Con la que hoy es mi mujer. Capítulo 1.
Como conocí a la que hoy es mi mujer y como empezó en el mundo de sexo de mi mano, ella y sus amigas.
Hola a todos, me describiré un poco, tengo 52 años, de aspecto normal, nada que te resulte atractivo si nos cruzamos por la calle, delgado, mido 1,80. Estoy casado, con la chica que me fue pasando a sus amigas para irlas introduciendo en el sexo.
Cuando conocí a Mª Jesús, yo tenía 26 años, ella tenía 18, casi un asalta cunas como me decían mis amigos. Mª Jesús es rubia, con 18 años un bombón, buen escote, unas piernas duras, medía 1,68, buen culo. Fue en una discoteca del centro de Madrid, yo nunca he sido un bailarín, me sentaba en una de las mesas y observaba a las chicas del entorno, veía si estaban solas, o si venían acompañadas.
Así fue, después de una hora de observar que Mª Jesús, había venido con un grupo de 4 amigas, todas sin parejas, era y es preciosa, la verdad es que cuando me enteré de su edad me quedé un poco sorprendido no esperaba que fuera tan jovencita.
Me acerque a ella y la invite a tomar una copa, había visto que no había pedido nada después de tomar la primera copa, suponía que el tema económico influía, por suerte mi nivel económico se podía permitir invitar a una chica a una copa.
Ella aceptando la invité a ir a la zona oscura, se que para muchos de vosotros eso os sonará raro, pero por entonces, en todas las discotecas existía una zona poco iluminada, donde las parejas aprovechaban para darse sus besitos (dejémoslo así).
Después de un intercambio de palabras, pasamos al intercambio de besos, caricias, tocamiento de partes íntimas, ella en cuanto pase su mano por entre sus piernas las cerró diciendo que allí no, que ella no quería hacer nada allí. Lo entendí invitándola a salir e ir a mi apartamento. Pero ella lo rehusó, dejándolo para vernos otro día.
Así ocurrió, al día siguiente domingo la invité a tomar algo por la tarde, cerca de mi apartamento por si ella estuviera dispuesta a subir. Aún ese día no sabía la edad que tenía. A la hora y media la invité a subir, ella se quedó dubitativa, pero finalmente acepto.
La puse una coca-cola en la mesa del salón, mientras ponía algo de música, enseguida le pasé una mano por su hombro para acercarla a mi y empezar a morrearnos. A ella la veía muy nerviosa, fue poco a poco comiéndola el cuello, pasando por sus orejas, recorriendo con mi lengua, su cuello. Con la mano iba pasando por encima de blusa tocándola los pechos. Ella estaba rígida, no se movía y sus brazos estaban pegados a su cuerpo. Eso me hizo detenerme y empezar a hablar con ella.
YO: Qué te pasa, si no quieres hacer nada lo dejamos aquí, no quiero que te sientas incomoda.
MJ: No es eso, es que para mi es la primera vez que estoy con un chico en estas circunstancias.
YO: ¿Pero qué edad tienes?
MJ: 18 he cumplido hace 2 meses, y mi experiencia los chicos no ha pasado de besos y un poco de tocamientos, pero nada más y me parece a mí, que tú quieres algo más que eso.
Me quede parado, sólo 18 años, sin experiencia.
YO: No va a pasar nada que tu no quieras, pero masturbarte, y eso supongo que sí que lo habrás hecho, la pregunté.
MJ: Bueno eso sí, pero siempre pensando que me podían pillar en la ducha mis padres y me corta mucho.
YO: Déjame seguir con lo que estaba haciendo y si en algún momento no quieres seguir, me lo dices y paramos. No quiero que tus primeras experiencias no las vivas como debes, son inolvidables cuando lo has disfrutado.
MJ: Antes no te he dicho que parases, has sido tú el que has parado, me estaba gustando mucho.
YO: Pues no estés rígida como un palo de escoba, jajajajajajaaj, haz lo que te apetezca, utiliza tus manos, no te quedes dura. Jajajajajajaja.
MJ: Vale.
