Con Benja, las dos maduras y una pareja

Ricardo tenía una pija grande y gruesa parecida a la de Benja. No me pude resistir

Hola a todos y todas! Para quienes deseen pueden leer los relatos anteriores "Con mi amigo Julio y dos maduras en la playa nudista", "Dos maduras y cuatro jóvenes" (estos en la categoría "sexo con maduras") y el último en esta sección titulado "Dos chicos jóvenes y dos maduras". De todos modos hago un pequeño resumen:

Con mi amigo Julio conocimos a dos maduras en una playa nudista de una conocida ciudad de Uruguay mientras disfrutábamos de nuestras vacaciones. Eran dos hermosas maduras de Buenos Aires. Silvia (48) rubia, bronceada, tetas grandes, un poco caídas por el tamaño y la edad, con algo de barriga, muslos grandes y bastante firmes y un potente culo. Bastante extrovertida y muy viciosa. Luisa (46) de tez blanca y siempre se protegía del sol. Pelo corto negro, tetas más bien pequeñas y unas piernas grandes que se coronaban con un culazo blanco y grande que me volvía loco.

Esa tarde que las conocimos tuvimos sexo en la playa nudista. Silvia y Luisa eran bisexuales pero hasta ese momento yo nunca había estado con un chico. Luego de esa tarde quedamos en una fiesta en el departamento donde parabamos incorporando a dos amigos más: Paulo y Benja. Esa noche fue muy placentera y por primera vez sentí el placer anal con un juguete y probé mi primera pija haciéndole sexo oral a Benja. Un morocho de 1,80 buena espalda, brazos y piernas debido al deporte y lo mejor es su pija de 21cm y bien gruesa. Se la chupe en una de las habitaciones junto a Silvia sin que nos vieran los otros amigos. Luego de esa noche Luisa y Silvia me invitaron a pasar una tarde en la playa nudista y luego en su departamento se dedicaron a darme placer anal con juguetes y unos días después nos invitaron a mi y Benja. Esa noche se la volví a chupar a Benja en un juego y luego me penetró en dos oportunidad siendo mi primera vez con un chico. A la mañana siguiente pensé que iba a ser incómodo pero mientras Silvia y Luisa se daban placer, Benja me hizo empezar el día chupandosela, lo cual iba naturalizando nuestra relación bisexual.

Continúo...ese día lo pasamos en la playa descansando de la noche que habíamos tenido. Fuimos para un parador del centro de la ciudad a dónde las dos maduras atraían la atención por sus pequeñas bikinis y grandes traseros. A ellas les gustaba y se paseaban por toda la playa atrayendo las miradas de hombres de todas las edades y de varias mujeres. Con Benja la pasamos tomando sol y de vez en cuando Luisa y Silvia se acercaban y nos dábamos besos, caricias que por momentos nos hacían el centro de atención debido también a la notoria diferencia de edad. A mí me daba un poco de vergüenza pero a ellas las calentaba. Pero la mayor parte del tiempo estuve un poco abstraído en mis pensamientos por todo lo vivido con Benja y las dudas sobre mí sexualidad. Las maduras no me dejan de atraer como muchas chicas que estaban en la playa. De hecho ni me fijaba en los hombres, pero imaginarme chupándosela o la sensación que permanecía en mí cola de la penetración que me había dado, me ponía muy caliente de nuevo y sólo quería repetir.

