Comprendí a mi mujer
Luego de años de abstinencia mi esposa tuvo su recompensa.
COMPRENDI A MI MUJER (VOYEUR, NO CONSENTIDO).
Hacia años que mi vida de casado se había alterado. Un accidente me había postrado. Mi esposa a partir de ese momento se transformo en una abnegada enfermera. Nuestras relaciones sexuales se abortaron y nunca más tuvimos una satisfacción. Fue como algo tácito, cada vez que quería abordar el tema, ella lo eludía o se negaba, y yo era incapaz de insistir a pesar de mis deseos. Mi libido parecía intacta pero ella parecía haberse puesto una coraza y decía no necesitar del sexo para disfrutar de la vida.
Fueron varios años de abstinencia y yo me contentaba con leer e imaginar situaciones eróticas para recordar épocas pasadas e infidelidades que había cometido. Mi esposa juraba que no sentía deseos de estar con un hombre y yo estaba seguro que así era.
Una tarde, un operario concurrió a arreglar un aparato del consultorio odontológico de mi esposa. Era un joven de unos 30 años, trigueño, musculoso y muy amable. Luego de evaluar los arreglos que debía efectuar, quedo en pasarnos un presupuesto. La semana siguiente nos pusimos de acuerdo en el precio para la reparación y quedo en volver el viernes siguiente.
Era un dia de verano caluroso. Mi esposa que mide 1.70, y tiene muy buen físico y hermosas piernas lo recibió con un short y una remera ajustada que ponía de relieve sus senos y sus generosos pezones...Me pareció un poco osado su atuendo pero no dije nada. Lo que si me di cuenta, cuando llego el operario, fue de la mirada intencionada con cierta lascivia del joven, que se detenía en lo que parecía ofrecer mi esposa sin aparente intención.
Cuando termino el trabajo, Marcos, que así se llamaba, le pidió ducharse pues estaba muy transpirado. Mi señora accedió de inmediato y le ofreció una toalla. Al terminar el baño, salio con la toalla cubriendo su cuerpo y Gladys lo convido con un refresco. Yo los veía desde el dormitorio y vi. Cuando Marcos tomaba el vaso y dejaba caer adrede la toalla descubriendo su enorme miembro. Di un respingo y mi verga se paro sin saber porque. Gladys retrocedió asustada y atino a mirar donde yo estaba.
"Por favor cúbrase o grito" lo amenazo.
"El va a disfrutar cuando su amada mujercita se saque las ganas después de tanto tiempo de abstinencia". Había cambiado totalmente su actitud caballeresca desde el primer momento por la arrogancia de quien se sabe dueño de la situación. "Nadie la va a escuchar y seguro va a disfrutar de una tremenda cogida", le contesto Marcos.
Gladys trato de defenderse pero Marcos muy fuerte y decidido a seguir adelante con sus deseos, en forma imperativa, la conmino a arrodillarse y mamar su polla que se había desplegado totalmente y palpitaba. Gladys lloraba impotente pero finalmente lo obedeció, no tenia alternativa. Observe como de rodillas tomaba el miembro y lo introducía en su boca. Comenzó a mamar la verga hasta que Marcos en medio de gemidos de satisfacción, eyaculo. Gladys, hizo arcadas y observe como escurría el semen por las comisuras de su boca. Trago lo que pudo mientras Marcos empujaba su cabeza contra la polla. Cuando Marcos la soltó, Gladys, lo miro desde abajo pero no se aparto. Volvió a acariciar los testículos y engullo la verga nuevamente, parecía que le gustaba y saboreaba una golosina nueva. Eso me excito, ahora era ella la que no se detenía. Marcos la despojo de la remera y le bajo el short dejándola desnuda.
Yo me pajeaba viendo la escena. Mi mujer cogida por otro hombre y yo gozando. Una de mis fantasías se estaba convirtiendo en realidad.
