¿Con el tío o el sobrino? xviii
Si alguien más puede hacerlo por ti para qué ensuciarte las manos
Al solo cruzar la puerta empecé a gritar con la intención de que Sergio me escuchara: “mamá ya he llegado, mamá, mamá dónde estás”, aun así tenía miedo de que Sergio se atreviera a tocar a la puerta, lo cual por suerte no hizo, al escuchar la respuesta de mi mamá llegue a pensar que me encontraría con una escena desagradable, ella me había respondido con un “aquí estoy hijo” desde el estudio, llegando a creer que la encontraría bebiendo, pero simplemente estaba leyendo un libro, lo cual solo hacia cuando algo la agobiaba, al hacerme saber que no tenía apetito y que cenaría solo, ambos decidimos irnos a la cama sin comer, yo seguía ansioso por saber los resultados de mis actos, por los que de cierta manera tenía que agradecerle a mi papá, quien cada vez que había algo que reparar en casa siempre empleaba su frase de “si alguien más puede hacerlo por ti para qué ensuciarte las manos”, lo cual era prácticamente lo que yo había hecho, para que tratar de vengarme directamente de Alfonso si Sergio podía hacerlo por mí, no podía sacar de mi cabeza lo que Alfonso me había hecho días atrás, aunque siendo sincero más que Alfonso hubiese sido agresivo conmigo o que no parara aun cuando le hice saber que me estaba lastimando, lo que más me molestaba era haberme sentido humillado ante él, pues más que sentirme violado me sentía traicionado por Alfonso, había puesto mi confianza en él y con todo lo que me había prometido había logrado herirme y no estaba dispuesto a dejar que nadie me hiciera sentir así, aunque mereciera todo lo que me había ocurrido
A pesar de todo logre conciliar el sueño sin problema alguno, quizás por sentirme bien con lo que había hecho, pero alrededor de media noche mi mamá finalmente acabo con el misterio de su actitud de las últimas horas, entro a mi habitación y tras despertarme decidió decirme aquello que tanto ella como mi padre me habían ocultado mientras abría unas maletas y sacaba ropa de mi armario, lo primero que me contó fue que el fin de semana pasado mi tía Carola haba llamado a mi papá, pero al enterarse que se encontraba de paseo con ella termino por decirle que solo llamaba para saludar, pero que el miércoles por la mañana fue mi tío Charlie quien nuevamente llamo a mi papá y en esa ocasión le pidió visitar a mi abuelo durante el fin de semana, quien nuevamente se había puesto mal, yo desconocía el estado de salud de mi abuelo, pero al parecer en los últimos meses había empeorado
Mi mamá termino por contarme que el motivo de la llegada de mi papá el jueves por la tarde se debía a dejar preparado los documentos con los cuales ella podría sacarme del país en caso de ser necesario, lo cual haríamos a la mañana siguiente, pues aunque cuando mi papá se había marchado mi abuelo aún se encontraba en su casa, durante la tarde mi tía Carola había llamado a nuestra casa para contarle a mi mamá que mi abuelo había tenido que ser internado en un hospital, el vuelo se me había hecho eterno, tanto que me dio tiempo para cuestionarme sobre qué haría con mis clases, a lo cual mi mamá me dijo que mi papá ya había hablado con el director sobre la posibilidad de tener que ausentarme, lo cual termino por molestarme aun más, mis papás seguían tratándome como a un niño pequeño, no me gustaba que me ocultaran cosas, pero al parecer todos lo hacíamos en mi familia
Al llegar finalmente a nuestro destino estaba dispuesto a reclamarle a mi papá el haberme ocultado el estado de salud de mi abuelo, pero al verlo simplemente pude tratar de confortarlo con un abrazo, su estado de ánimo y apariencia me confirmaba que todo era mucho más grave de lo que imaginaba, lo cual sinceramente me dio mucho miedo, al día siguiente también llego mi tía Cecilia, quien llego totalmente sola, según ella, a mis primos Claudia y Fernando les era muy difícil faltar a clases, pues ya se encontraban en la preparatoria, al pasar los días los doctores decían ver mejorías en mi abuelo o al menos eso me decían mis papás y fue justo al cumplirse una semana desde que mi mamá y yo habíamos llegado a casa de mis abuelos cuando finalmente pude ver a mi abuelo, él había pedido que le permitieran ver a sus nietos y fue así como Thiago, Mariano, Julia y yo pasamos unos minutos con él, tiempo que el aprovecho para decirnos que nos amaba mucho, que no podía sentirse más feliz y orgulloso por los nietos que la vida le había permitido tener, ninguno de los cuatro pudo contener las lágrimas ante las palabras de nuestro abuelo, creo que todos entendimos que ese momento era la despedida entre él y nosotros
