Con el nuevo mecanico de la familia

La vez en que quede cautivada con el nuevo mecanico de la familia.

Hola ¿como están? Para los que no me conocen me presento; soy Melissa, tengo 18 años y soy blanca, ojos cafés, delgada, cabello lacio castaño poco mas debajo de los hombros. Tengo senos medianos pero para mi edad y mi estatura que es de 1.70 creo que son de buen tamaño, mi trasero es redondo y paradito y mi principal atractivo, según amigos y mi novio son mis piernas: las tengo bien formadas y un poco rellenitas pero bien torneadas.

Bueno pues les voy a contar otra experiencia más que he tenido. Como recordaran les comente en mi primer relato que he tenido experiencias sexuales a pesar de mi corta edad, pero no todas les experiencias han sido con mi novio. Algunas veces porque gusto y otras veces obligadas como este momento que les voy a contar.

A mi padre siempre le ha gustado tener un lugar a donde acudir siempre para no buscar en otras partes, ya sea doctores, abogados, carpinteros e incluso mecánicos. Le gusta tener ya un lugar fijo para ir cuando necesita ciertos servicios. Pues bien, hace una semana el carro de mi padre tenía ciertas fallas y quería que le checaran ese problema. En ocasiones yo lo acompañaba en mi carro para que si él lo tenía que dejar pues nos veníamos en el mío.

Pues bien, la primera vez que lo acompañe al taller fuimos en ambos carros, él llego primero así que entro primero y yo mientras busque donde estacionarme. Al encontrar donde lo hice, y al bajarme del auto, las miradas de varios tipos fueron hacia mí ya que siempre me ha gustado usar minifaldas, si es mas arriba de medio muslo mejor ya que me considero una chica coqueta y me encanta que me volteen a ver. Mientras caminaba hacia el taller mecánico oía que me chiflaban, que decían muchas cosas algunos tipos, algunas eran cosas bonitas y otras cosas vulgares y sexuales pero igual me gustaba que me dijeran cosas.

También escuchaba algunas señoras que les reclamaban a ellos su falta de respeto hacia mi, por ser una menor de edad, pero esa situación me daba risa. Al llegar al taller mecánico vi que mi padre estaba hasta el fondo con su carro platicando con el jefe del taller así que me metí para encontrarme con él. Todos los mecánicos ahí me volteaban a ver y escuchaba como susurraban entre si refiriéndose a mis piernas y otras partes de mi cuerpo. Yo me sentía deseada y me gustaba la idea de que hombres mayores se fijaran en mí como mujer, pese a mi edad; yo solo les sonreía y les cerraba un ojo, lo que los alborotaba más. Al llegar con mi madre me dijo que en un ratito más nos íbamos que el maestro fue a sacar el presupuesto y que ya regresaba en unos minutos. Le dije que no había problema y me recargue sobre el cofre de su carro mientras volteaba hacia los mecánicos sin que lo notara mi padre.

En eso se abrió la puerta de la oficina y salio el maestreo. Era un hombre no más de 35 años, moreno cabello negro, de cuerpo musculoso y de barba partida cosa que me encanta. Hablaba con mi padre y cuando me miro nuestras miradas se cruzaron y no pude voltear hacia otra parte; realmente ese hombre me había cautivado ya que, no digo que los mecánicos no sean guapos pero este parecía más actor o modelo que mecánico. Fue hasta que mi padre me hablo y me dijo que lo espera que iba a la oficina con el maestro para ver precios. Le dije que si que aquí lo esperaba.

Sentía de nuevo las miradas de los demás mecánicos hacia mí y lo que hice fue sentarme sobre el cofre del carro de mi padre y crucé mi pierna derecha sobre la otra y fingiendo no verlos me puse a acariciarme suavemente el muslo. Sus susurros se hacían más fuertes y me encantaba que se pusieran alocados por mí. Escuchaba que decían cosas como "que ricura", "que piernas", "cuanto cobraba", entre otras mas. En eso se escucho la puerta y salio ese mecánico que me había cautivado.