Marcos la cargo en brazos mientras ella lloraba y le pedía por favor que la dejase. Hizo caso omiso a sus ruegos y la deposito en la mesa abriéndole las piernas. Se sitúo entre los muslos y comenzó un cunnilingus fenomenal. Gladys gemía y en un momento tomo la cabeza de Marcos con desesperación y la incrusto en la concha mientras se agitaba y le pedía que no parase hasta que tuvo su primer orgasmo.
Luego Marcos se ocupo de las tetas, y los pezones. Las sobaba, las besaba y los triscaba con sus dientes. Gladys estaba irreconocible. Yo observaba su rostro arrebolado y sus ojos cerrados. Los suspiros y los gemidos que escapaban de su boca entreabierta delataban que estaba gozando. Finalmente, la giro, la puso de espaldas, y la penetro de un solo impulso hasta el fondo de la vagina. Gladys exhalo un suspiro y un grito contenido al sentir semejante polla después de tantos años. Marcos no se detuvo y siguió con un vaivén sostenido haciendo caso omiso a los ruegos y sollozos de mi mujer. Yo me daba cuenta a pesar de sus palabras que Gladys estaba excitadísima y a pesar de sus palabras de clemencia quería más. Ahora deseaba que Marcos la cogiera con todas las ganas. Se agitaba hasta que en un momento y sin reparar que los estaba viendo, entrelazo las piernas por detrás de las nalgas de Marcos para hacer mas profunda la copula. Se agitaba frenéticamente en un movimiento de vaivén hasta que, entre jadeos y gemidos, Marcos eyaculo dentro de su vagina. Gladys tuvo un orgasmo fenomenal, gozando como no recuerdo lo haya hecho antes conmigo. Luego se separaron y se dirigieron al sofá cama, Marcos se coloco de espaldas y Gladys lo monto. Siguieron cogiendo por más de media hora. Yo desde mi posición privilegiada, disfrutaba de la visión de ese concha estrecha que se abría y se cerraba ante cada movimiento de mi esposa cabalgando ese corcel enorme. Al retirar la verga de la concha pude apreciar la enorme herramienta que mi esposa acababa de albergar y la abundante leche que escurría a través de los labios de la vulva y se corría por los muslos. Era una visión maravillosa plena de morbosidad y lujuria.
Al incorporarse Gladys trastabillo, estaba agotada. Marcos la sostuvo del brazo y la acompaño al baño para que no cayese. Se bañaron juntos y allí no pude ver lo que paso pero el ruido del agua no me impidió escuchar e imaginar lo que sucedió. Marcos la instaba a levantar la pierna y apoyar el pie sobre la banqueta del baño para ofrecerle el culo virgen. Gladys se negaba, le rogaba que no lo hiciera argumentando que nunca lo había hecho pero el insistió hasta que logro su objetivo. Los ayes de dolor, los gemidos y los pedidos de clemencia de Gladys, los exabruptos de Marcos elogiando el culo de Gladys, y obligándola a obedecer certificaron que le había hecho el culo rompiendo su virginidad. Debo reconocer que luego de ese primer momento Gladys no se quejo más y por media hora solo se escucharon los jadeos y gemidos de ambos, hasta que oí claramente cuando Marcos le dijo "Me voyyyyyyy mami", "Dale que yo también voy a gozar, ya no me duele, uuuuuhhy ayyyyyyyyy", le respondió Gladys. Marcos termino eyaculando por tercera vez dentro del culo que se lleno de semen, y entre gemidos y palabras obscenas terminaron de gozar. Fue una tarde diferente e impensada y Marcos, magnánimo, se despidió sin cobrar por los servicios prestados prometiendo una pronta visita si lo necesitaban.
Esa noche dormimos abrazados con mi esposa que reconoció haber gozado después de tantos años y yo la comprendí y perdone recordando mi pasado infiel y asegurando que yo también había gozado al verla feliz.