Con la vecina

Un joven aun virgen logra convencer a una señora vecina bastante conservadora para follar con la misma, llegando sus encuentros a derroteros imprevisibles.

Me llamo Diego, soy chico de una altura de 1.80, cuerpo algo musculoso por el deporte de natación que practico desde pequeño, ojos marrones y pelo negro. Pertenezco a una familia formada por dos hermanas y un solo varón, que a la postre soy yo. Mis hermanas son mayores que yo y todas se encuentran casadas, por lo que siendo el benjamín de la familia, con 20 años de edad, era el chico consentido de mis padres.

A esa edad me encontraba estudiando Ingeniería Industrial en la Universidad, aunque acudía todos los días al domicilio de mis padres donde pernoctaba. La realidad es que pese a esa edad aún no tenía novia, y solo había tenido unos pequeños encuentros sin llegar al sexo con algunas amigas. Pero ello no significaba que no tuviera mis deseos sexuales, los cuales en esa edad eran normales, pero satisfacía mis necesidades recurriendo a la masturbación, especialmente en internet.

Vivía en una vivienda adosada en una zona residencial, con un amplio jardín, y donde disponíamos de una pequeña piscina. A uno de los laterales de nuestra casa residía un matrimonio, el cual hacia unos dos años que habían llegado a la misma. El marido era un señor de unos cincuenta y tantos años de edad, con bigote, algo barrigón, y parece que era un ejecutivo de una empresa, y la verdad es que no era muy agraciado físicamente. Ambos eran poco sociables, resultando evidente que mostraban signos de ser de ideas muy tradicionales y bastante conservadoras. Hasta la indumentaria que la señora vestía se notaba que era muy recatada.

Esta mujer sin embargo, pese a la indumentaria que siempre usaba, se notaba que era bastante bonita, y con un cuerpo más bien delgado, casi un metro setenta, pelo castaño. Especialmente lo que más me atraía de la misma era su perfecto trasero, y sus pechos, algo grandes, pero se veían firmes y en sintonía con su cuerpo. Vamos, que pese a su indumentaria apostaba en mi interior que, tenía que ser una ¡buena hembra!.

Las veces que nos encontrábamos en la calle o a la entrada de nuestras respectivas casas, era muy parca en palabras, y me miraba con una cierta prepotencia, como esas mujeres que te miran por encima del hombro. Tampoco le había mostrado mayor interés. En casa suelo estudiar en una habitación que está en el ático de la casa, y donde prácticamente estoy solo y sin que nadie me moleste. La habitación cuenta con una amplia cristalera que da directamente hacia la casa del matrimonio vecino. Ambas viviendas son algo similares en cuanto a su construcción, por lo que desde el ático de la otra vivienda podía verificarse claramente cuanto hacia en el mío, o a viceversa. Pese a tener una cortina que, normalmente dejo abierto para que entre luz, es muy fácil visualizar lo que hacen los vecinos cuando están en su ático.

Ocurrió que una tarde me encontraba en el ático, como casi todas las tardes estudiando, cuando me dieron ganas de masturbarme, por lo que ni corto ni perezoso, visualice unas páginas porno y tras haber cerrado la puerta de acceso al ático, me baje los pantalones y sacando mi pene lo tome en mis manos y me puse a masturbarme. Debo reconocer, que la madre naturaleza me ha dejado unos “atributos masculinos bastante proporcionados, con un pene más largo que la media y sobre todo bastante grueso”, y unos testículos acordes con aquel.

M mientras me masturbaba, no había tenido la precaución de cerrar la cortina de la cristalera, y, aunque rara vez los vecinos subían al ático de su vivienda, en esta ocasión me percaté de que “alguien me miraba desde el ático vecino”. Al principio me quede algo cortado, pero recuperándome, sabiendo que estaba dentro de mi casa, me hice un poco el loco, y pronto descubro que se trataba de la vecina. Esta miraba fijamente hacia donde me encontraba y era evidente que tenía que tener una completa visión de lo que estaba haciendo. Aquello, aunque me puso algo nervioso, aunque me excito aún más.

Lejos de detener mi masturbación comencé a masturbarme con suficiente energía, incluso dejando que la señora pudiera contemplar con mejor nitidez mis atributos masculinos, y con una situación tan morbosa, lo que motivo que pronto el chorro de semen salió disparado de mi pene y que pringo parte del ordenador y de los apuntes que tenía delante. Fue una corrida de antología. Al acabar, mire hacia el ático vecino, y me di cuenta de que la señora, lo había contemplado todo.

Sin apenas inmutarme, mantuve la mirada, me seque con una pañuelo de tirar los restos del semen de mi pene y me subí los pantalones.

Note la cara de la señora, era una cara de circunstancia. Era obvio que estaba sorprendida de lo que había visto. Si era una señora conservadora, pensé que quizás estaba escandalizada de lo que acababa de ver. En ese momento, me di cuenta de que era posible que se lo dijera a su marido o a mis padres y podrían armarme un escándalo. Pese a que me encontraba dentro de mi casa, que quede algo preocupado. Antes de retirarse, me lanzó una mirada totalmente sancionadora, y ella cerró la cortina de la cristalera de su ático, con cierta rabia contenida.

Al día siguiente, me encontré a dicha señora en la calle. Me quedo algo compungido, y ella igualmente me mira de forma aterradora, y ni siquiera me contesto a mi saludo. ¡era manifiesto su enfado!.

