Con el teletrabajo, más que trabajo soy la chacha
Echándome con violencia sobre la cama, colocándome de manera que le ofrecía mi culo uummm!!. Y acto seguido sin tan siquiera avisar aaahhh!!, sentí como me metía su polla hasta al menos la mitad ooohhh!!.
Buen inicio escolar, quedándome como amo de la casa.
Todo comienza un día entre la semana, día que hace precisamente días del inicio escolar, cuya vida continua a pesar de este virus, bueno comencemos. Tras haberse llevado mi mujer a los cr@s al colegio, me quede solo en casa como es costumbre, ya que con esto del coronavirus toca teletrabajar desde casa, si antes lo tenía como opción... ahora es una obligación.
Pues eso, tras marcharse y quedarme solo, me toca realizar algunas tareas caseras antes de ponerme a lo mío, como poner lavadora, recoger lo tendido para volver a tender lo lavado, bueno eso entre otras tareas. Pero precisamente, yo estaba en esta última tarea, debo decir que yo soy de esos que suele tender en la terraza en vez de la azotea. Pues eso… ahí estaba yo con tan solo mi bóxer, no porque haya dormido con tal prenda en vez de con un pantalón de pijama, sino que precisamente tras hacer la cama cogí y me quite las prendas de dormir para colocarlas tras la almohada, quedándome en calzoncillos hasta que me vista. Pero bueno, aclarado esto, prosigo…
Como he dicho antes, estaba en la terraza tendiendo, iba colocando las prendas en el cordel del tendedero, prendas que en su gran mayoría eran de mi mujer. Pues precisamente el día anterior cogió y se acercó al Primark (para aquellos que no lo sepan, esto es un gran almacén de ropa y complementos, cuyas mujeres se vuelven locas en su interior), donde compro entre otras prendas, varios paquetes de conjuntos de sujetadores braguitas y algunos tangas, prendas que me toco llenar el tendedero.
Pues eso, estaba poniendo las braguitas del derecho, tendiendo una por una, cuando precisamente tuve una extraña sensación de estar siendo observado, levanté la vista y darme cuenta como un hombre sentado desde la parada del bus de enfrente, no dejaba de mirarme. Algo cortado y con vergüenza volví a lo mío con la intención de acabar lo antes posible, volviendo pasado unos minutos a levantar la vista y comprobar como este continuaba mirándome. Hombre que pude ver bien, persona de cabeza al cero o al menos eso pensé desde mi distancia, pensamiento que di por echo por el brillo de su cabeza. Persona gruesa, aunque al estar sentado eso di por echo también, pues grueso y con michelines se podía pensar. Este iba vestido con un pantalón corto, camisa de cuadros, llevaba mocasines y una bandolera.
Yo estaba lógicamente a lo mío, tocándome ahora colocar los tangas de mi mujer, tangas que precisamente eran de hilo y que para nada me achique al colocarlos, aún más, puedo deciros que hice lo posible para que este viera que prendas iba colocando. Quedándome con descaro mirándolo, mientras que sutilmente posa su gran y gruesa mano sobre su muslo, mano que mientras no deja de mirar, asciende hasta su entrepierna y con descaró toca su bulto primero, continuando por magreárselo después... uuuffff!!.
Pensé que ese gesto no debía de ser hacia mi persona, pues sería una vergüenza si otro vecino se diera cuenta, luego piensas que más vecinos a esa hora no hay en el bloque… bueno al menos hacia mirando a la calle. Luego piensas en ese gesto tan desagradable, gesto que significa que te tiene un afecto o le gusto yo. Otros pensarían que es un acto casual, pudiendo pensar que este hombre al ser muy mayor por causa de estar sentado, tiene que recolocar y acomodar su miembro (quizás por el tamaño), otro lo achaque a que haya tenido una erección involuntaria y de paso una demostración de virilidad, o incluso un saludo como una manera de lenguaje corporal.
Gesto que sentí mi miembro endurecerse, llegando a mirar hacia abajo al tiempo que apartaba la lleve una de mis manos, aquello creo que tuvo tomarlo como una señal, pues cuando dirigí la vista hacia ese hombre de nuevo, pude ver como venía caminando en dirección hacia mi bloque. Me puse nervioso no era para menos, pero luego pensé que… ‘Yo no le he dado señal alguna’, sorprendiéndome cuando escuche el sonido del porterillo, dirigiéndome hasta este y contestar…
- “Si, ¿Quién es?”.