La dije que me acompañase a mi dormitorio, tengo una cama de 1,50, no me gusta las estrecheces en la cama. Nos sentamos a los pies de la cama, y seguimos con los besos, seguía jugando con su cuello y con sus orejas. Su respiración se iba tornando cada vez más entrecortada, sus manos se posaron en mis piernas.
Mi mano se fue hacia uno de sus pechos, sobre la blusa que llevaba, y empecé a masajearlos mientras seguía con el juego de mi lengua sobre su cuello. La fui abriendo la blusa, hasta conseguir quitársela, dejándola simplemente con el sujetador, un sujetador de encaje blanco que me volvió como loco. En ese momento, descubrí que ella estaría dispuesta a algo conmigo, pero, no sabía cuál era limite.
Su mano se fue acercando a mi paquete que aún no estaba a pleno funcionamiento, aunque si que iba cogiendo ya su tamaño (no lo tengo enorme, 16 cm, grueso), en un momento posó su mano por mi polla, por su reacción, no creo que esperase algo así.
Yo seguía a lo mío, la logré desabrochar el sujetador y pude ver por primera vez esos pechos perfectos, talla 95 unos pezones riquísimos, que nadie se había llevado a la boca, según ella y que iban a ser devorados por mí. No lo dude y me lancé a por ellos, sobre sus pezones jugaba con mi lengua, haciendo círculos lentos para ir viendo como crecían ante mí.
Nos echamos para atrás, ya tumbados en la cama todo fue mucho más cómodo, podía seguir lamiendo sus pechos, mientras con mis manos subía la falda para ir penetrando entre sus muslos hasta llegar a su coñito.
Su mano seguía sobre mi polla, apretándola, me desabroché el botón del pantalón y bajándolo un poco la dejé vía libre sobre mi boxer, no lo dudo, y siguió con su tocamiento sobre ella, y poco a poco con su mano intentaba liberar mi polla de su prisión.
Llegue hasta su coñito que notaba ardiendo, pasado un dedito por las braguitas siguiendo su raja, subía y bajaba, y ella no paraba de gemir. La quité la falda dejándola en bragas siguiendo frotando, su respiración iba en aumento, sabía que no la quedaría mucho para llegar a correrse, pero quería llevar mi lengua a ese dulce manjar.
Ella liberó mi polla y empezó con un manejo de arriba a abajo, sin mucha delicadeza, muy ruda, incluso me hacía daño.
Cuando iba a proceder a bajarle la braga, me paró.
MJ: No, por favor, no sigas.
YO: No te está gustando, la pregunté.
MJ: Si, muchísimo, pero no quiero hacerlo.
YO: El qué? No te voy a penetrar si tu no quieres, sólo quiero comerte el coñito.
Ella se quedó parada, no sabía que decir.
MJ: Yo pensaba que querías penetrarme.
YO: Claro que quiero, pero no ahora, fíate de mí y déjame.
La cogí de la cintura y la subí hasta la almohada, la empecé a comer la boca y a bajarla las bragas, estaban empapadas, las dejé caer en el suelo y procedí a ir bajando comiéndole los pechos hasta llegar al ombligo, pude observar que no estaba depilada del todo, pero lo tenía arregladito, yo personalmente prefiero un coñito depilado, creo que las chicas lo disfrutan más.
Y sin más preámbulos fui con mi lengua jugando por la parte interior de los muslos, quería que ella fuese voluntariamente abriendo las piernas, y así fue, poco a poco fui rompiendo su temor, y fui rozando con la punta de la lengua sus labios, poco a poco fui recorriendo en círculos toda su vulva, ella se movía buscando que mi lengua pasase por el centro, la quería hacer sufrir un poco.
Me paré a observar ese coñito virgen, sonrosado, con los labios mayores prácticamente cerrados, abriéndolos con los dedos, para apreciarlo mejor.
Rocé su clítoris, y subió las caderas movía arriba abajo para que frotase mi lengua, pero quería que recordarse este orgasmo como el primero y más placentero de su vida. Y volvía a bajar mi lengua hasta rozar con ella su culo, subía y bajaba, introducía mi lengua un poquito en su coñito ya empapado, recuerdo que pensaba que cuando tuviera el orgasmo me iba a duchar con sus jugos.
