Con Lalo en su camioneta y con mi esposo en casa
Este es un relato que escribió mi amiga Andrea y es sobre una de sus travesuras de casada; ahora luego de una reunión de ex alumnos de su secu. Ya en un momento de "infidelidades" no consentidas.
Pocos meses antes de separarme –y luego de un tiempo en que mi ahora ex esposo me compartía con amigos suyos- volví a serle infiel a David; si él lo era, por qué yo no? Al abrirle mis piernas a sus amigos, cumpliendo la fantasía de mi ex, ellos aprovechaban cualquier descuido o ausencia de su amigo, para encamarme, y yo aprovechaba, por venganza, pero también por puta, por golosa, porque me gusta que me atiendan bien y mucho. En esas andaba cuando de repente mis amigos de la secundaria, de la prepa y de la universidad empezaron a reconectarse y organizar cenas, reuniones, pedas, en fin, ya todos sabemos lo que es eso; al menos los que pasamos de 30 años. Una de esas ocasiones una amiga pasó por mi a la casa e irnos juntas a la reunión. David llegaría un poco tarde, y yo no tenía la menor intención de que me acompañara. Obvio, me arreglé coqueta, una nunca sabe qué pueda surgir, quién se te pueda antojar o a quién te le puedas antojar. Me puse un vestidito holgado y corto color naranja y ropa interior blanca, pequeña.
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En la cena uno que otro de mis ex compañeros me echó el ojo, algunos se me insinuaban más, otros menos. Uno de ellos, Eduardo, no se me despegó desde que me senté luego de bailar un rato. No perdió tiempo en ponerme la mano en las piernas, agarrarme la cintura y verme el escote descaradamente (con toda intención). Tampoco ocultó que era casado con lo que sus intenciones eran claras; sólo quería encamarme. La idea no me desagradó, Lalo se mantenía en muy buen estado físico, hacía mucho ejercicio –bueno, hace- y es muy varonil, dominante. No es tan guapo como se cree, pero no está mal; además yo sólo quería sexo sin complicaciones y él parecía una buena opción. Como a la una de la mañana se ofreció a llevarme a mi casa, no era muy tarde, pero con el pretexto de que yo era una mujer casada no hubo mucho rollo con que me fuera, y Lalo además de casado debía trabajar al otro día. Por supuesto que adiviné sus intenciones al ofrecer llevarme tan temprano, y me agradó la idea. En el camino me senté de lado hacia él y cruzando un poco las piernas para que pudiera ver un poco de más debajo de la mini; seguro un triangulito blanco asomaba. Comenzamos a hablar de nuestros matrimonios, él sin broncas, con lo que aclaraba aún más su posición e intenciones, sobre todo cuando me dijo: “eso, sí, la monogamia no es para mí, hay demasiadas tentaciones alrededor”. Yo le contaba que mi matrimonio no estaba nada bien y que el divorcio ya se veía en el horizonte, y que no me interesaba una relación estable por un buen tiempo; eso lo tranquilizaría. Llegando a mi casa seguíamos platicando sobre eso.
- Sí, ya estamos muy distanciados. Ni siquiera hizo el intento por alcanzarme en la fiesta.
- Pues qué bueno.
- Por?
- Pues porque si hubiera ido, no hubiera disfrutado de tu compañía, ni me hubiera dado tanto taco de ojo, Andy.
- Eres terrible, Lalo.
- Pues es que estás como para ponerse muy travieso.
- Uy, ya ni sé qué es eso?
- Por qué?
- Hace un buen rato que ni me toca, David –por supuesto le mentí-.
- Y no has andado por ahí haciendo travesuras? Seguro debes tener un chingo de güeyes que te tiran la onda.
- Pues no, y si lo hacen ni en cuenta.
- Por qué nos pasamos atrás para platicar? Así no estorba esta madre de en medio; o ya te quieres meter a tu casa.
- No, vamos –nos pasamos al asiento trasero de su camioneta, él se sentó un poco más cerca de mi y empezó a acariciarme la pierna.
