Con la puerta abierta fui infiel

Ponerle los cuernos a mi marido, con su amigo, mientras la puerta estaba abierta y con mi nena de meses de nacida a un lado,, fue uyyyy geniaaaaaaaaal.

SEXO EN CASA. (Adrenalina pura ).

Hola amigos, soy del Norte de México, y escribo esta experiencia porque me resulta excitante, así que se me hace egoísta quedármela para mí, ahora tengo 35 años llenita, nalgona, caliente, y esto que sucedió esto que he de relatarles, contaba con hermosos 25 años, soy una mujer blanca, llenita, portento de nalgas, caliente, de amplio criterio y profesionista, así que espero que les guste mi relato, va para ustedes.

Recién había cumplido 25 años y de pronto me veía ante la enorme decisión de casarme, Javier, ese era el nombre del chico que por una u otra razón, quizá ni yo misma lo sabía, elegí para compartir mi vida había cursado estudios universitarios, no tenía ninguna prisa , pero suponía que en hacer eso precisamente estribaba la felicidad de mis amigas y compañeras con las que tenía oportunidad de compartir mi mundo. El sexo había sido hasta entonces algo que en mi vida no ocupaba mayor importancia que comprarme un buen vestido o un buen par de sandalias. Pero cómo cambiaría

Finalmente me casé, Javier, ese era el nombre del hombre que había elegido como esposo, dos años después de casados, tuvimos a nuestra primera nena, y de pronto, la dulce vida que yo esperaba tener, no fue más, la vida matrimonial que me imaginaba, no fue más, cayó en la monotonía, Javier comenzó a tener salidas a sitios que no supe ni me interesó indagar, era como se dice, una esposa sumisa.

Quiza haya sido, eso precisamente, la sumisión que me sumergió en esta vorágine, de lo que sería mi primera experiencia extramatrimonial, en el tiempo que llevaba casada de Javier mi esposo, no había conocido el buen sexo, de pene grueso, sí, pero pequeño, muchas veces cogiendo, llegue a sentirme incomoda cuando en las salvajes acometidas que me hacía en la eterna posición del misionero, su verga salía intempestivamente e interrumpía así mis orgasmos.

El eyaculaba y yo debía calmar mis ansias con una ducha fría, por mi mente no pasó buscar aventuras, mis principios y mi posición de casada me impidieron vislumbrarme siendo poseída por otro que no fuera mi esposo.

Pero el diablo no descansa, y una tarde lo conocí, Victor, 1.80 de estatura, trigueño, de brazos fuertes y piernas también, de mirada intensa y penetrante que desarmaría hasta la mas conservadora de las mujeres, era amigo de mi esposo, compañero de trabajo de el, y cuando traspasaron el dintel de la puerta, para tomarse unas cervezas en casa , me impresionó su mirada, era intensa, sabía que quería decirme muchas cosas, no podía, la cercanía con mi esposo se lo impidió, pero yo, una mujer inteligente no necesité más leí perfectamente su mirada y quedé sentenciada, sabía que en algún momento, tarde o temprano quizá terminaría siendo penetrada por ese buen pene que imaginé tenía Victor, no dije nada.

Cuando esa tarde, se despidió de mi esposo, ambos con unas copas encima, me ofreció la mano, y yo con cierto nerviosismo pero siempre con respecto se la ofrecí, el apretó mas de lo que de costumbre y leí su mensaje, me dije para mis adentros " Cris tarde o temprano terminaras ensartada de su verga", pero no fue algo que priorizara dentro de mis rutinas.

Y así paso el tiempo, dos semanas después, llegó a la casa, fue por Víctor mi marido, recuerdo que yo tendía ropa en el patio, tenía puesto un short pequeño que si un hombre ávido de un buen culo veía, podría adivinar mi par de nalgotas , adornadas por un buen par de piernas, dispuestas a triturar al invasor que osara meterse entre ellas, me saludó ¡ señora Buenas tardes, está Víctor ?, me preguntó.

Sí! Respondí, puedo pasar?, me preguntó, adelante le dije, seguí tendiendo ropa, pero cuando voltee para ver que entraba a la casa donde estaba Javier, pude advertir como sus ojos se perdieron en la inmensidad de mis nalgas, me sentí nerviosa, pero no di mas importancia.

Terminé de tender la ropa, y me metí a mi casa, allí estaban mi marido Javier y Víctor, este ultimo no dejaba de mirarme cada que mi marido se distraía, ¡ luego vuelvo! Me dijo mi marido, voy a un bautizo con Victor.

