Con Alex y María una noche preciosa
Una noche especial llena de lujo,lujuria bien acompañada por dos buenas personas a las que me siento muy unida.
CON ALEX Y MARIA UNA NOCHE PRECIOSA (I).
María y yo tuvimos tiempo de descansar tranquilas antes de que llegara Alex su marido a las siete de la tarde como esperábamos. Estaba feliz al descubrir que María era una buena amante con la que me sentía compenetrada.
Nos quedamos dormidas más de una hora, María me despertaba con el ruido del agua mientras llenaba la bañera para tomar un baño juntas.
Me levanté y fui al baño, saludé a María que estaba desnuda, como yo, sentada cepillaba su cabello frente al espejo. Hola cariño, estoy preparando el baño para las dos. Puse mí mano sobre su hombro y ella pasaba la suya por mí cintura, me daba un beso tierno en el vientre, yo me agachaba un poco y la besaba en la boca.
María me dijo, ahora vamos a ponernos guapas para disfrutar con Alex, puedes elegir lo que más te guste de toda la ropa que tengo.
María tiene una preciosa colección de vestidos, zapatos y ropa interior de calidad que solamente se pueden permitir empresarios como ella y Alex.
Nos metimos dentro de la bañera, el agua caliente tenía sales y jabón que dejaban nuestra piel muy suave y perfumada como nunca la había sentido. Nos besamos y nos rozamos varias veces ricamente, disfrutaba de sus caricias tiernas maravillosas. Paramos porque no quedaba mucho tiempo para que llegara Alex.
Nos secamos y fuimos al vestidor, María abrió dos armarios llenos de ropa para que eligiera lo que quisiera. Me probé varias cosas y me decidí por un vestido negro precioso, corto sobre las rodillas, sujeto alrededor del cuello de amplio escote y un corte que realzaba mí figura. Unos zapatos negros altos atados a los tobillos, medias sujetas a los muslos y un conjunto de ropa interior gris sin estrenar que me regalaba.
María se puso una falda roja corta muy bonita con una blusa estampada transparente que estrenaba. La blusa es muy bonita pero de esas que enseñas todo como si estuvieras desnuda, pero ideal para la ocasión. Conjuntada con unos zapatos preciosos divinos, resaltaba toda su figura, mostraba bien la preciosa mujer que es.
Peinadas maquilladas, cuando terminamos las dos coincidíamos en que estábamos preciosas de escándalo muy guapas. Nos hicimos varias fotos para guardar nuestra espectacular apariencia.
Recogimos la habitación el baño, dejamos preparada la cama con el lubricante sobre una de las mesas de noche.
Bajamos al salón, la mesa estaba lista, sacamos lo que íbamos a cenar, solamente teníamos que calentar la comida. Pusimos música y nos preparamos dos copas.
Antes de terminar las copas llegó Alex, feliz sonriente nos saludaba con un beso en los labios a las dos, maravillado de lo guapas y bonitas que estábamos las dos. Abrazadas a Alex nos dimos el primer beso en los labios delante de él. Alex dijo que se alegraba de ver que ya éramos buenas amigas. Necesitaba darse una ducha, le indicamos que subiera a bañarse tranquilo, la noche era larga y las dos le esperábamos allí que no tardara.
En ese ambiente de lujo descarado sensual, me sentaba cómoda en uno de los sillones del salón a esperar con María, me sentía especial por participar por estar allí con ellos.
Alex bajó cuando terminó, desde donde estaba sentada miraba a Alex mientras bajaba las escaleras. Llevaba una camiseta azul y un short blanco de algodón ajustado, su paquete marcado podías verle como se movía a cada paso que daba al bajar. Sin quitar ojo estuve hasta que llegaba cerca le tenía a mí lado. Pensaba en su gruesa polla recordaba como había disfrutado la noche anterior con él.
Alex me tendió su mano para que me levantara del sillón, y sujeta a su mano se acercaba a María y hacía igual con ella. De pie los tres rodeamos con los brazos nuestros cuerpos, nos besamos nos fundimos en calidas caricias apasionadas, frotaba el paquete de Alex que antes tanto miraba.
