Con ganas de disfrutar
Un aventura real
Con ganas de disfrutar (I)
Era un día como otro cualquiera en la oficina, había pasado unas semanas frenéticas, casi seis semanas sin apenas descansar y ahora estaba de bajón, ya no tenía esa urgencia en acabar los diferentes proyectos y podía pensar en otras cosas. Así que se di una vuelta por Internet y entré en una página de relatos eróticos, leí unos cuantos y me puse a cien. No podía levantarme de la mesa ya que las chicas de Administración de Personal (Nóminas) que tenía al lado podían tener un espectáculo notable y no quiero que hablen de mí.
Por eso estoy escribiendo ya que he comenzado a fantasear con la idea de tener una aventura, además es una necesidad. Y por eso escribí a una antigua compañera de trabajo, se que no tiene amigos dentro de la oficina, así evitó cualquier posible comentario, ya sabéis que las oficinas hay más comentarios malintencionados constantemente.
No soy un bombón, soy normal, 1,70, entrado en kilos por la vida sedentaria pero si me considero graciosillo y siempre he tenido éxito con las mujeres, supongo que por mi labia.
Ella por el contrario es atractiva, alrededor de los 35 años, por lo que tiene experiencia y no dudará en disfrutar de la aventura, cuerpo delgado, pechos pequeños pero duros y un culito muy marcado, respingon y creo que durito. Bueno esto lo comprobaré pronto.
Le escribí un par de “whatshap” y unos correos y enseguida acepto el quedar para tomar unas cañas. Quedamos en el centro en unos sitios de copas, así disfrutaríamos de una tarde de verano, con un calor sofocante, tomando cervezas y picando algo. Yo tenía claro que atacaría enseguida, aunque tenía dudas de cómo hacerlo.
El caso es que a la cuarto o quinta cerveza y con algo más de animo, le dije que me gustaba, que mientras estuvo en la oficina no le dije nada por el que dirán de los demás y a ella le molo que fuera tan directo, no estábamos para perder tiempo.
El caso que después de unos piquitos y de ir a un sitio de copas más discreto, ya había caído la noche, nos empezamos a dar un buen magreo… pude comprobar que mis pensamientos y fantasías con su culito eran ciertas, estaba durito y que sus pechos aunque pequeños estaban duros y tenían unos pezones muy duritos, con una areola negra, los estaban mordisqueando con mis labios y dándoles pequeños pellizcos, mientras notaba en mi entrepierna la humedad de su ropa interior, ya que se había sentado a horcajadas encima de mí y como tenía una faldita corta sus humedad traspasaba…
Le dije que nos fuéramos al hotel que había cerca en la Plaza de Santa Ana, que además tenía jacuzzi en la habitación, notaba que estaba muy caliente y con ganas de desquitarse de algún tiempo si darse homenajes.
Así que nada más entrar en la habitación todo fue bestial, comiéndonos los morros sin parar las manos iban rápidamente eliminando las prendas que nos molestaban para gozar de nuestros cuerpo.. cuando por fin pude verla desnuda me gusto lo que observe, con su sexo bien rasuradito y con un cuerpo destinado para el placer.
Así que me puse de rodillas, le abrí las piernas comencé a comerle su coñito, mis labios mordisqueaban su clítoris y mis dedos iban introduciéndose lentamente, note como sus paredes se estremecían, oía como jadeaba de placer… le tumbe en la cama y le comí de manera salvaje su sexo, ella quería más, mis manos apretaban sus tetitas duras y sus piernas envolvían mi cabeza… así estuve largo tiempo y pude comprobar como se corría un par de veces… jadeando me decía que nunca había tenido dos orgasmos tan seguidos..
Yo notaba como mi polla estaba apunto de reventar, pero su coñito me volvía loco. Así cuando dijo que ahora le tocaba a ella, pude comprobar su cara de sorpresa cuando me puse de pie. Le gusto lo que vio… una polla grande y gruesa que al metérsela en la boca la llenaba toda.. comenzó a chupármela, lamerla y moverla muy bien, sabía lo que hacía… pero me dijo que aunque me corriera un par de veces… eso tenía que metérselo por todos los agujeros de su cuerpo, que me reservara fuerzas para penetrarla.. Le dije que no se preocupara que aunque no tenía aspecto de deportista, esto lo manejaba bien.
Después de correrme en su boca y en sus pechos, la di la vuelta su espalda contra mi pecho y la comencé a penetrar por detrás por su culito prieto, note un estremecimiento en ella, una mezcla de placer y dolor, le aprete bien sus tetas para que el dolor se repartiera y ella empezó a mover sus caderas,… lo hicimos bien lentamente pero hasta el fondo, tal y como me pedía … hasta el fondo apretando con ganas… esto me encanta… tras correrme dentro de ella… ahora me faltaba penetrarla por delante, llenarle su estrecho coñito con mi verga. Y así le cogí por su nalgas la puse encima de la mesa que había al lado de la televisión y bien abierta de piernas se la clave salvajemente … digo un grito de placer y luego me cogío fuerte apretando sus uñas contra mis espalda y atrajo hacía ella… diciendo… entra tan dentro de mí como puedas y dejame todo dentro…. Mientras nos besamos, las lenguas se mezclaban y giraban … nos gustaba hacerlo así fuerte y sucio.
Fue la última vez de esa noche y la primera de muchas.