comenzó a caminar hacia donde estaban "sus amigos"; Los fulanos con los que venía en el auto estaban más que divertidos con el espectáculo, tal vez estaban tan borrachos o simplemente eran imbéciles, que comenzaron a decir cuanta estupidez se les ocurría.

Descocido-ya déjala en paz machorra, qué nosotros le vamos a hacer sentir lo que nunca podrás.

Ignore el comentario y seguí a Marian, la tome por el brazos y la jale nuevamente y comencé a caminar, mi intención era sacarla de ese sitio aunque fuera a la fuerza.

Marian- déjame Fernanda, ya te mande al diablo muchas veces, dime que tengo que hacer para que desaparezcas de mi vida.

Fernanda-nunca me voy a separar de ti, como te advertí voy a impedir que te vayas a la cama con cualquiera, aunque sea a la fuerza.

Por suerte en su estado era fácil ganarle en fuerza física, así que apreté mucho más su brazo y comencé a caminar hacia la puerta del departamento, cuando me percate que sus amiguitos nos estaban siguiendo.

Desconocido-hey estúpida lesbiana, qué no has escuchado que ella dice que no quiere ir contigo.

Fernanda-vete a la mierda, desaparécete.

Desconocidos-si te animas, tal vez te hagamos el favor y hasta de cambies de bando.

Fernanda-Marian vámonos de este al maldito departamento de una vez. Le grite para hacer que reaccionara ante la situación.

Desconocido 1-mira perrita, ya te dijo que no se va a ninguna otra parte que no sea a su recamara y en compañía de nosotros.

Desconocido-claro si que tu estas invitada, sirve que así te enseñamos lo que es bueno y dejas de andar tirándote a viejas como si fueras hombre.

Fernanda-el problema no es con ustedes, así que no se metan en lo que no les importa. Siempre he preferido dar oídos sordos a esta clase de insultos.

Desconocido 1-pues claro que es nuestro problema, porque estas arruinando mi noche.

Fernanda-esto es problema de dos, Marian y yo, así que ustedes sobran; tienen un minuto antes de que llame a la seguridad del edificio. Me hacer a una de la sala y tome el teléfono.

Comencé a llamar, aunque en realidad no sabía ni a quien había marcado, los tipos supongo entre tanto alcohol les quedaba algo de cordura porque entre insultos y señas obscenas salieron del departamento, aunque uno de ellos antes de salir menciono "jajajajaj nunca podrás llenarla tanto como un hombre, lesbiana de mierda"

Marian-aquí la única que sobras eres tú, así que lárgate de una vez; o es que acaso quieres aceptar la invitación de mis amigos, si quieres puedes ir con nosotros a la recamara. Entre todo este alboroto que se había armado, todavía tenía tiempo para ser sarcástica.

Fernanda-cállate o no respondo. Ya mi paciencia había llegado al límite, porque si Marian veía todo lo que hacía por ella, disfrutaba lastimándome.

Marian- jajajajaj es eso verdad, tengo dos teorías te mueres por tenerme en la misma cama que tu aunque sea compartiéndome o no me digas que quieres volver a sentir lo que es un hombre por

Fernanda-le di una bofetada con tal fuerza que vi cómo se tambaleaba-es la última vez que me dices una estupidez como esa. Esta vez no me arrepentí de haberla golpeado.

Marian-maldita, no vuelvas a ponerme una mano encima, te dolió lo que te dijo antes de irse verdad, TÚ NUNCA podrás hacerme sentir lo que ellos, no hay punto de compa…….

La palma de mi mano se estampo nuevamente contra la mejilla de Marian, dejando un color tremendamente rojo; estaba furiosa.

Fernanda-no vas a volver a humillarme jamás. Nuevamente la tome por el pelo, pero esta vez la lleve a empujones hacia la recamara, la tire sobre la cama.

Marian-que te pasa estúpida, lárgate de aquí.

Fernanda-voy a demostrarte que no necesito ser hombre para darte placer. Mi mente estaba confundida, ya no alcanzaba a ver que hacia ni a razonar, me había golpeado el orgullo una y otra vez, hasta el punto de quiebre.

Rápidamente me quite el suéter y la blusa, el pantalón no me di cuenta en que momento había abandonado mi cuerpo y camine hacia la cama.