Al atardecer me con Benja nos fuimos al departamento y las maduras se fueron al suyo y quedamos en vernos para seguir disfrutando. Al llegar estaba sólo Julio que nos hizo un interrogatorio de con quién habíamos estado. Nosotros le confesamos que con unas chicas pero sin decir que eran Luisa y Silvia. Luego llego el resto junto a unas amigas. Comimos, tomamos bastante alcohol y luego fuimos de bares. Esa noche Benja terminó con una de las chicas y yo me volví temprano para descansar. Los días siguientes no supimos nada de Luisa y Silvia, pero con Benja no perdimos el tiempo. La primera vez fue al día siguiente cuando salí de ducharme con la toalla en mí cintura dirigiendome a mí habitación. Antes de entrar escucho que detrás mio se abre la puerta del cuarto de Benja y lo miro dedicándole una sonrisa. Veo que se acerca y me quedé duro y un poco nervioso. Mirándome serio me dijo que no había nada en el departamento y que teníamos unos minutos. Yo seguía parado sin hablar como una forma de aceptar su invitación pero esperando que el tomé la iniciativa. El sólo vestía unos shorts. Se acercó hasta que su cuerpo se pego al mío y con su mano dejó caer la toalla a mis pies quedando completamente desnudo frente a él. Sus manos cálidas se posaron en mí cintura y me indicó que me girara apoyando mis manos en la pared y con mí cola a su merced. Se arrodilló detrás mío y hundió su lengua y su boca en mí colita abriéndome mis nalgas suavemente con sus manos. Saber que en cualquier momento podía llegar uno de mis amigos, estar desnudo a mitad del pasillo recibiendo ese beso anal me calentó mucho. Paraba mí cola para facilitarle el beso y de a poco empezó a meter uno y luego dos dedos con un ritmo cada vez más rápido que hacía que gimiera de placer. Luego Benja se incorporó, bajó sus shorts y apoyo su cuerpo contra el mío haciéndome sentir su enorme pija contra mí cola y su torso sobre mí espalda. Yo movía la cola frotandola contra su pija sintiéndome toda una puta. Con Benja me sentía liberado y quería gozar de mí bisexualidad al máximo. Se lubrico con saliva la pija y la apoyó en mí agujerito entrando de a poco. Siempre sentía un poquito de dolor apenas entraba, sentía mucho su cabeza caliente y luego como entraba el resto de la pija. Estaba en las nubes mientras que Benja seguía entrando y yo gimiendo hasta que siento su pelvis en mí colita. Ya había entrado toda y empieza un penetración suave y profunda. Yo sacaba la cola hacia afuera y el me agarraba fuerte de mí cintura para seguir con una penetración profunda pero ahora más fuerte. Con movimientos secos y profundos que me ponían a cien. Yo me tapaba la boca para no gemir hasta que siento que su ritmo se acelera, sus piernas se tensionan y acaba en un orgasmo hermoso llenándome la cola de leche. Fue un "rapidito" muy excitante pero yo no había terminado. De a poco saque su pija de mí cola, me di vuelta y le di un breve beso en sus labios y me dirigí a mí habitación. Me sentía abierto con su leche escurriendose por mis piernas. Estaba muy caliente por lo que me acosté desnudo y me masturbe acabando a los segundos.

Al día siguiente repetimos a la tarde cuando el resto estaba en la playa. Yo me quedé porque no tenía muchas ganas de ir y Benja regreso antes y esa vez pudimos estar más tranquilos y me estuvo cogiendo durante una hora primero en la ducha, después cabalgandolo sentado en una silla y terminó en mí boca. Esta vez estabamos más sueltos y me decía que lo volvía loco mí colita y como se la chupaba, que quería que sea su putita, que de regreso de las vacaciones me iba a dar pija cuando quisiera. Ese morocho hermoso, atracción de muchas chicas me estaba cogiendo todos los días y yo asumía más mí gusto por su pija y mí rol pasivo. Esa misma noche nos escribieron Luisa y Silvia invitándonos a pasar el día a la casa de una pareja de amigos. En realidad los habían conocido en la playa nudista y les hablaron de nosotros de nosotros y quedaron en invitarnos. Eran una matrimonio de mucho dinero que tenían una estancia con pileta a las afueras de la ciudad. El se llamaba Ricardo de 48 años y ella Romina de 32. Nos dijeron que eran muy lindos y morbosos, que si queríamos nos buscaban al día siguiente e íbamos a pasar el día y si todo fluía la noche también. A mí me dio mucha intriga y a Benja le daba dudas pero terminó aceptando.