Respondiendo una voz gruesa…
- “Anda abre, no querrás que desde aquí te diga lo que me has dado a entender, piensa que seguramente haya algún vecino curioso escuchando”.
Fue escuchar eso y pulse para abrir el portal, escuchándole decirme…
- “Muy bien hecho, así me gusta que obedezcas a la primera”.
Fueron algo más de cinco minutos, pero tiempo que tuve para haberme vestido o colocarme alguna prenda que me cubriera, prendas que por los nervios no me puse, ya que la situación me desbordaba. Mire por la mirilla con la esperanza que no haya subido, deseando que se hubiera equivocado de planta o puerta abochornado se hubiera marchado, pero en ese pensamiento estaba cuando escuche el ascensor detenerse, abrirse la puerta de esta y salir esa persona. Hombre que, al verlo de cuerpo entero, debo decir que para nada era ese que me imagine, pues para nada era esa persona gruesa y con michelines, sino más bien gruesa y corpulenta, cuya barriga cervecera quizás más sea por la edad. Y cuyo rostro ignoraba, pues esa mascarilla le tapaba la mitad.
Pues eso, fue abrirse el ascensor y este salir al descansillo, miro de derecha a izquierda, dirigiéndose hacia la derecha… hacia dónde están los pisos que dan a la calle, quedándose dudando unos minutos delante de dos puertas y que timbre tocar, acabando por pulsar el de mi puerta. Y no precisamente pulso una vez, sino hasta dos veces, acabando por decir...
"Abreeee!!, venga… que sé que estás hay detrás”.
“Vengaaaa!!... me he dado cuenta por la mirilla".
En silencio me quedé tras la puerta, no dejándolo de verlo por la mirilla, volviendo este a decir…
- "Abreeee!!... o quieres que diga a grito pelado desde aquí, porque qué coño he subido".
Amenaza que me hace sentir como un escalofrió, pero que en verdad hace el efecto que él… espera, pues apartándome de la mirilla… acabo por abrir. Pudiendo deducir por el brillo de sus pupilas que este sonreía… pues la mascarilla te lo impide ver, acabando por colarse en mi casa, cerrando el mismo al tiempo que me mira de arriba hacia abajo, soltando un sonido de satisfacción al tiempo que suelta…
- "Joder qué bueno que estás".
Colocando su mano derecha sobre mis nalgas, apretando con fuerza y decir nuevamente…
- “Cabrón… que culito que tienes… uuuffff!!”.
Mano que aparto aireadamente, mirándolo con cara de malos amigos y cuando quise decirle algo pues yo la verdad, sí que no llevaba mascarilla), este soltándose de mi mano, coge y me da una fuerte cachetada en mi nalga. Soltando…
- “Sabes, supe que querías rollo cuando me toqué mi polla y tú miraste la tuya, seguro que se te puso dura, pues sino, no hubieras mirado hacia abajo”.
Quise responderle, pero este empujándome con su mano hacia el interior de mi piso, coge y me dice…
- “Anda, ve hacia la terraza y coge una de esas tangas de hilo que has tendido, cógela y tráemela, no querrás que vaya yo a por ella y que alguien se extrañe al verme, no creo que quieras que piensen mal… verdad”.
Callo y obediente hago lo que me ha pedido, voy caminando en dirección hacia la terraza, cogiendo una de esas tangas negras de hilo que he tendido, mirando hacia el exterior y ver pasar algunos conocidos, pensando para mí mismo… ‘Menos mal que este no ha salido’. Sacándome de mi trance un grito de esta persona, soltándome…
- “Vente ya maricona, venga que no tengo todo el día”.
Cojo y vuelvo a obedecerle, voy caminando hacia la entrada donde me espera este, persona que me mira y sonriente me dice…
- “Quiero que te quites tus calzoncillos y te coloques ese tanga, quiero ver cómo te queda puesto y sobre todo ese hilito”.
Suelta al tiempo que vuelve a cachearme las nalgas (sé que esta palabra es latina, pero realmente me la suelen decir, quizás porque sea más morbosa que una bofetada), mientras me acaricia la espalda, cuello y finalmente mi pecho… uuummm!!. Soltándome…
- “Pero que duros los tienes, seguro que estas empalmado y todo… ja ja ja”.