Y los vi partir, serían como a las dos de la tarde, media hora después, estaba en casa, viendo a mi bebé que trataba de dormir en la cuna que estaba en mi recamara, cuando le vi llegar, era Víctor, ¿ y Javier? Pregunté, ¡ no sé, se me perdió, pensé que ya había llegado a casa! Me respondió, le notaba nervioso, se frotaba las manos, veía para todas partes, le notaba inquieto, se movía en el sofá en el que estaba sentado, yo a un metro y media, trataba de descubrir que pensaba, sabía que me esperaban sorpresas con este hombre, pero no sabía qué.

De pronto, luego de tanto pensarlo, me soltó la bomba,¡ Cris, tu me gustas… me gustas mucho, y me encantaría estar contigo, sé que no eres féliz, sé que yo podría darte eso que te falta y que no te da Javier ¡ asombrada le respondí ¿ y cómo sabes que no soy felíz?, no sé, me dijo, algo me lo dice.

Se levantó, y se arrodilló frente a mí, con sus rodillas sobre el piso, puso sus manos sobre mis rodillas, las llevó a mis mejillas y me dijo ¡ cris, tu eres muy guapa, déjame estar contigo, apuesto a que también lo deseas!.

¡ Gulp! Tragué saliva en seco, todo esto era extraño para mí, pero a la vez tentador, mis piernas empezaron a temblar, se ruborizaron mis mejillas, mis manos sudaban.

Quéde en shock, no supe que contestar, y mi silencio fue cómplice, porque el entendió el mensaje " el que calla otorga, en eso estaba, haciendo labor de convencimiento, mis barreras de señora casada, se desvanecían, de pronto el llanto inocente de mi nena, me volvió a la realidad, y fui a la recámara a ver que necesitaba mi niña, no lo advertí, pero el fue tras de mi, y cuando me alcanzó, no se aguantó y me abrazo de espaldas, pude sentir su verga, si no de buen tamaño, delgada, pero mas larga que la de mi marido, quien sabe porqué, cuando pasan cosas así, es inevitable para una, comparar la verga, los brazos o lo que sea, con la del marido de uno.

Y atendí a mi nena, no tenía nada, solo estaba inquieta, quizá presintiendo la calentura de la putita de su mamá, que en unos minutos estaría ensartada por un amigo de su papa, pero Javier seguía allí, detrás de mi, su verga crecía mas y más a cada segundo, mi cuerpo pronto empezó a contagiarse de esa calentura que de pronto a las hembras casadas y sedientas de verga, nos asalta.

Estaba en la recamara de mi casa, donde muchas veces me entregué a mi esposo, y detrás de mí, con una verga por encima de la ropa moviéndose entre el amplio surco de mis cachetes del culo, ¡ Nooo! Le dije ¡ Anda mamita… sé que tu lo deseas ¡ me calló, y era verdad, ya deseaba a ese hombre y poco a poco fui cediendo, la lengua de Víctor, empezó a taladrar mis oídos, mi piel se erizó ,empecé a mover mis nalgas como estudiando con ellas el tamaño, el grosor de su verga, su dureza, me dio la vuelta, quedé frente a el, y entonces me hundió su lengua en mi boca, No, No lo resistí y me entregué a el, nuestras lenguas se trezaron en una batalla sin final.

No tuve compasión de esa lengua, me la lleve dentro de mi boca, no se cuantas veces, de pronto sentí sus manos en mis nalgas, las apretujaba con unas ansias, me calentó a morir su respiración entrecortada en mi cuello, desvanecieron y no me aguanté , para entonces no pude detener sus manos que como autómatas se colaron bajo un short cortito que llevaba y palpó mis nalgas, el contacto de la piel de sus manos con mis portentosas nalgas me arrodillaron frente al frenesí de su deseo.

Me besó el cuello, el rostro, los senos,Ohhhh como me erizaba mas aún la piel, cuando su lengua rodeó las aureolas de mis pezones, su lengua danzó interminables instantes, antes de atrapar con su boca mis erectos pezones que delataban el poco pudor que me quedaba.

Bajo a mi vientre, levantó mi blusa y se detuvo otra vez interminables segundos en mi ombligo, nadie antes que no fuera la lengua de mi esposo se detuvo con tanta delicadeza, con tanta ansiedad en ese lugar, para entonces mi ropa interior estaba súper empapada de mis jugos…., Oghhhhhhhhhhhhh, moví mis piernas para mitigar las ansias de verga que ya exigía mi panochita, era una braza ardiendo.