Muchas veces me había preguntado que de haber tenido la oportunidad de haberme despedido qué le hubiese dicho a mí tía Olivia, quien hasta ese momento era mi único ser amado a quien había perdido, pero aquel momento con mi abuelo era muy doloroso para mí y toda mi familia, por más que intentaba dejar de llorar por solicitud de mi abuelo, yo simplemente no lo lograba, cómo hacerlo si algo en mi me decía que era la última vez que vería a mi abuelo y que no encontraba las palabras para decirle lo mucho que lo amaba, él dirigiéndose a mis primos Thiago, Mariano y Julia les pidió cuidar mucho de mi abuela, que en su ausencia ellos trataran de que ella no se sintiera sola, mientras que a mí me pidió tratar de visitar a mi abuela con más frecuencia y que a pesar de estar lejos, tratara de estar unido siempre a mi familia refiriéndose a mis tíos y primos, a Thiago también le pidió decirles a mis primos Claudia y Fernando lo mucho que los amaba, quienes a pesar de llegar al día siguiente ya no pudieron despedirse
De mi familia materna los únicos que nos acompañaron durante el funeral fueron mi tío Omar y mis primas Isabel, Jasmine y Rosalba, quienes aprovecharon la ocasión para visitar a sus abuelos Martin y Valentina, quienes también estaban muy tristes por la muerte de su gran amigo Santiago y trataban de acompañar a mi abuela Lilian, quien a pesar de todo se mostró fuerte ante la partida del amor de su vida, a los pocos días llego mi cumpleaños número quince, el cual era el segundo en no celebrar, un día antes le había pedido a mis papás no comentarlo, no quería que mi familia tuviera que fingir sentirse felices por mí cuando era muy claro lo tristes que estábamos todos, sin embargo, a pesar que para el resto de la familia mi cumpleaños pasaba desapercibido, no fue así para mi primo Mariano, quien con una tasa de café y una medialuna me dijo: “no es mucho, pero espero te guste tu croissant de cumpleaños” recordándome aquellos momentos donde mi abuelo una y otra vez me corregía al llamar con diferentes nombres a las cosas de los que el empleaba, mi abuelo nunca nos lo dijo directamente a mis primos Claudia, Fernando y a mí, pero era obvio que le molestaba nuestros modismos y el uso exagerado de acentos
Tan solo seis días después llegó el momento de regresarle el gesto a mi primo Mariano, quien al igual que yo, no quiso festejar su cumpleaños, parecía que una sombra de tristeza cubría a toda la familia, incluso para mi prima Julia, quien siempre se mostraba alegre y optimista, termino por unirse al grupo de los cumpleaños no festejados, aunque para el de ella salimos a comer un helado, Thiago para tratar de hacer sonreír a su hermana comentaba que se sentía incómodo entre tanto géminis, pues a mi prima siempre le gustaba todo lo relacionado con el horóscopo y la astrología, pero aun así fue cuando Mariano comento que en vez de ser los tres géminis éramos los tres olvidados lo que termino por sacarle una sonrisa a Julia, pues fuera de nuestros propios padres nadie más recordó nuestros cumpleaños en nuestra familia
Del grupo de cuatro primos era el único que no se encontraba en la universidad, aunque mis primos trataban de incluirme en sus planes, era como el hermano menor de los tres, pero yo debía estudiar para mis exámenes finales, pues los profesores enviaban a mis padres documentos para que los estudiara y yo llegaría al colegio únicamente durante una semana para presentar todos los exámenes, durante ese tiempo Rebeca me enviaba cada noche fotografías de sus apuntes y tareas, nunca había visto tan aplicada a mi amiga y el saber que lo hacía simplemente por ayudarme me hacía extrañarla aún más, además de mi tío Omar y mis primas, con quien también mantenía comunicación constantemente era Emilio, quien al contarme de todo lo que me estaba perdiendo en el colegio termino por contarme de como Alfonso había llegado a golpes con algún compañero, por lo que sus papás estaban muy molestos con él, pues él no dio detalles al llegar golpeado a su casa a los pocos días de mi partida, al pasar los días parecía que empezábamos a aceptar la perdida de mi abuelo, pero ese año se llevaba a cabo el mundial de futbol, lo cual nos hizo recordar lo apasionado que era mi abuelo por su selección
