Con el profe de Educación Fisica
Aquí mi historia que me lleva a mostrarla ante todos vosotros ya que es un tanto curiosa y fuera de si para un chaval de 18 años. Ahora tengo 24 y jamás podré olvidar esto...
Aquí mi historia que me lleva a mostrarla ante todos vosotros ya que es un tanto curiosa y fuera de si para un chaval de 18 años. Ahora tengo 24 y jamás podré olvidar esto...
Como cualquier septiembre iniciaba las clases con mis compañeros, empezaba 4° de ESO por segundo año ya que repetí.
Llegamos al instituto y como cada año la jefa de estudios nos estaba esperando en la puerta indicándonos cual era nuestro grupo y tutor, habían muchos profesores nuevos, pero uno en especial, el de Educación Física.
Para mi sorpresa era mi tutor, un chaval joven de unos 27 años que empezaba currar como profe por primera vez.
El era alto 1,78 apx. Con espaldas marcadas al igual que sus pectorales que dejaba lucir su camiseta blanca ajustada y sus pantalones cagados grises de chandal, ojos marrones, pelo castaño y mentón definido... La fantasía ideal para un chaval de 18 años que chorreaba hormonas por todos los poros de su cuerpo.
No podía parar de mirarlo mientras inconscientemente me mordía el labio y notaba como todo mi cuerpo se agitaba interiormente provocando el crecimiento de mi polla.
Era el primer hombre que veía en persona que me ponía tan cachondo, ya que yo era un pueblo de la España profunda y mi mayor fantasía era el padre de mi amigo cuando pasaba por la puerta de casa haciendo deporte y se le marcaba el rabo con los pantalones cortos, el era el poseedor de mis mejores pajas hasta ese momento.
Todavía con los calores del mes de septiembre mi profesor (Que se llamaba Carlos) nos sacaba a hacer deporte a las pistas, se ponía a explicarnos los ejercicios haciéndonos demostraciones y eso me encantaba, me moría de ganas por que se echase una carrera solo por ver su polla rozando sus pantalones, su pelo despeinado y sus rastros de sudor por su camiseta.
Llegaba a casa, comía enseguida solo para ir a descargar lo que ese hombre me provocaba, se me ponía durísima solo con recordar esa imagen de el corriendo y esa olor a macho tras la clase, que hacia que mi polla gotease como nunca antes lo había hecho y me corriese en tan solo dos minutos.
El curso iba avanzando y el cada día me ponía mas cachondo, pero lo que verdaderamente marco esta historia ocurrió en el mes de junio, después de todo el curso y con la cara de perro que lo miraba...El se había dado cuenta de que me ponía y mucho.
Carlos nos hacia un examen físico de correr al final de la evaluación, pero el día del examen pese a mis ganas de ir a clase por sólo verle estaba enfermo y decidió hacerme el examen en los siguientes días en un recreo.
Con la calor del mes de junio yo que soy un chico delgado, moreno y masculino me gustaba presumir todo lo que podía delante de el, ese día yo me puse unos short por encima de la rodilla, de esos que a mi me gustaba verles puesto a todos los buenorros que se les marcaba toda la polla y una camiseta ajustada
El profesor me esperó en la puerta del pabellón, yo nervioso de estar a solas con el, me temblaba hasta el ultimo pelo de mi cuerpo pero sin mas me dijo que empezase a correr, el se sentó en un banco del pabellón marcando su gran paquete como de costumbre.
Cada vuelta que le daba a la pista mi deseo de que me cogiese y me follase el culo era mayor, lo que conllevo que me empalmase y aun que yo no lo quisiese ni pensar, el se dio cuenta. Tras 15 min corriendo me hizo una señal y pare, mi polla se bajó de una, me quite los auriculares y me dijo que estaba bien, que pasase al vestuario a cambiarme.
Para mi sorpresa una vez dentro, Carlos, mi profesor, paso y se puso a mirarse al espejo rozando su polla con el mármol del lavabo a través de sus pantalones, en ese momento me di cuenta y mi mirada se clavo en du paquete. El me miro y me sonrió diciéndome seguidamente ¿Que pasa? Yo agache la cabeza, en esos momentos no sabía que hacer, me temblaban las piernas, me quede en shock, no sabía como reaccionar pero me levante y me puse a su lado frente al espejo, me echo la mano al hombro y me miro el paquete a través del espejo, su mano bajo por mi espalda y en ese momento mi mano rozo sutilmente su culo, el me apretó el mío con fuerza y empezó a comerme el cuello, era mi fantasía hecha realidad, me estaba liando con mi mito erótico. Pero esto no acabo aquí...
Mi polla y la suya continuaron rozándose a través de los pantalones, su olor a macho la cual me ponía enfermo me inundaba. Esto provocaba que mi respiración fuese aumentando conforme me comía el cuello, no podía aguantar más y decidí meterme la mano al paquete, una gran polla de 19-20cm, goteando con un buen capullo cubierto por el prepucio y esa olor a polla que me volvía loco, no dude ni un solo segundo en arrodillarme y metérmela en mi boca. Tan solo una metida y empezó con unos ufff...
Estos gemidos me ponían mas cachondo todavía y me ensañaba con su gran polla, sus manos pasaron a mi cabeza y comenzó a follarme la boca mientras mi nariz se metía en sus pelos impregnándome de su olor a cojones y mi barbilla rebotaba en sus huevos. No podía parar de mirarle mientras me ahogaba con la polla, la saliva brotaba de mi boca junto a su líquido preseminal, mis pantalones cortos iban a reventar de la gran empalmada que llevaba, el me levanto tras unos 15 minutos de mamadas, me bajo los pantalones de un tirón y se metió mi polla a la boca.
Me hizo gozar como nunca mientras me empezaba a meter un par de dedos por el culo, era la primera vez que me metían nada pero me encantaba que lo hiciese el, tras hacerme disfrutar y casi correrme en su boca me giro, me puso mirándome al espejo, me abrió el culo y me escupió, seguidamente se escupió el en su mano lubricando su polla, me abrió de nuevo el culo y me dijo umm que buen culo, ¿ estas preparado?
Mi deseo era que me metiese su tranca y me hiciese gozar como nunca antes.
Le dije que si, que estaba preparado, bajo su prepucio y empezó a meterme su gran capullo por mi culo, era una sensación rara pero a la vez placentera. Fue poco a poco dándome mas fuerte, no podía parar de mirarlo, mis manos agarraron su peludo culo y las suyas me agarraban fuertemente por las axilas, me empotraba contra el mármol del lavabo, sus huevos rebotaban en mi, la situación era un tanto extraña pero no quería que acabase.
Tras unos minutos Carlos me apretó y me dijo que se quería correr en mi cara por lo tanto y debido a mi elevado grado de calentón le dije que si, me arrodille ante el y mientas le comía los huevos derramo litros de leche caliente sobre mi cara y mi boca.
Pero aquí no acabo, el se arrodilló, me comió la boca llevándose consigo su semen y escupiéndolo después en mi polla mientras me hacia una mamada y conseguía que lo ahogase con mi polla y mi corrida.
Rápidamente nos limpiamos y el me pidió que esto no lo podía contar a nadie.
Esto sucedió una semana antes de acabar el curso y para mi es lo mejor que me ha pasado hasta ahora en mi vida.
Os seguire contando alguna vivencia mas... hasta la proxima!!