Con la mas recatada de la oficina

Era muy seria, con nadie hablaba, solo se le adivinaban una formas deliciosas, pero un día se emborracho y..(con fotos)

CON LA MAS RECATADA DE LA OFICINA. (con fotos)

Ella nunca hablaba con nadie, era muy seria y siempre usaba las faldas mas largas de toda la oficina, o blusas y pantalones anchos, por lo que no se lo nota mucho lo bien hecha que está, únicamente le había podido apreciar sus enormes chamorros (pantorrillas) que siempre me llamaron mucho la tención y hacían volar mi imaginación.

En el aniversario de la oficina fuimos a bailar todos los empleados, y yo como Gerente no paraba de bailar con todas las empleadas, mientras todos bebían. Al bailar con ella, ya un poco mareada, se transformó su personalidad y se movía como toda una exótica, con lo que ahora sí se notaba su breve cintura, sus piernas muy bien formadas y sobre todo su deliciosa cadera, con unas nalgas rotundas, redondas, carnosas, grandes, suaves y muy firmes.

De ahí ya no me soltó y siempre de mi brazo cantamos y bailamos toda la noche. Al estar sentados yo ponía mi mano sobre su pierna, firme y carnosa, y ella empezaba a jadear quedito, pero muy notorio y excitante para mi.

Al salir del salón, le ofrecí llevarla a su casa, a lo que ella me respondió dándome un enorme beso en la boca, y sobando mi verga por encima del pantalón. En cuanto recibí mi coche me dirigí al hotel mas cercano.

Al llegar al cuarto ella ya no se dejaba besar, pero al poner mi mano en su sexo, sobre su falda, ella empezó a jadear muy fuerte, me tomo de los dos brazos y se arrojó sobre la cama conmigo encima de ella.

Me desnudó mientras yo la desnudaba, jadeando siempre y tomó mi verga con sus manitas, apretándola muy fuerte, mientras yo le deseaba la panocha tremendamente mojada. Su conejito estaba gordito, suave y apretadito, con bello tupido pero muy delgadito, sus labios menores muy rojos y brillantes por sus jugos.

Me dio una mamada de campeonato, como si le faltara el aire y de mi verga obtuviera oxígeno, mientras yo le mamaba su conchita caliente y jugosa; su clítoris y su culito. Ella no paraba de venirse, haciendo mucho ruido, lo que a mi me encendía mas y mas.

La terminé de desnudar, cosa difícil, pues ella no paraba de moverse y la puse boca arriba para admirar todo lo que me iba a comer. Ella estaba deliciosa en verdad.

La puse patitas al hombro y se lo dejé ir todo de un jalón, empezando a moverme mas y mas rápido. Ella realmente bramaba, gritando con voz entrecortada "así, así, cógeme, cógeme mas, métemelo todo, así, mas rápido, maaaaas"

La subí en mi, para "hacerle caballito", con lo que ella demostró ser muy buena amazona, pues se movía como si estuviera poseída lo que me tenía loco de placer, mientras admiraba sus bellos pechos, firmes y suaves, con pezones dignos de un bebé heredero a un reino.

La cambié de lado, montada en mi, pero dándome la espalda, con lo que tuve a la vista esas deliciosas nalgas que me ponían tan cachondo. Le metí un dedo en su precioso culo, prieto, caliente y apretadito, luego el pulgar y después dos dedos. Me tenía que comer ese culo tan rico!

Le di la vuelta y la puse en cuatro patas, para admirar sus preciosas nalgas, sus bellísimas piernas, su cadera estilo costeña, su preciosa vulva, tan gordita y jugosa, además de ese apretado culito que tanto me excitaba.

De pié a la orilla de la cama, y después de mamarle tanto su culo como su panocha, la jalé de las caderas y le metí toda mi verga, moviéndome de atrás para adelante lo más rápido que podía, arrancándole varios orgasmos y muchísimos gritos, mientras admiraba ese hermoso paisaje de ver sus nalgas chocando contra mi vientre.

Por fin le puse la cabeza de mi verga en la entrada de su culito y ella no decía nada, ni se movía, se quedó muy quietecita. Le abrí sus preciosas nalgas y se lo fui metiendo poco a poco, hasta que le entró todo. Ella, al sentir mis huevos en su panocha empezó a moverse de atrás para adelante, con lo que me tenía loco de placer y empezó de nuevo a gritar: "así cógeme, así, maaaaaaaas!"

Le di vuelta, para poder admirar ese paisaje tan cachondo, de mirar mi verga entrando y saliendo de su culito, mientras su panocha se mojaba y se mojaba y ella no dejaba de gritar.

Estuvimos cogiendo y ella se estuvo viniendo sin descanso como una hora mas, así yo dentro de su apretadito y sabroso culito, ya se le salían pedacitos de caca, lo que me excitaba aún mas, hasta que me vine a chorros dentro de sus intestinos, metiendo mi verga en su ano completamente, mientras ella tuvo un enorme orgasmo.

Me la sigo cogiendo, por supuesto por sus tres deliciosos agujeros, mas o menos una vez al mes, siempre como locos, aunque ella en la oficina sigue sin hablar con nadie y mantiene su imagen de mujer muy seria. Yo, como un caballero, no se lo he comentado a nadie, por eso lo escribo aquí, para todos ustedes. La mas recatada terminó siendo la mas retacada de verga, y eso me encanta.