Con el del metro

Un encuentro sexual con un desconocido que me encontre en el metro.

Hola, mi nombre es Mariana y tengo ya un tiempo leyendo relatos aquí. Nunca había escrito, pero en estos días me sucedió algo que nada mas lo recuerdo y me excito, así que me decidí a compartirlo, y espero después compartir varias experiencias más.

Comenzaré por describirme: Tengo casi 19 años de edad, mido 1.60, soy de esas que gustan decirse ni gorda ni flaca, trasero no es mi principal atractivo, pero me defiendo, el pecho es mi carta de presentación, soy talla 36 c, y gracias a esto nunca me han faltado parejas.

Pues bien, apenas hace unos días, fui a ver a una amiga por la mañana, estuvimos platicando, sobre los novios, las parejas, las aventuras, a las 2 nos encanta pasarla bien y hemos compartido muchas cosas, incluso habitación, hombre, en fin, muchas cosas que espero tener la oportunidad de irlas compartiendo. Por la tarde, serian como las 2 cuando regrese a mi casa, pues primero fui hacia el metro y me subí para recorrer las 5 estaciones hacia mi destino, el vagón iba lleno, pero un señor como de unos 35 años me cedió su asiento, el cual era de esos que van solos junto a la puerta y tienes un tubo a un costado y se paro recargado en dicho tubo, apenas segundos después me di cuenta del por que tanta amabilidad, yo llevaba una blusa de tirantes bastante escotada y encima una sudadera de cierre, pero iba abierta hasta la altura de mis senos, el señor no me quitaba la vista de encima, podía sentir su mirada penetrante, y he de confesar que es algo que no me molesta, al contrario, disfruto sentirme admirada. Apenas habíamos pasado una estación, cuando hice como que buscaba algo en mi pantalón y baje por completo el cierre de mi chamarra para permitirle mejor visión a mi admirador, me inclinaba hacia delante y volteaba de reojo a ver su paquete y pude darme cuenta del bulto en su pantalón como iba creciendo considerablemente, me lo imaginaba y saboreaba, puse mi mano en el tubo y el se acerco un poco al tubo, como tanteando el terreno, sentí el roce de su bulto en mi mano, lo voltee a ver y el a mi, no dijimos nada, solo volví a mirar hacia el frente, pero moví un poco mis dedos sobre su bulto, como dándole mi aprobación, a lo cual el respondió de inmediato recargándose mas. Fingí acomodarme la blusa, pero solo la jale un poco mas para permitirle mejor vista, parte de mi sostén se alcanzaba a ver, y seguía moviendo mis dedos sobre ese bulto que sentía muy duro.

Durante el trayecto, pude sentir mas miradas y hasta alguna mirada de reprobación de una señora que al parecer se dio cuenta de la situación, pero no me importo, de hecho nunca me ha importado el que dirán, yo vivo mi vida simplemente, simplemente disfrutaba del momento, y cerraba y frotaba mis piernas.

Cuando llegamos a nuestro destino, que era la ultima estación del metro, yo ya iba bastante excitada, imaginándome como seria su pene, como cocería, en fin, podía sentir mi vagina húmeda, al salir cada quien agarro su camino, pero al llegar a la parada de micros que yo tomo, fue muy grande mi sorpresa al verlo en la parada de enfrente, el volteo y me vio y en seguida se acerco a mi, por fin me hizo platica, pero sin mencionar nada sobre el viaje en el metro. Me pregunto adonde iba y le dije que a mi casa, me dijo que si llevaba prisa y le dije que no, me dijo que si lo acompañaba y así sin pensar le dije que si, me tomo de la mano y emprendió el camino, salimos del paradero de la estación y caminamos sobre la avenida, al llegar a la primera calle nos metimos y ahí en seguida había un hotelito, nos dirigimos hacia allá sin decir palabra alguna, en la recepción, yo me senté en un silloncito mientras el pedía una habitación y compraba condones, un vez que se la dieron, volteo hacia mi y me dijo "vamos", me pare y lo seguí por las escaleras. Iba pensando en que iba a estar con un desconocido, no es que no lo haya hecho antes, pero pensaba que de el ni siquiera sabia su nombre, ni su edad, ni nada, que al menos en ocasiones anteriores el nombre de la persona me sabia, que lo acababa de conocer en el metro, pero lejos de asustarme, me excitaba aun mas.