Mordía los pezones de María sobaba sus nalgas, ellos sacaban de mí escote uno de mis pechos, juntos lo mordían y lamían por todas partes, luego el otro. Rozaba mí concha al muslo de Alex hasta frotarme sobre su polla. Nos acelerábamos cada vez más, María se quitaba la fina blusa para no romperla, yo aprovechaba para quitarle la camiseta a Alex.
Y pegar rozar mis pechos sobre su torso, María se unía chocamos los pechos en él, frotamos nuestras tetas los pezones.
Sentía pellizcar mis nalgas y varios dedos entre las piernas, metía los dedos en el coño de María y sobaba con ella la verga de Alex.
Me entregaba un rato a la deliciosa forma de besar de Alex a rozar su maravillosa lengua a la mía. Reaccionaba al sentir la lengua de María pasar por mí ano entre los labios de mí coño.
Les dije, me gustaría seguir pero más cómoda arriba en la cama, María se incorporó y dijo venga vamos tenía la misma idea.
Subimos las escaleras, Alex desnudo yo con mí vestido a la cintura y María con la falda. Entramos a la habitación, me quitaba los zapatos y el vestido antes de tumbarme en la cama, María hacía igual. Como posesas nos besamos con Alex, dejamos en su boca un pecho cada una mientras nos besábamos como locas.
Sin parar de frotar nuestras lenguas bajamos juntas a mamar a chupar la polla de Alex, compartiendo su calida verga con ganas con mucha pasión.
Iniciamos juntas una mamada morbosa muy erótica, metíamos entre las dos su polla mientras nos follábamos la una a la otra. Pegadas unidas al fuego desprendido por nuestros sexos, chupamos la polla metida entre nuestros pechos hasta sentir enseguida el caliente semen de Alex salir, le tragamos todo excitadas llegando juntas al orgasmo.
Nos quedamos descansando en la cama. María y yo habíamos acabado unidas en un apasionado beso mientras compartíamos el rico semen. Aquella escena le había encantado mucho a Alex, no esperaba vernos con tanta entrega.
Luego le contamos que aquella tarde esa pasión había empezado entre las dos, pero sin decir una palabra de nuestra aventura con Juan el follador incansable.
Alex vio el lubricante anal que pusimos al lado de la cama, hablamos del tema y de la dificultad comentada dada el grosor de su verga.
También fue la ocasión para hablar con Alex de que a María le gustaría follar con dos hombres. Alex puso la excusa de que allí donde viven no encontraba hombres de confianza. Al final dijo que estaba interesado en esa posibilidad y que sería ideal que en otra de mis visitas viniera Nacho conmigo, podíamos disfrutar los cuatro juntos.
María me dio las gracias más tarde, tenía la puerta abierta gracias a mí.
Teníamos hambre, bajamos a la cocina con unas batas cortas de seda y Alex con otro short ajustado. Cenamos de pie en la cocina, calentamos la exquisita carne acompañada de una botella de cava, el postre no hacía falta pedirlo ya lo tenías. Estaba sentada sobre la encimera con las piernas cruzadas, María en una silla y Alex de pie, se ocupo de poner la cena.
Al terminar la cena brindamos por nuestra amistad, nos besamos suavemente en la boca y nos abrazamos. María aprovechaba para comentar que yo tenía unas piernas bonitas, Alex decía que guapas y bonitas somos las dos. Yo le decía, eres un caballero pero quiero saber quién te enseñó a besar tan bien. Alex respondía que había aprendido observando como se besaban las mujeres, el besa imitando a la mujer.
Le dije, quizás tengas razón quiero probar, acerqué mi boca hasta fundirla entre sus labios cerraba los ojos para gozar de su lengua, me apartaba un poco le di las gracias eres genial dije. Luego besaba a María que me miraba y acariciaba los muslos.
Alex separaba abría mis piernas y empezaba a lamer mí coño, pasando su lengua por mis agujeros sobre los labios y el clítoris. María bajaba a lamer mis pezones, sentía cosquillas de gusto y placer recorrer erizar toda la piel del cuerpo pero de nuevo estaba en una postura incómoda. Necesitaba tocar acariciar, me incorporaba lograba ponerme en pie, Alex y María me preguntaban ¿Qué pasa? No pasa nada quiero ir a la cama, los dos rieron y me llevaron sujeta en sus manos arriba a la cama.
