Con los albañiles

Con dos albañiles mi primer penetración doble

A raíz de los relatos publicados anteriormente he recibido correos de varios y con algunos he mantenido cierto nivel de conversación. Entre ellos tuve contacto con un señor de 48, al que llamaremos Carlos. Para los que no han leído mis relatos, me presento nuevamente, soy una chica de 25 años de la CDMX, alta, morena clara, cabello oscuro largo debajo de los pechos, mismos que no son muy grandes, pero con muy bonita forma, y trasero bonito, nada extravagante, en general, diría que me veo como una chica tranquila, y bonita.

Como dije, conocí a Carlos porque fue uno de los que me envió mensaje a mi correo, desde un inicio él se dirigió a mí de una manera bastante morbosa y sucia, cosa que a mí me daba morbo. Estuvimos enviándonos correos por un tiempo, algunos días quizá, en los que en general me decía todo lo que me quería hacer y seguramente lo puta que era por todo lo que contaba en mis relatos pasados.

Hubo un punto en el que no hubo más mensajes, la verdad es que por unos días no tuve mucho tiempo para responder, y cuando volví a entrar fue por tener esa sensación insoportable de morbo nuevamente. Era un viernes por la tarde cuando le escribí nuevamente, y por ese mismo morbo que tenía sentía ganas de darme a desear por un rato, para esto, Carlos me había comentado que trabajaba como albañil en una construcción que no me quedaba muy lejos de mi casa, y cuando le escribí fue precisamente para saber si se encontraba por ahí y quizá me daría una vuelta, para que me viera en persona, aclarando que solo estaría un momento, solo para que confirmara que yo era real y quizá lo dejará verme un poco.

La verdad es que no estaba segura sí iría o no, solo por los nervios de irme a meter ahí sin saber qué, pero mi morbo en ese momento era demasiado. Él para mí buena o mala suerte me comentó que sí estaba ahí, que la mayoría ya se estaba yendo, pero él se podía esperar porque a veces se quedaba a hacer guardias. Yo le comenté que entonces me diera un momento para ver si es que podía salir para que me conociera; yo claramente podía, pero aún me la estaba pensando para hacerlo, y yo misma me animaba a ir convenciéndome de que solo lo dejaría verme y quizá tocarme un poco, antes de regresar a mi casa.

Finalmente le dije que sí, me dio la dirección y me dijo que me vería afuera de la construcción en unos 15 min. Ese día salí arreglada con una falda blanca un poco arriba de la mitad del muslo y una blusa negra de tirantes, además de una chaqueta de mezclilla corta; no llevaba demasiado por el calor que ya empezaba a hacer durante todo el día, y a pesar de que no planeaba tener sexo, no sabría lo que me animaría a mostrar en el momento por lo que me puse un bra negro y una tanga negra que combinaba perfecto. Para no demorarme demasiado pedí un uber que llegó bastante rápido al lugar de encuentro, en una calle no muy transitada, por lo que pude ver, y me dejó unos metros antes de la construcción, misma que se veía como muchas, todo cubierto de tablas de diferente tamaño al exterior, y con un par que se movía para entrar

En lo que me iba acercando vi a Carlos parado afuera, era un hombre poco más alto que yo, con panza, prácticamente calvo, pero con barba corta y bigote canoso, vestía una playera azul sin mangas que se veía desgastada y un pantalón de mezclilla igual, ambos algo sucios claramente por el material de la construcción.

  • Mira nada más que tenemos aquí. - me dijo cuando estaba a los unos pasos de él, yo solo sonreí tímidamente. - Te ves más sabrosa que en las fotos mm. - Continuó hablando mientras yo quedé junto a él e inmediatamente puso su mano descaradamente en mi trasero para apretarlo. Me hizo dar un respingo, pero no dije nada al respecto.

  • Bueno te dije que vendría a que vendría a saludar. - contesté.

  • No creí que vinieras sabrosa, pero qué bueno, vente pásale, para que conozcas. - dijo, en lo que me tomó de la cadera y me hizo caminar dentro, pasando una de las tablas que cubrían la construcción.