Pasaron los días, y me di cuenta de que la vecina (la cual no acostumbraba a acceder tanto al ático de la casa), sin embargo, a partir de ese momento, comenzó acceder al mismo con mayor frecuencia. Y, además, coincidía cuando yo me encontraba en el mío. Me percate que ella abría las cortinas del mismo, haciéndose la que estaba limpiando. Aquello me dejo intrigado. Me di cuenta de que más o menos sabía cuando ella iba acceder al ático. Había evitado pajearme ante su presencia, por miedo a cualquier problema con mi familia. Sin embargo, cierto día, la situación se hizo más morbosa, y no pude contenerme y volvía a conectarme a internet con páginas porno. Tras bajarme los pantalones me comencé a pajear. Ya había visto que la señora había accedido nuevamente al ático. Ella, al darse cuenta, tampoco se contuvo y dirigió su mirada fijamente hacia donde me encontraba. Nuevamente me volvía correr como un endemoniado. Al girarme hacia ella, note cierto nerviosismo, y con cara de furiosa, cerró de nuevo las cortinas del ático.

Días después de ese suceso, me encontraba en el jardín de la casa, casi al final del mismo, dando un paseo, y desde el cual se vislumbra el jardín de la casa del vecino, ya que apenas los setos tienen un metro de altura. Mis padres en ese momento habían salido y me encontraba solo. No sé si ella se había percatado de esa circunstancia, pero ante mi asombro, la señora se acerca hasta donde me encontraba, siempre dentro de su jardín, a escasos metros de donde me hallaba y me dice:

-Oye chico, ¿no tienes otro lugar para masturbarte, que hacerlo desde el ático de tu casa?. No tienes otro lugar más reservado. ¡Acaso te crees que vives solo en la urbanización!.

-buenas tardes señora. En primer lugar, me encontraba dentro de mi casa, y es mi intimidad. Y ni corto ni perezoso, algo enojado añado: ¡Si Vd. no quería ver, podía haber cerrado la cortina de su ático!. ¿No me diga que se escandalizó por ver a un joven masturbarse?

Me mira con cara aireada y me dice:-tu que te has creído chaval. ¡Acaso crees que soy una cualquiera!. Soy una mujer muy decente para que estés haciendo esas guarrerías a la vista. Además, ¿Seguro que tus padres no conocen esa faceta tuya?. Los engañas diciendo que estas estudiando y lo que estás haciendo son guarrerías.

  • Señora. Mis estudios son cosa mía. Y lo que haga dentro de mi casa también. Si no quiere verme, cierre la cortina y ya está.

Se quedó encolerizada, dándome cuenta de que era una mujer muy temperamental y que no estaba acostumbrada a que la contrariaran. Y me dice:- pues te vengo advertir. La próxima vez que te vea haciendo otra guarrería, ¡se lo comentaré a tus padres!.

-Señora. Pero…¿ Vd de que va?. Y totalmente enfadado, continua sin pensarlo mucho: Seguro que es una estreñida de esas a la que su marido apenas le echa un polvo.

Sin dar crédito a lo que escuchaba me contesta-que… “pero que estás diciendo chaval”. ¡Qué forma es esa de hablar a una señora decente!.

-decente y todo, “pero seguro que está mal follada”. Su marido seguro que no la atiende como es debido. ¡¡Se ve a la vista que Vd. está necesitada de una buena polla!!.- sabía que me estaba pasando, pero me salió del alma, y aquella mujer me sacaba de mis casillas, por eso me atreví a contestarle de esa manera.

Como un tigre endemoniado, se acerca más al seto de delimitación de propiedades y me dice -como te atreves mentecato. Habrase visto….esto no va a quedar así. ¡Me estas insultando, y eso no te lo consiento!. Me contesto encolerizada. Cuando vengan tus padres voy hablar muy seriamente con ellos. ¡Que te has creído grosero!.

Sabiendo que todo estaba perdido, y que seguro que me la iba a ganar, le dije -Me da lo mismo. De todas formas, sé con seguridad que no lo hará. ¿Cómo va a justificar que subiera al ático en varias ocasiones para verme?. Sabe que en el fondo le excita verme como me masturbaba ¿o va a negarlo?

-que… yo me excito…. Pero… mira……¡¡.sal de mi vista.!!. y se marchó enfadada para el interior de su casa.

Pasaron los días, y verifique que aquella señora no llegó hablar con mis padres, ni tampoco con su marido. Mi mayor sorpresa fue, a los cinco días, en plena mañana, no estando mis padres en casa, me sorprende al contemplar como procede abrir las cortinas del ático, sabiendo que yo estaba estudiando en el mío, y comienza hacer que limpiaba los cristales. En ese momento, me excite tanto, que sabiendo que me estaba retando, ante su mirada me baje los pantalones y me comencé a pajear nuevamente. Ella contempló mi corrida, y al final me hace un gesto de amenaza con la mano, cerrando las cortinas.

Esa misma tarde, me atrevía a acercarme otra vez al final del jardín. Sin poder creérmelo, observo que ella se acerca hasta donde estaba y me dice: -No has escarmentado ¿verdad?. Tú que te has creído….voy a tener que hablar con mi marido, y ya verás…..

