Con la mejor amiga de mi madre

Un viaje, una sorpresa muy agradable

La experiencia que les voy a contar, ocurrió cuando yo apenas había cumplido los 18 años. Decir que en la actualidad tengo 52. No soy nada del otro mundo no soy un adonis, si te cruzas conmigo en la calle no te volverás a mirarme. Soy delgado, mido 1.80, cuerpo delgado, moreno y quien quiera saber más pues que pregunte.

Por poner en antecedentes decir, que soy hijo único, mi madre me tuvo muy jovencita, ella tenía 19 años cuando yo aparecí por este mundo.

Mi madre se separó de mi padre, y me crio ella sola. Ella nunca ha perdido sus amistades de juventud, hoy ella aún las conserva y sigue haciendo sus escapadas.

La historia que les voy a contar ocurrió con una de sus mejores amigas, Elena, era un bellezón con sus 40 años, no se había casado, aunque llevaba viviendo con su amigo desde que tenía 25 años. No quería hijos. Elena mide como 1,65, pelirroja de verdad, unos ojos verdosos impresionantes, y un pecho que madre mía, como le gustaba y le sigue gustando mostrar su canalillo, que como comprenderéis en aquella época era mi diosa de pajas.

Todo empezó en semana santa, mi madre había preparado una escapada con Elena, su amigo Luis y yo, pero faltando una semana todo se vino al traste, a mi madre, la obligaron a cambiar esos días y no podía venir, con lo cual, me pregunto si quería ir con Elena y Luis a pasar la semana santa a Lanzarote.

Al principio no me hizo mucha gracia, ya que Elena me trataba más duro que mi madre respecto a mis salidas con amigos y me pegaba unas bullas impresionantes. Tu madre hasta las tantas preocupada por ti, y tú a lo tuyo. La pobre esclavizada por el trabajo y tú de fiesta todo el día, en fin, una pesada de narices.

Finalmente nos fuimos los tres, entre mis planes de los 5 días no estaba todo lo que ocurrió. A la llegada al apartahotel, primera sorpresa, la agencia se había confundido y mi apartamento que iba a disfrutar con mi madre, lo habían cancelado y la única alternativa que quedaba era utilizar el de Elena y cambiaron el sofá del salón por un sofá cama.

El complejo era espectacular, unas piscinas increíbles, incluso con jacuzzi en algunos puntos, no lo dude, deshice la maleta y me fui para la piscina. Les dije a Elena y Luis que los esperaba en la piscina que tenía un bar tomando una cerveza.

Al llegar a la piscina, me di cuenta que no había cogido dinero, y tuve que volver al apartamento para pillar algo de pasta. Al abrir la puerta, oí que Elena decía a Luis, vamos chico, o nos damos un arreón ahora que no está Juan, o se cuándo nos lo vamos a dar, estoy muy caliente, me quedé sorprendido cuando le dijo Luis, pues hazte una paja y déjame en paz.

Cerré la puerta sin hacer ruido y me quedé en estado de shock, pero cómo que no que quería tirarse a ese bombón y la rechazaba de esa manera. En ese momento mi calenturienta cabeza dijo, esta es la mía, tengo que ir a por ella.

Llame a la puerta, y hay estaba mi diosa, con un bikini que tapaba lo justo, tan alucinado me quede que me dijo, y tú que quieres. Perdona le dije, es que se me ha olvidado la carta para pagar la cerveza. Anda tira, yo llevo dinero y dejemos aquí a Luis que parece que le ha sentado mal el viaje.

Luis, la verdad es que siempre me ha parecido un tío un poco raro, deportista, salía a correr todos los días y cuando no se cogía su bicicleta y no volvía en todo el día. Incluso había fines de semana que Elena estaba más tiempo en mi casa con mi madre que en la suya.

Llegamos al bar de la piscina y yo me pedí una cerveza y Elena un mojito, empiezas fuerte la dije, es que necesito una copa, vale, haz lo que quieras, le dije.

YO: Que te pasa Elena, estamos de vacaciones y hay que disfrutar.

ELE: Eso quería yo, pero se ve que Luis tiene otras formas de entretenimiento que a mí no me interesan.

YO: pero tal vez a mi sí, en que habías pensado.

Se echo a reír.

ELE: No creo que tu puedas darme lo que a mí me interesa

YO: Tengo 18 años y creo que puedo darte tanto o más de lo que te puede dar Luis.

ELE: Déjalo, vale.

YO: Tu misma.

Me metí en la piscina, mientras ella seguía sentada tomando su mojito, una vez refrescado un poco me acerqué por detrás de ella y la mojé la espalda, un encogimiento de hombros, la hizo girarse, y la dije, venga Elena date un remojón.

Acabó su mojito y se metió conmigo en el agua, un par de aguadillas y unas cuantas amenazas por su parte y volvimos a la barra.

