Comprando el pantalón... ohh sorpresa...
Una tarde después de tanto trabajo, decido ir a comprar un pantalón y vaya sorpresa la que me llevo.
El día había sido totalmente malo.
Una terrible discusión con un cliente me puso de malas y todo pintaba para que el día se fuera totalmente a la basura.
Para rematar, después de haber salido de la oficina, una torrencial lluvia termino dejándome totalmente empapado y con peor humor.
Triste por los acontecimientos y caminando por la calle, recordé que ya necesitaba renovar unos pares de pantalones, pues lo que tenía ya estaban bastante cansados.
Pase enfrente de varias tiendas y finalmente me anime y entré a una de ellas.
Una señora amablemente me atendió y después de mostrarme varios modelos le solicité que me permitiera medírmelos.
Tome las prendas y me dirijí a los vestidores. Eran varios, en fila. Lo apenas necesarios para medirte la ropa, pues eran en realidad pequeños.
Así que empecé a medirme la ropa y viendo como se me veía puesta. Cuando de repente...
Ohh sorpresa, de repente pude ver que en la pared del vestidor se reflejaba una luz, lo cual de inmediato llamo mi atención. Waaaooooo!!!! El sueño hecho realidad de cualquier persona. Había una ranura bastante amplia en la pared del vestidor, la cual, acercando el ojo dejaba ver buena parte del vestido de al lado.
Ni tarde ni perezoso, que me acerco y lo que pude ver me encantó: una chava como de 23 años acababa de entrar para probarse varios pantalones. Pude ver como acomodó las prendas en la percha y ver a detalle como se bajaba los pantalones que traía y dejaba sus piernas desnudas y totalmente a la vista su tanguita blanca que traía puesta.
Ohhhhhh!!! Cielos, me dije. Lo que menos me imaginaba ese día funesto. La nena tenía hermosas curvas y un gran trasero que pude admirar.
De inmediato sentí que la sangre fluía en mi gran pedazo de carne.... cielos!!!! a solo unos centímetros una mujer se desnudaba y yo podía verla en su máximo esplendor.
Me llamo mucho la atención como por el frente de su tanguita se desbordaba una gran cantidad de vello que la minúscula prenda no podía contener, eso debía ser una completa selva para perderse. Se le notaban unas caderas amplias y una vaginita pequeñita, ummmmhhhh, para darle lo que se merece una y otra vez.
Uno a uno se midió la ropa y yo me seguí deleitando la vista, cada vez que se agachaba para ponerse y quitarse uno, notando como esa tanguita se perdía entre esas enormes nalgas..
Después de todo el día tuvo un final feliz, ya espero la hora de ir de compras nuevamente y esperar tener la suerte de que me toque el mismo vestidor.