-Señora, déjese monsergas. ¡¡Vd. lo que necesita es que le eche un buen polvo!!. Ha visto la tranca que tengo. Seguro que la de su marido no es ni la mitad de la misma. Lo decía mientras me tocaba mis genitales ante ella.

Ella encolerizó y me dijo-sinvergüenza. Más que sinvergüenza.

-lo que Vd. diga. Pero en el fondo ¡¡sabe que está deseando que me la folle!!.

-queee… pero tú te has creído que soy una cualquiera. Soy muy decente chaval.

-venga señora. Estoy seguro de que le apetece ver mi polla en vivo ahora mismo. Desde su ático seguro que no se contempla bien.

-queee… pero estas loco o que.

Yo estaba tan salido, que viendo que no había nadie en mi casa, y que tampoco había nadie en las casas vecinas que nos pudiera observar, me baje el cierre de pantalón y me saque el pene, el cual tenía ya una buena empalmadura.

-pero que haces. Estás loco….sinvergüenza…ohhh

Sin embargo, no se retiró y verifique que contemplaba extasiada las dimensiones de mi vástago. Ante ello le dije:-verdad que la de su esposo no es como esta. Supone como entraría esta polla en su coño….se que ahora mismo tiene que tener las bragas mojadas, solo de pensarlo.

-pero que dices…. que…guárdate eso joder...claro que no estoy mojada. Pero no dejaba de ver las dimensiones de mi pene, que ante su mirada se puso como un mástil. Y siendo más atrevido, le dije:- ha visto las venas que tiene. Seguro que tiene ganas de cogerla en su mano. Vamos atrévase… le dije haciendo gestos de acercarme a ella sobre el seto.

Quee… o Dios mio… éstas loco. y se marcho corriendo para el interior de su casa.

Pasaron los días, y notaba que ella, pese a todo, volvió a subir al ático y en más de una ocasión me contemplo masturbándome de nuevo.

Un día me la encuentro en medio de la ciudad, esperando en una parada de autobús, y al ver que llegaba el mismo completamente lleno, verificando que ella accede pese a todo a tomarlo, aceleré el paso, y accedí al mismo y me quede justo detrás de ella. Note que ella se estremeció al contemplar que estada detrás de ella, ya que podía sentir mi aliento en su cuello. Con el empuje de la gente y los movimientos del autobús, mi cuerpo quedo completamente pegado al suyo, y ella sentía casi mi respiración. Mi pene se endureció al verificar como su trasero quedaba pegado a la bragueta de mi pantalón, y al momento se me puso con una empalmadura de caballo. Me di cuenta de que ella se percató de ello, y, nerviosa se gira mirándome a la cara con un gesto como de reproche.

Yo no me amainé, sino que aprovechando un giro del autobús hice como que me iba a caer, y me apoyé en ella con mis manos pasando mis manos cerca de sus pechos. Y tras otro frenazo, la puse una mano en su trasero, y lo deje ahí. Joder que nalgas más firmes. Era obvio, que se iba armar, sin embargo, me dije: -no creo que ella quiera un escándalo.

Note que se giro hacia mí, y aprovechando que no nos miraban, me dice:-estás loco cabron..Sueltamente.

Lejos de hacerlo, apreté mucho más mi mano y con toda mi caradura tome toda su nalga en mis manos. Con temor, ella no dijo nada y se dejó, hasta que en la próxima parada se bajo. Yo hice lo mismo. Y ella me dice:- estás loco. ¿Qué pretendes?. Como se te ocurre hacerme eso en público.

-ya sabe lo que quiero- le dije con cara de salido y totalmente decidido.

-Pero nene. Se detiene, me mira a la cara enrojecida y me dice: ¡Que estoy casada! Y tu … eres aún un chaval….

-¡¡Sabe que no voy a desistir hasta fallármela. Se lo juro!!- le dije totalmente decidido.

Ella me miró entre asustada y excitada, y al llegar cerca de una esquina, la cual estaba más solitaria, se sienta en un banco y yo al lado. Me mira a la cara, y me dice:- pero… sabes lo que estás haciendo. Joder nene, nunca había visto un muchacho tan decidido. Pero coño…”que puedo ser tu madre””. Se detiene y continua-además, nunca le he sido infiel a mi marido.

-pues yo no voy a ceder hasta conseguirlo. Me gusta un montón. Y tengo ganas ahora mismo de “bajarle las bragas, comerle ese coñito y luego clavarla con mi pistón hasta llenarla con mi leche”.

Aquello se ve que la excitaba, y me dijo:-no me digas esas cosas por favor. Sabes que no podemos. Y miraba para todos lados-que pueden oírte.

-Será mía aunque tenga que ir a la cárcel. Pero tarde o temprano, será mía.

Me mira a la cara, y creo que le impresionó mi decisión y mi forma de hablar, y me dice:

-joder. Creo que lo estás diciendo en serio. ¡Estás loco!..…. pero…sabes que no puedo acceder.

La mire a la cara y le dije:- júreme que no me desea.

-quee.. pero… que dices…”claro que no te deseo”.

-es una mentirosa. Sé que ahora mismo “tiene las bragas mojadas, solo de pensarlo.

Notaba que la mujer estaba acalorada, excitada, y mirándome, me sonríe, y me dice:

-eres incansable ¿verdad?. no te das por vencido.

-me va a decir que no las tiene mojadas. Seguro que está a punto de correrse en ellas. ¡¡Si es que …no se ha corrido ya!!.