Al día siguiente fuimos pasado el almuerzo. Luisa y Silvia estaban hermosas como siempre, vestidas con sus bikinis y un pareo atado en la cintura. Con sonrisas y miradas viciosas nos saludaron efusivas y nos dirigimos en su auto a la estancia de esta pareja. El viaje duro casi una hora y estábamos adentrandonos en zona de campo hasta que giraron en un camino de tierra que desembocaba en un portón de madera. Silvia llamo por teléfono y a los minutos nos abrió un hombre de 1,90 aprox, pelo castaño oscuro corto, ojos claros, bronceados, ancho de espaldas y de brazos. Con un poquito de barriga pero muy bien cuidado. Efectivamente era Ricardo. Ingresamos con el auto a un parque enorme con el césped perfectamente cortado haciendo una alfombra verde, una pileta en el centro y al fondo una casa grande con una galería en el ingreso. Yo me sentía bastante tímido pero Silvia y Luisa se bajaron sonrientes saludándose con besos y abrazos con ese hombre que era Ricardo. Su mirada me incomodaba un poco. Me estaba comiendo con sus ojos pero por otro lado me daba cuenta que le atraía y era la primera vez que sentía esa sensación en la mirada de un hombre. Nos dijo que nos pusieramos cómodos, que vayamos a la pileta y traía unos tragos para disfrutar la tarde. Al llegar Luisa y Silvia se sacaron sus pareos dejando al descubierto esos culazos sólo cubiertos por el hilo dental de sus bikinis e inmediatamente se sacaron la parte de arriba. Cómo me calentaban esas maduras. Las quería coger ahí mismo.

A los minutos vino Ricardo con los tragos y ni se inmutó por la desnudez de las maduras. Él se puso a hablar con ellas y con Benja no sabíamos mucho que hacer y nos fuimos a nadar. Habrán pasado 20 minutos hasta que de adentro de la casa salió una joven hermosa de más de 1,70 de tez blanca, pelo negro largo y lacio, unas piernas largas y hermosas bien torneadas, delgada con unas tetas medianas preciosas. Un cuerpo hermoso coronado con un rostro bellísimo con una sonrisa grande y unos ojos penetrantes. Vestía una bikini roja y cuando se inclinó para saludar a Silvia y Luisa que estaban acostadas en una reposera hablando con Ricardo, dejo ver un culo redondo, carnoso y bastante firme. Con sólo verla me calenté y me inhibí ante semejante belleza. Nos miramos con Benja sin poderlo creer. Ella nos dirigió una mirada firme sin sacar su vista de nuestros cuerpos y luego nos saludó con una sonrisa presentándose como Romina. Nosotros seguíamos en el agua y salimos para saludarla. Ricardo y Romina eran muy simpáticos. Con Benja nos relajamos aunque no podíamos dejar de mirar a Romi. Seguimos tomando tragos y el alcohol empezaba a hacer efecto en todos.