No tenía pensado entrar, pero tampoco vi oportunidad de negarme, por lo que empezaba a sentirme un poco nerviosa al respecto y pensar en las consecuencias que podría tener el haber ido. Una vez adentro me siguió guiando dentro del lugar poco iluminado, con su mano grande y tosca en la cadera, casi tocando mis nalgas. Llegamos a un cuarto a medio construir con varias pilas de sacos de cemento y material, como cartones y tablones de madera, y solo ahí me soltó las caderas, yo fingía que recorría el lugar con la mirada, pero en realidad estaba nerviosa sintiéndolo cerca de mí y sabía que tenía la vista posada en mis nalgas. me acerqué a los sacos de cemento para apoyarme con el brazo y voltear a verlo, fingiendo que me sentía más a gusto de lo que en realidad estaba.

  • Y entonces, ¿qué piensas?, ¿sí te gusté?

  • Claro que sí zorrita, pero a ver, déjame verte mejor. -  Se acercó a mí nuevamente y sin decir nada más metió sus manos abajo de la blusa para empezar a manosearme los pechos, a la par que acercaba su boca a la mía para besarme bruscamente metiéndome su lengua. Yo por instinto me hice hacía atrás, pero no mucho ya que inmediatamente choqué con una pila de sacos. Carlos se repagaba más a mí y bajó rápidamente su mano para sobar mi concha por sobre la tanga, la sentía rasposa y enorme ahí.

  • Ya estás bien mojada, reina, te va entrar bien rico. - dijo luego de sacar su lengua de mi boca

  • No me puedo quedar, solo vine de rápido. - dije un poco asustada ya, ante la situación y traté de negociarlo. - Si quieres te la mamo y otro día cogemos

  • Pues sí me la vas a mamar, putita, pero nada más es el comienzo. - Me soltó, y aun teniéndome pegada contra él y una pila de sacos, lo vi desabrochándose el cinturón y el pantalón rápidamente, para poder bajarlos. Inmediatamente sentí su verga salir y rozar mi pierna, se sentía durísima; y sin poder decir nada con la presión de su mano en mi hombro me hizo agacharme para dejar mi cara frente a su pene erecto. Con la misma velocidad que me bajó me puso la mano en la cabeza empujándome contra ella para que abriera la boca y chupara.

  • No, espera...

Apenas abrí la boca me la metió toda ejerciendo presión con su mano en mi cabeza y haciéndome sentir que me ahogaba; era una verga de tamaño mediano, oscura y con mucho vello, y bastante gruesa. Lo único que pensaba era que si lo hacía correrse ahí terminaría todo y podría volver a mi casa, así que seguí haciéndolo.

  • Mmmmmmm así puta, qué rica boquita mamadora. - decía en lo que llevaba el ritmo con su tosca mano y yo trataba de seguir sin sentir las arcadas. No estuvo mucho tiempo en eso hasta que soltó mi cabeza y sacó su verga de mi boca; me hizo levantarme para ponerme apoyada contra los sacos de espaldas a él y ya sabía lo que venía.

No me dio tiempo ni de decir nada y aun así no sabía ni qué decir, siendo que me había ido a meter ahí por mi propia voluntad, y mientras me culpaba a mí misma por ello, no tardó ni 2 segundos en hacerme a un lado la tanga y ensartarme todo su miembro en la vagina, lo que me hizo soltar un quejido ahogado. Empezó un mete saca brutal contra mi conchita, que afortunadamente estaba lo suficientemente lubricada para que no me doliera tanto, pero tenía un rato sin tener sexo, por lo que no pude evitar sentir cómo me abría, además del chocar brusco de sus testículos con cada estocada que me daba.

Para este momento me tenía agarrada de las caderas para sujetarme con fuerza y dejarme ir todo su peso, y yo soltaba algunos quejidos a cada penetración. Cuando sentí que soltó mis caderas inmediatamente me tomó del cabello, lo que me hizo hacer la cabeza hacía atrás para evitar el dolor lo más que podía. No servía de mucho por la fuerza con que me tomaba, por lo que soltaba gemidos más de dolor que otra cosa, que se combinaban con sus gemidos y bufidos.

