Con Carol y su sobrina Marcela en un pub.

La rubia, dandose la vuelta del todo se quedo enfrentada a mí dandome dos besos, uno en cada mejilla y abrazandome, con su cuerpo completamente pegado al mio, me dijo al oido: -Hola... Me llamo Carol y estoy divorciada... Tengo 48 años y hoy... ¡Ummmmmmmmmmm!... Hoy cariño, estoy salidísima...

Hola amigos y amigas de todorelatos. De nuevo estoy por aquí.

Hos recuerdo que mí nombre es Chuismi (Luismi) y que soy y vivo en Zaragoza, España. Que tengo 46 años, soy rubio de ojos azules, que mido 1'74 de altura y peso unos 68 kilos.

Como siempre, no quiero haceros perder mas tiempo con detalles, así que empiezo ya directamente con la narración de lo acontecido.

Espero que hos agrade mi última historia de sexo. Historia que como siempre hos aseguro que es... 100x100 real.

En resumen. Hace dos sábados quedé y salí a cenar con mi prima Sara. Al terminar la cena nos fuimos a tomar unas copas y a bailar un rato, hasta que a eso de las 2'00 de la noche tube que acompañar a mi prima a su casa, la pobre habia bebido demasiado más de la cuenta y se encontraba bastante mal y visiblemente borracha. Al llegar a su casa la acosté y me tumbé a su lado hasta advertir al rato que estaba profundamente dormida, entonces me marché.

La intención era irme a casa, pero por el camino me dí cuenta de que aún eran las 3'00 y de que en verdad todavia no me apetecia recojerme, así que me fuí para "La Zona" a tomarme un buen ron con coca cola, dirijiendome a un pub que me gusta bastante por como preparan de bien los cubalibres.

Cuando llegué ví sorprendido que el local estaba abarrotado de gente, estube a punto de no entrar, pero al final me decidí y abriendome paso con decisión fuí buscando un hueco libre en la barra para poder pedir, pero sin exito, así que buscando y buscando me ví que habia llegado ya al fondo del pub, donde la barra terminaba girando como un metro hacia la pared, creando un rincón muy íntimo.

En esa pequeño rincón habia un grupo de unas cinco o seís chicas cantando y brindando alegres con chupitos, así que pasé entre ellas intentando no estorbar y me pegué a la pared haciendome, por fín, un hueco en la barra para poder pedir. Al momento llegó la rubia, guapa y sexy camarera eslovaca a la que pedí un ron Matusalen con Coca Cola y toque de corteza de lima.

Bueno, pues esperando el cubata estaba yo, cuando la chica que tenia pegada a mí, al oirme pedir, me miró, se giró y sonriendo me dijo:

-¡No me lo puedo creer!... ¡Por fín un tio que sabe pedir un ron-cola como Dios manda!... ¡Jejejeeee!-

La chica era una mujer madura, bastante atractiva, rubia de media melena, con unos pechos grandes y generosos y que para deleite de mis sentidos le sobresalian, blancos como la leche, por el escote del negro top que vestia, acompañado por abajo de una mínima y deliciosamente ajustada falda de color fucsia que marcaba brutalmente su exagerado, imponente y tremendo trasero y que junto a unas medias altas negras de rejilla, unos taconazos a juego con la falda y un pequeño bolso, fucsia también, creaban en ella el aspecto de una espectacular y deseable mujer, diosa del sexo.

La rubia, dandose la vuelta del todo se quedo enfrentada a mí dandome dos besos, uno en cada mejilla y abrazandome, con su cuerpo completamente pegado al mio, me dijo al oido:

-Hola... Me llamo Carol y estoy divorciada... Tengo 48 años y hoy... ¡Ummmmmmmmmmm!... Hoy cariño... Estoy salidísima... ¡Jajajajajaaaaa!... Así. Que si quieres, me puedes usar, soy toda tuya.- Su top era de gasa muy fino, tras el que se trasparentaba su ropa interior blanca, lo cual, junto a su inesperado ofrecimiento, me excitó brutalmente.