Me sonrió y se presento: se llamaba Juan. Y también me presente ante el. Comencé a mover mi pierna mientas me recargaba hacia atrás con los brazos estirados. Vi como Juan disimuladamente veía mis piernas cuando hablaba conmigo. Yo le sonreía y cuando me vio también me sonrió mirándome fijamente a los ojos. Me decía que mi padre estaba hablando por el teléfono de la oficina con su amigo para checar lo del presupuesto y que el prefirió dejarlo solo para que hablara a gusto así, que en lo que salía mi padre, se acerco a mí y se sentó a mi lado derecho para sacarme plática. Me preguntaba si tenía novio, a que me dedicaba, que me gusta hacer, todo lo que pudiera decirle, así que sin problema alguno le respondía. Al decirle mi edad me dijo que no creía que tuviera esa edad, que tenia cuerpo de mujer y no de niña a lo que solo le dije gracias. Pero ya sus miradas hacia mí y en especial hacia mis piernas eran cada vez un poco mas descaradas por lo que la movía un poco más y discretamente me acariciaba el muslo con las yemas de los dedos sabiendo que le gustaba hasta que me decidí hablar.

-¿Te gustan?- pregunte sin rodeos

-¿Qué cosa?- Me contesto sorprendido.

  • Que si te gustan mis piernas, desde que llegue me las has visto y no dejas de hacerlo.- insistí sin dejar de cruzarlas y moverlas.

-Yo ..este…- tartamudeaba.

-No hay problema- le dije con voz baja- me gusta que me las mires y si te gustan no es ningún pecado ¿o si?- le dije sonriéndole.

-No la verdad no- contesto.

En eso se escucho la puerta de la oficina que se habría, sabia que era mi madre y rápidamente me baje para que mi padre no me viera coqueteando. Juan se dio cuenta y solo sonrió mientras yo le contestaba con una sonrisa. Se daba cuenta que ante mi padre yo era un ángel, pero cuando no estaba era una chava coqueta y traviesa. Llego mi padre con él y le dijo que no había ningún problema con el presupuesto, entonces Juan le dijo que estaba bien, que ahora mismo salía por las cosas y el material que necesitaba para componer la falla del carro y que en la noche ya podía pasar por él. Mi padre acepto y se despidieron. Juan y yo cruzamos miradas y sonrisas y nos despedimos con un hasta luego ya que, obviamente, de nuevo tenia que venir yo a traer a mi padre ya que mi hermano mayor andaba fuera de la ciudad y mi otro hermano enfermo.

En la tarde comimos y estábamos viendo en la televisión en lo que se acercaba la hora. Yo solo pensaba en Juan y quería que los minutos pasaran rápido. En eso suena el teléfono, era del trabajo de mi padre, no escuchábamos que decía pero tardo unos 5 minutos. Regreso y le dijo a mi madre que había surgido un problema en el trabajo y que tenia que ir y que no sabia cuanto iba a tardar por lo que mi madre se ofreció a llevarlo en su carro ya que de ella iba a visitar a una amiga y el trabajo de mi padre quedaba de pasada. Mi padre me miro y me pregunto si yo podía ir por su carro, le dije que si, contenta de ver de nuevo a Juan. Así que rápidamente salimos todos y nos fuimos con mi madre. Ella me dejo a unas 5 cuadras del taller mecánico ya que por la calle que tenia que pasar estaba cerrada por construcción y no podía pasar con el carro hasta el taller, así que me dejo lo más cerca posible. Casi cerraban, eran cerca de las 8 PM y ya estaba oscuro, así que me dijo que me cuidara, le dije que si. En lo que caminaba lo mismo que hace rato, gente que al verme sola me decían cosas bonitas y vulgares ya que no me había cambiado y traía la misma minifalda de mezclilla y una blusita delgada blanca de manga corta y zapatos de tacón; yo solo sonreía y seguí hacia el taller.