Entonces ella hace algo que me deja perplejo, se levanta y va para detrás de unos matorrales, y al momento aparece trayendo en las manos una prenda, me la acerca y me dice:- toma cabron. Ya que estas tan salido al menos “podrás correrte en mis bragas”.

Las tomé en la mano, mientras ella se marchaba y las lleve a la cara oliéndolas ante su mirada. “El olor a coño de hembra en celo era tremendo”. Aquella hembra estaba totalmente excitada, e incluso verifique que tenía una mancha en la zona donde antes cubría su vagina. Era claro que aquella hembra se había corrido con mis palabras.

Mientras se retiraba miraba hacia atrás mientras yo olí extasiado sus bragas.

Esa misma tarde, subí al ático y tras dejar la ventana abierta, espere a que ella subiera. No sabía si lo iba hacer, pero me di cuenta de que aquella hembra estaba muy salida. Al momento apareció, y tras bajarme mis pantalones y pajearme, ella vio como me corría en sus bragas. Luego se las enseñe, y ella se marcho.

Ya sabía yo donde se subía al autobús dentro de la ciudad por lo que al día siguiente la localice, y al verme me dice:- pero que haces aquí.

Le cogí la mano y le entregue sus bragas manchadas con mi corrida. Ella se quedó excitada y temerosa de que alguien se hubiera percatado. Al ver que algunas personas la miraron, ella se gira hacia donde estaba y me dice: - Tony, gracias… se me había olvidado.

Y entonces, viendo que se encontraba muy nerviosa, y no sabía cómo reaccionar, le dije: Soraya- ya que sabía que se llamaba así-, la invito a un café. ¿Tiene tiempo?.

-vale…- me dijo algo nerviosa, y aceptando para salir de ese momento que la tenía sorprendida e indecisa.

Nos fuimos a una cafetería dentro de un centro comercial, donde había muy poca gente, y tras pedir un café, me dijo:

-eres un temerario. ¿Cómo se te ocurre devolverme mis bragas ante tanta gente? No piensas. ¡Estas chalado!

-Sabes que estoy loco por follarte. Le dije sin más.

-joder chico que directo eres. ¿Es que no vas a parar? No te bastó con mis bragas. ¿Que mas quieres?

-quiero saborear su coño. ¿Seguro que su marido nunca le ha comido el coño? ¿Me equivoco?

-pero que cosas dices. Note que había acertado. Ella estaba excitada e indecisa. Era obvio, que le gustaba mi forma de hablar.

-voy hacer que se corra en mi boca ¡sabe!...le voy a dar tal comida de coño que se correrá sola.

-no me digas esas cosas….Y compórtate… por favor.

-y luego…pare al ver que llegaba la sirvienta con el café, y al retirarse continúe:- luego le voy a clavar mis veintidós centímetros de polla en el coño.

Casi se la vuelca el café, derramando un poco sobre la mesa. Me mira a la cara, acalorada, y me dice: no me vas a clavar nada. Ni tampoco creo que te mida veintidós centímetros…

Ni uno más ni uno menos. Y “sabe que no miento”. Va a ver la gloria cuando la sienta entrar dentro de su conejito.

Note que se puso algo nerviosa, y me dijo: -joder chico. Me sacas de quicio. Tengo que ir al baño. Era un centro comercial, por lo que había que salir de la cafetería, y note que se levantó y se marcho hacia la zona de servicios. Entonces pague, y fui tras ella. La notaba nerviosa, y al ver que iba a la zona se servicios con ella, antes de llegar me dijo: - pero ¿que haces?. ¿No pretenderás entrar conmigo al baño? Sin contestarle, observamos que había una fuerte cola, por lo que le dije: - venga conozco otros servicios, que están en la trasera y casi siempre están desocupados.

Ella, aunque indecisa, opto y me siguió sin decir nada, y llegamos a una zona donde no había nadie, y me dijo:- ¿aquí hay servicios? Esto está todo solitario. ¿Dónde me has traído?.

-ahora vera. Y tras pasar un pasillo, nos encontramos de lleno con unos servicios que estaba en una zona algo alejada. Ella decidida entró al de mujeres. Yo mire para todos lados y al ver que no había moros en la costa, la seguí. Ella se quedó asustada, y me dijo, en voz baja: - que haces, ¡¡esto es solo para mujeres!!.

-aquí no hay nadie. Ni creo que tampoco venga nadie. Mientras abrí el baño destinado a minusválidas, que era el mayor, y tras entrar la hice pasar. Cerré el pasador, y ella, excitada me dijo:- ¿qué pretendes?. Estás loco. Debes salir fuera.

-¿No querías orinar?. ¡a que esperas! – Le dije retadoramente.

Ya.. pero ¿delante de ti?…no sé cómo voy hacerlo.

Pero era obvio, que pese a su reticencia, ella tenía ganas de orinar, y en el fondo era obvio que estaba excitada y la situación muy morbosa. Creo que el fondo le gustaba. Mirándome se sube un poco el vestido largo que llevaba, y observo cómo se baja las medias y las bragas ante mi mirada, y la deja cerca de sus rodillas. Tras sentir como orinaba, tomo papel y se limpio, al tiempo que intentó levantarse para subirse las bragas y las medias.