Al tener que regresar a casa por mis exámenes, las visitas para darnos el pésame a mi papá y a mí no se hicieron esperar, al llegar a casa, mi tío Héctor ya se encontraba en la ciudad acompañado de su esposa Florencia y mi primo Franco, además de que algunos amigos y vecinos también nos visitaron brindándonos su apoyo, respecto a Sergio, solamente nos visitó una vez para dar el pésame a la familia, sin hablar conmigo, ni escribirme o llamarme durante el tiempo transcurrido, lo cual me dolía, sabía muy bien que él estaría molesto conmigo pero al estar alejado de él solo me sirvió para extrañarlo y darme cuenta la falta que me hacía y verlo distante realmente me ponía mal, antes de regresar a la casa de mi abuela, quienes también terminaron sorprendiéndome fueron David y Javier, quienes junto a sus padres nos visitaron, ambos parecían haber dejado a un lado el haber tenido relaciones sexuales con ambos y simplemente me acompañaron como buenos amigos, aunque si note incomodidad de parte de Javier al presenciar la conversación que tenía con David recordando la última visita de mi abuelo y lo bien que se habían llevado, en cambio Alfonso no se apareció por mi casa, lo cual me tomo por sorpresa, había llegado a creer que él sería el primero en buscarme y que lo tendría detrás de mí tratando que lo perdonara o en el peor de los escenarios recriminándome haber estado con Sergio nuevamente, estaba seguro que era Sergio quien lo había golpeado en mi ausencia, pero nada de eso no ocurrió, generando en mi algo que no sabía describir, creo que ante la frialdad de Sergio no me hubiese hecho mal la compañía de Alfonso
Durante esa semana de exámenes también empecé a ver de diferente manera a mis compañeros de clase, a quienes yo simplemente los veía como eso, compañeros, muchos de ellos siempre mostraban una actitud altanera, prepotente, incluso engreída, lo cual me hacía rechazarlos como amigos, pero durante esos días varios de ellos hicieron de todo para ayudarme, incluso llegaron a pasarme las respuestas en pleno examen, las cuales realmente no necesitaba, pero el gesto de arriesgarse ante los profesores lo apreciaba demasiado, además de que los profesores claramente se daban cuenta, pero se hacían de la vista gorda
Sin siquiera esperar los resultados de los exámenes, mis papás y yo ya nos encontrábamos de regreso al lado de mi abuela, mi papá había sido muy claro en decirnos que todas nuestras vacaciones serian así, nosotros viajando hacia la casa de la abuela, aunque prácticamente eran solo mis vacaciones, pues mi papá seguía trabajando y terminaba llegando a casa de la abuela cada viernes por la tarde y se marchaba cada domingo después de mediodía, era la primera vez que mi papá trabajaba mientras mi mamá y yo nos encontrábamos en casa de la abuela, por lo cual mis primos se sorprendieron al saber que siempre era así, en especial Thiago, quien desde esas vacaciones me dejo claro que podía considerarlo como a mi hermano mayor, lo cual al principio me pareció extraño, pues con quien mejor me llevaba de mis primos era Mariano, quien en esos meses lo vi muy pocas veces, lo cual imagine que era por el hecho de tener alguna novia, aunque nadie en la familia sabia de alguna
Aunque el propósito de aquellas vacaciones era acompañar a mi abuela, también aproveche aquellos meses para convivir con Martin y Valentina, me seguía pareciendo injusto para ellos que nuevamente mis primas no decidieran pedirle a mi tío visitar a sus abuelos, ellos eran tan cariñosos conmigo sin ser nada de ellos que sabía que simplemente estaba recibiendo el afecto que mis primas rechazaban, además que no me explicaba como ellas preferían pasar aquellos meses con la familia de mi tío Héctor, podía entender que años anteriores prefirieran viajar a pasar las vacaciones encerradas en casa de sus abuelos, pero últimamente pasaban las vacaciones completas en la hacienda de mis tíos, pero quién era yo para juzgar malas elecciones cuando a pesar de todo yo estaba sufriendo por no saber nada de Sergio, ante la ausencia de mi abuelo, de mi papá y de mis primos, pasaba el tiempo con Martin viendo los partidos de futbol y fue en su casa mientras veíamos televisión