Con el repartidor de tortas
Para comer, leche con tortas
Andaba muy caliente y me fui a ver que veía a un sitio de cruising. Serían las tres de la tarde y esperaba poder ver a gente que saliera del trabajo preferentemente en ropa de trabajo ya que me da la sensación de que los tíos así son más heteros y eso me da más morbo.
Andaba dando vueltas con el coche y vi que entraba una furgoneta blanca bastante vieja y me llamó la atención. Fue directamente a una zona un poco más oculta y me decidí a seguirle para ver como era el tío. Esperaba ver al tío de mis sueños, de 30 a 40 años, de piel curtida con barba sin afeitar de unos días y viniendo de trabajar en ropa de trabajo y todavía con manchas de cemento y pintura de no haberse podido lavar bien en el curro.
En la ventanilla vi un tío que no era así, pero no estaba nada mal. La cabeza casi afeitada para disimular su pequeña calvicie. Con barba de un par de días pero su trabajo no parecía ser muy duro. Vestía una camisa de cuadros. Eso era lo que podía ver. Por la cara se me antojó que no debía andar mal despachado y pare el coche cerca de la puerta del conductor y tras ver que no había movimiento por su parte me decidí a bajar del coche, me volví de espaldas y empecé a hacer como que meaba.
Escuché abrirse la puerta de la furgoneta y como se bajaba. Ahí ya se me empezó a poner tieso el nabo. Me volví pero no llegué a verle ya que debía andar por detrás pero si que escuchaba sus pasos hacia el portón trasero. Siguió andando y queda a mi vista cuando salió por laparte trasera. No estaba mal el resto de tío. Los pantalones eran azules como de salir y llevaba unos zapatos de seguridad. Iba con uniforme de repartidor, aunque todavía no sabía de que.
Se acercó al portón lateral y lo abrió y empezó a sacar cajas vacías que doblaba y dejaba fuera del camión. (Ya se encargarían los gitanos de la zona de cogerlos y revenderlos). Me iba acercando despacio para ver si había alguna insinuación y me seguí poniendo cachondo. Cuando se estirba para coger las cajas de dentro se le salió la camisa del pantalón y se veía el borde de unos calzoncillos grises de los que no tienen costura. Me puso a cien, lo de los calzoncillos es lo que más morbo me da y por lo que me dejo hacer cualquier cosa.
Fue dejando un hueco en la furgoneta, y recolocándole el resto de la mercancía de tortas y dulces caseros, puso dos cartones en el suelo y se subió y me miró. Me acerqué y le pregunté:
¿Dando una vuelta?
Si- me respondió- aquí a ver si echamos un ratito bueno.
Ya no me hizo falta más. Subí la mano y le empecé a coger el paquete intuyendo un principio de empalme nada despreciable.
Me ayudó a subir a la furgoneta y la cerró. Se puso enfrente de mi y me cogió con las dos manos el culo apretándome contra él hacíendome sentir su paquete en mi ingle.
Le acaricié los pezones y empecé a bajar la mano hasta que la metí entre los dos tocándole bien el bulto que parecía seguir creciendo. Me cogió por los hombros y me empujó para que me agachara. Me arrodillé y le empecé a quitar el cinturón de hebilla, seguí con el botón y empecé a bajar la cremallera. Pude ver con más claridad los calzoncillos grises de marca Impetu de los chinos que atrapaban un buen cipote. Le bajé los pantalones a media pierna y los calzoncillos sólo hasta que dejaron salir los huevos. Eran unos slips pequeños que le marcaban mucho.
El nabo estaba morcíllón y no esperé para metérmelo entero en la boca mientras me cupiera fácil antes de la empalmada que se prometía. Empujé hasta adentro enterrando la nariz en su mata de pelo sin afeitar. Tenía un ligero olor a orina de haber meado y guardarse el nabo sin sacudir del todo.
Elnabo empezó a ponerse duro y acabó talándrome la garganta y tuve sacármela. Se la chupé lentamente y acabó de ponerse tiesa del todo. Un pedazo de nabo mejor de lo que me imaginaba.
- Creo que he tenido mucha suerte hoy- me dijo e inclinándose un poco me desabrochó la camisa y me empezó a meter mano en los pezones.
Empezó a coger todo el pecho con la mano abierta pero poco a poco se fue centrando en los pezones pellizcándolos con los dedos. De pronto paró y me dijo:
- vamos a desnudarnos.