En ese momento llegó la camarera con mi copa y para mí sorpresa, Carol, le dió un billete de 100 euros diciendole que le sirviera a ella también una copa igual, mientras mirandome a los ojos me decia:

-¡A esta copa invito yo cariño!- Ante lo cual, yo, le di las gracias sonriendo, pero a ella aquello le debió parecer poco agradecimiento y directamente y sin complejo alguno, poso sus labios sobre los mios dandome un excitante, húmedo y muy sensual beso.

En eso estabamos cuando llegó la camarera con la copa de Carol y con los cambios del dinero, que Carol guardó entre sus tetas, mientras, girandose un poco cojió del brazo a una chica que estaba a su lado. Era una jovencita de pelo negro y larguisimo, tan largo que le llegaba hasta bastante mas abajo del culo. La chiquilla, mirandome, se dió la vuelta quedando enfrentada a nosotros. Entonces la madura me miró y me dijo:

-¡Ella es Marcela!... ¡Y es mi sobrina!- Marcela, al oir la presentación estiró su cuello y me dió dos sonoros besos en las mejillas mientras su tia, mirando primero hacia la izquierda y luego hacia la derecha, se agachaba arrodillandose, tirando a la vez de su sobrina, para quedar así las dos de rodillas y bastantante pegadas a mi entrepierna.

Carol le dió un beso en los labios a su sobrinita y sonriendome ante la mirada de sorpresa de la chiquilla, con bastante maestria sacó mí verga de entre mis pantalones y sin más empezó a lamermela golosa como toda una profesional, así estubo unos segundos hasta que de repente se la tragó engullendosela toda entera hasta el fondo en un "visto y no visto". Y así se mantubo llorosa, con la polla incrustada en el fondo de su garganta como durante unos eternos y deliciosos 20 o 25 segundos, hasta que al final, sin aliento ya y chorreando saliva a mares se la sacó entre arcadas del fondo de la garganta dirijiendomela hacia la boca de su expectante sobrina, diciendole:

-¡Chupasela mi niña!... ¡Cometela entera mi vida!... ¡Y ya verás cariño!... ¡Que polla!... ¡Está riquisima!- La pequeña, al sentir mi verga pegada a sus labios, fascinada, abrió la boca sacando la lengua, lo que aprovecho su tia para empujarle dentro toda mi verga. La niña con los ojos como platos pareció dudar, pero al momento me la empezó a chupar y poco a poco se la fué tragando entera, metiendosela y sacandosela, metiendosela y sacandosela babeando saliva gustosa y golosa perdida, mientras tanto, su tia, poniendose de pie empezó a morderme el lóbulo de mí oreja izquierda susurrandome al oido:

-Hoy es el cumpleaños de Marcelita. Cumple 18... Y sabes cielo... Quiero que te la folles... Si cariño... Me has oido bien... Quiero que te folles a mí niña aquí mismo. ¿Vale?... Tú dale... Dale bien duro por su coñito y haz que disfrute como una loquita hasta que se corra con tú verga bien adentro de su tierna vagina... ¿Querrás hacerme este pequeño favor?... ¿Lo harás por mí cariño?- ¡Dios!... Casi me corro al escuchar la petición de Carol, que antes de nada, sin esperar mi respuesta se giró colocando su culazo contra mí polla junto a la cara de su sobrinita, diciendole:

-¡Marcelita!... ¡Cariño!... ¡Anda mí niña!... ¿Querrás ayudar a tu tia a meterse la polla de este chico tan guapo dentro del coño?... ¡Ufffffffffff!... ¡No veas como me tiene el cabrón!... ¡Me ha puesto más cachonda que a una perra en celo!... ¡Jejejeeeeee!...- Marcelita, sonriendo sacó mi polla de su boca y sin dudar la dirigió hacia la entrada de la vagina de su tia, la cual, al sentir la punta de mí verga rozando ya sobre su coño se dejó caer penetrandose mí polla de golpe, empalandose hasta el fondo.

Carol, enloquecida, empezo a culear duro y con fuerza, follandose excitadisima durante un par de minutos, hasta que entre disimulados gemidos y temblando visiblemente se vino corriendose a chorros como si se meara, lo que por el charco que dejó en el suelo creo, que también hizo.