Al llegar no vi a nadie y estaba la luz baja, toque y pregunte si había alguien. A lo lejos se escucho la voz de Juan que nos decía que pasáramos. Entre y ahí estaba en su oficina y el carro de mi padre afuera ya supuestamente listo. Por la ventana apenas veía a Juan entre muebles y macetas que me hacia un seña con la mano que ya venia mientras hablaba por el teléfono. Espere en el carro de mi madre recargándome en el filo del cofre del auto lo que hacia que se levantara un poco la parte de atrás de mi minifalda. Luego Juan salio y al verme sola se extraño y pregunto por mi padre; le dije que no había podido venir que le había surgido un problema de trabajo pero que me encargo que viniera por su auto. Él hizo un gesto de confusión, como si pensara que lo que dije era mentira y que yo quise venir sola. Descaradamente sonrió y dijo que estaba bien y de nuevo, una mirada suya rápida a mis piernas, yo solo pensaba que este tipo era directo y nada discreto.

Entro a su oficina para traer la factura y ya estaba lista cuando me di cuenta de algo: no me había dado mi padre el dinero así que no tenia con que pagar. Juan se dio cuenta y me dijo que pasaba, a lo que le conteste que no traía dinero que lo había olvidado en casa. Primera vez que vi en la cara de Juan un gesto de enojo, me dijo que como quería entonces que me llevara el carro. Yo le dije que me dejara llevármelo y que mañana mi padre venia a pagarle. Él se quedo pensando un rato y me dijo que no se podía que necesitaba ese dinero para pagar unos compromisos que urgían ser saldados esa noche. Yo ya no sabia que decir al verlo enojado, me había desconcertado no me lo esperaba de él. Juan debió notar en mi cara que estaba sorprendida y un poco asustada ya que no sabia de lo que era capaz este tipo. Entonces hablo.

-Bueno creo que hay una forma de que me pagues y que a tu padre le salga gratis.

-¿En serio? – le pregunte contenta y mas tranquila- ¿como?

-Mira – me decía acercándose a mi- en la tarde me preguntaste si me gustaban tus piernas ¿no? Dijiste que no seria pecado si así fuera. Pues tienes razón me gustan tus piernas pero también el resto de ti.

Yo me quede de una pieza cuando me dijo eso no, sabia que contestar.

-Entonces si quieres que nos arreglemos y que a tu papi le salga barato este trabajo pagame con tu cuerpo, me encanta. Así tu papi te da el dinero para lo que le hice pero será para ti, seria como mi pago por tu cuerpo ¿Qué me dices?

Yo no sabia que decir; realmente me gustaba pero no creí que fuera tan rápido y directo. Juan se paro a escasos centímetros frente a mí. Mi cabeza llegaba a su hombro por lo que tomo mi barbilla levantándome la mirada a sus ojos. Su aroma me encantaba, su cuerpo y esos labios tan cerca de los míos me estaban poniendo en duda.

-Entonces, ¿Qué me contestas? – me preguntaba.

No sabia que decir, me sentía confundida al tenerlo frente a mí. Con la otra mano levanto un poco mi vestido y por debajo la fue subiendo hasta llegar a mi desnudo pecho derecho (no llevaba sostén) masajeándomelo con suavidad. Mi pezón no tardo en endurecerse y mi respiración era se hacia fuerte y un leve gemido salio de mi boca.

-¿Ya vez? Se nota que te gusta putita- me decía- y no lo niegues pues tu pezón me dice que estas caliente.

-Es que tu.. mi padre.. – tartamudeaba sin decir ninguna frase completa.

-No te preocupes corazón que este será nuestro secretito. Solo tú y yo lo sabremos.

