Con dos maduras buenisimas (1)
Que bien me lo pase con aquellas señoronas.
CON DOS MADURAS BUENISIMAS ( I )
Hola a todos, me llamo Juan, y voy a contaros una historia que me ocurrio hace mucho tiempo, pero que jamás olvidaré.
Cierto día, hace ya mucho años, me econtraba yo en la playa tomando tranquilamente el sol en la arena.
De pronto se acercó a mi una señora de cuarenta y tantos años, morena, rellenita y que se conservaba bastante bien.
De repente, se sentó a mi lado y después de decirme que se llamaba Charo y comentarme cuatro tonterias sobre el buen día que hacia, me solto de sopetón que su amiga María , que estaba unos metros delante de nosotros, tenía mucho interes en conocerme.
Yo mire hacia donde me decia la morena, y vi como una señora rubia, de la misma edad que la morena, nos estaba mirando con descaro y nos sonreia picaramente.
Por lo que pude observar, era una tía bastante guapetona, y estaba maciza y buenorra hasta más no poder.
Le dije a su amiga que por supueto que yo también queria conorcerla a ella, y que donde queria que quedaramos.
Toma, niño, en este papel está escrita la dirección de mi casa, a
las cinco de esta tarde te esperamos, no vayas a tardar demasiado.
Por supuesto que no, a las cinco en punto estaré allí.
Nientras se vestian para irse, pude comprobar que las dos estaban buenisimas, en especial la tal Maria, que tenia tetas y culo para llenar un tren, aquello era el sueño de cualquier chico de mi edad.
Por fin, cuando se iban y pasaban por mi lado, María se volvió hacia mí y me guiño un ojo.
Ni que decir tiene que yo también se lo guiñe a ella, lo cual hizo que se pusiera bastante contenta y se fuera meneando descaradamente su enorme culazo de derecha a izquierda.
Pase las horas que quedaban para la cita pensando todo el rato en aquella magnífica mujerona y en como me iba a porner con ella.
Por fin, a la hora indicada, estaba yo llamando al timbre de la puerta de la dirección que tenía en aquel papel.
Al poco de llamar salió a abrirme Charo
Hola Juan, pasa, te estabamos esperando.
La seguí, ilusionado por lo que esperaba y enseguida vi que en el pasillo de la casa estaba su amiga María.
Al verla, casi me da un infarto, la tía estaba medio en pelotas y nada más mirarla me empalme como un autentico borrico.
Llevaba puesto solamente un cortisimo camisón negro de seda semitransparente que le llegaba justo por debajo de su sexo, unas braguitas también pequeñisimas y unas zapatillas de tacón alto de estar por casa. En fin, una indumentaria que era más propia de una fulana callejera que de un ama de casa, se supone que respetable.
Para completar el cuadro, se había maquillado y pintado los labios de forma exagerada, y además se había puesto las uñas de un color rojo chillón. Todo en ella desprendia provocación y ganas de practicar el sexo.
Ya os he dicho que a mi me puso como un berraco, y más cuando la tía, sin ninguna clase de pudor, me pregunto arrastrando las palabras de forma sexy :
Hola niño, ¿ Que taaaal estás tú ? ¿ Te gusta lo queeee ves ?
Gustarme es poco, me pareces una autentica maravilla, estás para comerte y luego mojar pan en ti.
-Uy, por Dios, pero que niño más descarado, anda ven conmigo que vamos a meternos en el dormitorio. Verás que bien lo vamos a pasar tu y yo.
Sin perder un momento, entramos los dos en la habitación, en ella había una enorme cama de matrimonio, asi que lo primero que pensé era en que aquel sitio sería ideal para darnos un buen revolcón.
Nada más entrar en el cuarto empezamos a meternos mano. Enseguida nos abrazamos, juntamos nuestros labios y nos pusimos a darnos besos de lengua de forma muy fogosa.
La tia era una autentica experta dando besos de tornilo, asi que, entre los besazos que nos dabamos y el continuo sobeteo que nos traiamos el uno con el otro, mi calentura fue subiendo más y más.
Al poco de estar asi el calor que sentía casi me axfisiaba, asi que me fui desnudando hasta quedandome casi en pelotas.
Cuando estaba tan solo con los calzoncillos, ella, sin ningún tipo de pudor, me metió mano en todo el paquete
¡ Dios mio, que gustazo tan enorme !
Lo hacia de puro vicio, asi que yo, sin dejar de abrazarla, me abri bien de piernas para que sus tocamientos fueran más cómodos para ella y a mi me dieran el máximo placer que fuera posible.
