Con el primo de mi novio III

Con el primo de mi novio, un poco con mi novio, un poco de provocación e exhibicionismo y con la hermana de mi novio.

Tras ese rico dedo con la tia de Tommy, que ya era casi medio día, llegaron los chicos, que se habían ido toda la mañana a comprar comida para hacer una barbacoa. Durante la comida me miraban todos los chicos, se les salían los ojos hacia mi bikini blanco, que me quedaba tan apretado y que marcaba bastante mis pezones. Tras la comida estuve tumbada en mi cama con Tommy, a solas. Según nos tumbamos en la cama, me sacó las tetas del bikini dejándolas al aire libre y empezó a comermelas un poco y a acariciarlas.

  • Que caliente me has puesto en la comida con este bikini Angy, ¡se te ve todo! - Me dijo Tommy mientras le pegaba un bocado a mi teta derecha.

  • ¿Así? - Me hice la tonta.

  • Sí, pero tranquila, nadie se ha fijado. - Me dijo él. Pobre, se había fijado todo el mundo y no habían parado de mirarlas, pero no se lo iba a decir eso yo.

  • Menos mal. - Y suspiré, no dije más, era lo mejor. Él seguía comiendome las tetas e iba aumentando mi calentura. Ya tenía los pezones bien duros, por lo que una de las manos que masajeaba a mi teta libre la bajo a mi rajita, empezó a acariciarla por encima de la braguita.

-¿No te queda un poco pequeño el bikini? - Me dijo, mientras se echaba para atrás para bajar la braguita del bikini hasta mis rodillas.

  • No es mío, es de tu hermana.

  • Pues a ti te queda mejor. - Dijo antes de hundirse entre mis piernas, y empezar a devorar mi coñito, como si no hubiera mañana. No tarde mucho en venirme, tenía muchas ganas.

  • Gracias cariño. - Le dije cuando me corrí.

  • Luego me darás mi recompensa gatita. - Dijo a la par que se tiraba a mi lado y me abrazaba.

Tras esta comida de coño proporcionada por mi novio (que a pesar de ser muy buena, me quedé con ganas de más, pero me epseraré hasta la noche), nos quedamos dormidos, yo una media hora, ya que sonó la puerta, y sin esperar respuesta se abrió.

  • Ángela... Ángela... ¿Puedes venir? - Decía Lucas, que se había asomado.

Institntivamente me tapé las tetas, pues estaba tumbada con las tetas fuera del bikini, como las había dejado Tommy que seguía dormido. Y con la braguita del bikini bajada, como también él la había dejado. Me lo coloqué todo y salí.

  • Dime.

  • Estabas mejor antes, ¿te vienes a dar una vuelta?

Tras ponerle ojitos y morderme el labio inferior le respondí. - Vale.

Volvi a entrar en la habitación y saqué un vestido escotado con motivos florales y un short blanco. Tras pensarlo un rato, me cambie y me quité el bikini, solo me puse un tanga de ropa interior, negro. Sin sujetador.

  • Cariño me voy con Lucas a dar una vuelta, ¿te parece bien?

  • Ummm. - Fue lo único que dijo Tommy.

  • Eso es un sí. - Dije.

Salí, y fuimos a un parque cercano que había por la zona, allí no había mucha gente, con el calor y en plena tarde. Nos pusimos bajo la sombra de un gran árbol.

  • Perdona que ayer fui muy duro. - Me dijo, en referencia al polvo que habíamos echado.

  • ¿No te gustó? - Le pregunté.

  • Sí.

  • Pues entonces. - Le dije y acto seguido le besé en la boca, fue un morreo, casi pareciamos más novios en ese momento que amantes bandidos.

Tras ello, pusó una mano suya en mi pecho.

  • No llevas sujetador. - Dijo

  • No ¿mejor no?

  • Desde luego. - Dijo mientras me acariciaba las tetas por encima del vestido.