Empezó quitándose los zapatos de seguridad y unos calcetines blancos muy bastos. Se bajó los pantalones se los sacó apoyándose en mi para no caerse. Se desabrochó la camisa y se quedó solo con los calzoncillos que fui yo el que se los quité lentamente mientras le iba lamiento el interior de las piernas hasta que llegué a besarle los pies desnudos. Cuando estaba ahí abajo me dijo que le chupara los dedos y empecé a comérselos como si fueran caramelos. Los tenía fríos y se los fui calentando en mi boca.
Me hizo ponerme de pie y mientras que yo me desabrochaba los pantalones y los dejaba caer al suelo él me quitó la camisa y volvió a jugar con mis pechos. Esta vez me pellizcaba los pezones con las uñas y me haciá gemir de dolor pero cuando veía que yo no me retiraba seguía con más fuerza.
Me volvió a coger de los hombros y me hizo arrodillarme siendo esta vez él, quien llevaba el ritmo de la mamada con un bombeo que casi me metía entero el nabo. Era largo y no me cabía entero. Me la saqué un momento de la boca y le pregunté:
¿Se la han metido alguna vez hasta adentro del todo?
No, con el pijote como lo tengo ahora nunca, pero me gustaría mucho que hcieras como antes- me respondió
Le miré y asentí con la cabeza con lo que empecé a chparle cada vez más para adentro para ponerla jugosa, cuando creí que ya estaba todo bien ensalivado abría bien la boca y haciendo que la cabeza apuntara bien hacia la garganta le apreté bien el culo hacia mi con lo que la polla atravesó la campanilla y queda en toda la garganta.
Tenía que aguantar la respiración y apretarle bien para que no se saliera. El intentó moverse un poco pero esa vez no pudo ya que una incipiente arcada me hizo sacarme la polla. El tío gemía de gusto y decía que repitiéramos por lo que empezamos la operación de nuevo. Un par de veces más me la clavó pero aunque no era la primera vez que me penetraban la garganta tampoco estaba muy habituado y me empezaba a molestar.
El repartidor estaba ya fuera de control y me pidió que abriera la boca y me escupió. como vió que me gustó continuo desatando sus instintos y me cogió la cabeza y me metió el pijote de golpe comenzando un bombeo infernal. Me la sacó y me dió un torta suave en la cara. Vió que eso me ponía caliente y me volvió a escupir y dar otro par de hostias. Me metió la cara en los huevos y empecé a comérselos. Iba cada vez más abajo hasta que estaba a punto de llegar al agujero del culo. Me paré y le pregunté:
¿te gusta que te coman el culo?
Me gustaría, pero vengo de trabajar y no estoy duchado. me dijo
pero ¿te gustaría? le insistí
si a ti no te importa haz lo que quieras.
Me apoyé en la pared de la furgoneta y le pedí que se agachara sobre mi cara y abríéndole los cachetes empecé a meter la lengua por el agujero diciéndole que hiciera fuerza para que pudiera sentir la lengua más adentro. Estaba gimiendo de gusto y me pidió clavármela de nuevo. Mientras cambiábamos de postura le pregunté
¿ qué cosa te gustaría hacer que nunca hayas hecho?
No se. dame tú ideas.- respondió
¿Has meado alguna vez a alguién?
no. Pero si tú quieres lo intento aunque ahora como estoy de caliente no puedo y quiere correrme ya. Pon esa boquita como tú sabes que te voy a echar la leche en la garganta.
Me agaché, abrí bien la boca poniendo una postura para que entrara hasta adentro y empujó fuerte, le apreté las nalgas y con dos movimientos de cadera empecé a sentir como se hinchaba la polla y la leche caliente directa a la garganta mientra gemía como un loco.
Sacó la polla de la boca y me acarició el pelo con ternura.
. No sabes la suerte que he tenido hoy.- me dijo
el que ha tenido suerte he sido yo- le contesté
anda, limpia la polla- me dijo
Me metí el nabo en la boca que ya estaba decayendo y vi como el repartidor empezaba a hacer algo de fuerza y sentí un pequeño chorrito de su meado.
Esto es lo que puedo darte hoy pero otro día te voy a hartar porque me ha dado gusto
¿nos veremos?
Si
me dió su teléfono para que cuando tuviera tiempo sobre esa hora le llamara para darme bien. Esto sólo había sido el principio y que ya iríamos haciendo algo más.
Otro día contaré...