Seguidamente, suspirando, se la sacó chorreando flujos por su entrepierna y decidida le dió la vuelta a su sobrina colocandola con su culito pegado a mi palpitante verga, le levantó la faldita y colocandomela en la entrada de su chochito le dijo a la niña:

-¡Marcelita!... ¡Sientate sobre la verga de este chico!... ¡Metetela entera en el coñito!... ¡Follatelo bien follado!... Y... ¡Disfrutalo mi vida!... ¡Disfrutalo como una perrita!... ¡Ya veras cielo!... ¡Ya veras que delicia tan enorme!-

Marcelita sonrió a su tia y notablemente excitada la obedeció. En un abrir y cerrar de ojos tenia yo mí verga clavada hasta el fondo del estrechito y empapadisimo coño de la jovencita, que jadeando cachonda habia empezado ya a culear con fuerza, como habia visto, hacia un momento, hacer antes su tia, follandose y follandose con fuerza entre gemidos y jadeos, hasta que sentí que me venia, lo cual Carol dedujo por la expresión de mi cara diciendome excitadísima al oido:

-¡Correte cariño!... ¡Ummmmmmmmmmm!... ¡Correte dentro de su coñito y llenaselo de leche!... ¡Embarazala cabrón!... ¡Jajajajaaaaaa!... ¡Embarazala!... ¡Y ya veras el gustazo que te das!... ¡Jajajajaaaaaaa!...-

Escuchar semejantes palabras de Carol me puso como un berraco, a mil por hora y mientras Marcelita seguia follandose con rabia el coño, culeandose duro, gozando de mi verga todita desesperada de placer, me vine, me vine como un loco soltando potentisimos chorros de semen dentro de su maravillosa vagina, lo que, al sentirlo ella, hizo que también empezara a venirse, corriendose entre audibles jadeos y excitantes gemidos, temblando como una hoja mecida por el viento.

Cuando tras el polvo nos relajamos, Carol sacó mi verga del interior de su sobrina y me la lamió golosa, limpiandomela. Tras esto me la guardó dentro del pantalón y poniendose de pie abrazó con cariño a Marcelita dandole un tierno beso en los labios, diciendole a continuación:

-¡Feliz Cumpleaños mi niña!... ¿Te ha gustado el espontaneo regalo de tu tia?... ¡Jajajajajaaaaaaa!...- Entonces Carol, dirijiendose a la camarera le pidió una ronda de chupitos, que los tres, junto al resto de sus amigas, nos bebimos de un trago tras gritar brindando:

-¡Feliz Cumpleaños Marcelita!-

Tras esto, Carol, Marcela y yo nos terminamos el cubata, tras el que siguieron otros dos, con los que pasamos un buen rato hablando muy amistosos, entre bromas y chistes malos, riendo y besandonos sin parar, hasta que al cabo de una hora, Carol, ligeramente bebida y muy alegre, me miró cojiendome de la mano y mirando también a su sobrina nos dijo a los dos:

-¡Bueno preciosos!... ¡Ahora nos vamos a ir los tres a casita!... ¿Vale?- A lo cual, Marcelita sonriente contestó:

-¡Oh sí tita!... ¡Ummmmmmmmmmmm!... ¡Siiii!... ¡Siiiiii tita!... ¡Siiiiiiiiiiiiiiiii!... ¡Jajajaaaaaaa!... ¡Menos mal que ya lo has propuesto tita, porque estaba loquita por irnos ya!... ¡Jolín tita!... Antes me he quedado con ganitas de mas y despues de una hora... ¡Ufffffffffffffff!... ¡Estoy mas cachonda que tú antes de follar con el chico!... ¡Jajajajaaaaaaaaaa!-

Y así, en media hora mas o menos, estabamos los tres en el apartamento de Carol, tumbados totalmente desnudos, devorandonos sobre su enorme cama.

Pero esto amigos y amigas. Esto será otra historia. Historia que por supuesto hos contaré, pero ya, en un proximo relato.

Y ya está amigos y amigas de todorelatos. Muchas gracias por vuetro tiempo y espero que hallaís disfrutado del relato.

Y como en todos los anteriores, si ha sido así o no, hos pido que me lo hagaís saber con vuestros comentarios, indicandome los errores que halla cometido para poder mejorar así en las proximas narraciones. Saludos.