Estaba más atendida por el primo de mi novio, que por mi propio novio, con Tommy era todo mucho más lento, quizás más romántico y estaba bien, pero Lucas iba más al grano, quizás más a lo que necesitaba en ese momento.

Serían las 17:30 más o menos en ese momento, ya llevábamos un rato besándonos y toqueteandonos entre los dos: él ya me había tocado mucho las tetas (por encima y por debajo del vestido) y sabía que mis pezones estaban duros y yo a él ya le había desabrochado el pantalon, cuando sin decirme nada me hizo claras señas para que me sentara encima suya.

No era mi primera vez en un parque, y sabía lo que había que hacer, asi que antes de levantarme miré que no hubiera nadie, y no, no me veía nadie. Luego me desabroche el short y lo dejé caer, luego me quité el tanga ante su antenta mirada y se lo lancé, el sonrió y se lo guardo.

Posteriormente, el se bajó un poco los pantalones, y se sacó su polla y se puso condón, y yo me senté sobre él, así en medio del parque, bueno estábamos un poco apartados. Y así yo encima suya, moviendome mientras el me besaba, me comía el cuello o jugaba con mis tetas hasta que ya se decidió por sacarlas y liberarlas del vestido. Estuvimos un buen rato, porque al principio no estaba yo bien lubricada aunque por el morbo de hacerlo en público no tardé mucho, y luego porque me movía muy despacio.

Cuando ya llevábamos un rato dandole al tema,los dos ya jadeantes, aparecieron unos amigos suyos, que se sentaron cerca nuestra.

  • Por favor no pares, sigue. - Me susurró Lucas al oído.

  • Pero... - Me quedé helada. - Déjame. - Le dije, estaba haciéndolo con él, y de repende aparecieron dos amigos suyos. ¿Qué se pensaba? ¿Qué yo era su puta, que podía exhibirme?

Yo me intenté levantar, pero él no me dejó me tenía bien sujeta y no me podía liberarme. Siendo sincera tampoco me esforcé mucho en liberarme, y aunque yo paré de moverme sobre él, él empezó a moverse desde abajo para seguir metiéndomela. La verdad, me dio morbo que nos mirasen los dos amigos, no sé porque.

Pero poco a poco volví a moverme sobre Lucas, y a pesar de que cuando aprecieron los dos amigos también poco a poco empecé a desinhibirme y a soltarme. Ya delante suya, volvía a moverme como antes de que aparecieran, volví a sacarme las tetas mientras ellos miraban. Y ellos poco a poco también se fueron soltando.

Estaban sentados uno a cada lado nuestro. Aunque al principio estaban más cortados, al poco empezaron a soltarse más.

  • Como se mueve. - Decía uno.

  • Ya ves. - Le decía el otro. - Parece una profesional

Ah cada comentario que me decían, yo más me encendía, me estaban calentanto y yo estaba cerca de vernirme, yo y Lucas también. Al poco, ambos empezaron a sobarme las tetas, estaba claro que no me importaba pues no me quejé y se notaba mucho que lo estaba disfrutando. Tenía a tres chicos para mi, uno follándome y otros dos jugando con mis tetas. Y así me corrí, con ellos tres dándome placer.

  • Oye Angy, ¿nos la chupas a nosotros dos? mira como estamos. - Dijo uno de ellos, señalándose el bulto, yo aún no me había levantado del propio Lucas y ya me había dicho eso. Y me llamaba Angy, como si hubiera algun tipo de confianza con ese chico que no conocía, pero que me había magreado bien las tetas.

  • Bueno... Yo... ¿Aquí? - Me hice un poco la loca, en verdad después de lo que me habían hecho ellos, lo justo es que se la chupara a ambos.

  • Tranquila, conozco una caseta abandona aquí mismo. - Dijo el otro (mierda pensé), se le iluminó la cara.

  • Emm... Vale, vayamos. - No me quedaba otra, y ya bueno... Lo iba a disfrutar.

Me levanté, me puse los shorts, y fuimos para allá. Y entramos en una caseta claramente abandonada, con los cristales rotos, mucho polvo y no es que oliese muy bien.