Antes de que terminara, me acerque, baje la tapa del inodoro, y la hice sentarse sobre ella y sin contenerme. Me mira sorprendida, viendo como me arrodillaba ante ella y terminaba de bajarle las bragas hasta sus pies. – pero que haces… ooo estás loco…detenteee

Le quite hasta los zapatos para poder retirárselas, así como las medias. Le dirigí una mirada a sus piernas ahora desnudas, y me di cuenta de que aquella mujer era una autentica hembra. Unas piernas blancas y bien contoneadas sin una pizca de venas. Luego mire hacia sus bragas y ante su mirada morbosa, las olí: -era olor a hembra, y comprobé que igualmente estaban manchadas de sus jugos.

-vaya vaya. Te has corrido en las bragas…ufff eres un verdadera putita. Le dije.

-Eres un cabronazo…. ¡No me he corrido!….¡eres un embustero!.

Me arrodille ante ella, abrí sus muslos ejerciendo un poco de presión, hasta que logro abrirlas. Me quede maravillado. Ante mi apareció su vagina, con unos labios que se notaba que estaban brillantes por la excitación, y una buena mata de vello. Era obvio que no se depilaba mucho. Pero sin embargo, aquella foto me excito al máximo.

-oh no me mires ahí… oooo- me decía ella, intentando cerrar las piernas, aunque sin mucha convicción.

Sin poderme contener, adelante mi cabeza y comencé a lamerle sus muslos, con parsimonia, poco a poco, y fui subiendo acercándome cada vez más a su vagina. La agitación de la mujer se percibía. Era evidente que era la primera vez que experimentaba una situación como aquella. Cuando con mi lengua llegue a los labios de su coño, la mujer intento cerrar las piernas, quedando atrapada mi cabeza entre ellas. Ante mi presión ella las abrió nuevamente y entonces ya no me detuve: lamí los labios de su coño con mi boca y mi lengua, hasta llegar al centro de su raja y pasar toda mi lengua por ella.- ohhhh que ooooooo para para… oooooo que me haces ooooo

Yo ya no pare, sino que continúe la comida de coño como si fuera un experto, pese a ser la primera vez. Es obvio que la pelis porno me había enseñado bastante. La mujer comenzó a gemir entrecortadamente, mientras mis dedos y mi lengua abrían su raja y mi boca se apoderaba de su clítoris. En ese momento la mujer tomo mi cabeza con sus manos y me apretó contra ella, convulsionándose. No tarde mucho en percibir en mi paladar el sabor de sus jugos: era obvio que había tenido un orgasmo precoz:- ooo cabron oooo siiiii Dios mioooo oooooo sigue oooo

Cuando terminó de correrse, retiré mi cara de su coño, observando cómo se había lubricado perfectamente, y los jugos de su orgasmo inundaban la cavidad del mismo. La mire a la cara, y note como se encontraba totalmente colorada, encendida pero en cierto modo relajada. Me miro y me dijo:-¿no te da asco lo que has hecho?

-me ha encantado comértelo. Veo que tu marido nunca te lo ha hecho.

-jamás. Nunca lo haría. Jaja… Lucas es muy conservador. Pero… nene, creo que me he corrido en tu boca. No me puede aguantar…

-ha sido genial. Me incorporé, y me baje mis pantalones ante su mirada, dejándolos caer al suelo, y acto posterior mi slip. Ante ella aprecio mi enorme cipote, con una empalmadura de caballo. “Estaba erectísima”, destacando las grandes venas en su superficie, y el tremendo grosor. Ella la mira extasiada, sin apenas articular palabra, y le dije:- anda preciosa. Tócala, se que lo estás deseando. Tómala en tus manos. Verifica su dureza.

Ella no me contesta, sino que como una autómata, alcanza mi pene con su mano derecha y la aprieta, y luego pasa su mano por toda ella, como verificando su longitud y grosor. Y aturdida expresa:- Dios mío… que grande… y que dura la tienes..…chaval

No se quedó solo en ello, sino que echo las manos por debajo de mi tranca y palpó mis testículos. Era evidente que como ya les dije en su momento, eran proporcionados a mi pene, y ella al comprobar el tamaño de mis dos huevos, que palpo una y otra vez cogiéndolos en su mano exclamo: -joder chico… son también enormes ¡se ve que los tienes repletos!.

-llevo sin correrme tres días. “Me he reservado para ti”.- le dije.

Ella me mira, y me dice:- no pretenderás meterme toda esa tranca. Es muy grande. El pene de mi marido es la mitad del tuyo.¡¡ Me romperías!!.

-vamos. Sabes que el coño de las mujeres se adapta a cualquier cipote. El tuyo no será menos. Además con lo excitada que estas, seguro que te la comerás toda.

-Meterla… nunca he sido infiel. Además,…” tampoco estoy protegida”.

-Joder, pues de hoy no te escapas. Llevo días soñando con follarte. Hoy te la voy a meter como sea- le dije, con decisión, y haciéndole saber que no me iba a ir atrás.

-pero… ¿y si te corres dentro?.. joder nene,…. podrías dejarme embarazada…ya veo los huevos cargados que tienes. Es una locura. No debería estar aquí.

-No me dirás que estas en tus días fértiles. Le pregunte.

-claro que no. Pero aún así es peligroso.

-joder, pues yo tengo que clavarte. Aunque me vaya la vida en ello- le dije.