Pero el todo un caballero y un macho, se inclinó mas aún, tomo los bordes de mi short, entre sus dedos y empezó a bajarlo poco a poco, de pronto mis nalgas, apenas quedaron cubiertas por una diminuta tanga que cubría mi ano, negrito, adornado por unos tímidos pelos que estaban alrededor de el, no me la quitó, me cargó en sus brazos así como estaba, y me llevó a la cama, debo admitir que la puerta principal de mi casa estaba abierta, la de la recamara igual, y mi marido quien sabe donde, pero podría llegar en cualquier momento.

No reparé en eso, poseída por el deseo como estaba, solo me entregué así, con mi nena a unos metros durmiendo en su cuna, en la cama, Victor me besó de nuevo, los labios, los senos, el vientre, bajó a mi entrepierna, me las levantó a sus hombros, las abrió y se detuvo a mirar mi rajada sexual, lucía espectacular, mojadisima, estoy segura que la luz que se colaba por la ventana, reflejaba el brillo que hacían la mezcla de mis jugos y los pelos de mi concha, en todo este tiempo yo no pare de respirar de forma entrecortada, alguna vez escuché de las mujeres casadas que le ponían los cuernos a sus maridos, en su propia casa, pero lo que yo estaba viviendo rebasaba lo sublime.

Me dediqué a disfrutar de cada instante, de cada beso, cada lamida, cada mirada que me prodigaba mi caliente amante, Ohhhh victor, suspiré cuando posó sus labios en mis regordetes labios vaginales, mis piernas fueron como alcanzadas por varios voltios de electricidad que no aguanté más, y Ughhhhhhhhhhhhhh, suspiré apretando mis piernas alrededor de las mejillas del amigo de mi esposo cuando sentí su aliento tibio en mi gruta sexual.

El no se detuvo y por el contrario, con un movimiento suave pero con fuerza, me volvió a separar las piernas , y con sus dedos separó mis labios vaginales, tomó los pelos de mi concha entre sus labios y los jaló, despacio, uyyyyyyyy, sentía morirme, sentía que tocaba el cielo…. Ohhhhh, Papiiiiiiiii, volví a suspirar profundo.

Yaaaaaaaaaaaaaa, le grité a Victor, sin importar si los vecinos me escuchaban, ¡ métemela papitoooooooooo!, el no me hizo caso, y empezó a mordisquear mis labios vaginales, primero despacio y después los succionó, en algún momento aprovechando que yo me dejaba llevar por la vorágine del deseo, hundió su larga lengua en lo mas profundo de mi panochita, sentía como un pene, pero con vida propia taladraba mi cavidad sexual.

Me mamó cuanto quiso, lo jalé hacia arriba, el se acostó y me tomó de la cabeza, presionó suavemente hacia abajo y entendí su mensaje, Mi papitooo, quería que le mamara la verga y no se lo iba a negar, así que lo hice con la mejor dedicación que haya tenido, le bese la boca, el pecho, el vientre, tome su verga de buen tamaño por cierto, como ya había dicho, delgada pero un poco mas larga que la de mi esposo, le chupe la cabeza, sopesé sus testículos, los acaricie, me imaginé ¡ cuanta leche tenía preparada para mi rajada!, y luego introduje su palo en mi boca.

Lo saboree, cerré mis ojos disfrutando de ese pedazo de verga en mi boca, la sentía tibia y de vez en ves palpitaba Uhmmmmmmmmm, Ricoooooooooooo, solo de recordarlo, ahora en este momento que escribo esto, no puedo evitar mojarme, creo que terminando o me haré una buena dedeada o buscaré a Marcos mi amante para que me de una de esas cogidas, le llamaré a un amigo del sur del País para dejarlo que escuche como se cogen a su putita.

Seguí lamiendo, mis labios formaron una O alrededor del tallo de su palo, subí y bajé, lo suficiente hasta poner esa verga dura, durísisisima, como un acero, y después que lo vi así, no resistí la tentación, le bese la boca, dándole a probar sus jugos preseminales, me detuve, camine contoneándome hacia la puerta de la recamara, despacio de tal forma que el viera el vaivén de mis nalgas, mostrándole lo que estaba a punto de comerse.

Y volví sobre mis pasos, no había nadie, el tonto de mi marido, quizá seguía emborrachándose, quizá al lado de alguna otra vieja, o tal vez, esperando a Victor del Baño, ese había sido el argumento que le dio mi amante para deshacerse de mi marido para ir a cogerse a su esposa.

Y allí estaba yo, me trepé a la cama, caminé de rodillas sobre ella , y me monté encima de Víctor, cuando tuve su verga en mi mano, me acomodé de tal forma que la punta quedara exactamente en la entrada de mi vagina, pude sentir como la cabeza de ese invasor rozaba los pelos de mi concha, lo pase como lubricándolo con mis abundantes jugos a todo lo largo de mis labios.