Ahhhhh, ahhhhh, que gusto, que gusto, sigue, sigue, que bien lo haces, no pares María, asi, asi, sigue, no pares, pero ven, ven conmigo preciosa, ahhh, ahhhh, ven aquí macizota mia, que vamos a meternos en la cama para estar mejor.
Enseguida nos tiramos sobre las sábanas y ella siguió con sus toqueteos que ahora ya incluian también mis testículos.
Yo, entre tanto, le metía a ella las manos por debajo de las bragas y me dedicaba a apretarle y amasarle las muchisimas mollas de carne que tenía en sus generosisimo culo.
Enseguida me fui bajando los calzoncillos y ahora ya si que casi me muero de gusto.
¡ Que maravilla, menuda polla que tienes!
Esto si que es una buena tranca y no la que de higos a brevas me mete mi marido. Se me hace la boca agua de pensar el gustito que me vas a dar con ella cuando me la metas.
Mientras me decía esto la tía me había agarrado la tranca y me estaba haciendo una maravillosa paja, también en eso parecía una auténtica experta.
Yo, para no ser menos, le metí la mano por debajo de las bragas y me puse a acariciarle el clítoris. Enseguida se abrió de piernas.
Ay, ay, que gusto, sigue, sigue, aggggg, aaaaaggggg, que bien, no pares sigue sigue asiiiiiiii, asiiiiiiii, que cosa más rica, sigue mi amor, sigue , aaaahhhhh, ahhhhhh, no pares no pares, no pareeeeeesss...... ahhhhh, aaahhhh, aaayyyyy, por tu madre, sigue tocandome el chochoooo....aaahhhh, ahhhhh........
La jamona se retorcía como una autentica guarra con las caricias que le hacía, luego cuando los dos estabamos bien calientes le dije:
Oye María, ¿Que te parece si hacemos un sesenta y nueve?
Por mi encantada, me vuelve loca que me coman el coño, y además, yo estoy deseando comerte a ti la polla.
Sin perder un instante, me puse de espaldas en la cama viendo como ella se colocaba sobre mi, se abria de piernas y me ponia todo su pubis justo encima de mi boca.
Yo separe bien mis piernas, y enseguida note como me cogía la polla con una mano y, mientras me pajeaba suavemente, se metía mi glande en la boca y se ponía a chupármelo con sus labios y a lamérmelo con la lengua. ¡ Que delicia, autentico placer de dioses!
Yo, por mi parte, al ver el maravilloso espectáculo que tenia sobre mi cabeza , agarré a la culona por la cintura y lentamente le fui bajando las bragas por el culo y por los muslos.
El panorama que apareció ante mis ojos era como para levantársela a un muerto. Aquella señorona tenia el coño más grande y más excitante que yo había visto en mi vida. Un autentico prodigio de la naturaleza.
La tía lo tenia enorme, con los labios vaginales y el clítoris empapados por los muchos jugos que segregaba su vagina y con el vello púbico perfectamente recortado alrededor de él. Lo dicho, una autentica maravilla digna del paladar más exquisito.
Por si todo lo dicho era poco, tengo que añadir que además, el olor que desprendía era intensisimo, el clásico olor a bacalao que a mi tanto me excitaba y que se colaba como una invitación para el placer por mi nariz, así que yo no me lo pense demasiado. Agarré a María por las caderas y, apretando fuertemente hacía abajo, aplaste su chocho contra mi boca para poder comérselo bien a gusto.
Joder, estaba raquitismo, una y otra vez chupé, lamí y relamí con mi lengua aquella deliciosa vulva sonrosada que tan deliciosa estaba.
Que alegría, que alegría, ajjjjjj, ajjjjjjj, como me gusta lo que me haces, ahhh, ahhh, no pares, no pares, uuuuyyyyy, uuuuyyyyyy, que bien, como me gustaaaaa, asiiiiiiii, asiiiiii, sigue, sigueeee....
La rubia no hacia mas que mover las caderas y restregarme el chocho por la boca loca de gusto. Una y otra vez se retorcía sobre mi sin dejar de jadear
Aaaaahhhh, ahhhhh, asi, así, más, más , quiero máaaasssssn no dejes de chupármelo por nada del mundo, ahhhhh, aaahhhh......
Cuando llevábamos un buen rato comiéndole uno al otro el sexo, yo estaba a punto de reventar de placer, ya no podía aguantar más, así que saque la cabeza de ente sus rollizos muslos y le dije a la jamona que si quería que nos pusiésemos ya a follar.
Por supuesto que si vida mía, yo también estoy ya muy caliente y deseando que me la metas bien dentro. Ven aquí niño, ponte encima mía, que nos vamos a poner moraos de tanto hacerlo.