cuando me entere que entre las noticias relevantes en aquel tiempo se encontraba la legalización del matrimonio igualitario, recuerdo que fue por ello que surgió mi primer conversación con un adulto sobre su opinión sobre la homosexualidad, imagino que Martin y Valentino creyeron que mi insistencia sobre ese tema se debía simplemente a la curiosidad, mientras yo trataba de tomar valor para hablar sobre ese tema con alguien más, realmente llegue a creer que al ser ellos personas muy mayores estarían en total desacuerdo con el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero fue Valentina la primera en expresarme su forma de pensar, no recuerdo sus palabras exactas pero tanto Martin como ella decían estar de acuerdo con que personas que realmente se amen pudieran finalmente legalizar su unión, en varias ocasiones trate de hablar sobre el tema con mis papás esperando de ellos respuestas similares a las de Valentina y Martin pero no encontré la forma de hacerlo
Al finalizar mis vacaciones nos vimos forzados nuevamente a regresar a casa terminando así aquella sensación de vivir en un buen ambiente familiar, sin mi abuela presente, las discusiones entre mi papá y mi mamá no se hicieron esperar, mi papá estaba molesto por el sermón de mi abuela al decirle que debía darle prioridad a su familia, llegando a creer que mi mamá se había estado quejando de él con mi abuela y mi mamá estaba furiosa por haber quedado como la nuera que no deseaba vivir con su suegra cuando mi papá planteo la idea de mudarnos frente a toda su familia sin consultarlo previamente a solas con ella
Para mí tampoco fue una gran alegría regresar, habían sido prácticamente tres meses los que había estado ausente y ver como la vida de todos continuo sin siquiera verse afectada un poco por mi ausencia me hizo sentir que quizás yo estaba sobrando en aquel lugar, mi primas Isa y Jas ya eran estudiantes universitarias y mi prima Rosy parecía otra al encontrarse rodeada de varias amigas de su edad, prácticamente ninguna de ellas tenía tiempo para mí, otro a quien parecía ya no importarle era a Sergio, quien estaba a dos años de convertirse en todo un ingeniero, por lo que sabía que estaría más enfocado en terminar la carrera, pero su actitud hacia mí era de total indiferencia haciéndome sentir tan mal que en varias ocasiones por poco llegue a intentar buscarlo pero algo en mí no me permitía hacerlo
Al iniciar las clases más cambios fueron evidentes, Rebeca parecía haber forjado amistad con otras compañeras del salón, lo cual realmente me alegro por ella, aunque eso significaba ya no pasar tanto tiempo como antes con ella, razón por la cual acepte ser parte del equipo de futbol del colegio, otra de las sorpresas para mí fue ver a Javier junto a Cindy, quienes insistían en que solamente eran amigos pero sus acciones daban a entender otra cosa, ante todos los cambios a mi alrededor no me quedo otra opción que adaptarme, mi vida en el colegio parecía estar en su mejor año, me llevaba muy bien con todos, incluso con Javier, quien realmente se veía muy feliz con Cindy, al formar parte del equipo de futbol tuve que someterme a los entrenamientos de todos los sábados por la mañana, además de que las palabras de mí abuela hicieron cierto efecto en mi papá, quien decidió inscribirse al gimnasio y pedirme ir juntos cada domingo como parte de nuestra relación padre e hijo
Con la decisión de mi papá de ir juntos al gimnasio, fue imposible no volverme a encontrar con David, quien como la última vez parecía haberme perdonado, aunque estando en un lugar público y además acompañado por mi papá era normal que no pasáramos de saludarnos, en cambio mi papá no desaprovechaba oportunidad alguna para voltear a ver a cuanta mujer encontráramos, lo cual le hice saber que me molestaba, pero él termino diciéndome que eso era normal en nosotros lo hombres, incluso llego a animarme a hacer lo mismo, lo cual creyó que hacia cuando realmente no podía evitar ver a ciertas personas que me atraían, con mi papá asistiendo al gimnasio, él y Oscar llegaron a considerarse buenos amigos, además de que mi papá realmente se había sorprendido al conocer la historia de cómo Oscar se había encargado de que su sobrino se decidiera a continuar con el bachillerato después de tratar de huir de la casa de sus padres en una etapa de rebeldía según ellos y que además vivía y trabajaba con él, según mi papá, encontraba admirable como Oscar siendo más joven que él, era capaz de ser una buena figura paterna para alguien que incluso era mayor que yo
