Comprando un regalo, el regalo me lo llevo yo.

Nunca sabes las sorpresas que te puede deparar cuando vas a comprar un regalo a una amiga.

Es miércoles, las 8 de la tarde. El cumpleaños de una amiga y aún no le comprado ningún regalo y hemos quedado todos a las 10 para cenar en su casa.

Lo reconozco, soy un desastre. El tiempo se me echa encima y las tiendas ya están cerrando. Pienso en algo que le pueda comprar para salir del paso... estoy cerca de una pequeña tienda de lencería, suelo comprar bastante ropa interior femenina allí, para mis novias o "amigas" con derecho a roce. Además, la dueña cercana a los 40 años no está nada mal y siempre me suelta alguna frase picarona con la que me pone caliente. Además de su insistencia en que alguna vez debería comprarme mi ropa interior alli... siempre me he preguntado para que esa insistencia?

No hay remedio... mi amiga hoy se llevara un conjunto de ropa interior de mi parte, no se me ocurre mejor opción y aunque llegue justo de tiempo a la tienda... me dejará entrar.

Llego casi a las ocho y media, hora de cierre de la tienda.

  • Hola! estas abierta aún?

  • Si, claro... pasa; pero serás mi último cliente por hoy.

Se acerca a la puerta y echa el pestillo y corre las cortinas y pone el cartel de cerrado.

  • De esta forma me aseguro que no me quedo hasta mas tarde.

Me sonríe y me guiña el ojo. Hoy va espectacular. Camisa de tirantes muy ajustada con un escote generoso y una minifalda de volantes muy muy corta.

  • Tú dirás, que se te ofrece?

  • Necesito un conjunto de ropa interior para una amiga.

  • Cuantas amigas tienes? jajajajaja y de que tipo habías pensado?

La verdad es que no había pensado nada... pero no se por qué le dije:

  • Uno sexy, en plan transparencias o algo así. Es su cumpleaños, así que quiero que sea algo especial.

  • Y su talla?

Mierda!!! La talla... no tengo ni idea de la talla. Empiezo a gesticular y a dudar poniendo las manos como dibujando su silueta... pero es inutil, no sabría decir la talla que tiene.

  • Ni idea. La he visto en bikini, si te sirve... pero para eso debería ver a alguien en bikini para decirte si es similar o no. La verdad es que creo que tiene una talla similar a la tuya, pero no podria decirtelo con seguridad.

Bajo la mirada y le comento:

  • Da igual, déjalo. Ya le diré que me he olvidado el regalo en casa.

Me giro hacia la puerta cabizbajo para irme de la tienda.

  • Espera! Si me ves en ropa interior podrías decir si tiene una talla como la mia?

Mi corazón dió un vuelco. La parte de abjao empezó a despertar. No era posible que me hubiese dicho eso.

  • Creo que si. Nos hemos liado alguna vez y creo conocer su cuerpo bastante bien.

Intenté que no se me notase la excitación que sentía en ese momento.

  • Como eres un cliente habitual... y hay confianza, me pondré en ropa interior. Pero eso tiene un precio, deberás comprame también algun boxer para ti, ok?

Asentí con la cabeza.

  • Dime que conjunto te gustaría regalarle. Porque hoy no llevo sujetador.

Apuesto fuerte para ver hasta donde quiere llegar y le señalo uno que es casi en su totalidad transparente, por lo que si se lo pone... sería como verla desnuda.

Se lo piensa y lo coge. Metiendose al probador.

Al poco tiempo se corren las cortinas y sin salir del probador me dice:

  • Tiene unas medidas como las mias? Mas de algún sitio? Menos?

Mis ojos se abren como platos. Está buenisima. Me dan ganas de tirarme encima de ella, el bulto de abajo ya no es disimulable de ninguna forma.

Intento forzar mas mi suerte y me acerco mas como comprobando las medidas. Noto como sus pezones se endurecen al estar tan cerca de ella.

