¿Con el tío o el sobrino? xii

Aunque mis labios le pedían a Sergio que se fuera, realmente no hice nada para alejarlo de mí, no lo empuje ni aparte en ningún momento, simplemente deje que continuara

Tras abrir la puerta dos cosas me sorprendieron, la primera, como supo Sergio que me encontraría en casa, pues pensé que al decirle a Regina que estaría en casa de mi tío Omar de alguna forma llegaría esa información a él y segundo porque creía que David era la razón por la que había empezado a ir al gimnasio, porque era más que obvio que se refería a David

A: según tú me ligo a cualquiera que se me acerca no?, tan fácil te es creer lo peor de mí?

S: creo que eso es algo más que tenemos en común, no recuerdas que hace algunos días tú fuiste quien pensaba que me había cogido a mis sobrinos?

A: quizás tengas razón, ahora dime a qué has venido, mis padres no están por si venias a buscarlos

S: sabes bien a que he venido

A: pues creo que has perdido tu tiempo

Realmente trate de mantenerme serio y firme en mi decisión de no volver a estar nuevamente con Sergio, pero la sonrisa que se dibujaba en sus labios me ponía tan nervioso

S: saca tu teléfono y dime qué hora tienes

No entendía por qué me pedía aquello, pero lo obedecí, en lo que hacía lo que me había pedido él también saco su teléfono y después comprendí que fue para verificar que ambos tuviéramos la misma hora

A: 18:43

S: subiré a tu habitación, tienes diez minutos para alcanzarme, si no lo haces, me iré

Por un momento me sorprendí por lo fácil que sería librarme de Sergio al menos esa noche, pero con el pasar de los minutos algo en mí se resistía quedarse en la sala, el paso del tiempo se me hacía eterno, no dejaba de ver mi teléfono y desesperadamente me di cuenta que recién eran las 18:49, momento en el que por alguna razón me acerque a las escaleras, pero no me atreví a subir y regrese nuevamente a la sala, hasta que finalmente mi teléfono marco las 18:53, momento en que tontamente subí a mi habitación

S: con que queriéndome hacer esperar hasta el último segundo

A: solamente vine a pedirte que cumplas con lo que has dicho, ya han pasado diez minutos, es momento que te vayas

S: según mi teléfono lograste llegar a tiempo

Sergio que en el momento en el que llegue se encontraba sentado sobre el sillón que tenía en mi habitación, se puso de pie y se acercó hasta mí, tenerlo de frente realmente me intimidaba y cuando sus brazos rodearon mi cuerpo me sentí incapaz de moverme, quizás en el fondo quería que Sergio siguiera con sus caricias que al poco tiempo fueron acompañados con besos en mi cuello y hombros

A: Sergio vete por favor

Aunque mis labios le pedían a Sergio que se fuera, realmente no hice nada para alejarlo de mí, no lo empuje ni aparte en ningún momento, simplemente deje que continuara con sus besos y caricias y al darme cuenta ya se encontraba desvistiéndose y desvistiéndome a la vez, cuando finalmente sus labios buscaron los míos fue para guiarme a mi cama, en la cual termine recostado sobre ella

S: entonces tú y quien venía contigo hoy, nada de nada?

A: ni con él, ni con nadie más

S: entonces porque me has estado evitando?

A: es que tú tienes novia, deberías de respetarla

S: eso no te importo cuando tú mismo me buscaste cuando era novio de Diana

A: pero Regina me agrada

S: mejor, así no te molestara compartirme

Mientras hablábamos podía sentir como Sergio jugaba con sus dedos en la entrada de mi ano, pero por estar atento a sus preguntas ni cuenta me di en que momento su pene ya se encontraba buscando entrar hasta que de un golpe enterró parte de él en mí, momento en el que empecé a sujetándome a Sergio fuertemente

