Con el abuelo de Dania
Una joven descubre que a los 60 años aun quedan energias por gastar...
Hola, lo que voy a contar ocurrió hace ya como 8 meses atrás, les cuento rápidamente, tengo 24 años y estudio en una universidad en el norte de Chile, no quiero entregar más detalles, ya que en mi país son recomplicados con temas de sexo y mas si de por medio está presente la imagen de la iglesia católica.
Bueno, yo en la universidad aparte de mis labores estudiantiles (obvio) dedico tiempo a labores sociales, en particular al trabajo con niños de situación irregular en poblaciones; como se podrán imaginar se ve de todo, abuso de menores, desnutrición, maltrato infantil, en fin, un montón de chicos con gran falta de cariño, básicamente el trabajo trata de mostrar un visión cristiana de la vida y ayudar si se puede a labores escolares (si es que van a las clases) y lo primordial, dar cariño.
En fin, con el transcurso del tiempo(todos los sábado se va a la población) me encariñé bastante con una chicuela, en realidad se notaba que le hacía falta mucho cariño y fue justo esto lo que gatilló lo que jamás pensé que podría pasarme. Resulta que la Dania vive junto con su hermano mayor al cuidado de un tío abuelo, un vejete de 60 años, casi siempre los chicos llegan solos al local donde nos juntamos, pero un fin de semana llegaron Dania y su hermano acompañados del tío, cuando entraron al local la Dania, como siempre, corrió a abrazarme y en seguida me llevó a donde su tío y me lo presentó como el tío Raúl, él era de cómo 1,70 mt, pelo relativamente blanco, pero lo que más me impresionó fueron sus ojos, eran de color verde, pero con una mirada muy dominante, intimidadora y observadora, ya que cuando estuve cerca de él me di cuenta que me recorrió con su mirada desde la cabeza o los pies, lo usual como si te desnudaran con la vista, a lo cual respondí con una mirada de indiferencia, me presente,
-Hola, mucho gusto Don Raul, yo soy Ángel(usaré este nombre), la encargada del plan.
-Encantado de conocerla Srta. Ángel, Dania siempre me conversa de Ud. Que la trata siempre bien y aparte que Ud. es muy bonita.
-Gracias- Respondí.
Bueno, físicamente no me puedo quejar, pelo castaño claro, tez blanca, bonita figura, eso sin exagerar con senos tremendos, lo justo y necesario como para provocar una buena erección desde un chico que ya haya abierto los ojos hasta un vejete como el que tenía en frente.
En el instante de la presentación le extendí mi mano digamos para saludarlo y él se acercó, me tomó con su mano derecha la mía y con la izquierda rápidamente me tomó la cintura dándome un beso en la mejilla, cuando me tomó por la cintura pude sentir lo fuerte de sus brazos a pesar de considerarlo un abuelo.
Después de eso se retiró, hasta la tarde en que vino a buscar a los niños, cuando llegó los niños estaban ordenando la sala junto con los demás y yo me acerque a él a la puerta.
-Buenas Tardes, Don Raúl
-No me trates de Don , solo Raúl, si me dejas llamarte Ángel y no Srta. Ángel.
-Ok, bueno.
-A qué te dedicas, Raúl? Pregunté.
-Sólo trabajos esporádicos, aparte de la pensión de jubilado, sobrevivimos con la caridad de los vecinos-, me comentó, en eso llegaron los niños se despidieron de mí y él otra vez me tomó por la cintura y me dio un beso en la mejilla y se despidió.
Al otro fin de semana se repitió lo mismo, los niños llegaron con el tío, pero esta vez cuando me saludo me dio un beso casi llegando al lóbulo de mi oreja y me susurró que estaba muy bonita, a lo cual rápidamente respondí apartándome de él, cuando lo miré de frente se notaba una risa maliciosa en su cara y luego se marchó. En todo el transcurso de la tarde pensé en ese instante cómo que me sacó de lo usual, se me pasó por la mente el tener algo con un vejete, nunca se me había pasado por la mente algo así. Sin querer cuando pensaba se me venían unos escalofríos a la espalda y me empecé a preocupar ya que de seguro que en la tarde vendría a buscar a los niños.