Acerco mi mano hacia uno de sus senos y le pregunto:

  • Puedo tocarlo? Es que se lo que me ocupaba su seno en mi mano y de esa forma estoy mas seguro de acertar con la medida.

Lo digo de una forma tan seria y convincente, como si fuese un servicio mas del trato comercial que ella, a pesar de dudarlo un momento, se muerde el labio inferior y me dice:

  • Si, pero solo para que compruebes la medida, no?

  • Por supuesto.

Acerco mi mano y agarro su seno con suavidad. Noto como su respiración se acelera. Masajeo el seno mientras yo miro hacia otro lado como si me quisiese concentrar en el tamaño de sus senos para poder comparar con los de mi amiga. En un acto reflejo, la otra mano coge su otro seno y repito la operación ahora con ambas manos aprisionando sus senos.

Noto que va a protestar pero antes de que lo haga, pellizco sus pezones y deja la boca abierta, pero no me dice nada. Solo se oye un leve suspiro de su boca.

Bajo mis manos por su cuerpo y agarro su cintura, aprisiono sus nalgas duras (debe de ir al gimnasio para tenerlo asi de firme) y me separo de ella. Con una calentura por mi parte mas que considerable.

  • Pienso que tienes sus mismas medidas. Pero tu eres muchisimo mas guapa que ella.

Noto su cara de decepción al separarme de ella y percibo que su grado de calentura es, como minimo, igual que el mio. Con la voz algo entrecortada me comenta:

  • Muy bien. Y el conjunto te gusta?

Se gira delante mio sonriendo.

  • Me encanta.

Miro fascinado su cuerpo. Me tiraría encima de ella, pero no estoy seguro de si lo fastidiaria todo.

  • Apunto este conjunto y pruebate este boxer para ver si te gusta como te queda. Un trato es un trato.

Me acerca un boxer y me lo deja en la mano. Pienso en como tengo lo de abajo y pienso que ahora cualquiera que me ofrezca me va a venir muy apretado. Pero prefiero no decir nada y lo cojo y me meto en el probador de al lado.

  • Como te queda?

El boxer es chulisimo, pero con mi empalme considerable no puedo estar seguro de si es mi talla o no. Pero tampoco quiero decir nada y que piense que soy un degenerado.

  • Creo que bien. El boxer esta genial.

  • Como que "creo" que bien? No lo entiendo.

Sin darme tiempo a explicarme, descorre la cortina y me mira. Sigue llevando el conjunto que voy a comprar. Sus ojos se centran en mi boxer y en el paquete que hay debajo de el.

  • Ya veo cual es el problema. O eso de ahí se relaja o no vamos a acertar con la talla...

Se agacha dejando su cabeza frente al boxer.

  • Pero creo que voy a poder solucionarlo.

Acaricia mi paquete por encima del boxer y me mira a los ojos.

  • Y esto te lo he provocado yo?

Asiento con la cabeza.

  • Bueno si yo lo he provocado... yo deberé relajarlo, no?

Me sonrie picaramente y comienza a bajarme el boxer. Mi pene salta de su prisión y apunta a su cara.

Lo coge delicadamente con una de sus manos y comienza a masturbarme despacito.

Se me escapan pequeños gemidos y ella se muerde el labio de nuevo.

  • Creo que será mas rápido si cambiamos de metodo.

Nada mas acabar la frase veo como comienza a introducirselo en la boca.

Sus labios aprisionan mi polla y la aprietan, mientras su lengua juega con la punta.

Una de sus manos mientras tanto acaricia mis huevos.

Estoy en el septimo cielo. Pero de repente suena su móvil.

  • Si?

Contesta sin sacarsela de la boca.

  • Hace mucho calor y mientras cierro la tienda estoy tomandome un rico polo.

Me guiña el ojo y me dice en bajo "es mi marido". Pero en ningún momento se la saca de la boca.

  • Si cariño, me acabo el polo, cierro la tienda y voy para casa.