Romi y Silvia se metieron a la pileta y con Benja las mirábamos descaradamente. Sabíamos que estar en esa estancia en el medio del campo junto a esas dos viciosas maduras era para tener sexo del bueno, pero no sabíamos hasta que punto podía suceder y si podríamos estar con Romi. De todos modos creo que estábamos un poco ansiosos pero como siempre Silvia era la que empezaba el juego y estando en el agua con Romi se ponía cada vez más cerca hasta que se comieron la boca y las grandes tetas de la madura se apoyaban en el cuerpo mojado de Romi. Ricardo hizo un comentario divertido y siguió conversando con Luisa como si nada, pero con Benja no sacabamos la mirada de la escena. Se notaba que se estaban tocando y acariciando debajo del agua. Se besaban de manera suave pero profundamente. Se tomaban su tiempo y Romi intercalaba besos en la boca de Silvia y jugaba con sus tetas. La madura suspiraba con cada beso de esa belleza y emitía gemidos que caldeaban el ambiente. Luisa y Ricardo estaban sentados frente a nosotros y veían como crecían nuestros bultos. Mientras las mujeres seguían en lo suyo en la pileta. Se besaban y reían y en un momento Romi saca de abajo del agua la parte de la bikini de Silvia que la coloca al borde de la pileta y nos dirige una mirada y una sonrisa pícara a Benja y a mí. Luego la lleva de la mano a las escaleras de la pileta en las que Silvia se coloca a gatas parando su culazo ahora en la superficie. Sin dudarlo Romi empieza a practicarle sexo oral desde atrás hundiendo su rostro en esas nalgas combinado con su mano derecha masturbando a la madura mientras que con la otra abría sus nalgas para acceder mejor a darle sexo oral. Con Benja no aguantabamos más y Luisa le hace un gesto para que se dirija hacía ella y un tanto apresurado Benja se para quedando su entrepierna a la altura de la cara de la madura que lo toca por encima del bañador para luego bajarlo dejando desnuda la hermosa pija de mí amigo que estaba muy dura. Luisa puso cara de sorpresa, lo empezó a acariciar en la cola y entre las piernas para luego meterse ese pedazo de carne dura y caliente en su boca. Yo no sabía si quería ser Silvia, Romi, Luisa o Benja. Todo me gustaba pero quería algo para mi y para eso estaba Ricardo que hizo el mismo movimiento de Benja parándose frente a mí invitando a que lo tocara. La verdad que Ricardo era un hombre atractivo pero no lo había visto con deseo en toda la tarde. Pero nuevamente la calentura podía más y seguramente Luisa y Silvia le habían contado mis recientes incursiones en el sexo bisexual. Estaba un poco inhibido pero Ricardo tomó la iniciativa colocando una de mis manos en su paquete a lo que no me resistí. Lo toqué por arriba de su bañador y se sentía un pedazo bien grande. Sin demora se lo bajé y apareció una pija grande, gruesa como la de Benja o incluso un poquito más. Venía todo rasurado y empalmado. Semejante pija estaba frente a mí cara y con suavidad se la empecé a tocar. Mojaba la palma de mí mano con saliva y lo masturbaba de manera suave hasta que la empecé a chupar y me entraba muy poco en la boca. El suspiraba y acariciaba mí pelo mientras le comía la pija. Mí costado bien putita empezó a salir y me solté comiendosela con más ganas mientras acariciaba sus nalgas. Había perdido dimensión del tiempo cuando siento que Silvia se sienta a mí lado para compartir la pija del maduro. Abro lo ojos y lo veo a Benja recostado en la reposera recibiendo la mamada de Luisa que estaba entre sus pierna levantando la cola y detrás de ella Romi que le comía la cola corriéndome su bikini. Se ve que el vínculo entre las maduras y esa pareja había empezado por los gustos bisexuales de la joven.

Mientras seguía chupando la pija de Ricardo, Silvia me sacó el bañado y me la chupaba a mí y luego me dijo al oído "querés que te hagan la colita?" Fue como una corriente eléctrica que pasó en mí interior y esas palabras se convirtieron en una necesidad y sólo asentí mientras se la seguía chupando. Silvia se rió y me agarró de la mano, agarró una manta y nos fuimos al césped. Cómo sabiendo lo que tenía que hacer me puse en cuatro parando mí colita. Ricardo se puso detrás y con sus dedos grandes y gruesos empezó a dilatar mí cola que venía entrenada de los días previos con Benja. Silvia se colocó delante mío para que le chupe la concha mientras empiezo a sentir la pija del maduro a la entrada de mí cola. Presionó y entro el glande sin dificultad y nuevamente sentí esa maravillosa sensación cuando de a poco se me va abriendo la cola. Sentí un poco de dolor y emití un gritito que captó la atención de los demás. Ricardo me iba penetrando de manera lenta y profunda, sus manos fuertes me agarraban de la cintura y de mis nalgas. Me sentía entregado a ese hombre que de a poco me la iba metiendo toda mientras yo estaba entregado al placer. De a poco empezó a cogerme mientras sus manos pasaban de mis nalgas a mí espalda y emitía gemidos gruesos. Yo me empecé a mover y a soltarme acompañando sus embestidas. Se ve que captamos la atención de las otras mujeres que vinieron a ver el espectáculo. Con el placer que sentía no podía concentrarme en chupar la concha de Silvia que se incorporó y se recostó sobre el césped con las piernas abiertas para recibir la lengua de su amiga Luisa. La bella Romi estaba detrás mío junto a su marido viendo cómo me penetraba y le decía "que lindo putito que te trajeron, mira como se come la pija". Benja que estaba muy caliente se colocó de rodillas delante mío ofreciéndome su pija que sin dudas la empecé a masturbar y chupar. Me sentía una puta siendo puenteado por ese hombre mientras le chupaba la pija a mí amigo. Me sentía muy abierto por la pija de Ricardo mientras que Romi se puso en cuatro al costado mío. Seguía con su bikini puesto pero no duro mucho. Mientras me cogía Ricardo se lo bajo y la empezó a masturbar. De a poco sacó mí pija y se la empezó a meter a Romi. Benja salió de mí boca y se puso detrás mío con sus piernas flexionadas entrando en mí cola profundamente. La recibí con ansias y con la cola bien abierta por lo que entro con facilidad. Pegada a mí cuerpo estaba Romi que gemia mientras su marido la cogía y empezamos a besarnos mientras recibíamos la pija de nuestros amantes que no tardaron mucho en descargar su leche. Benja en mí cola y Ricardo en la concha de su joven mujer que la recibía pidiéndole que la llene de leche. Los orgasmos fueron casi sincronizados como el de Silvia que recibía los favores del sexo oral de su amiga.