Pero bueno, me puse de rodillas y ellos dos se sacaron sus pollas, y empecé por uno, mientras el otro se la meneaba un poco; y los iba alternando un poco para que ninguno se quedará frío.

  • Sacate las tetas. - Me dijo uno, pero el otro que no estaba siendo atendido en ese momento no me dio tiempo a sacarlas del vestido, y me quitó el vestido. Mientras Lucas que estaba ausente hasta es momento, me bajó los shorts y empezó a comerme el coñito. Yo que ya estaba caliente por el momento, encima con Lucas comiendome el coño, más aún.

  • Que bien la comes, zorri. - El mismo que antes me había llamado Angy minutos antes, ahora me llamaba zorri. Eso me calentaba mucho. El que ahora estaba libre de los dos me pellizcaba las tetas.

  • Venga anda, deja que te la metamos un poco. - Dijo uno.

No dije nada, simplemente me recoloqué para mientras se la comía a ese, que el otro me la pudiera meter en mi cuevita y que a la vez Lucas no parase de comermelo. Y así estuve con los tres al mismo tiempo. Uno follándome el coño, otro comiendomelo y el otro follandome la boca. Así se fueron turnando, todos fueron pasando por cada parte de mi cuerpo, hasta que ya les quedaba poco para correrse.

  • Yo quiero correrme en su cara.

  • Yo en sus tetas.

  • Yo cara también.

A mi me daba igual, donde se corrieran, asi que se pusieron los tres en torno a mi, todos frente mi y de uno en uno se la fui comiendo a los tres, hasta que se corrieron los tres a la vez, sobre mi cara y lo que cayera más a las tetas. Mientras ellos se corrían sobre mi, yo me hacía lo mismo con mis dedos.

Me limpie como pude con un clinex, bueno con varios, bastantes.

Luego, salimos de allí, los dos se despidieron y me fui con Lucas de vuelta a la casa. Cuando volvimos mi novio, no estaba enfadado en sí, pero tampoco contento... Le dije que habíamos ido de compras... Y que Lucas necesitaba consejo femenino en sus compras. Él se lo creyó y se quedó contentillo, porque aún así, le conozco y sé cuando no tiene muchas ganas de nada. Así que, ya que él no estaba de humor no tuvo su recompensa.

Como volvimos tarde (serían las 19:30), me di un baño sola, con mi bikini de verdad, no había nadie ya en la piscina y me hice unos largos para limpiarme y relajarme un poco y me salí. A esa hora ya todo el mundo estaba ocupando haciendo algo, pues ya casi se había ocultado el sol. Luego me duche y me puse una camiseta larga de andar por casa y unos pantalones cortos. Sin sujetador y con braguitas azules marino con lunas blancas.

No ocurrió nada especial durante ese tiempo hasta la cena. Después de la cena los mayores se fueron a tomar algo por el pueblo, Tommy y Lucas se se pusieron la televisión a ver el fútbol, y los gemelos se fueron a otra habtación; y solo quedábamos Eva y yo... No queríamos ver el fútbol, y no teníamos con quien salir, asi que Eva tuvo la gran idea de ir con los gemelos a ver que estaban haciendo.

  • Ey! ¿Pequeñajos que hacéis? - Dijo cuando entraba por la puerta, me sorprendió porque por la mañana se había enfadado con ellos, parecía habersele pasado.

  • Aquí jugando. - Estaban jugando a las cartas, al póker. - ¿Queréis jugar?

  • Vale, venga que os gano. - Dije, yo sabía jugar al póker, tampoco era muy buena, pero sabía...

  • ¿Qué apostamos a que no? - Dijo Victor, muy confiado de si mismo.

  • ¡Lo que quieras! - Se metió Eva en la conversación.

  • Pues o jugáis con dinero o con ropa, vosotras elegís. - Dijo Victor.

  • Con ropa no guarro, y yo dinero lo tengo justo y contado, asi que tampoco.