Y llegó la tarde, apareció por la puerta, me hice la desentendida y llamé a todos los niños para despedirlos, volteé sobre mi hombro para mirar hacia la puerta y no lo vi, pero cuando giré la cabeza me encontré con la suya y me dio otro beso en la oreja, susurrándome de nuevo me veía muy linda y sensual y que me deseaba. Rápidamente me aparté y me acerqué a los niños que estaban sentados en la mesa esperando hacer la oración de despedida. Dania, como siempre, se quedó hasta el último a fin de estar más tiempo conmigo, lo cual me estaba poniendo muy nerviosa ya que el vejete podría intentar algo más, cuando sólo quedaron ellos, el tío dio la orden de irse, él la tomó de la mano, se despidieron con un -Adiós, hasta el próximo sábado- y se fueron.
Esa semana fue muy complicada para mí ya que se estaba haciendo muy incomodo ir, pero realmente a mí gusta lo que hago y a la Dania la quiero mucho, en las noches soñaba que el tío me tomaba y me metía la mano por debajo de la polera, el pantalón y me recorría, varias veces desperté sobresaltada y muy excitada, era increíble para mí que de repente un viejo que me producía al principio recelo ahora lo soñaba haciéndome gozar.
El fin de semana me armé de valor, me convencí de que debía hablar con él y dejarlo en su lugar, no por culpa de sus acciones iba a dejar un lindo trabajo de ayuda a la comunidad. Llegó el sábado, llegué al local y empezaron a llegar los niños, pero la Dania y su hermano no aparecían por ningún lugar, llegó el mediodía y nada, luego en la tarde se fueron todos y nunca aparecieron, realmente me quedé muy preocupada por Dania, se me pasó por la mente que el vejete tal vez le había hecho algo, porque si conmigo se insinuaba esa niña podría estar corriendo peligro.
Así que tome la decisión de ir la casa de Dania, como tengo los datos de todos los niños me encaminé a la casa de ellos, demás esta decir que me dio bastante miedo andar por esos lados, más encima se estaba haciendo de noche y yo sólo andaba con una polera sin mangas y un buzo, ya que me gusta siempre andar con estas ropas porque son más livianas y me permite jugar con los niños. La casa quedaba por un pasaje bien escondido, de repente me topé con uno de los niños del plan y le pregunté por dónde quedaba la casa de Dania y me llevo a ésta, demás esta decir que vivían en una casa en muy mal estado, golpeé algo así como un portón llamando por el nombre a Dania, después de un momento apareció el hermano, me hizo pasar y le pregunté por qué no habían ido esa mañana al local y me contó que Dania llevaba varios días en cama, que estaba muy enferma, a lo cual me preocupé y fui hasta una de las habitaciones, ahí estaba ella tosiendo muy feo sobre la cama, le pregunté porque no la habían llevado al hospital y él replicó ¿y con qué dinero?, lo cual me provocó mucha rabia, inmediatamente llamé con mi celular a un radio taxi y me la llevé al hospital junto con su hermano.
-¿Y tu tío?-, le pregunté al hermano.
-Anda por ahí tratando de conseguir algo de dinero, nadie le quiere prestar, todos piensan que lo quiere para emborracharse.
Estuvo en el hospital como una semana, cuando salió la fui a ver a su casa, golpeé varias veces y nadie me abrió, así que llegué y entré; en la pieza estaba sola durmiendo, me acerqué y le di un beso en la frente, cuando de repente ciento que alguien me toma por la cintura, me doy vuelta y ahí estaba el tío al frente mío, inmediatamente le dije:
-Señor debo hablar con Ud.-, tratando de tener un tono de voz fuerte, aunque en realidad estaba muy nerviosa.
-¿Pero qué pasó, no nos íbamos a tratar de tú?