-¿No me iras a violar? Sabes que podrías ir a prisión…¿ lo sabes verdad?

-me da lo mismo. Pero necesito follarla. Y sé que Vd. también lo desea.

Ella no me contesto, signo evidente de que estaba indecisa. Mientras hablábamos ella no cesaba de manipular mi manubrio, el cual había alcanzado unas proporciones gigantescas ante las caricias de sus manos. Entonces ella, se levanta y me dice:

-joder veo que estas decidido. Eres un cabronazo. Vamos siéntate en al inodoro.

Me senté en el inodoro. Ella ahora mostraba su carácter autoritario. Quería dominar la situación. Mi pene estaba en vertical, y entonces ella, se remanga su falda y se acerca colocándose sobre mis piernas, y acerca su vagina hasta situarla encima de mi pene. Lo acerca con nerviosismo y pasa los labios de su coño por encima de mi glande como embarrándolo con sus jugos. Y al rato, se deja caer un poco, notando como mi glande entra en contacto claro con su coño. Compruebo que ella tiene que forzar con su peso, para que el mismo entre por su cueva, ya que era más entecho que la cabeza de mi pene. Tras varios intentos observo como cede, y noto que se clava más de la mitad de mi tranca en su coño.

-ooo dios que grande… joder nene me estas abriendo mucho… ufff no se si podré con toda… ooooo

No le contesté sino que la mire a la cara mientras ella se la iba clavando, viendo que esto la encelaba más. Por mi parte puse mis manos en sus posaderas, y esto la excitó más, y la ayude a clavarse mi tranca, aunque siempre respetando su tiempo. Al final de una sentada, mirándome fijamente a la cara, se la clavó hasta la misma base:

-oooggggg joder oooo que dolor. Cabron me has abierto totalmente… oooooo

Por fin aquella hembra se había clavado mi polla hasta la empuñadura. El calor de su coño era una delicia, y la presión que las paredes de su vagina ejercían sobre mi tranca era una situación de éxtasis. Pénese que me correría antes de tiempo. Especialmente cuando ella comenzó a subir y bajar teniendo como eje mí tranca. Era como si la estuviera engrasando. Parecía una verdadera amazona.

-oh joder que buena.. oooo,. Me mira a la cara y me dice: -al final me la clavaste cabron. Era así como me querías tener verdad. ooo que buena tranca te gastas…dios como me llenas…

Me miraba a la cara mientras subía y bajaba sobre mi tranca, ayudada por mis manos en sus posaderas. Que posaderas tenía. Eran pura fibra.

-Joder Soraya. Que pedazo de mujer eres. Qué coño tan delicioso tienes. Uf me estas poniendo la polla a punto. ¿Has notado como esta de dura?

-te gusta eh cabronazo. Te gusta que te cabalgue así….ohhh dios… siiii oooooo me vengo cabronazo oooo me voy a venir. siiiiiiiiiiiiiiii

Mi palabrería la terminó de excitar y note como comenzó a contraer las paredes de su vagina contra mi tranca, pensando que me la iba a partir de cuajo. Y agarrándose a mi espalda comenzó a tener un orgasmo increíble, saltando una y otra vez sobre mi polla hasta terminar de correrse. Cuando acabo, se quedó sentada con mi tranca aún clavada hasta la base en su coño, y descansando su cuerpo sobre mi pecho. Yo la acaricie su espalda y su cabeza. Estuvimos un rato sin decir nada, hasta que ella, se incorporó y me miró a la cara. Le pregunte:

-¿qué tal?. ¿Lo has disfrutado?

Ella me sonríe, y me dice: -no creas que he acabado. Tú los has querido. ¡Ahora verás lo que es una mujer de verdad!. Y comenzó de nuevo a subir y bajar sobre mi tranca, durante varios minutos, verificando en su cara que estaba saboreando el polvo. No tardo mucho en alcanzar nuevamente un segundo orgasmo, rindiéndose agotada sobre mi cuerpo. Al final me descabalgó, levantándose, mientras se miraba el coño, totalmente abierto y enrojecido por mis penetraciones. Y me dice: - joder “me lo has dejado demasiado abierto”. Mi esposo lo va a notar. Mientras discurría parte de los jugos de sus orgasmos por los laterales internos de sus muslos.

Y le dije: pues “ahora me toca correrme a mí”. ¿No pretenderás dejarme asi?

Ella me mira, y me dice: que quieres ¿qué te toque una paja?

Ni lo sueñes. Quiero correrme como Dios manda. ¡¡En tu coño!!. Le conteste.

-¡estás loco!. Eso no puede ser… ya te dije que no estoy protegida.

-sabes que no estás en tus días fértiles. No te ocurrirá nada. No vas a dejarme ahora a medias ¿verdad?

Entonces ella se acerca al lavabo que está en el mismo baño, donde existía un espejo, y levantándose el vestido se pone en cuatro, invitándome a montarla. Me acerque hasta ella, separe un poco sus piernas, y acerque mi lanza hasta su raja: mi pene entró en su cavidad como una espada en su vaina. Sin problemas. Aquel coño estaba bien lubricado. Comencé un mete y saca tremendo, bombeándola sin piedad. Ella me miraba a través del espejo poniendo cara de puta, lo que me encelo más, y cuando llegó el momento ella sintió como mi pene se endurecía signo evidente de que estaba a punto de descargar y me dijo: -joder no te corras dentro… que me preñas ooo cabron lo estás haciendo oooo dios me vas a llenar ooooo te siento…. ooooo

-siii joder… ooooo que corrida. Me vengoooooo oooo si…ooooo

Me corrí de una forma bestial. Era mi primera vez, y casi me desleche. Estuve lanzando lechada tras lechada en el coño de la señora, hasta que por fin quede derrumbado detrás de ella apoyándome en su cuerpo. Cuando termine, ella me dice:

-joder… “me has llenado el coño”. ¡Qué forma de correrse!… nunca mi esposo me ha llenado de esta manera.