A: Sergio detente, me duele

S: no tanto como me dolían tus rechazos cuando te busque

A: Sergio para por favor, me lastimas

Por más que le pedí a Sergio que parara, él no lo hizo, realmente sentía como si Sergio me estuviese partiendo en dos, llego un momento en el que hasta derrame unas lágrimas pero Sergio al verme en vez de detenerse decidió callar mi dolor con besos, después de unos largos y agonizantes minutos el dolor poco a poco disminuyo y Sergio acelero sus embestidas mientras a la vez me masturbaba haciendo que ambos acabáramos casi al mismo tiempo, al terminar logre girarme mientras Sergio salía de mí, un momento de silencio llego, ambos vimos que en la punta de su pene había sangre, anteriormente ya había sangrado al estar con Sergio, la primera vez que estuvimos para mi cumpleaños y cuando él llego a casa para arreglar una tubería, pero en ambas ocasiones me di cuenta hasta que estuve en el baño, aunque también ya había leído en internet que al no usar la cantidad de lubricante necesaria o como en ese caso, no usar nada, era muy probablemente que el sangrado fuera muy evidente al instante, pero al ver el rostro de preocupación de Sergio inmediatamente lo abrace y bese para restarle importancia a lo ocurrido, después de eso, tomamos un rollo de papel higiénico para limpiarnos, pero al intentar ponerme de pie realmente sentí un gran dolor que nunca antes había tenido, lo que nuevamente preocupo a Sergio

S: Andy perdóname, no debí dejarme llevar, ahora qué le diremos a tus padres

A: vete, ya pensare en algo

S: estas seguro

A: claro que si

Después de que Sergio se fue, me duche, llegando con mucho esfuerzo hasta el baño, creí que al ducharme con agua caliente el dolor disminuiría considerablemente, pero no fue así, además tuve que cambiar las sabanas de mi cama y las oculte hasta tener la oportunidad de ser yo quien las lavara, tras pensar mucho cómo justificar mi forma de caminar a mis papás finalmente se me ocurrió decirles que me había resbalado de los escalones de la escalera, por lo que también termine quebrando un florero que se encontraba al pie de la escalera, pues los detalles son los que hacen más creíbles las mentiras

A la mañana siguiente no pude despertar a mis padres con el desayuno hecho, incluso fueron ellos quienes llegaron a mi habitación para despertarme, momento que aproveche para contarles de mi supuesta caída y pedirle perdón a mi mamá por quebrar su florero al tratar de sujetarme del estante donde se encontraba, mi mamá pensó en llevarme al doctor, pero por suerte no insistió tras mi negativa, horas después llego Sergio de visita, antes de que mi mamá y él entraran a mi habitación logre escuchar como mi mamá le contaba lo de mi caída, cuando mi mamá nos dejó solos a Sergio y a mí en mi habitación Sergio empezó a reírse por lo ocurrido y también saco de la mochila que llevaba unas cremas y hasta lubricantes que había comprado, lo cual agradecí porque ya se imaginaran que yo no podría comprarlos por mi cuenta

Para el lunes siguiente el dolor en mi trasero había desaparecido casi por completo, pero mi mamá extendió la noticia de mi caída y al llegar al colegio un Alfonso a quien vi algo preocupado se acercó para preguntarme como seguía, mientras Emilio no paraba de reírse al imaginar mi caída, los días pasaron y yo solamente pensaba en las palabras de Sergio cuando me dijo que lo compartiría con Regina, algo que no me molestaba, sino por lo contario, aunque suene muy loco, pero pasaron las semanas y Sergio no había vuelto a buscarme

Durante esos días en una ocasión, mientras Rebeca y yo nos encontrábamos en el descanso, ella noto que Alfonso no dejaba de verme, durante todo ese tiempo yo había tratado la manera de tener una relación de primos con él, como si realmente nunca hubiese pasado nada entre nosotros, pero en algunas ocasiones él intentaba tocar el tema y yo lo dejaba hablando solo

R: oye, qué pasa entre tú y el hermano de Emilio

A: nada, ya te he dicho que arreglamos nuestras diferencias

R: ya te había dicho que no creí absolutamente nada sobre esa supuesta rivalidad en la piscina por la que se habían peleado, para mí que hay algo más, solo voltea a ver, a cada momento se te queda viendo, como si esperara que tú también lo vieras

A: ya te he dicho que dejes las drogas, hacen que alucines

R: si no me crees voltea a ver cuándo te lo indique… ahora

Al hacerlo realmente vi cuando Alfonso se me quedaba viendo y yo también lo hacía y ambos terminamos sonrojándonos

R: ves cómo tenía razón, ahora dime, hay algo entre ustedes?