La tarea de ensartarme encima, fue lenta, quería disfrutarlo, estaba demasiado caliente que unos segundos más y Ahhhhhhhhhhhh, explotaría, así que cuando probé la cabeza por toda mi rajada.. uhmmmm, no quería que eso terminara, pero debíamos darnos prisa ( sic), ¡ yo hablando de prisas, si ya llevábamos casi 30 minutos y no esperábamos terminar en los próximos cinco.

Ahhhhhhggggg, jadeee cuando la cabeza de su verga traspasó los pliegues de mis labios vaginales, pude sentir como mi conchita iba tragándose ese pene, Ohhhhhhhh, Mi viiiiiiidaaaaaa que ricaaaaa la tieneeeeeees, uhmmmmmm, Papiiiiiii.

El no decía nada, solo sus manos apretándome con furia mis nalgas, me decían que también estaba disfrutando de ese momento, finalmente mi panocha se devoró su verga, cuando la tuve toda dentro, empecé mis movimientos, no era una experta en coger, mi experiencia se limitaba a una aventura antes de casarme y a las paupérrimas sesiones de sexo que me daba mi marido.

Empecé mis movimientos, primero restregando mi panochita en su verga y moviéndome de adelante hacia atrás, pronto el plop plop, de mis nalgotas con su entrepierna, invadió el cuarto, pude oír los sonidos que mi Hija emitía desde su cuna.

Rápido , apenas me moví unas veses y exploté Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhh, Mi viiiiiiiiiiiiiiiida, fueron segundos interminable, en todo ese tiempo no dejé de moverme y de besar con total salvajismo a Víctor mi amante.

Uhmmmmmmmmmm Ricoooooooo, le dije a Victor, pero el no parecía tener llenadero, su verga estaba igual dura, como un fierro, así que seguí moviendo y exploté dos veces más, Uhhhhhhhhgggggggggggggggggggggggggggggggg Ahhhhhhhhhhh, Mi cieloooo, Que me haceeeeeeeees, que me chorreooooooooooooo, gritéeeeee y en el último orgasmo, explotamos juntos.

Me había venido tres veces y el una, había sido esa, una extraordinaria, hermosa jornada sexual, para entonces ya eran las cuatro y media de la tarde, nos separamos y nos metimos a bañar, en el baño y bajo la regadera, me besó de nuevo, acaricio mis nalgas, me paso el dedo, el medio de su mano derecha por el canal que divide mis nalgas, se detuvo en mi ano…. No le prestó importancia y nos bañamos, terminamos

Salimos, el se vistió, yo también y salimos a la sala, y Mi marido???, ni sus luces… serían como a las cinco de la tarde, cuando de pronto vimos llegar a mi esposo, venía borracho, lo primero que dijo cuando entró a la casa y vio a Víctor sentado en la sala y yo frente a el en el otro lado, fue ¿ donde te metiste Victor?, Javi, contestó mi amante, pues como cuando volví ya no te encontré, me dije, seguro que se fue a su casa y pues vine a buscarte aquí, y me dice Cris que no habías llegado, acabo de llegar, dijo. No sabía el muy cornudo que su amigo se le había escapado a propósito para venir a cojerse a su mujercita. Ahora estas nalgas tenían otro dueño y serían suyas cuando el me lo pidiese.

Esa tarde, Victor se fue, se despidió de mí, pero en mis labios había una sonrisa que no me creía ni yo, mi marido no notó el cambio, de hecho durmió plácidamente, en casi toda la noche no dejé de recordar esa rica sesión de sexo oral que me dio su amigo.

Pasó el tiempo y dos semanas después, me volví a escapar con el, pero ahora fuera de la casa en un Hotel, de mi marido me separé, a el lo pillé con otra mujer y yo muy digna no aguanté la afrenta, ahora vivo sola con mis dos hijas, y de vez en cuando me doy mis escapadas a coger con mi amante en turno.

Un amigo, Israel Castillo Alonso, con quien chateo a la distancia y con quien me he dado unas agasajadas por teléfono, me animó a contar mi historia y aquí la tienen, espero les haya gustado, en el futuro si tiene aceptación, les contaré otras tantas, así que ruego a las mujeres casadas que han tenido experiencias similares a que me den su opinión, y que se animen a contar sus vivencias, no imaginan que excitante resulta, comuníquense a este

traviezo_75@hotmail.com

es de mi amante…, pero tengo su contraseña….