Benja salió de adentro mío y junto a Ricardo se dirigieron a la casa. Romi me pidió que le limpie la conchita y me acosté boca arriba mientras que ella se sentó en mí cara. Tenía ante mí esa concha totalmente depilada que goteaba el semen de su esposo que lo recibí con gusto mientras le agarraba sus nalgas con decisión. Ella gemia y se frotaba contra mí cara y mí lengua hasta que alcanzó un ruidoso orgasmo. De a poco detuvo sus movimientos y los gemidos se transformaron en una rusa suave que reflejaba el disfrute que había tenido. "Ahora te voy a compensar bebé", me dijo. Y saliendo de mí cara me empezó a cabalgar y Luisa la reemplazo sentandose en mí cara mientras yo masajeaba su culazo. Hasta hace unos minutos tenía la pija de Ricardo en la cola y la de Benja en la boca y ahora a la belleza de Romi cabalgando en mí pija y la concha de Luisa en mí cara. Intenté anunciar mí corrida con poco margen para que se escuche mí voz pero Romi lo pudo escuchar y se salió para darme una rica mamada que hizo que en segundos descargara potentes chorros de leche en su boca. Luisa seguía sobre mí cara y tocándose frenéticamente hasta que acabo a chorros dejando mí rostro empapado con sus jugos. Siento un aplauso y cuando sale Luisa de arriba de mí cara veo que es Silvia homenajeando la escena que acababa de presenciar. Romi estaba recostada en la manta con sus ojos cerrados, despatarrado dejando sus bello cuerpo a la vista y Luisa hizo lo mismo. Yo me quedé un rato así y luego fui hacia la casa para ir al baño y limpiarme. No veía a Benja y Ricardo, pero al salir vi una escena que me calentó mucho: el maduro estaba arrodillado en el sillón recibiendo la pija de mí amigo. Un espectáculo que me calentó mucho pero decidí dejarlos en lo suyo y salir y sentarme en la galería mientras observaba esa bella alfombra verde de césped mientras empezaba a atardecer.

Esa noche nos quedamos a dormir y seguimos disfrutando. Ricardo volvió a cogerme en diferentes posiciones y volví a disfrutar de Romi que a lo largo de la noche disfrutó de las maduras como así también de la pija de mi amigo que fue su preferida así como mí cola fue la de Ricardo. Silvia, amante de la doble penetración, recibió las pijas de esos dos machos de manera simultánea. No sé en qué momento me quedé dormido pero fueron muchas horas de placer bisexual junto a esas maduras que no sólo habían cambiado nuestras vacaciones sino que habían llevado mí frontera del placer a límites que no sospechaba semanas atrás. Quedaban pocos días para regresar y con Benja los aprovechamos, pero no volveríamos a disfrutar de Ricardo y Romi que no los volvimos a ver, pero con Luisa y Silvia nos hicimos amigos y luego de las vacaciones las hemos ido a visitar a Buenos Aires. Con mí amigo tuvimos más aventuras y aunque la mayoría de las veces estábamos sólo nosotros dos, hemos compartido algunos tríos con otros chicos, pero esas serán otras historias.

Gracias por leerme, comentar y valorar. Espero que les haya gustado