  • Okey, busquemos otro juego. - Dijo, Alex, el otro gemelo.

Nos pusimos a buscar otro juego, pero todos eran de mesa, hasta que encontramos el twister (el que no sepa que juego es, que lo busque), ese nos parecio bien a todos, pues los de mesa no nos gustaron a nosotras.

Pusimos un poco de música para hacer un poco de ambiente y empezamos a jugar los 4 al mismo tiempo, la manija iba indicando unos colores y o mano o pie, ibamos adoptando cada vez posturas más raras e incomodas y poco a poco ibamos cayendo. Y según terminaba una partida empezabamos otra, así durante 1 hora.

Cuando uno se caía, los demás seguían jugando hasta que solo quedase uno.

Durante la partida, podría decir que hubo tocamientos de más, por parte de todos. En muchas ocasiones que alguno de los gemelos quedaba a mi espalda, aprovechando que en el juego muchas veces había que estar inclinados y pegados, aprovechaban para pegarse a mi culo con su paquete; yo me hacía la tonta y no decía nada, y en otras sin dejar de hacerme la tonta pegaba un poco más mi culo a su paquete (inocentemente). A Eva también la hiceron lo mismo y tampoco dijo nada, me fijé en alguna partida en la que quedaba eliminada antes de la final.

Y en otras ocasiones, como mi camiseta era holgada y muchasveces yo estaba inclinada bocaabajo, a poco que hubiese alguien enfrente mirando me iba a ver las tetas... Y la verdad, que pillé a los tres mirando en alguna ocasión, ahí si dije algo, por no parecer demasiado tonta, aunque solo decía "Oyeee".

Así transcurrieron las rondas, y yo con cada roce y cada miradita mi iba excitando más y más, no es una sorpresa a estas alturas del relato, soy muy morbosa y me excito fácil... Asi que para la última ronda, me baje los pantalones un poquito, lo minimo, lo justo como para que en cualquier roce se estiransen un poco y se pudiera ver una pequeña franja de mis braguitas... No era gran cosa, pero supuse que a los tres, les agradaría un poco verme las bragas y a mi me excitaba pensarlo.

En un momento de la partida la disposición que teníamos de derecha a izquierda era: Alex, Víctor, yo, Eva. Y ahí fue cuando me vio las braguitas Eva.

  • Uy, que braguitas más bonitas Ángela. - Dijo Eva, estirando un poco de la goma.

  • ¿Cómo son? - Preguntó Alex.

  • Si quieres verlas tendrás que venir hasta aquí. - Dejando claro, que solo se veían desde detrás mía.

  • Muy bien, para allá voy. Pero no te caigas eh - Dijo éste.

Los siguientes turnos fueron un intento y acoso suyo y de su hermano, por conseguir llegar a la esquina donde estaba Eva. Pero realmente no lo consiguieron, pues me caí antes de que consiguieran llegar.

  • Eso no vale, te has dejado caer, eso es trampa. - Dijo Alex

  • Pero si vas a ganar no te quejes. - Dije yo.

  • Ya pero has perdido aposta, tramposa. - Insistió.

  • De verdad que no, si quieres jugamos otra y t lo demuestro. - Dije yo.

  • Venga va. - Dijo, colocándose detrás mía.

  • Ah no, no. Si quieres verlas, ya sabes, a tu sitio de antes, y consigue llegar hasta aquí. - Dijo Eva.

  • Muy bien. - Dijo él.

En cuanto avanzó la partida Eva, que veía mis braguitas perfectamente desde detrás mía, no paraba de picarles a los chicos y decirles lo bonitas que eran y cosas similares. Aunque le duró poco el verlas, pues en dos rondas ya no estaba inclinada bocaabajo, sino que ya me encontraba bocaarriba (como si fuese un cangrejo) (insisto, el que no sepa que juego es, que lo busque para entenderlo todo). En esa posición me tocó cambiar la mano derecha al color más alejado, me iba a caer pues estaba muy desequilibrada. Pero antes de que me cayese, bocaarriba y totalmente indefensa, Alex levantó un poquito mi pantalón para verlas. Luego caí bocaarriba sobre la lona.