Hubo un momento en el que llegue a creer acoplarme a todo lo que ocurría a mi alrededor, pero un sábado por la noche mi papá había llegado muy molesto a casa, según él, al haber vivido el dolor de la pérdida de su papá, decidió visitar a la familia de su amigo quien había muerto meses atrás, pero al hacerlo se enteró que la hija de aquel amigo suyo ya no vivía con su madre, pues había decidido mudarse a un apartamento junto con su novia, durante la conversación de aquella cena mi papá nos contó lo indignado que se encontraba ante esa situación, pues al parecer la mamá de aquella jovencita estaba dispuesta a apoyar aquella relación que mi padre calificaba como depravada, además de lamentarse la gran deshonra que era para la memoria de su amigo el tener una hija enferma, desviada y muchos adjetivos más que utilizo aquella noche, ante aquella conversación de mis padres yo no sabía que opinar o decir, por dentro sentía que todas aquellas ofensas eran para mí, me dolía saber el desprecio con el que mi padre se expresaba de la hija de su amigo, además de ser la primera vez que mis padres hablaban sobre la homosexualidad en mi presencia y lamentablemente mi madre también estaba totalmente de acuerdo con la forma de pensar de su esposo
Después de esa noche con mis padres lo único que quería era encontrar a alguien con quien poder desahogarme, alguien que pudiera comprender como me sentía y la primera persona que se me vino a la mente había sido Rebeca, pero al pedirle vernos al día siguiente ella ya tenía planes con unas amigas, por lo que simplemente le dije que lo mío podía esperar y que esperaba que se divirtiera, recordé que después de la muerte de su hermano ella había alejado a cualquier persona que tratara de acercársele y el hecho de aceptar a más personas en su círculo de amigos era un gran paso para ella, sabía que al saber cómo me sentía en esos momentos ella dejaría a un lado al resto de sus amigos para apoyarme, lo cual ya había hecho durante mucho tiempo, era momento de que yo fuera un apoyo para ella para avanzar en vez de un obstáculo, pues ella ya había vivido su propio infierno sola y quizás era momento de que yo hiciera lo mismo con el mío
En mi intento de buscar en quien apoyarme llegue a pensar en mi amigo Javier, él me conocía lo suficiente para poder decirle lo que ocurría en mi casa, pero el día que decidí buscarlo en su casa él se encontraba de paseo con su novia según me comento su hermano David, quien al ver que me marchaba, me invito a pasar a su casa, siendo así la primera vez que estábamos solos después de mucho tiempo, él me dijo que veía tristeza en mi mirada y que a pesar de lo que había pasado entre nosotros, podía confiar en él, lo cual así hice, le conté del temor de ser rechazado por mis padres, de lo mal que me sentía al saber el desprecio que ellos tenían hacia las personas como yo, ese día David me dijo que quizás al ser su hijo les permitiría aceptarme, que el amor que ellos tenían hacia mí podría superar cualquier prejuicio que ellos tuviesen y que no me preocupara demás por el futuro, que llegaría el momento en el que consideraría oportuno decirle todo sobre mí a mis padres, que era algo que no debía precipitar o forzar, que quizás en unos años sería lo suficientemente maduro para poder ser yo mismo sin temer el ser o no aceptado por los demás
Durante nuestra conversación David me conto que sus padres ya sabían que él era gay o que así se los había hecho saber, lo cual habían tomado muy mal al principio, incluso llego a temer tener que buscar empleo y donde vivir, pero que se sentía preparado para ello, pero su suerte había sido otra, sus papás antepusieron su amor hacia él, al escucharlo creí comprender la razón por la que había decidido sincerarse con sus padres, talvez él se consideraba preparado para sincerarse con sus padres al ser mayor de edad y no le temía a no ser aceptado, no sé porque pero desde ese día llegue a pensar que al cumplir la mayoría de edad llegaría el momento de decirle la verdad sobre mi sexualidad a mis padres, que teniendo dieciocho años tendría el valor de afrontar cualquier cosa, realmente cada vez que hablaba con David me sentía confortado, pero días después al buscar a David en su casa pude conocer a Mauricio, su novio, quien realmente era muy atractivo, pero sobre todo con un gran culo, al parecer él y David se conocían de años, ambos habían empezado la universidad juntos y fue al ser sorprendidos besándose cuando David se vio forzado a decirles a sus padres que él era gay, obviamente al conocer a Mauricio no pude evitar sentirme acomplejado, por más que lo intente no pude verle algún defecto, a cierto punto creo que hasta termino gustándome, pero a pesar de sentir celosos, también me daba gusto por David pero aun así ya no me sentía cómodo al conversar con él