Entrando a la habitación, en seguida me tomo de la mano y me llevo hacia la cama, levanto la blusa con todo y bra y me empezó a comer las tetas, sentía delicioso, mis pezones ya estaban completamente duros, me las masajeaba, besaba, lamía, mordía, yo ya no aguantaba, el tampoco, pues al saciar ese instinto que desde el metro le había despertado, se incorporo y parado frente a mi desabrocho su pantalón y lo bajo en seguida con todo y su ropa interior, yo así acostada hice lo mismo. Pude ver su verga en todo su esplendor, hermosa se veía, erguida en su totalidad, con una pequeña curvatura, blanca en el tronco y rosada de la cabecita, que además lucia brillante por todo su lubricante y muy hinchada, mediría unos 17 cm, de un grosor normal por decirlo de alguna forma, preciosa, la acaricio unos momentos y en seguida la cubrió con uno de los condones, se acomodo en medio de mis piernas y sin mas la coloco en la entrada de mi panochita ya bastante mojada y de un empujón me la clavo toda arrancándome un suspiro, seguido de muchos mas, pues enseguida empezó a bombearme con fuerza, metía y sacaba su verga una y otra vez provocándome mucho placer, me decía "toma", "te gusta verdad?", "te encanta", yo entre gemidos le decía "si", "sigue", "dame mas, dámela toda", "no pares". No tardo mucho cuando entre jadeos de su parte y embestidas mas fuertes alcanzo su orgasmo, sentí toda su verga dentro de mi contraerse, y en la ultima contracción, se salio de mi y se acostó a mi lado, yo me quede respirando agitadamente con la mirada hacia el techo.

Quito el condón de su pene y me dijo límpiamela, acto seguido me incline hacia el y se la empecé a mamar, recorría esa hermosa verga que iba poniéndola flácida con mi lengua, le limpie hasta el ultimo residuo de su leche y se la seguí mamando, sabia delicioso, tenia ese sabor a hombre, mezclado con su leche, estuve saboreándola un buen rato, la pude sentir en su estado natural, con esa cabeza descubierta y también como iba creciendo en mi boca poco a poco, como se iba irguiendo en todo su esplendor, le acariciaba las bolas, se las chupaba también, el tronco, la recorría con mi lengua, la metía en mi boca, comía la babita que le salía, escuchaba sus jadeos, sentía su mano en mi cabezo, con sus dedos entre mis cabellos y yo lejos de bajarme la calentura, se me incrementaba cada vez mas.

