Con Héctor en la universidad
Conozco a Héctor por skype y acabamos en los baños de la universidad desvirgando su culo.
¡Buenas! Hace mucho que no volvía por aquí, pero esta vez es para quedarme. Antes de comenzar os recuerdo como soy: me llamo Dani, 22 años, alto, un cuerpo normal, ojos claros y un pelo castaño muy claro, y buen rabo. El chico de esta historia se llama Héctor, de más o menos mi edad, mide 1.84, delgado, ojos marrones y un rabo de 17cm.
Estaba un día en casa aburrido y decidí entrar en un chat de esos de cibersexo gay, y empecé a hablar con Héctor. Al principio era una conversación bastante banal, hablamos de sexo, rabos, lo que nos ponía y poco más, pero mis ojos se iluminaron cuando me dijo que estudiaba en mi mismo campus. Ya sus características me atraían bastante, pero esto fue la guinda: alguien que me ponía y cerca.
La conversación se animó, y me dijo que era pasivo virgen y bastante sumiso. Creo que eso nos encendió a los dos. Le propuse de vernos en mi edificio, algo que aceptó. Nos dimos los números y, por jugar, ninguno teníamos foto de perfil y teníamos que buscarnos a ciegas en la cafetería. El día del encuentro llegó, y nos dimos una señal, una pregunta banal pero que nos identificaría al otro.
La hora del encuentro llegó, la cafetería estaba llena de estudiantes hormonados, a cada uno más guapo, pero mi objetivo era buscar a alguien que no hubiera visto antes. Estuve dando vueltas como 15 minutos y de repente vi un chico sentado en una mesa solo que respondía a las características que Héctor me dio. Me situé detrás de él y dije "tienes mejor pinta en persona que la descripción que me diste". Acto seguido se giró corriendo asustado, pero una vez me vio se tranquilizó.
Podría decir lo mismo - me dijo-.
¿Nos vamos a quedar aquí charlando o prefieres ir a otro sitio?
Se levantó y empezó a andar hacia las escaleras, subiendo al último piso. Le seguí hasta los baños de profesores, que dadas las horas no había ninguno porque, o estaban comiendo o en su casa, ya que los del turno de tarde no entrabana hasta dentro de dos horas. Cuando pudo se lanzó a comerme la boca con deseo y necesidad, metiendo la lengua hasta la campanilla y gimiendo. Le separé, empujándole al otro lado del baño y cerré la puerta. Después, me acerqué rápido, le agarré del pelo y me le volví a acercar a comerle la boca. Esta vez gemía como una perra en celo.
Le volví a agarrar del pelo y le puse de rodillas en el suelo, escupiéndole en la cara y pegándola a mis vaqueros con el cinturón ya desabrochado. Era tan putita que deseaba meter la boca ahí. Le dejé y en medio segundo estaba con los pantalones y boxers en los tobillos y él con mi rabo en la boca. La mamaba que daba gusto, deseaba cada centímetro, lo disfrutaba. Se lo metía entero, iba por partes, se metía los huevos en la boca, el glande... así estuvo como 15 minutos y no se cansaba...
Oímos ruido así que nos metimos rápidamente en una cabina. Le obligué a que me la siguiera comiendo mientras alguien estaba haciendo sus cosas en el lavabo y retrete. Le tiraba del pelo con cada gemido que soltaba porque no quería que nos descubrieran. Una vez nos quedamos solos de nuevo le di la vuelta y tiré de sus pantalones hacia abajo. Fue bastante senicllo porque iba de chándal y son fáciles de quitar. Me puse de rodillas y metí mi cara entera en su culo para lubricarlo. Con mi mano, para que no hiciera ruido, se la metí en la boca para que la mamara.
Tras varios minutos disfrutando de su culo más que apetecible saqué de la mochila un condón, me lo puse y empecé a metérsela contra la pared. Le entraba de lujo para ser virgen (creo que me había engañado o dilataba genial, porque entraba a la perfección). Una vez entera dentro le di una buena embestida, provocando un grito que ahogó con mi mano. Aceleré el ritmo, se escuchaba como su piel rozaba con el condón, a la vez que sus gemidos a lo bajo. A continuación me senté en el retrete y le dejé que se sentara encima y cabalgara...y madre mía. Parecía un jinete experto de campeonato, sus gemidos, sus caras, sus movimientos de cadera... era para atarle y no dejarle soltarse.
Como me miraba con autentico deseo le empecé a dar ostias en la cara, metiéndole la mano en la boca, azotes, pellizcaba los pezones...y la muy puta lo gozaba. Cuando no podía más le dije que me iba a correr y que pensaba acabar en su cara. Se quitó de encima y se puso de rodillas quitándose la camiseta. Me quité el condón y solté toda la leche en su cara y boca. Con el dedo la recogió y se la metió toda en la boca para dejarlo bien limpio. Después empezó a hacerse una paja, algo que le prohibí dándole una ostia en la cara.
- Si quieres correrte tendrás que venir después de clases a mi casa y terminamos.
Continuará...