Fue así como termine contándole mi situación a un amigo que vivía a unas calles de mi casa, quien desde nuestro regreso de la casa de mi abuela, había empezado a frecuentar mi casa aunque yo no estuviese allí, la razón, pues simplemente él no soportaba a su padrastro, quien al conocerlo me pareció una excelente persona, era evidente que amaba a la madre de mi amigo, trataba de ganarse el afecto de él no solo con cosas materiales, realmente se veía interesado en tener una relación con él, lo cual quizás era el problema, ya que la tarde que lo conocí lo escuche decir que su intención era que mi amigo pudiera verlo como a un padre, el rechazo de mi amigo hacia su padrastro era tan grande que no le importaba pasar las tardes y noches ayudando a mi mamá con la comida mientras yo descansaba en mi habitación, con el pasar de los días mi confianza en él era cada vez mayor y termine desahogándome con él, nuestra amistad había vuelto a ser como antes que prácticamente al salir de clases pasábamos todo el tiempo juntos, por lo que a pesar de todo estaba decidido a cuidar aquella amistad y que no pasara a ser más que eso, pero pronto las cosas se complicaron
Si bien la indiferencia de Sergio me lastimaba, era algo a lo que empezaba a acostumbrarme, incluso rara vez lográbamos coincidir en un mismo sitio, por lo que sabía él ya no trabajaba con mi tío Omar, estaba ayudando a Saúl con un negocio que había adquirido, el cual era un centro de impresiones que contaba con algunos locales en diferentes centros comerciales, según llegue a enterarme Saúl llego a adquirirlo al dejar su puesto en la empresa de su familia a uno de sus sobrinos, lo cual me pareció extraño, pues él siempre decía que Sergio seria su sucesor, pero mi familia siempre fue muy hermética al hablar de sus negocios, algo de lo que si estaba muy enterado era de lo estricto que Saúl estaba con Sergio, llego un momento que pensé que esa era la razón por la que se mantenía alejado de mí, pero no era así, entre las prohibiciones que tenía Sergio se encontraba llegar ebrio a su casa, en dos ocasiones anteriores nos enteramos de como Saúl había sacado a Sergio de la casa al verlo en estado de ebriedad y justo por ello a mí mamá no se le hizo extraño que una noche durante la cena Sergio se presentara en nuestra casa para pedirle dejarlo pasar la noche con nosotros, no sabía las razones, pero tanto mi tía Carla, mi tío Omar, como mis papás llegaban a considerar algo exagerada la actitud de Saúl hacia Sergio y eso que al parecer ellos sabían algo que yo no
Al ver llegar a Sergio no pude evitar sentirme feliz al saber que pasaría la noche en mi casa, mi mamá le pidió que nos acompañara a la mesa, lo cual acepto, realmente no estaba tan ebrio, algo en mí tenía la esperanzo que eso solo fuera una excusa para estar conmigo, estando en la mesa empecé a sentirme muy nervioso, Sergio aunque se mostraba muy amable, no dejaba de hacer preguntas sobre la presencia de mi amigo, quien termino por marcharse después de la cena, Sergio decía estar cansado y subió a la habitación de visitantes, que era donde dormiría, yo con la esperanza de que él me buscaría deje la puerta de mi habitación sin seguro, incluso ni la llegue a cerrar, dejándola entreabierta, las horas pasaron y Sergio no aparecía, por lo que decidido a estar con él me levante de la cama, salí de mi habitación y al tratar de entrar a la habitación de al lado me encontré con una puerta cerrada con seguro, aunque es vergonzoso admitirlo, en ese momento llore mucho, para mí el que Sergio se encerara significaba que ya no quería nada conmigo, que su presencia en mi casa era simplemente no querer llegar ebrio a la suya