Marian- déjame en Paz. No me importo su cara de espanto cuando vio que hablaba enserio.

Marian intento pararse de la cama, pero tire de su brazo hacia mí y le estampe mis labios contra los suyos, pero esta vez no hubo ternura, invadía su boca con desenfreno, mordiéndole casi la lengua.

Marian-por favor no-con la poca fuerza que su estado le permitía tener, intento zafarse de mí sin conseguirlo.

Fernanda-ahora soy yo a la que no le importa escucharte.

Le enterré las uñas en el cuello y nuevamente la bese forzándola a abrir la boca, ella luchaba rasguñándome las mejillas para aceme ceder; logre encontrar el cierre de su vestido y lo baje de un solo intento, la avente sobre el colchón y le di un tremendo jalón al vestido que resbalo sin dificultad por sus piernas.

Dios parecía un ángel o una diosa, mejor dicho, su cuerpo era monumental, sorprendentemente bella, esto aumento mucho más mi deseo hasta la locura, me tire encima de ella, el que estuviera en mis cinco sentidos hacia que la superara en fuerza.

Marian-por favor no, por favor.

Sus manos me arañaban las costillas como defensa, mientras yo le mordía el cuello y bajaba con desenfreno a sus pecho, los libere del brassier y sin perder tiempo me dedique a probar nuevamente su sabor, los succionaba con todas la fuerzas de mi alma y los mordía cuando sentía que ella me golpeaba, deje un rastro enorme de salía en ambos.me puse de rodillas y le quite sus bragas y las mías cayeron junto a las de ellas.

Marian- basta, te los suplico, detente, por favor así no.

Abrí violentamente sus piernas y me coloque entre ellas, mi cuerpo se convulsiono cuando sentí el roce de nuestros sexos y comencé con estrepitosas embestidas mientras mi boca se divertía salvajemente con sus senos, no cedí ante ninguna de sus suplicas; me detuve cuando sentí como su cuerpo se tensaba por completo y sus uñas se enterraban en mi espalda, había llegado al clímax; me encontraba completamente empapada en sudor, me puse de rodillas y mi lengua se perdió en su entrepierna, su sabor seguía siendo el mismo de siempre, me embriagaba, sujete sus piernas cuando sentí que ella tiraba de mi pelo para zafarse, estuve disfrutando de su sabor, de su humedad hasta que escuche como daba un enorme grito para después dejar salir una enorme cantidad de jugos de su vagina, estaba ansiosa por saborearlos pero me contuve, subí sobre su cuerpo, mordí nuevamente su cuello y la mire a los ojos, sus hermosos ojos lucían diferentes, pero no me importo, nuevamente baje hacia sus pechos y sin ninguna compasión los mordía ferozmente, escuchaba encima de mi cabeza como ella gritaba de dolor mientras me suplicaba que parara, mi mano bajo hacia su entrepierna y de un solo golpe hundí tres dedos hasta el fondo, escuche como lloraba creo que de dolor, no lo sé, comencé un mete y saca a mil revoluciones, quería escuchar y sentir como terminaba en mi mano; después de unos minutos vi arquearse su espalda de manera violenta y mi mano se mojó por los líquidos que salían de ella.

Retire mi mano, levante la cabeza con toda la intención de darle un beso, pero ver su cara llena de lágrimas me lo impidió; solo hasta ese momento tome conciencia de lo que acababa de hacer, quise abrazarla pero vi sus hermosos pechos cubiertos por mi saliva completamente rojos; la vista se me nublo, me senté sobre la cama mientras ella adoptaba una posición fetal, las dos estábamos llorando, pasaron no sé cuantos minutos mientras un silencio invadía la habitación, hasta que quise romper este tormentoso momento.

Fernanda-jamás, nunca podre perdonarme lo que acabo de hacer. Quisiera haber saltado por la ventana.

Marian- querías demostrar que eres mejor que un hombre y copias lo peor de ellos.

Fernanda-es que tú, ya no soportaba un insulto más de tu parte.

Marian- sí, tienes razón es mi culpa, acepto mi responsabilidad.

Fernanda-no quise decir eso, la culpa es mía solo mía.