- Así que no te están atendiendo como se debe, Andy, no manches, cómo desperdicia a esta vieja tan rica?! –me acariciaba las piernas, el muslo y un poco hacia mi entrepierna.
- Cálmate, Lalo!
- En serio, estás bastante bien, Andy, y cuando quieras que te atiendan, nada más háblame y con mucho gusto.
- Cómo crees?
- Qué tiene? Qué mejor que un amigo para satisfacer tus necesidades, no?!
- Estoy cansada, pero no quiero entrar; seguro David no se ha dormido -recargué mi cabeza en el asiento como si me fuera a dormir y cerré los ojos-.
- Ven, acuéstate en mis piernas –Lalo tomó mi cabeza y suavemente la llevó a sus piernas, muy cerca de su paquete- descansa un ratito y ya luego entras –al recostarme en sus piernas Lalo me acariciaba el cabello despejando mi cara, después volvió a acariciarme las piernas subiendo por el muslo hasta casi la cadera, al ver que no había resistencia fue subiendo más y más mi corto vestido hasta casi descubrirme las nalgas; yo estaba muy excitada siendo manoseada por mi amigo de la secundaria y sentía cómo su paquete se endurecía detrás de mi cabeza; quería que siguiera, que me dedeara la conchita, quería mamársela-.
- Qué rico! Ya extrañaba que me tocaran…-llevé mi mano derecha a su paquete y empecé a acariciárselo; luego de unos minutos me volteé y acariciaba su paquete con mi cara, lo mordisqueaba sobre el pantalón; él ya me había levantado la parte de abajo del vestidito y me agarraba las nalgas- no puedo aguantarme las ganas.
- No lo hagas, Andy…disfruta…-Lalo me agarraba las nalgas y deslizaba sus dedos en el canal de mis nalgas hacia mi conchita, yo le bajé el cierre de la bragueta y enseguida saltó su rica verga apuntando hacia mi cara (no traía ropa interior)- estás empapada, mamita, te va a entrar bien rico –me acariciaba sobre mi panty-.
- La tienes muy rica, Lalo…-admiraba su erecto miembro frente a mi cara, duro, ancho y ya soltaba líquido pre seminal- cómo se me antoja…-no pude más y mientras él me seguía acariciando las nalgas y la conchita, yo me metí a la boca su verga y empecé a mamársela suavemente, acariciándosela también con la mano- mm…mmmm…mm…mmmm…qué rico, ya extrañaba hacer esto.
- Date gusto, Andy, mámamela todo lo que quieras…lo haces muy rico, suavecito y te la tragas todita…-me agarraba del cabello y me cogía la boca, es decir que me subía y bajaba la cabeza, mientras que con la otra mano seguía en mis nalgas, después hizo a un lado mi panty y empezó a acariciarme la panochita ya sin mi panty de por medio- no, mames cómo andas de necesitada, estás bien pinche empapada.
- M-hm –asentí- te dije que hace mucho que no me toca –por supuesto era mentira, pero estaba muy caliente y aún más por la situación- mmmm…mmmm
- Qué canija, Andy, mamándomela afuera de tu casa…y tu esposo ahí, y si sale? No quieres ir a otro lugar? –aceleré mi ritmo un poco, me excitó aún más imaginar que David nos descubriera; se encabronaría, se excitaría y se la jalaría ahí mismo?-.
- Mmmmmm…mmmmmmmm…mmmmmmmmmm…
- Ya vi que te vale madres…sigue mamándomela entonces, Andy –luego de unos minutos, me dijo: ven súbete, móntame de frente –así lo hice, me arrodillé sobre él y me fui sentando poco a poco en su verga- qué rica cara pones, Andy.
- Sí? De qué, papi?
- De…cachondez, de no querer que dejen de cogerte, de metértela –yo estaba en el sube y baja en su rica verga bien dura, larga y gruesa-.
- No quiero, papi.
- Carita de viciosa cogelona…
- Ya me urgía, Lalo.
- En serio no habías cogido? Pues qué hacías?