A la mañana siguiente ni siquiera pude ver a Sergio, al despertar y preguntar por él durante el desayuno mi mamá me dijo que ya se había marchado a su casa para ducharse y cambiarse de ropa, ese día mi estado de ánimo debió ser muy evidente, porque estando en el colegio Rebeca me comento que me veía triste y todo el día estuvo a mi lado a la espera de que yo le contara el motivo, al regresar a casa también alguien noto mi tristeza, obviamente no fue mi mamá sino mi amigo que al ser viernes había decidido quedarse directamente en mi casa al salir del instituto, unas horas después Sergio nos visitó nuevamente, en esa ocasión según él, para disculparse por las molestias ocasionadas la noche anterior, durante el tiempo que estuvo en mi casa él se dedicó únicamente a conversar con mi mamá, como si yo no estuviese presente, por lo que cansado de su trato decidí dejarlos solos en la sala y me dirigí a mi habitación, donde se encontraba mi amigo viendo televisión desde que Sergio había llegado, minutos más tarde Sergio apareció en mi habitación para despedirse, yo estaba tan molesto que fingí no haberlo escuchado llegar y aprovechando que la conversación con mi amigo se prestaba para lo que se me ocurrió hacer, respondí a la pregunta de mi amigo girándome sobre él y susurrándole al oído, pero Sergio pareció no inmutarse ante lo ocurrido, simplemente entro a la habitación, se despidió de mi amigo y a mí nuevamente me ignoro
Al día siguiente, tras salir de un partido del equipo del colegio, le dije a mis padres que quería pasar el fin de semana en casa de mi tío Omar, lo cual tenía meses de no hacer debido a los entrenamientos y partidos de futbol de los sábados y las mañanas de gimnasio con mi papá los domingos, las cuales puse fin ese mismo día, me excuse con mi papá diciéndole que prefería descansar los domingos, además de que prácticamente era mi único día libre, aunque las verdaderas razones de mi decisión eran no ver todos los domingos a David con su novio y haber creído que al no acompañar a mi papá, él dejaría de ir al gimnasio, aunque trataba de disimularlo, me molestaba demasiado la actitud de mi papá hacia las mujeres que iban solas al gimnasio, pero no todo resulto como yo quería, mi papá acepto que dejara de acompañarlo al gimnasio pero él siguió asistiendo cada domingo por la mañana, incluso en algunas ocasiones llego a casa hasta duchado, lo cual al ir conmigo no hacía, siempre prefería que nos ducháramos al regresar a casa, eso ultimo puso en mí una idea de lo que estaba ocurriendo y hasta me pareció extraño que mi mamá no llegara a pensar lo mismo que yo, pues aunque en el pasado trataban de ser discretos, en varias ocasiones logre escuchar los reclamos de mi mamá hacia mi padre por celos
Al viernes siguiente de haber pasado el fin de semana con mi tío y mis primas, tanto a mi mamá como a mí se nos hizo raro que nuestro visitante cotidiano no se apareciera por nuestra casa desde el miércoles de esa semana, por lo que incluso termine llamándolo para saber si todo estaba bien, pero él me dijo que estaba tratando de llevarse bien con su padrastro y que ya no quería causar tantas molestias a mi mamá y a mí, por lo que creyendo ingenuamente en lo que me había dicho, le hice saber a mi mamá el motivo del porque mi amigo no nos había visitado los últimos días, pero al llegar el sábado y tener que vernos en el lugar donde entrenaban nuestros respectivos equipos de futbol pude ver varios moretones en su rostro, clara evidencia de alguna riña que habría tenido, por lo que yo desconociendo lo ocurrido no pude evitar burlarme de como lo habían dejado, creí que teníamos la suficiente confianza para que él no se tomara mal mis comentarios, además que al hablar con él estábamos completamente solos, pero al verlo totalmente serio decidí dejar a un lado las bromas y preguntarle qué le había ocurrido