Me pone otra cerveza le dije al camarero y a la señora otro mojito.

ELE: Tú quieres emborracharme.

YO: Que va, yo lo que quiero es pasármelo bien, y hacerte disfrutar estas mini vacaciones.

Nos tomamos la bebida y viendo que se acercaba la hora de la comida nos fuimos al apartamento a cambiarnos de ropa para ir a comer. Al llegar nos encontramos una nota de Luis, he alquilado una bici, no volveré hasta la cena.

La cara de Elena era un poema, me metió en la habitación pegando un portazo. Al ver que no salía y teníamos que ir a comer, llame a la puerta.

YO: Elena, puedo pasar, tenemos que cambiarnos para ir a comer.

ELE: Vete tú, se me han quitado las ganas.

YO: Venga, no vas a conseguir nada quedándote en la habitación, vamos a comer.

ELE: Coge tu ropa y cámbiate.

En ese momento, abrí el armario, estando de espaldas a ella me quité el bañador, sabía que estaría mirando, me quedé en pelotas, cogí un boxer, un pantalón coro y me dirigí al baño, sin mirarla.

Al salir, ella me dijo:

ELE: Pero niño, como tienes la cara de despelotarte delante de mí.

YO: Que pasa, si me has visto desnudo más que mi madre.

ELE: Ya, pero ahora no eres un bebe.

YO: Vale, no te preocupes, pero como habrás comprobado ya no soy tan niño.

Y me salí hacía el salón.

A los 3 minutos ella salió con un vestido veraniego medio transparente, donde dejaba todos sus encantos al trasluz relucir.

Una vez acabada la comida, la dije si la apetecía una copa, ya que ella me había invitado en la piscina, que menos que yo invitarla a tomar una copa.

Nos sentamos en la terraza, mirando a la piscina. No sabía cómo tantearla, así que fui a saco a por ella.

YO: Mira Elena, voy a serte sincero, te he escuchado proponerle sexo a Luis y ha pasado de ti. Tú eres mi diosa, no sabes la cantidad de pajas me he hecho pensando en ti. Como has visto, ya no soy un niño, y no tendré la misma experiencia en temas de sexo que Luis, pero que te comería entera no lo dudes.

ELE: Pero,… tú que dices, eres como mi hijo.

YO: Pero no lo soy, y digas lo digas y hagas lo que hagas, siempre serás mi diosa.

ELE: A ti te está afectando la bebida. Acaba y vamos al apartamento.

De camino al apartamento, no me dirigió la palabra, pensaba que estaba todo perdido, hasta una vez que entramos, se fue al baño directamente, mientras yo me quede en mi sofá, me llamó y entre en la habitación.

ELE: Mira, quiero que te quede claro una cosa, lo que pase aquí, aquí se quedará, no habrá más en Madrid, ni en ningún otro sitio, si le cuentas a tus amigotes algo, tendrá consecuencias.

No sabía ni que decir, ni que hacer. Sólo asentí con la cabeza.

ELE: Con cuantas tías has estado, me preguntó.

YO: Si te refieres a sexo, algo de experiencia tengo, pero seguro que tú me puedes enseñar más que con las niñitas que he estado.

ELE: O sea, que quieres que sea tu maestra. Ya sabes que los maestros somos muy exigentes. Estás de acuerdo en aceptar castigos.

YO: OK.

ELE: Ahora desnúdate que quiero verte por delante.

Me quite la camiseta, y el pantalón corto y el boxer.

Mi polla no estaba en su plenitud. Se me quedó mirando, y dijo parece que nos lo vamos a pasar muy bien.

Me cogió del culo y me atrajo sobre ella, con mis manos se llevó mi verga a la boca, en dos chupadas ya estaba como un mástil. Me aparté y la dije que no era justo, que ella aún tenía la ropa puesta y yo en pelotas. Me pegó una nalgada y me dijo, yo soy la maestra y tu harás lo que yo te diga.

Sentada en la cama y yo de píe empezó a succionar mi polla, me cogía los huevos con una mano y llevaba su lengua desde la base a la punta del capullo. Madre mía ver a Elena como se introducía toda mi polla en mi boca y como se relamía hacía que mi excitación fuese tal que la dije, si sigues así me voy a correr. Pareció no oír lo que le dije y siguió aumentando el ritmo, la cogí de la cabeza y exploté en su boca. Tuvo que sorprenderla la cantidad, porque por mucho que intentaba que no saliera nada, por la comisura de los labios, le salí mi semen.

Madre mía Juan, casi me ahogas, cuanto hace que no te descargas.

Gracias, fue lo que me salió de mi boca, aún me temblaban las piernas, la primera vez que me hacen una mamada y es mi diosa, fue lo que pensé.