- Ábreme el vestido, chúpame las tetas…
- Qué ricas tetas tienes, pinche Andrea, y qué duritos pezones…mmmmmm…
- Ay, así, Lalo, así, papi…
- Dime qué hacías para bajarte las ganas…mmmmmmm…mmmmmmmmm
- Solita…con uno que otro juguetito…pero ya me hacía falta un hombre…-Lalo me agarraba las nalgas y movía la panty para que no estorbara, me chupaba las tetas y mordisqueaba mis pezones; por la ventana trasera del coche veía la luz prendida en mi recámara y David se asomó en una ocasión para ver si me veía llegar; “ si supiera, el muy cabrón ”, pensé, “ tu esposa está cogiendo en tus narices; a cabrón, cabrón y medio, Davidcito ”. Me bajó el vestido hasta la cintura descubriendo totalmente mis tetas y yo aceleraba mis movimientos, él me agarraba fuerte de la cintura/nalgas y me jalaba hacia él-.
- Voltéate, Andy –me levanté y me senté sobre él dándole la espalda, agarró mi vestido que ya era más bien un cinturón y lo usó como si estuviera montando a caballo, con la otra mano hacía a un lado mi panty- estás bien rica, no mames, no sé cómo tu marido puede estar sin reventar este culo.
- Puta madre, qué rico, papi.
- Cuando quieras, Andy…cuando andes caliente y con ganas de una buena cogida, sólo avísame, mami. A la chingada tus juguetes de plástico, atáscate esta verga.
- Ay, qué rico, Lalo…qué rico me coges –me agarró fuerte las nalgas y luego me dio una nalgada- ay…
- Rico, mami?
- Sí, Lalo…muy rico…-me dio otra un poco más fuerte-.
- Agáchate más…así, mami, así…puta madre, qué culazo, Andy.
- Me voy a venir, Lalo…me voy a venir, papi…métemela…
- Vente, Andrea…vente, mamita…mójame la verga con tus jugos.
- Ay, Lalo…ay…ay…me vengo…mmmmmmmmmmmmmm…mmmmmmm
- Sí, Andy, qué rico me estás apretando la verga, pinche, Andrea…sí, sí…-me agarró fuerte jalándome hacia él para metérmela más, y me dio un par de nalgadas.
- Aaaaaahhhhhhhhhhh…qué delicia…mmmmm, ya me urgía, Lalo…-me levanté, me senté a su lado, le agarré la verga y empecé a masturbarlo- qué rico me cogiste, papi…
- Quiero metértela de perrito.
- No…quiero jalártela… ahora te toca venirte y quiero sentir cómo te vienes en mis manos, Lalo…
- Me quiero venir en tus nalgas…
- No, quiero tu leche en mis manos, Lalo…-le susurré al oído- ya habrá tiempo para divertirnos más…
- Quiero verte las nalgas embarradas de leche, Andy…-ya estaba él muy excitado-
- Me encanta tu verga, Lalo…me calentaste un chingo…dame tu lechita, papi…-él me agarraba las nalgas y metía su mano dentro de la panty- qué rico vamos a coger, Lalo…hay que buscar un hotel cerca para que me cojas a gusto…
- A güevo que sí, Andy…mámamela…
- Te la mamo otra vez, papi? Te gustó?
- Un chingo…-me volví a recostar en sus piernas y se la mamé de nuevo- ay, así, Andy…no, mames, no, mames…
- Mmmmmmm…mmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmm…mmmmmmmm
- Trágatela toda, mami –Lalo me agarraba las tetas y con la otra mano me presionaba la cabeza para que entrara más su verga en mi boquita- ya voy a acabar, Andy…síguele, síguele…síguele, Andrea…aaaaaaahhhhhhhhhhhhh –se vino en mi boca, me la llenó de semen, de su lechita caliente, me tragué un poquito, pero con mi boca le bañé la verga con su propio semen y se lo chupé.
- Mmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmm
- Hijo de la chingada, coges y mamas de puta madre, Andy…de lo que se pierde tu maridito, eh…no, mames!