Ya no tenía control en mí, sus caricias en mi pecho ya me habían puesto a mil y solo quería sentir mas placer. Con los ojos cerrados solo pude decir – besame -. Juan se acerca a mí y me da un beso tierno mientras su mano bajo mi blusa, acariciándome mi pecho y con la otra me acaricia la espalda pero por poco tiempo ya que rápidamente baja a mi trasero, levanta mi minifalda y comienza masajearme las nalgas. Eso me enciende y ahora soy yo la que ataca: mis besos se vuelven salvajes, meto mi lengua en su boca, encuentro su lengua y se la acaricio con la mía; luego el con sus labios me la chupa, para después baja su boca a mi cuello: me lo lama, muerde y chupa mientras ahora me pellizca y jala mi indefenso pezón, produciéndome gran placer. De mi labios solo salian varios –si si asi-. Me deja con ganas cuando sus manos han dejado mi cuerpo y ya no las siento en mí. Me sigue besando en el cuello, le sigo acariciando su cabello varios segundos mas hasta que me separa de el y de desabrocha el pantalón dejándolo caer. No traía ropa interior y su verga estaba totalmente dura y parada apuntando hacia mí. Yo solo lo veía era grande y gruesa.

-Andale putita hincate y chupamela, por tus labios se ve que eres una buena mamadora.- me decía mientras me tomaba de los hombros con sus manos haciendo que me hincara.

-Si lo soy- le conteste- disfrútalo.

Sus palabras me encendían, así que sin esperar mas me hinque y con mis manos cogi su pene y comencé a chapársela. Trataba de metérmela toda pero era bastante gruesa y batallaba para hacerlo mientras que con ambas manos lo estimulaba. Con una mano me tomo del cabello deshaciendo la colita que me había hecho cayendo mi cabello suelto el cual acariciaba con su mano. Mientras me metía y sacaba su pene de mi boca trataba de darle lamidas en su punta y el resto de ese tronco pues se que a los hombres les gusta eso y se veía que a el también pues sus gemidos ya eran seguidos y fuertes. Agachándose hacia mí, lleva su mano desocupada detrás de mi comienza a darme nalgadas ya que mi minifalda había quedado levantada desde hace rato. Comienza a gemir.

-Ah si putita, si que sabes mamar ahhh-. Me decía.

Mi boca y mi lengua devoraban ese pene con ansias, haciendo ruido con mi boca cuadno se lo chupaba; a él le encantaba escuchar eso Luego de un par de minutos mas tomando su pene con sus manos me la quita de la boca, cayendo un hilo de saliba en mi pecho, y lo levanta.

-Muy bien putita ahora chupame las pelotas, quiero ver que tal lo haces.

Obedeciendo quito su mano de su pene y lo tomo con una mía masturbándolo mientras agachándome mas logro agarrar una testículo con mis labios y comienzo a chuparselo. El se estremece y se recarga con las manos sobre una mesa que esta justo detrás de el y cerrando los ojos veo que disfruta de lo que le estoy haciendo. Chupo y muerdo levemente su testículo, luego el otro mientras que lo masturbo rápidamente. Logro meterme todo su testículo en mi boca, ahí se lo chupo y succiono; el parece que va a estallar, así que le hago lo mismo al otro y también gime fuertemente Su pene se va poniendo más grande y duro cada vez que presiono sus testículos con mis labios los lengüeteo dentro de mi boca, por lo que después de haberle chupado sus testículos varios segundos vuelvo a meterme su pene en la boca y se lo chupa mas fuerte metiéndomelo hasta la garganta. Él solo gemía y decía – así así que rico que bien putita así-. Ahora mis manos eran las que masajeaban sus pelotas y mi boca solo se concentraba en su pene y me excitaba ver como lo ponía con mi sexo oral.

Luego de algunos minutos me quita el pene de mi boca, me limpio con la mano la saliva que escurre en mi boca y con la mano me levanta y me recarga contra el auto de mi padre de espaldas. Ahora es él quien se hinca y levantándome el vestido me comienza a besar y a lamer el ombligo donde siento una descarga y un par de suaves gemidos salen de mi boca. Con su lengua se encarga de humedecerme por completo mi ombligo; ya después va subiendo mientras yo misma le levante mi blusa y me la quito quedando semidesnuda solo por la minifalda que traía puesto. Su mirada se clava en mis senos.