Estuvimos así unos minutos seguramente, pero para mí fueron eternos por el dolor que sentía con cada jalón que me daba, hasta que me soltó el cabello y pude descansar un momento, que en realidad no duró absolutamente nada. Ahí fue cuando sentí una mano girarme la cabeza a la izquierda y vi otra verga frente a mí. Me quedé en shock un segundo, mismo que le bastó al nuevo sujeto para penetrarme por la boca. No sabía de dónde había salido ese tipo y me tenía que concentrar nuevamente en intentar no ahogarme con su verga en la boca, ya que era ligeramente más grande que la que me penetraba vaginalmente, pero menos gorda.

  • Puta madre, así cabrona, ahhhh. - decía el nuevo tipo mientras me follaba la boca como animal. - Me estaban empezando a salir las lágrimas, ya no sabía si por arcadas que me daban o por la situación en la que me encontraba, cuando de un momento a otro sentí salirse la primera verga de mi conchita, y por ende perdí un poco el equilibrio y la de mi boca salió igualmente. Caí de rodillas frente a los costales y empecé a toser un poco, sentía cómo me temblaban las piernas y estaba haciendo un esfuerzo para moverme.

  • Llegaste temprano cabrón, ni me diste tiempo de terminar, jajaja. - Decía Carlos al nuevo sujeto, que apenas tuve oportunidad de girar la cabeza para verlo bien. Debía tener alrededor de la misma edad, un poco más tosco que Carlos, pero sin tanta barriga, más moreno y un poco más bajo, sin barba y con cabello corto y menos canas.

  • Y qué bueno, ¿de dónde sacaste a una putita tan sabrosa?

  • Ella solita andaba con ganas de verga, si vieras como aprieta, ni se ve que sea tan puta, venía de calienta huevos namás según jajajaja

  • Pues si me la prestas también, cabrón, porque al menos de la boquita la mama bien rico

  • Tú date wey, ahorita yo voy con ese culito

  • No, por favor, de dónde sea menos ahí todavía soy virgen. - eso me sacó un poco de mi cansancio, sabía que me daría igual de duro que por la vagina y no sabía si lo podría soportar, además de que era cierto, nunca había tenido sexo anal

  • Uy, hubieras dicho antes reina. - dijo Carlos mientras se terminaba de sacar los pantalones

Yo ya los veía de frente, pero seguía sentada en el suelo junto a los costales. Sabía que no había mucho que pudiera hacer, no tenía ninguna oportunidad contra dos hombres y tampoco estaba muy segura de cómo salir de ahí, siendo que ya estaba empezando a oscureser y ni siquiera creía que con la luz de día que había al llegar pudiera tampoco.

El nuevo sujeto que llegó se acercó y jaló algunos de los cartones que había cerca, los puso en el piso y se acostó en ellos

  • Móntate zorrita. - Yo ya estaba más que resignada por lo que me puse en pie como pude y me acerqué mientras veía como Carlos se tocaba su todavía erecta verga viéndome. Ya sabía lo que esperaban y en la medida de lo posible quería llegar lo menos agredida de mi cuerpo, al menos lo que se notara, por lo que lo mejor era obedecer. Me monté en el y bajé despacio, metiendo su verga en mi vagina, una vez adentro, no tardó nada en comenzar a cogerme super rápido.

  • Vergaaa, qué pinche rica apretada estás

  • Te dije, wey, tú dale, no vamos a tener otra vieja igual en un rato

El tipo encima de mi me quitó la blusa junto con el bra mientras me seguía cogiendo, dejando libres mis pechos prácticamente en su cara para empezar a succionarlos y morderlos con fuerza.

  • Ahhhhh, mmmmm.- yo gemía tanto por el dolor que me provocaba y por lo que sentía cuando los succionaba

El tipo me penetró solo unos momentos cuando se detuvo y pensé que me haría cabalgarlo yo misma, pero entonces sentí una presión en mi culo, era Carlos que se había puesto ya detrás de mí e intentaba penetrarme

  • Por favor despacio, no voy a aguantar. - Estaba muy asustada y lo único que me quedaba era esperar que lo hiciera con cuidado. Él no dijo nada, pero sentía como hacía más y más presión hasta que entró la cabeza de su verga, y yo me quejé, no me había dolido tanto, seguramente por toda la lubricación de cuando me penetró por la vaginal, pero de todas maneras sentía un ardor, y afortunadamente se quedó quieto un momento.