Ahora toca que aprendas a como dar placer a una mujer, y sin más, se levantó de la cama, y quietándose el vestido, se quedó en tetas y con el tanga puesto. Me llevo la mano a su coño y me dijo, toca, mira como me has puesto. Estaba empapada, pasé un dedo sobre su raja a tocar su clítoris, me puso la mano encima, vas muy rápido.

Se tumbó en la cama con el tanga puesto, estaba deseoso de poder verle el coño, me lo imaginaba con los pelitos rubios. Te has comido alguna vez un coño, no, la dije, va a ser mi primera vez, pues …., te dejaré hacer, si tienes una lengua tan ágil en esta materia como la tienes para hablar lo harás muy bien.

En ese momento no lo dude me tiré entre sus piernas y apartando el tanga empecé a pasarle la lengua por su raja, debí de hacerlo muy rápido o no sé qué estaba haciendo mal, que me dijo, déjame que te guíe, trae ese almohadón y ponlo debajo de cintura, ahora quítame el tanga. Madre mía tenía ante mí el coño de mis pajas, no tenía ni un pelo, todo rasurado, unos labios carnosos, sonrosados, podía ver perfectamente la cueva de mis deseos.

Me quedé tan parado, que Elena, me dijo, quieres comértelo o lo vas escanear con la mirada. Me tiré a por él. No tengas prisas, con tus dedos separa mis labios y empieza a recorrerlos como si tuvieras una bola de helado, de abajo a arriba, despacio, así muy bien, lleva tu lengua hasta mi culo y sube, vamos, y no pares.

¡Hasta el culo! No podía creerlo, en mi lengua iba saboreando sus jugos, era increíble, empecé a notar en la punta de lengua su clítoris que empezaba a asomar, debía de estar haciéndolo bien, cuando me dijo, métete el clítoris en la boca y chupa mientras me metes un dedo por el coño, Que¡¡¡¡, No me lo podía creer, metí un dedo, y empecé a succionar su clítoris, su respiración fue a más, el dedo que tenía en su coño, lo fui sacando y recorriendo su culo, para volver a meterlo, así hasta que todo valiente decidí metérselo en el culo, dio un bote y me grito no pares cabrón me vas a matar, mi boca me dolía no daba más de sí, de golpe el dedo de culo dejó de notar obstáculo alguno y entro hasta el fondo, mientras ella gritaba ME CORRO, ME CORRO, no sé si fue squirting, pero empezó a soltar tanto liquido por su coñito que empapó la cama. Se arqueaba y las piernas le temblaban, no pares, sigue, sigue, oh dios, y me apartó.

Su respiración fue volviéndose normal, madre mía niño.

Por favor, no me llames niño, llámame Juan, pues bien, Juan, vas a hacer feliz a muchas mujeres, y me dio un beso en la boca, y quien te ha dado permiso para meterme un dedo en el culo, eh?.

No te ha gustado, la pregunté.

No he dicho eso. Al echarme sobre ella notó que mi polla estaba ya a pleno rendimiento, pero bueno, tú no tienes fin.

Elena, he soñado mil veces el estar así contigo, mi polla lo sabe bien, y ahora no quiere desaprovechar la ocasión, que como tú has dicho, esto solo será mientras estemos aquí y Luis no aparezca.

Empezó a sobarme la polla mientras me comía la boca, y ahora que quieres hacer Juan.

Como que qué quiero, quiero metértela por todos tus agujeros, pensé.

Me voy a dar una ducha para refrescarme, ¿vienes? No lo dudé, me fui como un loco al baño, allí estaba ella, cayéndole el agua por esos pechos impresionantes con unas aureolas claritas y unos pezones bien duros, se pasaba la mano por el coñito mientras yo embobado intentaba grabar esa imagen en mi cerebro para el resto de mi vida.

Ven, entra conmigo que te voy a lavar, lo que faltaba, no podía creerme todo lo que estaba pasándome, mientras nos besábamos y caía el agua sobre nosotros fue con su mano lavándome la polla, más que lavarla la estaba pajeando, me fue agachando hasta llevar su boca a mi polla y empezar de nuevo a mamarla.

Quiero hacerlo contigo, me atreví a decirla. Se sacó la polla de la boca se sonrió, eso quieres, la verdad es que te lo has ganado, apagamos la ducha y se envolvió en una toalla, llevándome de la mano a la cama. Túmbate, ahora vas a saber que te puede dar una mujer como yo y compararlo con lo que te dan esas niñatas con las que vas.

