Con intuición
Una mujer se reune con un hombre que no le ha dicho el motivo del encuentro sorpresa.Ella relata sus sentires y disfrutes.
"Con intución" Lo esperaba enfundada en mi calzoncito rojo de encajes. Mis nalgas estaban firmes y apretadas, mi cuerpo tibio, allá abajo la excitación iba en aumento mientras oteaba entre las gentes buscando divisarlo. Había optado por una esquina concurrida y ya estaba media arrepentida de haber venido sin sostén. Pero si me mantenía quieta nadie lo notaría... él me había mandado un mensaje sospechoso, quería que nos encontráramos en la tarde, pero no especificaba el motivo. Yo tenía una vaga idea de lo que podría ser, sin embargo preferí no mencionarlo ¡es que me encantan las sorpresas! (aunque mi lengua estaba seca y el corazón palpitaba a mil por hora) De pronto divise su andar coquetón, igual lucía cansado, jajaja mas yo tenia muy claro que su fuego, una vez encendido, podía durar horas, felices horas de pasión. Sin resistirme apuré el paso y finalmente hasta corrí unos metros para llegar más rápido a sus brazos. Noté como sus ojos se posaban en mis pezones parados y mis tetas bamboleándose. Me besó, su lengua húmeda recorrió mi boca por dentro y la sequedad se acabó para nunca volver. De puro gozo algunas traviesas gotitas se asomaron por esos labios...los de la vagina. Me tomó de la mano con dulzura, pero apretando con decisión. Ambos teníamos las palmas húmedas, y yo tenia el sístole y diástole bailando alguna especie de cumbia jijiji .... anticipando, quizas, un mambo horizontal Vitrineamos un poco, me invitó a comer lo que quisiera pero en mi mente no había sabor a chocolate. Yo lo quería probar a él, con todo el sudor acumulado de su día de trabajo. Le miré sugestivamente el marruecos, pude percibir como se le abultaba cierta zona del pantalón. Parecía algo avergonzado, pero definitivamente contento por mis repetidos pestañeos e intentos de hacer maldades. Finalmente dejó el control de lado, liberó mi diestra y con ella de agarré de sopetón un cachete en plena calle. Se sonrió y me apretó la cintura con fuerza. Ahí me envalentoné, casi llegando a un negocio de cosas electrónicas en el que la gente se agolpaba a ver novedades, le puse toda mi palma cubriendo su pene semi erecto sobre el cierre. Sentí como se estremecía ¡que sensación! En un rincón más oscuro se puso romántico, me besó la frente, el cuello, las mejillas, la nariz, y cuando sus labios y los míos se juntaron aprovechó de poner su mano en mis pechos, que ya estaban brincando por atención. Mi clítoris hizo un gorgorito de entusiasmo. Caminamos poco rato más. Anochecía. Entramos a un motel con el rostro sonriente de los amantes. En las escaleras de nuevo le tome la parte delantera, pero esta vez no solté de inmediato, sino que trate de llevarlo como uno guía a una mascota y me siguió el juego gruñendo como perrito. Dentro de la habitación había espejos delante de la cama y en el techo, ideales para cumplir sus fantasías y las mías, en alguna ocasión. Pasamos a lavarnos algunas partes de nuestra anatomía siempre observándonos codiciosamente. Su pene goteaba agua y yo se lo "secaba" con la lengua. A ese ritmo se puso más grande a gran velocidad. Mis órganos estaban mojados, ansiosos. Volvimos al dormitorio vestidos, y juguetones. El me tomó con brusquedad de las muñecas inclinándome un poco hacia atrás, de manera que con sus dientes fue abriendo mi blusa...lenta y deliciosamente. Desaté su cinturón, y las agujetas de sus zapatos. Le bajé el pantalón y contemple su calzoncillo izado, muy "narigón". Sin blusa, comencé a menear mi trasero a la par que desnudaba la piel que a estas alturas me ardía. Le baile con mucho entusiasmo, y me percaté que iba lanzando sus prendas para cualquier parte mientras yo iba quedando en traje de Eva. Al cabo de unos minutos estabamos cuerpo contra cuerpo, acariciándonos, bebiendo el delicioso zumo del amor compartido. El mordía mis pezones, yo exhalaba suspiros de placer, poniendo mi mano bajo sus testículos hirvientes. Gemíamos disfrutando el tener al otro casi como parte de nuestra propia estructura. De improviso me hizo una llave, de esas de artes marciales como sólo él conocía. Terminé de bruces en la almohada, con mis nalgas rosadas y temblorosas enteramente expuestas. Entonces me penetró con energía. Un ¡aahhh! se escapó de mi garganta, "¡así, así!" ... él entraba y salía con la pericia de un experto haciéndome sentir como mil explosiones de fuegos artificiales. Mi vagina estaba jugosa entera, abierta como un socavón de mina, y yo contenta hasta el último de mis poros. Su pene era irresistible, sentía cada rugosidad de su piel dentro de mi; a ratos me giraba para poder metérmelo entre mis dientes (con suavidad) y tragarlo un poquito. Después volvía al ataque con todo su calibre listo para una gran ráfaga "AH AH AH!" sentí fuego entre mis piernas, me ahogaba, el aire se escapaba de mis pulmones pues toda mi concentración estaba en la exquisitez que ocurría al terminar mi columna... Sus ojos se pusieron blancos, entreabrió los labios en una mueca indescriptible y explotó. Su vibrante semen recorrió las cavidades más profundas de mi interior, llenando de placer cada recodo. Quedamos agotados, tendidos sobre la frazada respirábamos entrecortadamente, él me cubrió con su musculoso brazo, acomodé mi cabeza en su pecho. El tum tum del corazón era fácilmente escuchable Lamí la cabeza de su todavia firme herramienta y descubrí que eso lo excitaba, y endurecía de nuevo. Como soy golosa jejeje me monté cual amazona sobre el animal que quería conquistar y cabalgue, hasta cuando el pobre escupió sus últimas reservas... pero la noche era joven, y yo sabía que con un poco de descanso estaríamos listos para otro round...