Con la hija primero y con la madre después (final)

Acabo de follarme a la madre y le abro los ojos respecto a su hija....

Como os decía en mi último relato cogí a Rosa en brazos, la llevé a su dormitorio y con cuidado abrí la colcha y la deposité sobre la cama: ella estaba como aletargada tras el reciente orgasmo y se dejaba hacer agradecida. Me tumbé a su lado y procedía a acariciarla suavemente desde las caderas hasta los hombros mientras la besaba dulcemente y le hablaba con voz queda para irla despertando de nuevo a la lujuria. Al cabo de unos minutos mi asistenta pareció volver en sí, comenzando a devolver los besos primero para a continuación animarse a echar mano a mi culo. Viéndola encenderse de nuevo sustituí los picos tiernos por besos más lascivos, con lengua,  y llevé las manos a sus tetas, que comencé a masajear con fruición. La zorra estaba cada vez más caliente, y replicando a mis besos con muerdos en los labios pasó su cadera sobre mi pelvis para montarse sobre mí a horcajadas y restregar su coño sobre mi polla semierecta mientras me metía sus tetas colgantes en el rostro y me decía

-          Venga cabrón, fóllate a tu putita

Yo repliqué retorciéndole los pezones con más sorpresa que violencia, lo que le hizo gemir y encorvarse, y viendo el rictus de dolor y placer simultáneos le pregunté

-          ¿o sea que crees que yo soy el cabrón aquí?

-          Síííí… gruñó, sin dejar de restregarse mi polla ya erecta en su peludo y mojado chichi.  Eres un cabrón que salido que te follas a tu asistenta y le pones los cuernos a tu mujer

Y agarrándome la polla con la mano se la metió en el coño hasta el fondo,  e irguiéndose comenzó  a follarme con un violento movimiento de caderas, como si pretendiese ordeñarme. Viéndola perder las últimas barreras del decoro por el placer y la lujuria le repliqué

-          Yo seré un cabrón pero tú eres una zorra que se folla a un casado y acepta convertirse en su juguete

-          Yo lo hago por mi niña, gimió. Pero su voz ronca, la mirada cachonda y los pezones duros la delataban

-          Dices que lo haces por tu hija para excusarte, guarra. Pero lo cierto es que para follar obligada te has corrido como una puta, y además ahora has sido tú la que has tomado la iniciativa y me estás follando. En el fondo los dos sabemos que no eres más que una sumisa necesitada de un macho, y que gozas como una perra de esta situación. Por eso además vas a dejarme que te rompa el culo antes de irme. Y respecto a tu hija, no me hagas reír, que ha salido tan golfa como la madre, ja ja ja

Y agarrándola por la cintura y girándome bruscamente procedí a colocarla debajo de mi cuerpo y comencé a darle pollazos cada vez más rápidos y profundos – chof, chof, sonaba al chocar nuestras empapadas pelvis-. Con la mano izquierda apreté con cuidado su cuello – la falta de aire provoca un aumento de la excitación sexual- y con la derecha comencé a darle cachetadas en el rostro - que se sonrojaba cada vez más por el rubor sexual y la dificultad para respirar- mientras le decía

-          Y puerca, en adelante yo decidiré cuándo, dónde y cómo follarte. Tú no eres más que otra de mis aventuras, una golfa a la que tirarme mientras me apetezca, ¿entendido?

Rosa, que no podía hablar, se limitó a asentir con la cabeza, mientras sus piernas se anudaban en torno a mis caderas, y clavando sus talones en mis nalgas comenzó a correrse entre gruñidos guturales. Yo aflojé la presa en torno a su cuello, y mientras acompañaba su orgasmo con movimientos cada vez más suaves – no quería eyacular, pues su culo estaba esperándome- me burlé

-          Mira a la mamá decente y obligada, que se corre de gusto nada más oírse tratar de esclava sexual…. Seguro que aún quieres más, ¿eh cerda? y trátame con el respeto debido

-          Si don Daniel, consiguió balbucear. Su putita está para servirle. Pero hoy ya no puedo más, y tengo que ir a buscar a los gemelos a la guardería….

-          Tenemos tiempo de sobra, le dije, mientras retiraba mi polla de su coño y se la enseñaba toda enhiesta y brillante de flujos. Así que vete dando la vuelta que ahora mismo vuelvo

Y mientras ella obedecía renqueante yo volví al salón y cogí un cojín del sofá , el lubricante anal que previsoramente había guardado en el bolsillo de mi americana, y el teléfono móvil. Al volver al dormitorio ayudé a Rosa a colocar bajo su vientre el cojín para levantarle convenientemente las grupas, y dejando el móvil sobre el colchón eché un buen chorro de gel en su culo  y comencé a frotarlo entre sus nalgas y hacia su coño para lubricarla. Al cabo de un momento introduje un primer dedo de mi mano derecha en su esfínter  - ella aguantó el intruso en silencio, si bien  su anillo rectal se contrajo- y mientras con la izquierda masajeaba sus labios vaginales y su clítoris le dije

-          Será mejor que te relajes, Rosa, así te dolerá menos al principio. Luego te aseguró que te gustará, y más de lo que crees. Las sumisas como tú disfrutan de todo lo que les hacen sus amos…

Y echando otro chorro de lubricante en su coño comencé a introducirle otro dedo más.  Ella giró el cuello y con el rostro encendido suplicó

-          Por favor don Daniel, con cuidado soy virgen por ahí y usted la tiene muy grande…

Yo empecé a masturbarme para ella – ella se mordió los labios excitada, y hasta bufó de gusto- y le contesté

-          Tranquila putita, que iré con cuidado. Ahora quiero que te abras el culo para mí con ambas manos y me pidas en voz alta que te lo rompa

Ella volvió el rostro hacia la pared agachó la cabeza y musitó mientras se ofrecía abierta de nalgas

-          Desvírgueme el culo señor

-          Pídemelo bien putita, le contesté soltando un manotazo en su culo que la hizo gemir

-          Rómpale el culo a su putita, por favor. Métame su verga hasta el fondo y préñemelo de semen….