Se quito la toalla, y se puso encima de mí, más bien, me puso su coño encima de mi boca, ya sabes lo que tienes que empezar a hacer, mi lengua no paraba de moverse y sus juegos empezaban a aparecer de nuevo, en ese momento, se quitó de encima y fue a montarse en mi polla, la cogió con su mano y la apuntó a la entrada de su coño, poco a poco fue bajando, notaba como entraba en esa cueva de mis deseos, puso sus manos sobre mi pecho y empezó un pequeño cabalgamiento por su parte, miraba como tonto, como votaban esos pechos, miraba para abajo para ver aparecer y desaparecer mi polla, estaba en la gloria, sus movimientos eran cada vez mayores, tócame el clítoris me dijo, deslice mi mano, hasta el inicio de su rajita y empecé a hacer círculos sobre él.

Su cabalgada iba en aumento y mi corrida no tardaría en llegar. Cógeme las tetas, aprieta mis pezones que voy a correrme, yo también la dije, vamos cabrón, vamos, que me corro. Mis chorros empezaron a salir disparados y sus gritos debían de estar oyéndolos en todo el hotel, Joder, joder. Cayó sobre mi pecho, notaba como mi leche salía de su coñito para ir resbalando por mis piernas. Mi polla quedó presionada dentro, hasta que se apartó y me dijo, límpiame con esa lengua tuya tan juguetona. No lo dudé, me fui a recoger tanto su corrida como la mía en el coño de mi diosa.

Ella se quedó tumbada sobre mi pecho, me dijo, perdona, qué pensarás de mí, que soy una salida, no tenía que haber ocurrido, pero me hacía mucha falta un buen polvo, Luis me tiene a palo seco, hace mucho que no quiere hacer el amor conmigo. Creo que tiene que estar viéndose con otra. Yo la dejé desahogarse, no quería que cualquier palabra mía la molestase, solo lleve mis labios a los suyos.

A la hora de la cena se presentó Luis, estábamos los dos en el sofá, nos miró, se fue a la habitación y oímos como se abría la ducha. Elena, fue para la habitación y me dijo que me marchará al bar del restaurante y los esperase allí.

Al cabo de media hora se presentaron, Elena venía preciosa, una falta blanca con volantes y una blusa azul celeste que aplastaban esos pechos que hacían a los de alrededor volverse a mirarla, pero su cara me decía que algo no iba bien.

Una vez acabada la cena, nos fuimos a ver uno de los espectáculos que daban en el hotel, Elena se levantó para pedir unas bebidas, cuando Luis me dijo, ¿qué, te lo estas pasando bien con Elena? Mira chaval, no digas nada, sé que estás deseando tirarte a Elena, te lo voy a poner fácil, esta noche cuando lleguemos a la habitación, voy a proponerla hacer un trio contigo, ese será el momento perfecto para hacer realidad tus sueños y los míos, que es comerte esa polla que tienes, si aceptas, os voy a dejar solos todos los días, tengo amigos en la isla y estaré con ellos los 4 días que nos quedan, sino, no me separaré de ella en estos 4 días y te vas a harta de pajas.

No sabía si decirle que te den por culo, o que ya me había follado a Elena, pero el morbo era increíble. Tenía que decírselo a Elena. Aceptas me preguntó, le dije que si con la cabeza, y le pregunté, pero Elena va a querer, la respuesta me dejo de piedra, a Elena solo hay que saber comerle bien coño para hacer de ella lo que quieras.

No encontré el momento para hablar con Elena, cuando nos dirigíamos a la habitación, Luis me guiñó un ojo, entre a la habitación a quitarme la ropa y poner el pantalón para dormir, preparé el sofá cama y me tumbé esperando acontecimientos.

Oía como hablaban, pero no llegaba a escuchar la conversación que estaban teniendo cuando al minuto salió Elena junto Luis. Elena se sentó en la cama, con Luis de píe, y me dijo, mira esto te sonará un poco raro, pero tanto a Luis como a mí nos gustaría hacer un trio contigo, si no quieres lo entiendo, Luis metió baza, venga chaval, seguro que te habrás hecho un montón de pajas pensando en Elena, aprovecha el ofrecimiento, y verás como no te arrepientes, Elena es una máquina del sexo, y te hará todo lo que tú quieras. Elena miró con cara de odio a Luis, y dije este es mi momento. Si queréis que haga un trio con vosotros yo también tengo mis condiciones, seré un chaval, pero tengo claro lo que quiero. Si acepto, esto no acabará aquí, cada vez que quiera tirarme a Elena, lo haré, y tu Luis, harás todo lo que te digamos. Estas son mis condiciones y si las aceptáis vamos ya para la habitación.

Para !!!, dijo Elena, NO, esto acabará aquí, no pasará nada fuera de aquí. Me encogí de hombros, en ese momento, Luis dijo, vale, es toda tuya te la regalo, Elena se levantó y le dio una hostia que aún hoy recuerdo como sonó. Vamos, dijo Elena y cogiéndome de la mano me llevó para la habitación.

Continuará, …….

Espero que les guste, espero sus comentarios, sugerencias. Gracias.