La tía se había puesto mientras hablábamos de espalda sobre la cama y ahora había levantado las piernas hacía arriba y , mientras se agarraba los muslos con las manos, se había abierto tanto de piernas que estaba enseñándome con todo descaro su chocho peludo completamente abierto para mi.
No lo dude ni un instante, rápidamente me puse de rodillas detrás de ella, me agarre la polla con una mano, y lentamente me fui acercando a su sexo hasta que mi glande empezó a rozar suavemente sus labios vaginales.
Enseguida di un pequeño empujón y la cabeza de mi capullo quedo encajada en la entrada de su vagina rodeada por sus enormes labios. A continuación, me puse medio en cuclillas sobre sus nalgas apretándole los muslos con mis piernas y me eché sobre María rodeándola con mis brazos, abrazándola fuertemente y pegando totalmente mi pecho a sus enormes tetorras.
María me miró, pícaramente, puso los labios en plan morritos para que se los besara y me fue rodeando la cintura con sus piernas mientras me acariciaba la espalda y me hablaba suavemente al oído.
- No aguanto más mi bien, no aguanto más, métemela, métemela, por lo que más quieras, métemela bien dentro que me muero de ganas de hacerlo, venga, venga, métemela ya vid mía que estoy deseando follar contigo.
Como comprenderéis, mi calentura ya era imposible de contener, así que apreté fuertemente mi pubis hacía delante y dando un solo empellón, le metí mi empalmadisimo pene en lo más profundo de su sexo.
¡ Mi madre, que gustazo tan enorme !
La tía tenía el chocho suave y caliente hasta más no poder y el placer que me dio en toda mi polla imposible de describir.
Enseguida empezamos los dos a movernos dando comienzo a una follada salvaje.
Así, así, que rico, que gusto ahhhhh, ahhhh, como me gusta tu polla, sigue, sigue, hasta dentro, así, así mi bien, hasta los huevos, hasta los huevos, métemela bien dentro ayyyy, ayyyy, ayyyyy......
Toma, toma tía buena, me vuelves loco, estas buenisima aahhhh, ahhhh, que gusto, que gusto, que buena estaaaaassss.........
Mi pene, totalmente empalmado y con todas las venas hinchadas, entraba a toda velocidad en el maravilloso chocho de María.
Cada vez que salía, lo hacía perfectamente lubrificado, empapado y chorreando por el tallo una mezcla de mis líquidos preseminales y las muchas babas que la rubia segregaba.
Una y otra vez unimos nuestros sexos para enseguida separarlos y volverlos a juntarlos con más ganas. La cópula era perfecta.
De vez en cuando nos quedábamos parados y dejábamos de follar. Entonces los dos nos dedicábamos a apretar nuestros sexos fuertemente y hacíamos esos deliciosos movimientos circulares que casi todas las mujeres maduras que son buenas folladoras saben hacer tan bien. Después seguíamos follando.
Así estuvimos un rato enorme hasta que ya no pudimos aguantar más.
Me corro, me corro Juan, me corroo, córrete conmigo niño, córrete tu también, aaaaaaay, aaaaaaayy que gusto, que gusto ahhhhhh, aaahhhh, que gustazo, que gustazo tan enormeeeeeeee, que rico, que ricooooooooo.....................
Enseguida note como María se movía de forma convulsiva, se agarraba a mi espalda con toda sus fuerzas y echaba la cabeza para atrás, la tía se estaba corriendo por las patas abajo.
Cuando empece a notar las contracciones de su vagina alrededor de la piel de mi pene, me fue imposible contenerme, una enorme cantidad de semen empezó a salir de mis testículos y salió disparado fuertemente por mi pene para inundar la vagina de María. El gustazo que sentí fue de los mejores de mi vida.
- Aaaahhhh, aaaahhhhh, me corro, me corro , aaaahhhhh.........
Así, niño, así, échame tu leche, ahhhh, ahhhh, que bien estoy, que gusto, que gusto, así, así, échamela toda, hasta la última gota.
Por fin, cuando descargue del todo mis testículos , me fui calmando lentamente mientras notaba como mi polla, todavía dentro del chocho de la jamona, se iba poniendo morcillona.
Lentamente, parte de mi semen fue saliendo por la comisura de los labios vaginales de la jamona y chorreándole por el perineo fue a parar al sonrosado orificio de su culo y después sobre las sábanas.
Los dos nos quedamos en la gloria, realmente a gusto, relajados y con ganas de repetir la deliciosa experiencia.
Continuara..............