-Que preciosos pechitos tienes bebita, déjame comerlo amamántame bebe- me pedía.

  • Si.. Tómalos.- le dije con voz baja- son tuyos.

Juan sube más su cabeza y con sus manos se apodera de mis pechos. Su lengua recorría mis pezones, mis aureolas, dándoles pequeñas mordiditas y leves jaladitas con los dientes, soltándolos y volviéndolos a chupar. Todo mi cuerpo se estremece ante eso y gimo fuerte, quería descarga con mis gemidos el placer que me daba Juan en mis pechos. Dejo caer mi cabeza hacia atrás y me apoyo con las manos atrás sobre al carro de mi padre a los costados de mi cintura.

-Ahh ahh mmm sii ahh que delicia mmm ahhh-.. Lograba decir entre mis gemidos

Juan se entretenía en mis pezones de seguro al ver como se ponían tan duros y erectos y como se movían con cada lamida y como mi cuerpo se estremecía cada vez que me los mordía. Me sentía en el paraíso apretando fuertemente el borde del carro de mi padre con mis manos, dándole a Juan toda la libertad de que se desahogara en mis pechos mientras me mataba de placer.

Después y aun cuando yo no quería todavía, Juan dejo de excitarme en los pezones y de nuevo se hinco frente a mi. Sus manos las pone en mis rodillas y me las acaricia hacia los muslos subiéndome lo suficiente la minifalda para dejar ver mi tanguita rosa.

-Que bárbara bebita que suavidad de tus piernas que maravillosas., y que tanguita tan sexy, pero ya lo tienes mojadita. Que rico putita.

Yo seguía con mi cabeza hacia atrás apoyada en el techo del carro disfrutando sus caricias. Luego siento que mete sus manos por debajo de mi minifalda y logra bajarme la tanga y ayudándole, levanto mis piernas para que me las quite, Una vez que me las quita las agarra y las huele, para luego lanzar un largo suspiro.

-Mmm putita hueles a toda una hembra y vaya que estás húmeda corazón.

-Así es Juan lo estoy por ti así que acaba- Le dije enderezando mi cabeza para mirarlo.

Juan toma mi minifalda y la levanta dejándomela en la cintura acerca su rostro a mi sexo y lo huele rozándome con la nariz me clítoris. Me estremece y abro un poco mis piernas para que peda meter mas su cabeza. Así que ahora Juan mete su cabeza y rápidamente su lengua se dirige hacia mi clítoris mientas con sus manos me abraza de la cintura y me agarra de mis nalgas apretándolas y abriéndolas. Con sus labios ahora chupa mi clítoris succionándolo adentro de su boca y dándole leves mordiditas. Mis gemidos aumentan al igual que la velocidad de mi respiración. Tomo a Juan de la cabeza y no permito que separe su rostro de mi sexo, quiero que me siga llevando al paraíso con el gran placer que me producía su boca. Juan tomaba mi clítoris con sus labios y los movía rápido hacia los lados haciendome estremecer y moviendo mis caderas hacia él, quien quería hacerme venir y ya no tardaba en conseguirlo, lo estaba haciendo de maravilla.

Para facilitarle mas levanto mi pierna izquierda y apoyo mi pie sobre su hombro quedando mi pierna levantada y flexionada. Rápidamente siento como Juan ahora mete su lengua entre lis labios vaginas escarbando con ella dentro de mi y también como ahora con uno de sus dedos índices me comienza a penetrar el ano. Es tanto el placer que tengo que siento que me caigo así que para apoyarme mejor llevo mis manos hacia atrás de mi y me apoyo sobre al ventana de la carro ya que tenia la ventana toda bajada así que no me costo mucho apoyarme ahí y apretarlo. Que placer: su lengua dentro de mi vagina, con un dedo en su totalidad me penetraba el ano y con la otra mano seguí apretándome una nalga y separándola de la otra.