Me dejaron acostada sobre la cama, María daba la vuelta y subía detrás de mí encima de la cama, ella besaba mi boca bajaba a lamer mis pechos seguía hasta meter su lengua a frotar el clítoris todo mí coño. María quedaba sobre mí con su coño pegado a mi cara que empecé a chupar y a lamer a disfrutar con ella esa postura tan rica para las dos.
Sentí a Alex metido entre mis piernas lamiendo junto con ella mi coño, excitada recorría por todas partes el coño de María con mí lengua. Luego Alex se puso a frotar su gruesa polla entre los labios de mí sexo, María chupaba su polla pegada a mí clítoris que me excitaba con la lengua y con la polla. María la bajaba a la entrada de mí cueva y la metía dentro de mí junto a su lengua. Alex me enterraba su gorda verga dentro mientras María me frotaba el clítoris con la lengua.
Tenía las piernas en los hombros de Alex, como en la noche anterior me había hecho, chupaba lamía los dedos de mis pies al mismo tiempo que me follaba con fuerza intensamente. Me corría tenía varios orgasmos que Alex y María me volvían loca.
Con mis dedos follaba a María por el culo y por su cueva que soltaba sobre mi boca cantidad de flujos que no paraba de saborear. Alex sacaba su polla de mí paraba de follarme, dejaba mis piernas sobre la cama, atenta pude ver como venía se acercaba para follar a María. Tenía su polla pegada a mi cara, la metí dentro de la boca me puse a chuparla desesperada, estaba caliente dura mojada por mis flujos. La sacaba de mí boca lamía mordía su tronco, metía la polla dentro del coño de María, miraba como abría los labios del coño, como entraba toda la polla y metí los huevos en mí boca.
Tuve que dejar los huevos porque me golpeaban al moverse, empezaron a follar pegados a mi cara. Frotaba lamía el clítoris de María cuando podía, follaba su ano con un dedo y los huevos de Alex rozaban mi rostro.
María con sus dedos no paraba de follarme el ano, llegaba a meterme hasta tres dedos.
Alex paraba de follar con ella, sacaba la polla la metía en mi boca yo la mamaba luego lubricaba mi dedo y el culo de María con su polla y seguía follándola. Empezaba a sentir dolor por los dedos de María, pude estirar el brazo, coger el lubricante anal y dejarlo en las manos de María. Ella llenaba mi conducto anal con un buen chorro y lubricaba sus dedos, enseguida sus dedos entraban y salían con mucha facilidad. Podía sentir que estaba muy abierta bien dilatada.
Cuando Alex volvía a sacar su polla paraba de follar, retiraba a un lado la pierna de María la quitaba de estar encima mía, me levantaba y me ponía a gatas. Notaba el agujero del culo dilatado abierto, miraba a Alex y le decía que me follara. María lubricaba bien con sus manos la polla de Alex y la dejaba a la entrada de mí ano.
La presión de Alex hizo que su polla lograra abrir ricamente el ano, notaba su cabeza gorda como quedaba toda atrapada dentro de mí. Era un gusto un placer maravilloso que agradecía sentir por todo mí cuerpo. La penetración endurecía mis pechos el clítoris, cualquier caricia me estremecía de placer. Seguía metiendo la polla más adentro, y yo terminaba de clavarla toda cuando levantaba los brazos me sentaba sobre los huevos.
Alex sobaba mis pechos me besaba el cuello y María mordía lamía mis pezones. Empecé a sacar y a meter a mover la polla dentro de mí, tuve varios orgasmos seguidos me corría soltaba chorros, me orina sin control gritaba mucho. Alex también se corría dentro de mí, sacaba su polla y aliviaba la presión. Me apartaba a un lado y María subida sobre Alex metía entre las piernas la polla que estuvo cabalgando un rato hasta que calló agotada a mi lado, nos quedamos dormidas unas horas.