-          Así está mejor, perra. Ahora no te muevas, ordené

Y sustituyendo mis dedos por mi glande lubricado y agarrándola por las caderas comencé a introducirlo por su estrecho esfínter lenta pero firmemente. El contraste de su piel morena con mi palidez y el saber que le estaba desvirgando el culo a la madre apenas un día después de habérselo estrenado a la hija me tenían tan excitado que a duras penas pude contenerme y detenerme una vez metida la punta, para que Rosa fuese habituándose. Al cabo de un minuto, cuando me pareció que su cavidad anal se iba acostumbrando, procedí a empujar de nuevo – ella gruñió de dolor mientras mordía la almohada para ahogar sus gemidos- hasta enterrarle media polla. Y luego de otra pequeña pausa, procedía a dar el empujón definitivo y endiñársela hasta las pelotas. Ahí ella se giró y con voz queda me dijo

-          Cabrón, duele, bufff, no te muevas….

Pero yo, deslizando una mano de sus caderas hacia su coño comencé a masturbarla mientras le respondía

-          Tranquila putita que lo peor ya ha pasado. Ahora relájate y enseguida dejará de escocerte. Y piensa que como mi nueva putita tienes que ofrecer todos tus agujeros a tu macho, ¿entendido? Ahora mismo te doy algo para que et ayude a olvidarte del dolor

Y alcanzando mi teléfono le puse los vídeos que la víspera grabara con su hija y dándole al play se lo pasé mientras le decía

-          El primer vídeo es para que no te sientas culpable en absoluto de nada….

Rosa se quedó estupefacta al ver a su hija de rodillas entre mis piernas chupándomela, y aún estaba iniciando una protesta…

-          Mi niña. Cabrón, que le has…?

… cuando se quedó boquiabierta y muda al oírla confesar a la cámara que la había desvirgado el novio de la madre y que a ella le había gustado ponerle los cuernos con él. Yo empecé a follarme su culo lentamente mientras le decía

-          ¿Tu niña? Tu niña es mayor de edad, tan caliente como su madre, y más puta aún, ya que le encanta follarse a tus novios, ja ja ja. Pero pasa al siguiente video, pasa….

Entre vaivenes producidos por mis embestidas en su culo  mi asistenta consiguió abrir el segundo vídeo, donde pudo ver cómo yo le desvirgaba el culo a su hija.  Mientras le enterraba el rabo hasta el fondo cada vez más rápido haciéndole restregar sus tetas contra el colchón y con el coño chorreante entre mis manos consiguió tartamudear entre gemidos…

-          Que… que… quieres… ahora… cabrón… dime… que… quieres… de nosotras….. buffff

Yo, agarrándola de la coleta y tirando de ella hacia mí le susurré al oído

-          Quiero una zorra peruana a mi servicio. Puedes ser tú o puede ser tu hija, que ya ves por los videos que está más que dispuesta a asumir el papel.

-          ¿Y dejarías a mi hija en paz si me convierto en tu esclava? Consiguió preguntar toda sofocada

-          Por supuesto, le mentí. Le diré que lo nuestro no puede ser. Pero para ello hazme correr salvajemente antes de un minuto, o me la seguiré tirando

Rosa, tomada su decisión y habiéndome calado sexualmente hablando me contestó sin ocultar su propia excitación

-          Venga cabrón, fóllate a la madre de tu putita, reviéntale todos sus agujeros y verás como la niña es una digna hija de puta, pero no tan caliente y guarra como yo…. Dame duro, síííí, rómpeme el culo

E incorporándose a cuatro patas  volvió el rostro hacia mí y me dijo

-          Te pone follarte a la hija y a la madre, ¿eh cerdo? Convertirlas en tus juguetes, hacer con ellas lo que quieres…  seguro que hasta te gustaría tirártelas a las dos juntas ¿a que sí?

Y ante esa imagen de Rosa y Vanessa compartiendo polla y fluidos, en plan lésbico y convertidas en mis juguetes para mis fantasías más salvajes estallé en el orgasmo más brutal y prolongado de mi vida, llenándole los intestinos de semen mientras le gritaba

-SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ…  DIOSSSSS…… AAAAAAGGGGGHHHHHH…… TOMA LECHE, PUTA……

Y  al cabo de un momento, tras sacarle mi rabo de dentro, me recreé en contemplar su esfínter dilatado y palpitante escupiendo semen mientras ella se tocaba el chocho hasta alcanzar un nuevo orgasmo entre gruñidos ahogados por la almohada. Pasados unos instantes, y tras vencer la modorra que me pedía tumbarme a su lado y dormir, conseguí levantarme, vestirme y antes de salir eché un último vistazo a Rosa toda desnuda, sudada y manchada de sudor, semen y flujos, con los ojos aún en blanco y la respiración aún agitada, diciéndole

-          Bueno putita, ha sido un placer. Y ya sabes, tú eliges si mañana vienes  a limpiar a mi casa o me mandas a tu hija. Pero la que venga que no traiga las bragas, que no le van a hacer falta…

FIN

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