Comencé a cambiarme, es que no sabía qué hacer y mucho menos que palabras debían salir de mi boca, termine de vestirme y voltié para ver una vez más mi maldita obra, Marian estaba en ropa interior y se colocó una bata que estaba tirada sobre un mueble, me acerque para tratar de hablar con ella.

Fernanda-déjame explicarte, mi amor.

Trate de abrazarla pero me dio un enorme empujón mientras sus lágrimas brotaban y recorrían cada rincón de su cara.

Marian- ahora lárgate de mi vida para siempre.

Fernanda-no me voy de aquí hasta que me escuches.

Marian-entonces quédate, que la que se va soy yo. Salió de la habitación a toda prisa, busque desesperadamente mis zapatos y salí corriendo detrás de ella.

En el pasillo no había nadie, observe que el elevador se encontraba vacío, entonces salió por las escaleras, baje corriendo para alcanzarla, lo que acababa de pasar entre nosotras era un asco, pero tenía que impedir que me odiara más de lo que ya lo hacía; logre ver como estaba abriendo su auto y corrí como nunca antes para impedir que se fuera.

Fernanda-Marian por favor espera, te lo suplico. No deje de correr ni un segundo.

Marian-basta ya de todo esto, déjame en paz.

Justo cuando Marian cerraba la puerta con la mayor fuerza posible, intente tomarla con la mano, pero no calcule mi movimiento y solo se escuchó como tronaron los huesos de mi brazo derecho.

Fernanda-hahahahahahahayyyyyyyyyyyyyy.fue el dolor físico más grande que había experimentado en toda mi vida, grité tan fuerte.

Mi mano me dolía terriblemente, estaba llorando desesperada, di varios pasos alrededor del auto tratando de controlar el dolor, me senté en la banqueta, gritando de dolor, ni siquiera sentía el frio el dolor del brazo era insoportable; ella bajo del auto y corrió, inclinándose delante mío.

Marian-hola, hola-no sé si por el dolor, pero su voz era tan dulce como la recordaba-sube al auto que te tiene que ver un médico.

Quería decir tantas cosas al verla frente a mí pero el dolor me ganaba y solo me quejaba, así que me levante, ella me abrió la puerta del copiloto y antes de cerrar.

Marian-espera un segundo. Salió corriendo hacia su departamento.

Pasaron los tres, cuatro, cinco minutos más dolorosos de mi existencia cuando por fin apareció, cerró mi puerta y subió al asiento de chofer, llevaba una jeringa en la mano y me inyecto en el brazo izquierdo.

Fernanda-a donde fuiste, pensé que me odiabas tanto que me dejarías morirme del mendigo dolor en tu auto, cómo venganza final.

Marian-es un sedante, té ayudara a no sentir el dolor por lo menos en lo que llegamos al hospital.

Vaya que esa cosa era bastante efectiva ,porque lo último que recuerdo, es que el auto daba la vuelta para poder salir del edificio, mi brazo estaba tan mal que según me dijeron pase dos días en la cama de un hospital (el golpe fue tan fuerte que uno de los huesos del brazo rompió mi piel),abrí los ojos y mi madre estaba a mi lado, me explico que tuvieron que operarme debido a la gravedad de la herida y que el medico había indicado que me mantuvieran sedada para evitar dolor, esas drogas sí que hacen su trabajo, por que a duras penas lograba entender lo que mi madre me explicaba, después entro Claudia solo para darme un beso y me dijo algo relacionado con Carla o con Marian que tampoco entendí.

Comencé a quejarme nuevamente, pues el brazo me dolía, Claudia se despidió de mí y dejo en su lugar a una enfermera que después de ver algo en los aparatos, nuevamente inyecto algo en el suero; sentí como el dolor desaparecía lentamente pero estaba tan agotada por el dolor, pero también por Marian que decidí descansar un poco cerrando los ojos, pasé cerca de quince minutos con los ojos cerrados que cuando estaba punto de hundirme en los brazos de Morfeo, escuché que alguien entro a la habitación, seguramente era Lorena así que no abrí los ojos, escuche los pasos acercarse a mi cama, la voz que escuche me dejo completamente paralizada de la sorpresa y la emoción, era Mi niña.