Al retirarse ella observa como una hilera de semen discurre de su raja inflamada descendiendo por sus piernas. –joder… me has dejado llena.

No lavamos un poco, y nos secamos. Y cuando ella se iba a marchar, le dije: -quiero volver a follarte otro día. Pero me gustaría hacerlo en una cama, como Dios manda, y…”quiero disfrutarte”.

-¿Cómo? ….. ¿Aun quieres seguir?... realmente estas chiflado ja ja- y salió riéndose sin contestarme.

Pasaron los días, y solo la veía desde lejos. Pasaron casi dos meses, y un día verificó que por error llega una carta de los vecinos al buzón de mi casa. No dije nada a mis padres y me la reserve para tener un motivo y poder entregársela a la vecina. A través de la ventana de la calle, observo que el marido de la vecina sale de su casa y, para mi sorpresa, lleva una maleta de viaje que introduce en el coche. Soraya lo despide y él se marcha. Era obvio, que el marido se iba de viaje. O sea, “que la vecina iba a estar sola en casa”. Mi pene se revolvió en mi pantalón. Aquella era una oportunidad.

Para mejorar la situación, mis padres se fueron a una excursión, por lo que iba a tener todo el día libre para mí. Tan pronto marcharon mis padres, me dirigí a la casa de la vecina con la carta en la mano, y toque el timbre. Al rato sale ella, la cual llevaba puesta una bata, verificando a todas luces que se acaba de duchar. Al verme, nerviosa mira para todos lados, y me dice:- Pero, ¿qué haces aquí?. ¿Cómo te atreves a venir a mi propia casa?.

-tranquila. No hay nadie. Mis padres no están, y “sé que tu marido tampoco”. Venía a traerte esta carta que han dejado en mi buzón por error.

Ella recoge la carta, y le digo:- no me vas a dejar que entre.

-estás loco. En mi casa. Sin embargo, aunque nerviosa lo piensa, mira hacia fuera para ver si estaba mirando alguien, y al verificar que estábamos solos, me hace entrar cerrando la puerta tras ella.

-¿Cómo se te atreve a venir a mi propia casa? me dice.

-tenía ganas de verte. Llevo días buscando un motivo para verte, pero creo que me evitas.

-Pero chico. Estás loco. Lo que ocurrió no puede volver a ocurrir.

-Pues yo tengo ganas de ti otra vez. Y, ¡sé que tú también me deseas!.

Ella se turba y poco, pero no me contesta. Y mirándome me dice: -¿no te da reparo que pueda venir mi esposo?. ¿Sabes lo que nos haría si te pilla aquí conmigo, en mi propia casa?.

-he visto que ha salido de viaje. Así que, “se que estás sola”.

Se sonríe, y me dice:- es cierto, marcho fuera por unos días. Pero.. No creas que vamos hacer nada por ello. ¡Aquello no pude volver a ocurrir!.

Mientras hablaba me estaba mirando el bulto de mi pantalón corto que llevaba, el cual ya estaba suficientemente endurecido, producto de la erección que no ocultaba. Ella se sonroja, y a verme me dice:- joder nene, ya estas así….¡eres un descarado!.

Se gira un poco, nerviosa, sin saber qué hacer, como intentado taparse su bata por si había algún resquicio que pudiera dar a conocer su cuerpo. La note excitada, y al momento note como un golpe de calor en su cara. Me percato de cómo se revuelve, mientras yo me toco mi tranca sobre el pantalón. Entonces ella, hace algo que me dejo perplejo: se viene hasta donde estaba y me obliga a sentarme en una silla del comedor de la casa. Se agacha, me baja el pantalón corto y el slip dejándome desnudo de medio abajo. En ese momento mi pene ya mantenía una erección de caballo. Al verlo, me sonríe y me dice: -que hijo puta. ¡Como estas de empalmado!. “Dios como tienes esa tranca..”

Luego son parsimonia, se desprende de su bata, y para mi sorpresa queda totalmente desnuda y en pelotas, frente a mi. En ese momento me di cuenta el pedazo de hembra que era. Dios que tetas. Ella se percató de cómo se enderezó mi daga, y sonrió diciendo: - vaya veo que te gusto. Que, ¿te gusta mi cuerpo?

-No sabes cuánto Soraya. Joder que buena estas. ¡Qué cuerpazo! ¡qué tetas! ¡pedazo polvo te voy a echar! Le dije totalmente salido ante la vista del hermoso cuerpo de mi vecina.

Se incorporó sobre mí, en posición para montar mi polla, y antes de hacerlo, me dice:- pero recuerda, “hoy tendrás que correrte fuera”. “Creo que estoy en mis días fértiles”. No debo hacerlo pero, ….. joder, pero verte así…. Que cabronazo eres… venir precisamente hoy.