-Ohh ohh oh dios!! Ahhh ahh si ahhh – decía entre gemidos para desahogarme

Mi cuerpo se estremecía mas y mas, mis caderas hacían rápidos movimientos atrás y adelante por lo que su legua se metía mas aun dentro de mi vagina y su dedo dentro de mi ano lo movía hacia los lados lo que me causaba tremendo placer. Pero ahora Juan luego de unos segundos más cambia todo.

Ahora metiéndose mas debajo de mi es ahora su lengua la que se dedica darle placer a mi ano y ahora son 2 dedos los que entran a mi vagina, con tal fuerza que muchas veces me hace levantar mi cuerpo, poniéndome de puntillas con el único pie que tengo en el suelo. Con las manos hacia atrás y apretando el borde de la ventana del carro comienzo a gemir mas fuerte y mi respiración es mucho mas agitada y entrecortada. Su lengua hacia maravillas en mi ano y sus dedos habían localizado el punto mas débil de toda mujer: el punto g. Con hábil destreza sabía como manipularlo con sus dedos haciendo retorcer mi cuerpo y con mi pie izquierdo apoyándome fuerte en su hombro.

-Ahh asi, asi Juan – me salían esas palabras entre gemidos- ahh no pares!!.

Una mano mía suelta donde se apoyaba y acaricio a Juan por su cabeza, pegándolo a mi trasero sintiendo su lengua meterse mas dentro de mi ano. Mis caderas ya se mueven eróticamente hacia los lados para que Juan pueda matarme de una vez de placer, mis gemidos ya no daban para más, ya eran tan intensos y fuertes que solo podía seguir desahogándome en ellos. Luego de unos segundos Juan comienza a acariciar mi punto g con intensidad, con rápidos movimientos dedos. Mas de una descarga en mi cuerpo me invade mi, pierna de apoyo se dobla, ya no resiste, estoy teniendo un fuerte orgasmo.

-Me vengo!! Me vengo!! Ahhhh ..ahh..- alcanza a decir entre mis continuos y fuertes gemidos.

Juan saca sus dedos de ahí y sacando también su lengua de entre mis nalgas y mi ano pone su boca bajo mi vagina y en ese momento se puede decir que eyacule. Mucho liquido salio de vagina y Juan no quito su cabeza de ahí y recibió todo, tomándose todo y una que otra gota cayo en su torso y en el suelo. Sentí que me desvanecía y casi caigo de no ser por que Juan puso sus manos en mis nalgas, en donde me apoye.

-Mmm que rico bebita, que delicia,- me decía entre sorbos.

Cargándome me sentó sobre el cofre del auto de mi padre y acercando su boca a la mía me pasó parte de los jugos que aun tenia de mí a mi boca. Lo saboree y me los trague para luego fundirnos en un beso largo mientras me acariciaba mi espalda y yo la suya.

Luego empujándome he hecha hacia atrás y acerca su pene a mi vagina, que aunque la tengo súper sensible deseo sentir ese enorme pene dentro de mi. Abro mis piernas y él me penetra suavemente, metiendo su pene hasta que logra topar hasta dentro de mi. Comienza sus movimientos, su penetración, aun siento mucha sensibilidad en mi vagina pero el placer que me daba su pene era mayor y siguió penetrándome. Con sus manos me sostenía de mis corvas y yo con mas mías me acariciaba mis pechos flotándome los pezones.

-No pongas tu manos en tus pechos- me dijo Juan- quitalas, quiero ver como se te mueven.

Haciendo caso suelto mis pechos y pongo mis manos a los costados de mi cuerpo sobre el carro viendo, con los ojos entrecerrados por el placer, como él se deleitaba viendo mis pechos moviéndose a los lados gracias a la fuerza con que me penetraba. Su pene se abría entre des carnes vaginales y la sensación era maravilloso, Ya mis gemidos eran intensos y mi cuerpo se retorcía como una víbora. Juan bombeaba una y otra vez dentro de mi con una fuerza que me deleitaba y me hacia gozar demasiado.