El morbo que me da la situación hace que me excite mucho mas, no se cuanto podre aguantar.

Ella cuelga y acelera el ritmo, quiere acabar rápido y tal como estoy no voy a poder evitarlo.

  • Menudo aparato mas rico gastas nene...

Esa frase es lo que necesitaba para notar que ya no hay marcha atras.

Empiezo a gemir con mas fuerza.

  • Cuidado...

  • No voy a manchar esta ropa que es nueva.

Dicho esto se la mete lo maximo que puede y comienzo a soltar chorros en su garganta. Trata de tragarlo todo, pero se escapa algo por la comisura de sus labios.

Ella continua moviendo su boca y cuando me la deja bien limpia se la saca sonriendome triunfante.

La cojo de la cintura y la acerco a mi.

  • Creo que ahora soy yo quien esta en deuda contigo.

  • Pero mi marido me esta esperando en casa.

Bajo mi mano por su espalda y se pierde por dentro del tanga que lleva puesto, mientras con la otra mano busco desabrochar el sujetador.

Noto que no se opone a mis caricias. Así que continuo en mi afán de desnudarla.

El sujetador ya desabrochado resbala por su cuerpo y cae al suelo dejando sus senos preciosos con los pezones desafiantes apuntándome.

Mientras mis manos empiezan a dejar caer el tanga, que resbala suavemente por sus muslos, aprovechando para acariciar suavemente sus labios inferiores notando como se estremece al notar el contacto de mi mano en ella. Mientras beso su oreja y bajo por la lengua por su cuello haciendo eses... buscando llegar a esos senos que me vuelven loco.

Se escuchan los gemidos cada vez mas fuertes mientras me como sus senos, mordisqueo sus pezones y comienzo a meter suavemente un dedo entre sus labios vaginales.

Mi lengua comienza a bajar lentamente... por su vientre, su tripa, cada vez mas cerca del foco de calor de su cuerpo.

Noto como su respiración se acelera mas y mas. Cuando mi cabeza se encuentra entre sus piernas y nota mi aliento en sus labios.

En ese momento, cuando voy a saborear su néctar, quizás un sentimiento de culpabilidad o los últimos coletazos de su resistencia hacen que se incorpore y decida salir del probador sin darme la oportunidad de probar su esencia.

- Mi marido puede volver a llamar o peor, puede venir aquí.

La cojo por detrás agarrándole de los senos con mis manos y mi pene, de nuevo erecto, se acomoda entre sus muslos rozando sus labios húmedos.

Noto como un escalofrío recorre su cuerpo al sentir mi pene entre sus piernas.

- Había olvidado lo rápido que se recuperan los jóvenes.

Dice esto mientras mueve su cintura en círculos para notar mas la presión de mi miembro y agachando un poco la cabeza y mordiéndose el labio apoya los brazos en el mostrador ofreciéndose sumisa a que la penetre. La visión que me ofrece de su cuerpo es algo irresistible y no le hago esperar. Coloca la punta de mi pene en la entrada de su tesoro, sus labios me reciben abriéndose al notarlo para facilitarme el paso y mi polla entra poco a poco sin ninguna oposición dentro de ella.

Cuando esta dentro, da un grito de placer que me anima a empezar a bombearle con fuerza mientras mis manos se agarran a su cintura para poder hacer las penetraciones mas profundas.

Ella no para de gemir y de decir que no pare. Estando muy cerca de su orgasmo, vuelve a sonar el teléfono.

- ¿Sí? ¿que quieres?

Dice con voz entrecortada y sobre aliento. Principalmente porque yo he decidido no dejar de penetrarla y sus pechos rozan una y otra vez sobre el mostrador.

- No hago nada. Es que la caja no me cuadra y he subido a la escalera para ver un conjunto del estante superior que es el que me esta descuadrando la caja y ya sabes que tengo vértigo y estoy un poco tensa, en la escalera subida y hablando por teléfono.

