Con la webcam

Experiencia voyeur.

La noche pintaba mala y me conecte al Messenger para ver si tenía correos. Entras las personas que encontré conectada estaba Mony, una mexicana cachonda que había contactado gracias a su hermana.

Comenzamos hablando de todo un poco y rápido llegamos al asunto sexual. Conectamos nuestras cámaras y comenzamos a jugar.

Yo le mostré mi pene erecto y comencé a masturbarme para ella. Ella se sacó sus calzones y comenzó a acariciar su vagina.

Las imágenes en las webcam se veían lentas, pero era de lo más excitante verla con su falta de oficina levantada y sus dedos jugando con su vagina.

Yo le pedía cosas, que me mostrara los pechos, que me enseñara el culito, y luego, más calientes, que se metiera un dedos por detrás.

La situación estaba candente y se me ocurrió decirle que se metiera algún objeto en la vagina. No tenía nada a mano y la excitación nos estaba ganando a los dos. Un poco en broma le dije que porque no salía de su oficina y buscaba algún tipo que se la cojiera toda. Ella me dijo que sólo estaba el guarda, pues era bien tarde, a lo que yo le respondí que le diera un gusto al tipo (insisto yo estaba bromeando).

Cuando ella me dijo que le diera unos minutos y desapareció yo pensé que iba a buscar algo en otra oficina con que masturbarse. Les aseguró que casi me caigo de la silla cuando la vi aparecer en la pantalla con un tipo de unos 50 años enfundado en un uniforme de guarda.

El tipo tenía una cara de asombro increíble y mas cuando ella me escribió que le dijera que hacer.

Salido de mi estupor le pedí que se arrodillara delante de él y le chupara el pene. El tipo se dejaba hacer tranquilamente (quien no) y ella devoraba con gula ese trozo de carne grueso y erecto.

Ella de vez en cuando volvía a ver hacia la computadora esperando mis ódenes pero yo estaba muy ocupado masturbándome. Luego de un rato le pedí que la bajara sus pantalones y lo volviera (quería ver hasta donde era capaz de llegar), que le chupara las nalgas y luego que las abriera y le chupara el culo. El tipo reculó un poco asustado por esa caricia, que probablemente nunca había recibido, pero pronto se convenció de que era mejor dejar a esa hembra caliente dejar hacer.

Luego de un rato le pedí que lo sentara en la silla frente a la cámara y se sentara en su miembro. Sin pedírselo se desnudo completa y cojió la verga de Manuel (al final me enteré de su nombre) y se la clavo lentamente. Su cabalgata era de antología y yo no dejaba de masturbarme. No podía, y probablemente no quería, acercarse al teclado, pero su cara era todo lo que yo necesitaba ver.

Escribí que le pidiera que le metiera un dedo en el culo, y aunque ella no alzó su cabeza, parece ser que Manuel sí, pues llevó dos de sus dedos a la boca de Mony para que los lubricara y luego hacerlos desaparecer detrás de su cuerpo.

Cuando Mony abrió los ojos desmesuradamente supe que mi deseo había sido cumplido y su cabalgata se hizo todavía más feroz.

Luego de un rato el ritmo decreció y le dije a Mony que se dejara penetrar por detrás. Se levantó apenas un poco u comenzó a bajar. Le dije que solo se metiera la cabeza en el culito, y cuando iba a pedirle que se sentara de golpe sobre él vi que Manuel la tomaba de su cintura y se adelantaba a mi pensamiento.

La boca de Mony se abrió y casi les juro que pudo escuchar su grito al ser sodomizada. El guarda la mantuvo sentada hasta el fondo y movía sus caderas lentamente. Subió las piernas de Mony a sus rodillas y llevo una mano al frente y metió dos dedos en su vagina. Mi visión era espectacular, aunque no tanto como las sensaciones del dichoso guarda por cojerse a semejante hembra.

A partir de aquí fui un simple espectador, lo cual no estuvo del todo mal, y presencié la culiada que le dieron a mi cyber amiga.

Cuando Manuel terminó se retiraron sin siquiera despedirse de este voyeur advenedizo, me imagino que para coger de nuevo en un lugar más cómodo.

Al día siguiente ví a Mony en el Messenger de nuevo y me dijo que de verdad cojieron de nuevo pero en un salón adjunto a su oficina donde esta la mesa de reuniones. No necesité mas detalles y a petición de ella escribo esto.

Que hubiera sido mejor ser yo el que me la cojiera? Sí, pero una experiencia así no es de despreciar.