Al momento se incrusto mi polla en su coño, notando el calor intenso que desprendía su vagina. Ello evidenciaba que aquella mujer podía estar en sus días fértiles como afirmaba. Aquello me puso más arrecho, ya que si me corría dentro era posible que incluso quedara embarazada. Lejos de echarme para atrás, más morbo dio a mi follada.

Me subió la camisa y me dejó completamente desnudo. “Joder estábamos follando completamente en pelotas en el comedor de la casa”. Era evidente que Soraya ya no se reprimía y tenía ganas de ser bien follada.

-joder putita. Qué buena estas. Te voy a dar lo que mereces. Estabas necesitada de mi polla verdad. Eh putita.- le hablaba así porque le gustaba.

-si cabron. Necesitaba ese pollón. Oh joder como me llenas… sigue así, ufff que delicia… joder… cabronazo vas hacer que me corra… ooo siiiiiiiiiiiiiii- estaba tan caliente que a los pocos minutos había teniendo el primer orgasmo.

Luego se levantó, y tras recoger la ropa de cada uno, me hizo seguirla hasta su dormitorio. “Hoy me vas a follar en mi propia cama”, como querías. Y se hecho sobre la cama, haciéndome subir sobre ella para que la penetrara en posición misionero. Atendí a sus órdenes y metiéndome entre sus piernas le calve mi 22 cm de polla hasta la base. Ahora podía mirar fijamente a la cara de aquella hembra mientras me la follaba. La verdad es que Soraya pese a su edad, era muy bella, y me acerque a ella, y, por primera vez la bese en los labios. Ella accedió y pronto nuestras lenguas comenzaron a entrecruzarse, aumentado nuestra excitación.

Su coño se abría al máximo para recibir toda mi tranca, hasta que al final fue tanto mi bombeo que pronto comenzó a tener su segundo orgasmo, entre varias convulsiones.

Al terminar, yo seguí dándole polla, dentro fuera, dentro fuera… Ella notaba que mi pene se estaba endureciendo y que pronto llegaría el momento de descargar, y me dice: - no intentes correrte dentro… puedes preñarme…

Y, en ese momento, echa una mano hacia atrás y morbosamente atrapa mis testículos, y me dice: -cabronazo, veo que los tiene otra vez hinchados. Y sumamente agitada me pregunta:¿Cuánto hace que no te corres?

Varios días Soraya. Estaba desenado volver a llenarte.

Mis palabras la excitaron y me contesto: -no me jodas. ¿De verdad te estabas reservando para mí?… pero ¡sabes que no hoy no podemos!… oh joder como me abres…. “me dejarías embarazada” …..ooo Dios cabrón como se te está poniendo. Me mira a la cara y me dice: - no jodas. Veo en tu ojos que estas decidido a correrte dentro.

Ella hizo como intentos de que me quitara de encima, pero la sujete de ambas manos y comencé a follarla con mayor intensidad. Pronto la comencé a besar presa de una locura contenida. Al ver mi gesto de autentico cariño, note que se entregó, verificando como su cuerpo se relajo. En ese momento se dio cuenta de que me iba a correr dentro irremisiblemente. Y me dijo: - oh … estas decidido….cabrón Me mira a la cara y me dice: pues “hazlo”…. Vamos cariño… “lléname… vamos dámela toda… lléname… préñame si quieres”. Dame el hijo que mi marido no ha podido darme… vamos hazlo.

Y sin más comencé a deslecharme dentro de ella. Potentes lechadas inundaron el coño de la mujer una y otra vez. ooooo como la siento… o cabron me llenas… ooo me vas a preñar … siiiiii oooo me estas llenando de nuevo.. ooosiiiii

No se cuento tiempo me estuve viniendo dentro de ella, pero al final termine rendido quedándome sobre ella, con toda mi estaca enterrada en la profundidad de su coño.

Ella me mira a la cara, aún ambos clavados, y me dice: -cabronazo que polvo me has echado. Me has llenado. “Seguro que de esta quedo preñada”.

Luego me salgo de ella, y mira su coño y ve la hilera de semen discurrir por la misma, y me dice:- joder, seguro que de esta quedo preñada…. Mira como me has dejado.

Ese mismo día estuve con ella durante algunas horas, e hicimos el amor unas tres veces. En todas ellas me volví a correr dentro de su coñito. Luego marche para mi casa. No me podía creer que me hubiera follada aquella hembra de la forma que lo hice. Solo recordarlo hoy se me pone dura.

Un mes y medio después de haber ocurrido aquel encuentro en su casa, me vio en la parada del bus, me llevó aparte, y me dijo:- “no me ha venido la regla. Me he hecho la prueba del embarazo y “ha dado positivo”. Aún no se lo he dicho a mi esposo. Tampoco sé cómo reaccionará.

-¿seguro que fue producto de aquel día? Le pregunte, algo preocupado.

-¡aun los dudas cabronazo!. Cuando mi esposo regresó, aunque lo hicimos ya no estaba ovulando. Por ello se al cien por cien que tu eres el padre.

Al verme preocupado me dice:- No te preocupes. Tampoco me arrepiento de ello. Quería ser madre, y tú me has dado esa oportunidad. Creo que mi esposo nunca lo habría conseguido.

Semanas después me confirmo que el ginecólogo se lo había ratificado. Pasaron los meses y ella dio a luz una preciosa niña.