Sin esperarlo, mi amigo me tomo muy fuerte de los hombros y me tumbo contra una pared, se veía muy molesto y no dejaba de cuestionarme sobre si realmente desconocía el motivo de los golpes que había recibido, tras quedar claro que yo realmente no sabía que había sucedido, mi amigo término por sermonearme sobre mi relación con Sergio, lo cual fue una gran sorpresa para mí, pues fuera de mis gustos y preferencias, nunca le había hablado de con quiénes había estado, aunque él ya tenía la certeza de dos personas con quien si había estado, pero al saber que él tenía cierta idea de lo que yo había tenido con Sergio fui yo quien le exigí explicaciones, por lo que termine enterándome de que todo se lo había dicho Sergio cuatro días atrás, cuando acompañado de golpes y amenazas le dijo que se alejara de mí, mientras mi amigo me contaba lo que le había pasado, yo no podía evitar sentirme de cierta manera feliz, con los golpes a mi amigo Sergio me había demostrado que aún le interesaba al punto de no importarle que mi amigo se enterara de lo nuestro, tenía tanta emoción que no pude ocultarla y mi amigo al notarlo se molestó tanto que una vez más se alejó de mí
Sabiendo lo que Serio había sido capaz de hacer por mí, sin pensarlo dos veces fui a su casa al día siguiente, trate de llegar justo antes de que Sergio regresara de correr y así fue, no me tome el tiempo de pensar en alguna excusa, simplemente les dije a Irma y a Saúl que había aprovechado el tener que darle algo a Emilio para visitarlos, al encontrarme solo con los papás de Sergio aproveche para quitarme una duda, saber si Sergio estaba saliendo con alguien, pero al tocar el tema Saúl inmediatamente respondió con un: “más le vale que no, ahora él debe enfocarse en terminar la carrera”, mientras que Irma comento que desde Regina no habían conocido a nadie más, con esa información yo contaba los segundos por ver a Sergio pasar por la puerta
Al ver llegar a Sergio, lo primero que llamo mi atención fue ver que él también tenía marcas de golpes en el rostro, Saúl al notar la impresión que me dio ver a Sergio rápidamente me dijo que esperaba que yo al crecer no vagara por el mundo agarrándome a golpes con quien se me ponga enfrente, después del incomodo comentario Sergio subió a su habitación indicando que tomaría una ducha, mientras Irma se dirigió a la cocina y yo me quede en la sala conversando con Saúl, quien minutos más tarde salió de la casa por algo que tenía que hacer dejándome solo mientras Irma se desocupaba, momento que aproveche para subir con Sergio, a quien encontré duchado y vestido viendo televisión
A: creí que bajarías después de ducharte… Sergio respóndeme por favor… ¿hasta cuándo piensas ignorarme?...
Como muchas otras veces parecía que yo no existía para Sergio, pero a diferencia de esas otras veces, en ese momento yo estaba seguro que yo aún le seguía importando a él, por lo que a pesar de su actitud llegue hasta donde se encontraba y lo abrace, en ese momento Sergio no hizo absolutamente nada para alejarme o corresponder mi abrazo y fui yo quien nuevamente tomando la iniciativa busque sus labios, pero al hacerlo él me impidió acercarme aún más
S: ¿qué demonios haces?
A: para con esto por favor, yo te quiero y sé que tú también me quieres
S: ¿Quién te ha dicho esa gran estupidez?, creo que he sido muy claro en que ya no me importas
A: y si es así, ¿por qué has hecho lo del martes?
S: veo que te has enterado, has venido a pedirme que deje tranquilo a tu amiguito
A: no es eso, solo quiero saber el por qué le has golpeado
S: estaba aburrido y me pareció divertido ahuyentarte a tu amiguito, pero no confundas las cosas, ya no me importas, métetelo en tu cabecita
Después de escuchar a Sergio salí de su habitación, me despedí de Irma y termine por salir de aquella casa, la sonrisa que tenía minutos atrás se me había borrado, creyendo que nada podría empeorar mi día pero parecía que ese día estaba destinado a pagar gran parte de mi karma…
¡ Hola!, quizás algunos estén molestos por lo que he tardado en continuar con estos relatos, pero si han llegado a esta parte les agradezco por el tiempo que le han dedicado a leer lo que he escrito, hace tiempo llegue a creer que lograría terminar los relatos de “¿Con el tío o el sobrino?” en un tiempo mucho más corto, incluso hace exactamente cinco meses ni siquiera me hubiese imaginado haber publicado lo que han leído hasta el momento, algunos me han expresado lo molesto que están al leer que esta historia pareciera estar encerrada en un círculo sin fin pero creí haberlo advertido en la primera parte de estos relatos e incluso si han leído todos mis relatos ya tendrán una noción de como terminara esta historia, por el momento he decidido publicar esta primera parte de la que quería que fuera la antepenúltima parte de esta historia pero les prometo tratar de no hacerlos esperar mucho tiempo para la próxima parte, ¡Saludos!