  • Ay sí bebé ya entró, ¿te gusta?, se ve que sí eras virgen, pero ahorita vas a ver cómo lo gozas, mi amor... - Cuando terminó de decir eso me tomó de las caderas nuevamente y de un solo empujón quiso metérmela toda, yo solté un grito de dolor, y vi cómo se me nublaba la vista, lo último que sé fue cómo empezó con un mete saca brutal en mi culo, y sentía cómo me partía hasta que me desmayé.

Cuando abrí los ojos seguramente no había pasado demasiado tiempo porque seguíamos en la misma posición, ambos perforándome por ambos lados, y gimiendo como poseídos. El dolor seguía y se me hacía insoportable, solo pensaba que hubiera preferido seguir inconsciente mientras me cogían, pero cuando el tipo que me daba verga vaginalmente vio que desperté quiso besarme igual de brusco que Carlos y me introducía toda su lengua. Yo estaba completamente ida y solo me dejaba, inclusive le seguía el juego, moviendo mi lengua y dando gemidos solo para tener algo en qué entretenerme y distraerme del dolor de las penetraciones en mi culo.

Trataba de concentrarme en disfrutar la verga que tenía en mi concha y al parecer empezaba a funcionar porque el dolor en mi culito se hacía menos, o quizá solo empezaba a adaptarme a la doble penetración.

Pasaron tal vez 15 minutos así hasta que el albañil que estaba montando empezó a gemir más y más

  • Ahhhh me vengo, toma cabrona, trágate mi leche, ahhh.- Apenas terminó de decir eso sentí su verga hincharse y explotar dentro de mí. No la sacó hasta que se puso flácida y la sentí salir por sí sola; había soltado demasiado semen dentro porque podía sentirlo fluir fuera de mí.

Carlos seguía cogiéndome por el culo pero más despacio, ya no sentía el dolor tan fuerte y más porque estaba concentrada en el hecho de que el otro albañil me había llenado de leche por completo. Seguramente Carlos había bajado el ritmo de la penetración cuando el otro tipejo empezó a correrse, porque nuevamente empezó a darme super duro y hacerme gemir por lo tosco que era.

  • Ya viene tu otra ración de leche, puta, aaaahhh, así, aprieta ese rico culo, ahhhh...- No pasó ni un minuto de que sentí la leche llenarme el vientre cuando Carlos empezó a soltar la leche en mi culo, pero apenas sentí el primer disparo de semen cuando la sacó y me empaló por la vagina para terminar de correrse, lo que involuntariamente me provocó un orgasmo a la par.

Caí rendida, encima del otro del albañil que se estaba recuperando de su propia corrida, mientras Carlos salía de mí y nuevamente sentía la leche fluir fuera de mi vagina y un poco por mi ano. Cuando Carlos salió el otro albañil me movió de encima de él, dejándome tirada en los cartones. Estaba agotada, pero como pude me puse en pie ayudándome de los costales de cemento, tomé mi blusa y bra para vestirme nuevamente, mientras Carlos se acomodaba el pantalón hasta la barriga y el otro sujeto que ni sabía su nombre se metía la verga y se subía el cierre.

Cuando terminé de acomodar mi ropa el otro sujeto salió del cuarto, en lo que Carlos se me acercaba y me volvía a tomar de la cadera para guiarme. Yo caminaba con esfuerzo y sin prestar mucha atención. Me condujo a la salida no sin antes sobarme el culo de nuevo como cuando llegué e introduciéndome toda su lengua en la boca de nuevo.

  • Vuelve cuando quieras puta, se ve que te gustó, ahí junto a más y te ensartamos entre varios. - fue lo que me dijo cuando me soltó y giró para cerrar la entrada.

Les dejo mi correo nuevamente para quién guste escribir arrivedercii@hotmail.com