Dice al tiempo que dirige su mano a mi entrepierna, agarrándome mi miembro duro y erecto, soltándome nuevamente…
- “Joder sí estas empalmado como yo decía”.
¡Dijo al tiempo que me la magreaba… uuummm!!, magreando este mi miembro con su mano izquierda al mismo tiempo que con la derecha, comenzaba a magrear mis glúteos e incluso llegue a sentir uno de sus dedos presionar mi orificio… ooohhh!!. Soltando mi miembro coge y dirige su mano izquierda hasta su rostro, tirando de su mascarilla y dejándola caer, pudiéndole ver su cara de cerdo, rostro que era de una persona normal. Y que inclino este hasta posar sus labios sobre mi pecho, chupando mi pezón y succionándolo, llegando yo a soltar un sonido de disfrute… ooohhh!!. Soltándome, coge y me suelta…
“Venga maricona que no tengo todo el día, ¡quítate esa prenda de macho que no eres y ponte el tanga… uuummm!!”.
“Venga que quiero ver a la puta que me la va a comer y que voy a preñar… uuummm!!”.
Deje caer el bóxer y con el pie echarlo hacia un lado, ¡continuando por colocarme el tanga y ajustarme el hilo entre mis glúteos… uuummm!!, exclamando este al tiempo que me vuelve a dar una nueva y fuerte bofetada en mis nalgas, cachetada que me deja rojas mis blancas nalgas…
- “Joder cabrón… que bueno que estas, mira lo bien que te sienta el tanga, como si llevaras toda tu puñetera vida usándolo, mira a ver si son tuyos en vez de tu mujer… ja ja ja”.
Volviéndome a mirar al tiempo que veo como se baja la cremallera y tras introducir su mano en el interior de su pantalón, saca a duras pena su miembro… uuummm!!. Miembro que para nada va acorde con su físico, pues grueso y pequeño sino más bien grande y robusto… uuuffff!!. Sonriente me hace arrodillarme, acercándome su glande a la cara mientras me suelta…
- “Tu abra visto muchas películas porno… verdad, abras disfrutado cuando una de esas tías le come el rabo a esos… verdad, pues toma y házmelo a mí, ve recordando como lo hacen y chúpamela… venga”.
Cogiéndome una de mis manos y tirando hacia él, me hace cogérsela… instruyéndome cómo debo masturbársela, no dejando de gemir y decir…
“Venga... sigue tu solito, ¡muéstrame lo bueno que eres en esto… uuummm!!”.
“Venga… no pierdas el tiempo, ¡se perfectamente que eres muy listo… eeehhh!!”.
Fue soltar mi mano y continuar yo solo, no deje de deslizar durante unos minutos mi mano por su miembro, mientras me sujetaba con la otra a su pierna. Mi mano izquierda de deslizaba por su venoso tronco, llegando hasta la base y dejándola caer hasta llegar a sus grandes y peludos genitales, no dejando este de emitir sonido de satisfacción. Eleve la vista unos segundos, pudiendo ver como este a este con los ojos cerrados, cogiendo y sin esperarlo este, ¡levante su miembro y tras posar mi lengua en la base… uuummm!!, fui ascendiendo por el tronco hasta su glande y acabar por introducirme este, soltando este un sonoro gemido… ooohhh!!. Soltando…
“Joder… puta, ¡menuda mamada me estás haciendo… aaahhh!!”.
“Que calladito te lo tenías… eeehhh!!”.
Yo continúe con lo mío, deslizando la lengua por su tronco… descendiendo hasta sus genitales, chupando estos y lamiéndolos sin dejar de pajearlo… uuummm!!. Hombre que aprovecho unos minutos para soltar la hebilla, desabotonar el botón de su pantalón y dejar caer estos, prenda que cayó a sus pies por su propio peso. Diciéndome…
- “Bájame los calzoncillos, creo que estarás mejor”.
Como un sumiso le hice caso, cogí y tire de su prenda hasta los pies, volviendo a los pocos segundos a mi labor, cogiendo su tronco y deslizando su glande por mis labios… uuuffff!!. Mirándolo nuevamente a los ojos… ojos que me miraba, cogiendo y aprovechando para que no perdiera detalle, cogí y me introduje sus dieciocho centímetros en mi boca… ooohhh!!. Me la metí entera de una sola bocanada… aaahhh!!, mientras esté tomándome de mi nuca oprimía y gemía… ooohhh!!. No dejaba de insultarme y humillarme, no dejando de presionar e incluso comenzar a mover mi cabeza al compás de una penetración, comenzando a sentir arcadas y nauseas por la velocidad, bueno eso y que su glande se alojaba una vez tras otra entre mis amígdalas… aaahhh!!. Soltándome…
- “Tienes preservativo o tu folla a pelo como está mandado”.