A: Estas loca, Alfonso es mi primo

R: sus abuelos eran primos, ustedes realmente no son nada, ya dime, qué hay entre ustedes?

A: que no hay nada Rebeca, ves a la rubia con la que esta Alfonso?

R: si

A: pues ella es Mónica, su novia, solo mírala, como crees que Alfonso tenga ojos para alguien más teniéndola a ella y mucho menos a mí

R: tampoco te hagas el modesto, que tú tienes lo tuyo, sino ve a Cindy que sigue fastidiándote, si solo supiera

Días después Sergio finalmente apareció por mi casa un sábado con una invitación a una feria, en la cual fuimos acompañados de Regina, me llamaba la atención como ella permitía que yo estuviese con ellos en una de sus citas, no se veía molesta por mi presencia, incluso en algunos momentos me sentí culpable porque ella me trataba como si yo fuese su hermanito menor, al salir de la feria fuimos a dejar a Regina a su apartamento y después nos dirigimos a la casa de Sergio, pues allí pasaría la noche, cuando finalmente nos encontramos solos en el auto le reclame a Sergio por no haberme buscado antes, pero el solo se reía y me dijo que me conformara con que hoy estaríamos juntos, por lo que al llegar a su habitación le dije que no quería nada con él, que estaba cansado que solo me usara para coger, pero al parecer había agotado su paciencia en el auto y me dijo que yo sabía que él tenía novia y que no me pusiera mis moños, además que estaba caliente porque no había estado con Regina porque ella se encontraba en sus días, razón por la que empecé a llorar, sin importarme que lo hiciera frente a Sergio y salí de esa habitación para encerrarme en la habitación de enfrente que sabía se encontraba vacías, pues era la antigua habitación de tía Carla, Sergio estuvo tocando durante mucho tiempo para que abriera la puerta, incluso con voz baja, para que sus padres no lo escucharan, empezó a disculparse por lo dicho

Tras despertar al día siguiente aún muy molesto decidí salir de allí y me fui a la casa de tía Carla que está a pocos metros de la Casa de Irma y Saúl, los padres de Sergio, al llegar, tía Carla se sorprendió y le dije que había ido a una feria con Sergio pero que tenía hambre y nadie había despertado en casa de sus padres, por lo que tía Carla me invito a desayunar y por suerte no comento nada sobre mi salida a la feria con Sergio, por mi mente empezó a pasar la idea de escuchar que tenía por decirme Alfonso, quien se sorprendió al verme temprano en su casa y me pregunto si me quedaría esa noche, a lo que le respondí que quizás, pero al terminar el desayuno Alfonso salió y por curiosidad le pregunte a tía Carla a donde había ido Alfonso, a lo que me respondió que en la noche anterior él había pedido permiso a Luis y a ella para ir a un paseo con la familia de Mónica, con lo sensible que andaba termine pidiéndole a tía Carla que antes del almuerzo me llevara a mi casa

En la semana siguiente Sergio me pidió que el viernes saliera una hora antes del gimnasio, porque quería hablar conmigo, pero lo ignore, al menos durante las primeras semanas, porque todos los viernes veía su auto estacionado fuera del gimnasio al salir, pero después una tarde decidí salir temprano y llegar hasta su auto, al hacerlo él me llevo por un café, algo que se repitió los viernes siguientes, a veces era un café y en otras ocasiones un helado y cuando Jasmine empezó a salir con David y dejo de preguntarme por él, le dije a Sergio que estaba pensando en dejar de ir a l gimnasio los viernes y fue cuando él oscureció más las ventanas de su auto y empezamos a ir a un motel

Mis encuentros con Sergio empezaron a limitarse únicamente a los viernes por la tarde, lo cual me parecía bien, porque ante los ojos de Alfonso, quien era el único que sabía de lo ocurrido entre Sergio y yo, nosotros casi ni nos veíamos y cuando lo hacíamos yo siempre estaba acompañado por él y Emilio, pero todo empezó a cambiar con la llegada de junio…