-Si, pero resulta que Ud. se ha estado propasando conmigo y quiero que sepa...-, no alcancé a terminar, cuando Dania sintió mi voz, se despertó y me llamó, me acerqué a la pieza, la saludé y le dije que se cuidara, me pidió que le acercara un vaso de agua ya que tenía que tomarse su medicina, se la tomó y se durmió profundo. Cuando me paré de la cama, sin darme cuenta, el tío me tomó por la cintura y me acercó su boca y me dio un beso, como me tomó tan de repente no alcancé a cerrar la boca y me metió toda su lengua al interior de mi boca, trate de retirarlo de mi cuerpo, pero sus brazos eran muy fuertes y él seguía besándome, sin darme cuenta me empecé a excitar, mas aún cuando su mano bajó y la metió entremedio de mi buzo y llegó hasta mi vagina y me metió uno de sus dedos en mi ya húmeda vagina, realmente sabía lo que hacía, mientras recorría con su lengua todos lo rincones de mi boca y con su mano me provocaba una sensaciones jamás experimentadas por mí, así estuvimos unos minutos, hasta que se separó y tomándome de la mano me llevó hasta la otra habitación. Ahí intenté de decir algo, pero rápidamente volvimos a los mismo, me tomó por la cintura, me besó y su mano recorrió mis partes íntimas, después de un instante con sus dos manos me levantó y me quitó mi polera, dejando a su mirada mis blanco sostenes de encaje, estaba como hipnotizada, me tomó los senos con sus dos manos y los aprisionó, me provocó dolor, pero me gustó, luego bajó por mi espalda rozando con la yema de los dedos, provocándome escalofríos que hacían que mi cuerpo se arqueara, hasta llegar hasta mi cintura, deshizo el nudo que afirmaba el buzo y los dejó caer, dejándome en calzones y sostenes frente a él, y yo seguía paralizada. Realmente estaba inmovilizada, me observó unos instantes y me volvió a tomar por la cintura, ya a esa altura no oponía ninguna resistencia, me besaba de una manera y sus manos tocaban mi trasero y me apretaban las nalgas, me tocaba la vagina, era increíble, de un repente me sacó los sostenes y me bajó el calzón y siguió en lo suyo haciéndome sentir excitada a cada instante, realmente estaba gozando.
Entonces sucedió algo que me estremeció más aun, rápidamente se sacó la camisa que traía puesta y se sacó el cinturón y me dijo,
-Ahora verás con lo que te voy a hacer gozar-. Luego de eso se bajó los pantalones, no usaba calzoncillos y pude observar que su miembro realmente era grande, yo con mis pololos(así se dice en Chile a los enamorados) había tenido relaciones, pero sus penes, digamos eran normales, en cambio éste era grande y ancho, demás esta decir que cuando lo vi como me sorprendí, hay que pensar que al vejete a los 60 años aún se le para. Entonces con sus dos manos me empujó contra la pared y empezó a besarme más frenéticamente y con sus pene cuando se acercaba me rozaba el vientre y de un de repente me tomó por la cabeza y me hizo arrodillar y me acercó su pene.
-Chúpamelo-, me ordenó.
Y obedecí, abrí lo que más pude mi boca, realmente tuve que hacer un buen esfuerzo, él empezó a gemir y a gozar, hasta que me tomó por los hombros y tiró sobre la cama, inmediatamente abrí lo que más pude las piernas, para soportar ese gran pedazo de carne que se me venía. Él se puso entre mis piernas y se acercó y me besó, justo en ese instante como que reaccioné y traté con mis manos de separarlo y pronunciar algo.
-Sabe, no creo...-,y no alcancé a decir nada más, de un viaje me penetró hasta el fondo, mis piernas se recogieron y mi vista como que se nubló y mi cabeza se arqueó, realmente me gustó, lo que en ese instante estaba sintiendo nunca antes lo había sentido y empezó un movimiento y saca y adentro, primero lentamente, esto me tenia loca de placer. Luego me tomó y me dijo
-Quiero que me cabalgues-. Me puse sobre él y empecé a subir y bajar, realmente me elevaba harto con tal de que en la bajada sintiera todo ese miembro restregándose con mi vagina y empecé a gemir como nunca, estaba ya gritando de placer, los movimientos fueron cada vez más rápidos. A esa altura ya no me importaba que la Dania se despertara y me viera siendo penetrada por su tío. Qué manera de gozar, ya estaba por acabar, así que saqué su pene y él se lo tomó con su mano y me apuntó a mi cara, descargando toda su leche contra mi cara. Qué placer sentir esa lechita calientita.
Después de eso me caí desplomada a lado de él...Reaccioné a lo que había sucedido, tomé mis cosas y me fui. Antes de salir me di cuenta de que habíamos sido observados durante todo lo que pasó...Eso después me produjo otro encuentro tan inesperado como con el vejete... Pero esa es otra historia.... Luego se las contaré.