Luego de unos minutos Juan saca su pene de mi vagina, me jala de las manos, me baja del carro y me voltea ahora quedando yo recargada sobre el cofre del carro y mis pechos apretándose contra ellos. Siento un par de dedos acariciar mi ano, mis labios vaginales y mi clítoris para luego sentir ese enorme pene entra de nuevo a mi cueva vaginal. De nuevo Juan comienza a bombear y ahora tomándome de las manos me jala hacia atrás, levantando mi cuerpo del auto y mis pechos rozando el cofre del auto, sintiendo mis pezones endurecerse por esas caricias. Me sentía tan caliente por estar sometida a Juan, por una parte su pene dentro de mi vagina metiéndose por completo ahí con las fuertes penetraciones que me daba y por otra parte jalada hacia atrás de las manos de Juan con las mías sintiendo la mitad de mi cuerpo en el aire y mis senos moviéndose rápidamente y mis pezones chocando contra el cofre del auto. Mis agudos e intensos gemidos indicaban que otro orgasmo me estaba llegando, pero también para Juan ya que luego de varios segundos Juan empezó a gemir fuertemente y a penetrarme mas rápido sometiendo a mi vagina de fuertes golpes en su interior.

-Ya bebe , ya casi me vengo putita.- Me decía con gemidos.

-¿Ya vas a eyacular??. Pude decirla también yo entre gemidos.

-Si yaaa putita yaaa..

Rápidamente logre safarme de las manos de Juan y sacando su pene de mi vagina me volteo y me hinque justo frente a él.

-Vamos papi dame tu pene, vente en boca.- le dije para devolverle el favor que me había hecho.

Juan tomo mi manos y la puso en su pene, se la tome y me metí la mitad de su pene dentro de mi boca, chapándoselo fuertemente. Sus gemidos se intensificaron hasta que sentí un fuerte chorro dentro de mi boca llegando de lleno hasta mi garganta. Al principio me quise atragantar pero con ayuda de mi lengua pude retener todos su semen y tragármelo todo mientras Juan con sus manos había agarrado mi cabeza y apretándolo contra él y metió todo su pene en mi boca con fuerza hasta que me trague su ultima gota. Luego Juan me soltó la cabeza y como estaba hincada me senté sobre mis talones y lamí su pene: su tronco y punta, cuando le lamía ahí se estremecía mucho, pudiendo darme cuenta de lo excitado que estaba. Mientras se lo lamía me veía con toda una sonrisa y me acariciaba me cabello.

-Que hermosa te ves bebita así hincadas pareces una hermosa cachorrita

Yo solo le sonreí y le cerré un ojo mientras seguía lamiéndole su tronco.

-Lo haces como una experta putita- me dijo extasiado.

-¿Te gusto lo que hicimos?- le pregunte con tono inocente.

-Claro que si bebe, pareces una putita profesional, si te dedicaras a esto ganarías bastante bien con lo bien que mamas el pene.

Solté una risa y solo le conteste- mmm lo pensare- mientras le relamía la punta del pene.

Luego de un rato nos vestimos, mi ropa un poco arrugada pues estuve encima de ella. Juan rompió la factura de la compostura de carro de mi padre. Nos despedimos de un beso en la boca y nos dijimos hasta luego.

Llegue a casa y al poco rato llegaron mis padres. Les dije que ya tenía como una hora que había llegado. Mi padre me pregunto cuando había cobrado el mecánico al fin, le dije la cantidad y le dije que si quería yo le llevaba el dinero al mecánico. Gustoso me dijo que si y me dio un beso en la mejilla, diciéndome que era una chica buena y servicial. Con ganas de decirle "así es papi, sino, pregúntale a Juan si no lo soy"