- Mmmmmmm…mmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmm…ya me hacía falta, Lalo…
- Pues hay que ponernos de acuerdo, linda…y cada que se pueda…
- Mmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmm….m-hm…-asentí-.
- Me debes la de perrito, eh, Andy.
- Claro, papi…mmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmm…ya me voy a meter a la casa, Lalo. Gracias, por todo –le di un beso en el miembro.
- A ti, linda…ojalá que no te huela tu marido.
- Ni creo que le importe.
Me arreglé la ropa, me peiné un poco y me fui a la casa; David seguía despierto, así que antes de subir a la recámara me lavé un poco en el baño de abajo y me cambié la ropa interior con un cambio que llevo siempre en la bolsa, el problema es que el cambio que llevé era negro y se transparentaba; ni modo. A fin de cuentas David no me vio llegar, pero había visto la camioneta cuando se asomó y me vio caminar hacia la casa desde la camioneta, así que se imaginó qué había pasado. Eso lo supe porque ya en el cuarto me empezó a interrogar.
- Cómo te fue?
- Bien.
- Es algo tarde, no?
- No mucho.
- Quién te trajo?
- Un amigo.
- No te ibas a ir con Diana?
- Sí, pero se quedó un rato y yo ya quería venirme.
- Qué amigo?
- Un amigo de la secundaria –se paró de la cama y me cortó el paso hacia mi vestidor-
- Y por qué entraste hasta ahorita?
- Qué?
- No te hagas pendeja, Andrea, llegaste hace un buen rato y apenas estás entrando.
- Claro que no, David!
- Claro que sí, Andrea! Crees que soy pendejo?! Hace rato vi esa pinche camioneta parada allá afuera y hace unos minutos saliste de ella, te vi, chinga!
- Pues nos quedamos platicando.
- Platicando…fajando o cogiendo, de seguro.
- Claro que no, David, además es casado.
- Jajaja…y eso qué chingados tiene que ver? Qué los casados no cogen?
- Pues no tanto, no? –me di la vuelta hacia la recámara-
- No te vayas, pendeja…y con ese pinche vestidito de golfa y esos calzones negros, todos te vieron todo.
- Cálmate!
- Andabas ganosa, verdad? Cómo no te iban a traer a casa, hasta a un pinche hotel, verdad? –me aprisionó contra la pared-
- Ya, David…-yo respiraba agitada-…no pasó nada…-me metió la mano debajo del vestido-.
- Quiero coger, verdad, Andy?...(sonrió) No, quieres que te cojan, zorrita, con esa vestimenta andas rogando por una buena verguiza, cabrona. Ándale, dime cómo te metieron mano, putita. Acuérdate cómo te gusta que te manoseen…ya ves, ya hasta te estás mojando, golfa. Se la mamaste en el coche a tu amiguito?
- No, pero me hubiera gustado…como cuando se la mamé a Mario y a El Gato, te acuerdas cómo se las mamé y me manosearon en la camioneta?
- Lo hubieras hecho, putita.
- No quiso…tus amigos son más cabrones, David, cómo tú…
- Ábrete el vestido, golfa, enséñame las tetas…te les antojaste a varios, verdad?
- Sí…me comían con la mirada…
- Te la arrimaron?
- Sí, cuando bailábamos…se sentía rico un paquete duro en las nalgas…quería que me manosearan ahí mismo, que me levantaran el vestido y me la metieran.
- Eres una golfa, Andrea…-me agarró las tetas y las golpeaba, me pellizcaba los pezones…hueles a sexo, cabrona.
- Me fajaron en la reunión…en un coche me eché un faje y me quedé muy caliente…cógeme, David, métemela…-me quitó el vestido-
- Que amigo tan putos tienes, mis cuates sí son cabrones.
- Sí…
- Híncate y mámamela, pinche zorra, cómetela toda, como te gusta tragarte las vergas de mis amigos, cabrona –me hinqué le bajé los boxers y me metí su verga en la boca-.