Me despertaba por la sensación húmeda extraña que sentía entre las piernas. María estaba dormida a mí lado pero Alex no estaba allí. Miré las sábanas no estaban manchadas, fui al baño entraba a darme una ducha, me limpiaba estaba bien sin molestias, gracias a la abundante cantidad de lubricante. Recordaba los instantes más fuertes de la penetración anal que tuve con Alex. Terminaba de ducharme me secaba y salía envuelta en una toalla, encontraba a María sentada orinando.
Hola cariño estás bien, me preguntaba, le dije que estaba muy bien. María también iba a darse una ducha, me dijo que buscara a Alex en la habitación de al lado.
Me perfumaba e hidrataba mí cuerpo con crema, envuelta en la toalla fui a dar con Alex.
Estaba sentado en un sillón desnudo viendo la televisión, pasaba los canales uno tras otro. Alex olía bien, tenía una toalla debajo, extendía su brazo para recibirme a su lado, nos besamos en los labios. ¿Qué tal? Me preguntaba, sonriente dije que estaba muy bien, Alex igual.
Tocaba su hermosa polla la sobaba en mí mano suavemente mientras hablaba con él, contenta feliz de lo bien que lo pasábamos los tres. Le dije a Alex que era un amante genial, con sus atributos podía follar a la dos toda la noche. Sobaba más fuerte su polla y acariciaba los huevos. Me agachaba hasta meterme su polla en la boca, todavía no la tenía dura, la pude meter toda dentro de la boca y pasar la lengua por sus huevos.
La saqué de la boca, con una mano la pajeaba la estiraba toda, notaba como crecía se ponía dura. Su cabeza brillaba, ya era sorprendentemente gorda, la acariciaba entre los dedos y pasaba la punta de mí lengua sobre la suave piel de su capullo.
Antes de volver a chuparla, miraba a Alex. Le decía, tienes una polla preciosa es un placer chuparla, da gusto mucho morbo tenerla en la boca.
Me puse de rodillas en el suelo entre sus piernas, atrapaba su gruesa cabeza con los labios, pasaba la lengua alrededor del calido capullo, recorría su erótica forma que estimulaba desearla cada vez más. Tocaba alguna rugosa vena con la lengua y hasta donde podías la metía hasta la garganta. Me masturbaba, pasaba mí mano entre mis piernas sin parar de mamar esa polla.
Besaba el tronco caliente rugoso de arriba abajo y volvía a mamarla toda ricamente a meterla en la boca.
Me quité la toalla fácilmente, metí la polla de Alex entre mis pechos, frotaba los pechos agarrados en mis manos por toda su polla, acariciaba los pezones en ella.
Subía a follar a cabalgar su polla, la metía dentro de mí mientras le besaba mordía mis pechos.
Saltaba jadeaba follaba a gusto sobre Alex cuando llegaba María, se sentaba desnuda junto a los dos. Besaba a Alex y luego a mí, acariciaba mí espalda pasando sus pezones, frotaba luego su coño sobre mí espalda hasta ponerse sentada atrás mía. Besaba mi cuello al oído me decía que mis jadeos la tenían excitada que la dejara follar a ella. Dejaba escapar la polla de Alex entre las piernas, dije a viva voz, ahora le toca follar a María. Me hice a un lado de rodillas sobre el sillón, quitaba con mí mano los flujos que tenía la polla. María metía la polla entre las piernas, empezaba a jadear a excitarse a retorcer su cuerpo, mordía sus pezones con Alex. Aceleraba el movimientos de las caderas follaba restregaba la polla en su interior sin parar hasta que se corría. Jadeaba fuerte nos besaba apasionada a Alex y a mí, nos abrazamos los tres.
María seguía sobre la polla de Alex, quería que me subiera yo, le dije que siguiera ella pero que se diera la vuelta de espaldas a Alex. Quiero chupar tu coño y la polla de Alex, sin sacar la polla de su coño se daba la vuelta. Yo me sentaba en el suelo entre las piernas empezaba a lamer todo lo que encontraba, desde los huevos hasta el clítoris de ella. Alex no tardaba, se corría dentro de María y fuera sobre mí cara dentro de mí boca, saboreaba su calido semen mezclado con los flujos de María. Me masturbaba mamado su polla hasta que también me corría también yo.
Nos quedamos allí un rato a recuperar fuerzas, encendimos unos cigarrillos antes de continuar.
Continuará.