Se gira a mi con cara suplicante y diciéndome entre susurros "para un momento, por favor, me va a pillar". Su capacidad para mentirle a su marido no deja de sorprenderme.

Levanto los brazos en señal de me quedo quieto pero dejo mi polla metida lo mas al fondo que puedo.

Continúan hablando y yo veo el agujerito de su culo tan aparente... que no puedo evitar empezar a jugar con el e intentar dilatarlo con mi dedo.

Me hace gestos con los brazos para que pare sin girarse hacia mi, pero los ignoro y sigo con mi faena.

Cuando creo que ya esta lo suficientemente dilatado, procedo a meterle el dedo, que entra con algo de dificultad y al hacer algo mas de presión, no controlo bien la fuerza y entra de un tirón por completo dentro de ella.

Pone las manos en el teléfono para evitar que su marido le oiga y da un grito ahogado desgarrador, una mezcla de dolor y placer que no sabría cómo describir.

Se gira hacia mi y me dice:

- Por ahí nunca lo he hecho. ¡Para! Que me harás daño.

Mi cabeza da vueltas ante la posibilidad de poder estar en un sitio donde nadie ha estado todavía, le sonrío y como respuesta empiezo a mover mi dedo dentro y fuera para dilatarlo mas aún.

- Podríamos estar hablando mas rato por teléfono pero cuanto antes cuelgue antes acabo aquí y antes voy a casa. ¡Hasta luego!

Suelta el teléfono sobre la mesa y se gira.

- Ya puedes seguir, pero para con el dedo, por favor.

- No querías que estuviese quieto... pues muévete tu ahora.

Le azoto en una nalga y no dejo de mover el dedo en su culito que cada vez se aprecia que está más abierto.

Empieza a hacer círculos con su cintura que me hacen ver las estrellas de placer, cada vez acelera mas sus movimientos, noto lo cercana que esta al orgasmo. Empieza a gemir con mas fuerza.

De repente, sin avisarle, se la saco rápidamente.

- ¡Noooo! Por favor ahora no, métemela... no pares, ahora no.

Su voz es suplicante. Me pone caliente sentirla tan entregada.

Procedo a hacer lo que me pide; pero pongo la cabeza de mi miembro en la entrada de su culito ya bastante dilatado.

- ¡Quieto! Eso no, me va a doler, ¡para!

Ya ha entrado la cabeza, el resto será mas sencillo. Poco a poco, voy metiéndosela.

- ¡Para! No va a entraaaaaaaar.

Antes de que acabe la frase le meto de un tirón lo que quedaba y mis huevos chocan con ella.

Su cuerpo comienza a convulsionar y no para de gritar y gemir en el orgasmo mas brutal que había visto hasta entonces.

Cuando parece que su respiración recobra el ritmo normal, comienzo una feroz penetración en su recién estrenado culete.

Mientras mis manos se hacen dueñas de sus senos, agarrándolos con fuerza.

Ella no deja de gemir y de gritar. Esta disfrutando y yo con ella.

Noto como tensa su cuerpo en lo que parece que es un nuevo orgasmo.

Aprieta los músculos de su ano por acto reflejo y ejerce mayor presión en mi pene que ya no va a aguantar mucho mas la situación.

Justo cuando acaba su orgasmo empieza el mio. Inundandole las entrañas de mi esencia, al notar el calor dentro de ella, noto como tiene otro pequeño orgasmo.

Me quedo tumbado encima de su espalda para recuperar el aliento.

Le saco mi miembro que poco a poco va recuperando su tamaño de reposo.

Se gira hacia mi y me besa los labios con pasión.

- A partir de ahora, espero que vengas a última hora a hacer tus compras.

- No lo dudes.

Nos vestimos, le pago la ropa que me llevo, nos despedimos como dos amantes furtivos y me voy al cumpleaños de mi amiga, que ese día me tenía preparada una sorpresa que no me esperaba.

Pero eso ya es otra historia.