Seguí lamiendo toda su vulva, bajaba hasta el culo, lamiendo esa entrada, e introduciendo un poquito la lengua.
Observé que sus manos estaban sobre el cabecero, la tenía a mi merced, ese fue el momento cuando empecé a atacar su clítoris, empecé suave, dando círculos sobre él, notaba como iba creciendo apareciendo un pequeño botón, que no dude en succionar e irlo lamiendo con la punta de lengua.
No tardo en pegar su primer grito, ME CORRO; ME CORRO; Que manantial salía, no podía absorber la cantidad de jugos que soltaba, espasmos en las piernas, tiritona de cuerpo, intento apartar con sus manos mi cabeza de su coño, pero quería que sintiese todo lo que hasta ahora no había conseguido.
Me suplico que parase, y así lo hice, con sus jugos en mi boca, se acerqué a la suya y la bese para que saborease sus propios jugos.
Gracias, me dijo, ha sido bestial, no sabía que una podía sentir todo esto.
En eso momento, ella me puso sobre la cama y me dijo que ella quería que yo también me corriese, pero que nunca lo había hecho y que no sabía cómo satisfacer mejor a un chico.
YO: No quiero penetrarte, quiero que cuando tu lo decidas lo hagas. Si quieres que me corra, o bien me chupas la polla o me haces una paja, la dije.
MJ: Nunca he hecho una cosa ni otra, quieres enseñarme, por favor. Seguro que aprendo rápido.
YO: ¿Por dónde quieres empezar? Yo, prefiero que me chupes la polla, pero me tienes que dejar guiarte.
MJ: Vale.
Empezó a besarme, fue bajando a mi pecho y empezó a tocar los pezones, me pone muy burro, bajó hasta mi polla, totalmente depilada, y empecé a indicarla como debía de hacerlo.
La verdad es que era muy buena aprendiz, la sorprendió cuando la dije que mientras me pajeaba un poco fuese chupando mi culo, eso hace que mi polla llegue a su máximo esplendor.
Llévatela ahora a la boca, con la lengua rodea mi capullo, y poco a poco vete metiéndola en la boca, sube y baja, la dije.
Ella se enforzaba en introducirse mi polla lo que más podía en la boca, pero no pasaba de la mitad, piensa que es un chupa chups, saboréalo, juega con tu lengua y ve incrementando el subir y bajar.
Así lo hizo, mis ganas por correrme iban en aumento, no quedaba mucho para correrme, no quería correrme en su boca si ella no quería, no quería que su primera mamada fuese algo que para ella fuese algo desagradable.
La avise, la dije que iba a correrme y la dije que si seguía me correría en su boca, ella paro, me pidió que no me corriese en su boca, la dije entonces sigue chupando y en cuanto te diga sácatela de la boca, aumenta el ritmo que me queda poco, aumentó hasta que ya vi que me iba a correr, justo le dio tiempo a sacársela de boca cuando un chorro salió disparado de mi polla y le dio en el cara, los siguientes salieron disparados mojando el vientre y hasta mi pecho.
La vi que mira absorta cuanta cantidad de semen salió, me pregunto, te ha gustado, la dije que sí, pero que me gustaría que con la lengua recorriera mi vientre, llevándose parte de mi semen hasta llevarlo a mi boca.
Con la punta de la lengua, probó por primera vez el semen, no la disgusto su sabor, ya que según subía iba tragando parte de lo que iba recogiendo, hasta llegar a mis labios y besarnos.
Te gusta el sabor, la pregunté, no esta mal, no sabría explicarte el sabor, salado, dulce, algo extraño, pero no me disgusta.
Se quedo un rato conmigo en la cama, la invité a ducharse conmigo, pero desistió, me dijo que se le hacía tarde, salí de la ducha, me vestí y la acompañe hasta la puerta de su casa.
Quedamos en vernos el viernes siguiente, pero eso ya será para el próximo capítulo.
Espero que os guste, es mi primer relato y espero que no el último, ya que la sorpresa me la lleve al viernes siguiente.