  • Eh, eso no vale, no te las puede ver así. - Dijo Víctor.

Yo me levanté del suelo. - Que pesados. - Dije bordemente (en verdad estaba buscando proocarles), y me baje los pantalones hasta las rodillas, enseñandoles las braguitas, y me giré sobre mi misma. - ¿Contentos? ¿Os han gustado?

  • Siiiii. - Dijeron los dos, y Eva también mientras se reía.

  • Pues ahora enseñadme lo vuestro. - Dije refunfuñando.

  • ¿Qué dices loca? Ni de coña. - Dijeron ellos dos.

  • Venga chicos, es lo justo, vosotros me habéis visto a mi, ahora yo a vosotros.

  • Cuando terminemos. - Dijo Alex.

Y según fueron terminando fueron enseñando su respectiva ropa interior, ellos calzoncillos azules y negros, Eva braguita negra.

Tras esta última partida que ganó Eva, nos dimos las buenas noches y cada uno se fue a su habitación ya a dormir. Los padres aun no habían regresado, y los dos mayores ya se habían ido a dormir (que aburridos ambos, a pesar de que uno era mi novio y el otro también me follaba).

Eva y yo nos metimos en nuestra habitación.

  • ¿Tú no estabas enfada con esos dos, después de lo de esta mañana? - Le pregunté a Eva ya en la intimidad.

  • Sí, pero les he perdonado, no merece la pena enfadarse. - Dijo Eva.

  • Ya, tienes razón.

  • Además, si no les hubiese perdonado, no hubiésemos jugado y no hubiese visto tus braguitas. - Dijo ella.

  • Hay que pesados sois los tres, con el tema oye. - La dije yo.

  • Pues no es lo único que he visto.

¿Ah no? ¿Y qué más viste? - La dije yo mientras me acercaba a ella, sabía perfectamente que iba a decir mis tetas.

  • Tus tetas. - Dijo ella con una enorme sonrisa.

Ya solo estábamos a un metro, pues me había ido acercando a ella, y cuando esábamos suficientemente cerca, me quité la camiseta y la cogí de las manos llevandoselas a mi pecho. - Pues son tuyas. - La dije mientras hacía todo esto.

Ella se quedó boquiabierta, pero aun así sus manos, nos se separaron ni un palmo de mi pecho y poco a poco empezó a acariciarlo suavemente. Nos besamos, sus manos seguían en mis tetas, las amasaban y estrujaban; las mías estaban en su culo haciendo lo mismo. La quité la camiseta y estábamos las dos en tetas, le besé el cuello y fui bajando por todo su cuerpo desnudo, hasta llegar a su cintura, le baje los pantalones y las braguitas.

Me puse de rodillas, y ante mi quedó su rajita, su coño, depilado y suave, gordito. Primero lo besé para luego empezar a comermelo, metiendo mi lengua, dandole lametones y algún mordisquito. Luego ella me ayudó a levantarme y me quitó los pantalones, me sentó en el borde de una de las camas e hizo lo propio con mi sexo, ya estabamos las dos a puntito; y culminamos el momento con un 69 quedando ella sobre mi, ahí nos corrimos una en la boca de la otra; para luego fundirnos en un beso en la boca largo y tranquilo.

Luego nos tumbamos en la misma cama, abrazadas.

  • ¿No es tu primera vez con una chica no? - Me preguntó.

  • No ¿y la tuya?

  • Sí. ¿E infidelidad? - Me volvió a preguntar ella.

  • Tampoco. - La respondí. Tampoco será la última.

Luego nos quedamos dormidas, las dos juntas, abrazadas.

Así terminó el sábado...


Siento no ser tan explicita en algunos detalles sexuales, y a lo mejor sí más en la previa del momento, va según me dé a mi más morbo, o a lo mejor que no me parezca tan necesario describir ciertos detalles. Espero que os guste.