- Mmmmmmmmm…mmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmm
- Se ve que no pierdes la práctica, eh, golfa…seguro andas por ahí mamando vergas, pinche zorra –no es que David lo creyera, por supuesto, pues es muy celoso y controlador, me dejaba coger con quién y cuando él lo decidiera, no cuando yo quisiera, así que todo esto lo decía para excitarse más-
- Mmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmm..mmmmmmmmmmm
- Ay, pinche, Andrea, siempre has sido buena para mamármela…ponte de perrito, zorra –me puse en cuatro patas sobre la alfombra- páralas…así, que se vea rico tu culito, Andrea –me acarició las nalgas, me hizo a un lado la panty, me golpeteó la conchita con su verga- yo creo que sí te la metieron, golfa.
- Métemela, David…métemela, por favor, ya me tienes muy caliente, cabrón.
- Andas dando las nalgas, verdad, pinche puta.
- No, papi, sólo cuando me dejas…ya, métemela, papi…quiero sentir tu verga adentro…por favor, David, llevo todo el día caliente –me la metió de un empujón- ay, cabrón…qué rico, papi…
- Así te gusta, verdad, zorra? Que te la metan fuerte!
- Sí, David, sí…métemela fuerte…así, así, papi…ay, qué rico me coges! –las embestidas eran fuertes y rápidas, escuchaba cómo chocaba en mis nalgas su pelvis, me daba nalgadas fuertes-.
- Hubiéramos hecho una fiestecita hoy, zorrita…de haber sabido que andabas así de caliente, Andreíta…ya sabes que a mis cuates les encantas, cabrona…
- Cuando quieras, papi…quieres ver cómo se cogen a tu mujercita? Quieres ver cómo se las mamo? Cómo me llenan de lechita?
- Y te la quiero meter en el culo mientras mamas una verga y tienes otra en la concha, putita, como te gusta, verdad? –parte del juego-
- Sí, papi, me encanta…dedéame el culito, papi…-se mojó el dedo en mi conchita y luego empezó a abrirme el culito con su dedo pulgar, entonces me bombeaba con su verga en mi concha y su dedo en el culo- así, David, así…
- Qué rico culo, zorrita…te encanta por el culo, verdad?
- Sí, papi…-luego de unos minutos, sacó su verga de mi concha, se mojó los dedos con mis jugos y me los embarró en el culo, entonces empezó a metérmela en el culo, poco a poco-.
- Qué rico culo, putita…mmmmmmm…te lo voy a llenar de leche, Andreíta.
- Sí, David…lléname de leche el culo…como cuando me cogen tus amigos…
- Pinche golosa…donde cojas sin mi permiso, te chingo, eh…
- Sí, papi – demasiado tarde, David , pensé- vente, papi, vente en mi culo –nuestra relación estaba próxima a acabar, pero nunca nos faltó sexo, me encantaba cómo me cogía, cómo me dominaba, cómo me usaba, cómo me hablaba, me calentaba muchísimo- qué rico me coges, cabrón!
- Te gusta, zorra? Te gusta por el culo, verdad puta?
- Sí, papi, sí, David…me encanta que me la metas en el culo…
- Y te gusta mi leche en el culo?
- Ay…sí, papi…lléname…el culito…ya, por favor, me estás rompiendo el culo!
- Apriétame la verga, puta!
- Eres un cabrón, David…ya vente, papi…
- Aaaaaaahhhhhhhhhhhhhh….mmmmmmmmmmmmmm…qué buena estás, pinche Andrea…mmmmmmmmmmmm…
- Sí, papi, sí…ay, qué rico…mmmmm…
- Qué pinche culazo tienes, cabrona…-me la sacó y acabó de venirse embarrándome las nalgas con su semen; yo estaba exhausta, pero muy satisfecha. Mis sesiones de sexo con Lalo apenas comenzaban y mucho después David se enteró de ello. Lo dicho, a cabrón, cabrón y medio, o cabrona.
Nota: mi amiga, Andy, me pidió que pusiera su mail por su quieren escribirle algún comentario andyinfiel81@gmail.com