Intentando reponerme, acabe por responder…
- “Si tengo… y vaselina, pero los tengo en el dormitorio”.
Haciéndome levantar, coge y me dice…
- “Ve a por ellos que te voy a follar”.
Cogí y me fui caminando hacia mi dormitorio, entre y delante de mi armario, corrí la puerta corredera, aparte las prendas que colgaban hacía un lado, cogiendo un par de preservativos y el bote de Durex (bote de vaselina), llevándome un tremendo susto al escucharle detrás de mí…
- “Joderrrr!!, tremendo arsenal de juguetes tienes, no me digas maricona que son todos tuyos… uuuffff!!”.
Acabando por coger este dos de ellos al tiempo que tome yo el bote de Popper, mientras esnifaba un poco de Popper, este me empujo sobre la cama haciéndome quedar de espalda a él. Tomo el bote de vaselina y tras untarse un poco en sus dedos, echo hacia un lado la tira de mi tanga y comenzó a deslizarlo por entre mis glúteos primero… uuummm!!, acabando por introducírmelo primero lentamente para acabar por sentirlo de un tirón… ooohhh!!, comenzando a sacármelo y volvérmelo a introducir… aaahhh!!. Dándome por girar mi cabeza hacía la izquierda, viéndome reflejado en el espejo de la puerta del armario, ¡observando a este disfrutar con aquello… ooohhh!!, sacándolo para volverlo a introducir, pero en esta ocasión me metió dos en vez de uno… uuuffff!!. Diciéndome…
- “Joder como te entran… uuummm!!, voy a disfrutar follarte en tu cama de matrimonio, aunque mi deseo era haberte follado contra la puerta, pero bueno en otra ocasión será”.
Saca sus dedos y al tiempo que me introduce uno de mis juguetes sexuales, juguete que no es otro que el plug anal, soltando…
- “Esto te dejara abierto mientras me la chupas de nuevo, mira cómo se me ha bajado por culpa del frio suelo”.
Mi plug no es precisamente de mi mujer… sino mío, también os debo decir que no es para principiante por lo que su tamaño es medio (12,7cm x 4cm), pues eso fue bajarme de la cama y sentarse él en la orilla de esta, colocándome en medio de sus piernas de rodillas, tomando su miembro e introduciéndomelo dentro de mi boca, ¡chupando y lamiendo una vez tras otras… aaahhh!!, hasta que este volvió a tenerla dura y lista. Levantándose al tiempo que tiraba de mí, echándome con violencia sobre la cama, colocándome de manera que le ofrecía mi culo… uummm!!. Fue quitarme el plug y verlo caer sobre la cama, y acto seguido sin tan siquiera avisar… me la metió… ooohhh!!... uuummm!!, sentí como me había metido su polla al menos hasta la mitad… aaahhh!!.
Comenzando este desconocido a bombear… uuuffff!!, este extraño controlaba la penetración mientras me tenía sujeto por las caderas, ¡disfrutando de cada una embestía… aaahhh!!, yo como es costumbre disfrutaba para dentro, apenas emitiendo sonido de satisfacción… uuuffff!!. Este de vez en cuando me soltaba la cadera para posar su mano en mi pecho, ¡pellizcándomelo con la amplitud de su mano… uuummm!!, acabando por tomar mi pezón y retorcérmelo hasta escucharme emitir sonido de dolor y algún que otro gemido… aaahhh!!... uuummm!!. Diciéndome…
- “Así me gusta… que disfrute tú también”.
Aquello me puso aún más, ¡tanto que mi miembro paso de su estado morcillón a ir despertándose… uuummm!!, sintiendo como mí polla se endurecía en el interior de mi tanga… ooohhh!!. Comenzando este a gritar durante al menos dos minutos, gritos que me asustaron, ya no por el mismo sino porque llamaran la atención de mis vecinos. Gritos que estaba dando en sus últimas embestidas, mientras sus manos habían pasado de mis caderas a mis hombros, manos que sentía sus dedos presionar mi piel con dolor. Hasta acabar y dejarse caer, cayendo yo sobre mi cama por el peso de este, estuvimos unos minutos que no sabría precisar. Luego fue levantarse y decirme…
- “Bueno maricona, ya has acabado con el servicio, chúpamela para dejármela bien limpia antes de marcharme”.