Cuando estaba bastante excitado se incorporo y me hizo a un lado, aproveche para quitar mi blusa y bra por completo, pues solo los tenia subidos, mientras el se colocaba otro condón, me vio y me dijo: "ponte como perra", lejos de incomodarme, me excito el escuchar esas palabras y adopte esa posición en medio de la cama, recargándome sobre los codos y levantando las nalgas hacia el, ofreciéndoselas, el se puso detrás de mi y las acaricio, a la vez que las abría con sus manos, sentí su verga chocar en mis nalgas, en mi vagina, hasta que con una mano la acomodo y me la clavo por completo, para empezar a cogerme otra vez con fuerza, sin delicadeza alguna, al mismo tiempo que me seguía diciendo cosas como: "tómala", "disfrútala perra", "siente mi verga", a lo cual yo le respondía moviéndome hacia el y diciéndole que me la diera toda, que me encantaba sentir toda su verga dentro de mi, que era su perra, me estuvo cogiendo cual puta y eso me encantaba, me excitaba mucho, tan es así, que apenas unos minutos bastaron para alcanzar ese primer orgasmo, adornado por jadeos, gemidos y gritos de mi parte, el me la clavaba toda, me apretaba las nalgas y me seguía dirigiendo esas palabras que tanto me excitaban. Me empujo hacia delante y se acostó sobre mi, pude sentir su sudor mezclarse con el mio, me dio unas cuantas embestidas y se salio de mi acostándose boca arriba, me dijo: "siéntate en mi verga putita" y en seguida lo obedecí poniéndome sobre el y acomodándome esa deliciosa verga en mi panochita para enseguida comérmela toda, lo empecé a cabalgar mientras el me acariciaba las tetas, las nalgas y empujaba su verga hacia mi, haciendo que me entrara toda, que delicia sentía, de vez en vez se incorporaba para chupar mis pezones y después se me quedaba viendo y me decía: "que rico se te mueven las chichis", "muévete así putita", yo estaba tan excitada que apenas si podía hablar, todo eran jadeos, gemidos y no dejaba de moverme, hasta que me vino ese segundo orgasmo, a lo cual solo pude sentarme por completo en el, para sentir esa verga por completo dentro de mi, el la empujaba toda hacia mi, sentía mi panochita como se contraía con esa tranca dentro de mi, mientras el me apretaba las nalgas y me chupaba los pechos. Cuando los gritos provocados por mi orgasmo cesaron, hizo que me acostara boca arriba, se hinco sobre mi estomago y puso su verga entre mis pechos, en seguida los apreté aprisionando su pito y el empezó a moverse cogiendome los pechos, el se masturbaba con ellos, mientras en esas idas yo le chupaba la cabecita. Estuvo unos momentos así, cuando se puso al lado mio y me pidió que lo hiciera venir, lo empecé a masturbar con mi mano mientras le chupaba la cabeza, cuando el sintió que ya se venia, quito mi cabeza y mi mano y se empezó a masturbar el, no tardo mucho cuando apunto hacia mi cara y salio ese primer chorro disparado hacia ella, me mancho parte del pelo, mientras seguían los demás chorros, fue moviendo su verga, hacia mis pechos, me dejo toda embarrada, el pelo, los ojos, la nariz, la boca, las tetas, cuando termino, me la volvió a dar y se la volví a mamar por unos cuantos segundos, me la quito y se metió al baño, antes de que saliera me metí yo también, pero el ya iba de salida, dejo la puerta abierta y mientras el se vestía, yo enjuague mi pelo, mi cara, mis pechos, en fin, lo que me había salpicado. Cuando salí, el ya estaba completamente vestido y yo hice lo mismo, mientras el me esperaba sentado, me pidió mi numero y le di el de mi celular con mi nombre.

Salimos del hotel y me pregunto que adonde iba, le dije que al paradero, el también iba hacia allá, cuando llegamos a la parada donde yo iba, le dije que si le podía pedir una favor y me dijo que cual, le pedí un beso, a lo cual el me contesto: "discúlpame, pero yo no beso putas" y acto seguido se dio la media vuelta y se dirigió a la parada a la que el iba dejándome ahí de a 6, con las ganas de gritarlo cualquier cantidad de insultos, algo que no hice. Todavía arriba del camión iba pensando en eso, pero en seguida vinieron los recuerdos de lo que acababa de pasar y eso ultimo paso a segundo termino, hasta pensé, total, fue una aventura y me encanto, y eso de ser una puta, o que alguien me lo diga, no es nuevo para mi.

Apenas ayer me llamo, y sigo sin saber su nombre, me dijo: "hola, soy el que conociste en el metro y acabo cogiendote", en seguida lo reconocí, estuvimos platicando, y quedamos en vernos nuevamente.

Espero les haya gustado mi relato, y así como este, tengo muchas anécdotas mas que contar, pues mi vida sexual, desde los 12 años que empezó, siempre ha sido muy activa, y es algo que me encanta.

Hasta la próxima

Besos.