Cogiéndome del cuello y obligarme a metérmela en la boca, ¡chupando y limpiado los restos de semen que tenía impregnado, restos que para nada sabían mal… uuummm!!, quizás fuera por aquellos preservativos de sabores que compre en el Mercadona. Dejándosela bien limpia e incluso morcillona nuevamente, observando como este me mira el tanga, quizás llamado la atención por la gran mancha húmeda, mancha que no era de otra cosa que de haberme corrido. Acabando este por echar a un lado la tela húmeda, y con un gesto aún mas de humillación, coge mi miembro y me suelta…
- “Uuuffff!!, vaya mierda de polla tienes cabrón, no me extrañaría que quien lleve en esta casa los pantalones sea tu mujer, seguro que tiene un par de cojones”.
Luego fue acompañarlo a la puerta, le di sus pantalones y se los puso no sin antes haberse puesto sus calzoncillos, dándole su mascarilla y decirme este al tiempo que se colocaba la mascarilla…
- “Yo no sé tú, pero creo que te he encontrado un nuevo oficio, pudiéndolo ejerce mientras tu mujer trabaja fuera”.
No deja de magrear mis nalgas, dándome alguna que otra cachetada, volviéndome a decir…
- “Quizás el jueves me vuelva a pasar, tu deja todo preparado aquí en la entrada, deja condones… aunque mi idea es follarte a pelo, pero bueno por si acaso, deja vaselina… aunque no se para que, pues quiero verte con ese juguete tuyo en ese ‘coñitoculo’ que tienes. A y también deja ese bote que olías, supongo que es eso que utilizáis las mariconas para aguantar más”.
Vuelve a meterme sus dedos en mi dolorido orificio, eso sí… sin dejar de hablar… uuummm!!, mientras con su otra mano no deja de magrear mi pequeño y flácido miembro, miembro que este recoge restos de mi semen para acabar por introducírmelos dentro de mi boca… uuuffff!!. ¡Follándome ambas manos cada uno con sus dedos boca y culo… uuummm!!, soltando…
“Uuuffff!!, como me estas poniendo otra vez cabrona”.
“Mira te quiero ver a la misma hora tendiendo como una maricona en la terraza, tiende la ropa que sea, pero eso sí… debes de llevar puesto el tanga ese de hilo, pues nada más vernos subiré a tu casa para que me hagas el servicio completo”.
Antes de despedirme de vosotros, debo confesaros que esa experiencia me hizo pensar, pensar y en tramar futuras experiencias llenas de morbo… sobre todo morbo. Pues cogí y tras redactar un anuncio, anuncio que cogí y publique en web, donde ofrecía amistad y sexo, cuyo texto se podía leer…
“Anuncio para Maduro de 55 a 90 años caliente con ganas de sexo, que quieran acercarse a mí casa para recibir mamada y si quieren follarme, yo solo y aburrido desde las 8:00 hasta las 12:00 horas, ya que mi mujer está trabajando. Vienes, te hablo la puerta, entras y detrás de está te la chupo, y si te apetece me follas, acabas y te marchas. Yo 46a, 182, 85k, algo rellenito con vello, barba, buena persona y predisposición”.
Anuncio donde he recibido hasta cuatro respuestas, pero bueno eso si lo deseáis, ya os lo contare en otra ocasión… vale.
Bueno espero que les haya gustado y que hayáis disfrutado, antes de despediros ante una nueva confesión, debo dejar claro que no soy gay/homosexual como algunos me habéis preguntado. Simplemente me considero un heterocurioso con deseos de experimentar, casado y padre y con una vida oculta paralela para el morbo y el disfrute de otros, pero aun así me gustan las mujeres. No me considero bisexual, aunque mis actos me reflejen como gay, pero como me dijo un conocido… “En el sexo vale todo, y todo se vale”. Bueno dicho esto… lo dejo aquí, espero que os haya gustado tanto como a mí, espero vuestros comentarios. Claro está, mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente… todo junto).