Complicidad entre primos 57

A Luis le da morbo estar con su novia después de haber sido follada y a ella tener el semen de dos hombres. Alicia le levanta el castigo a Luis. Marta y Alicia hablan sobre la actitud de Alfonso.

Alicia llegó a casa y se encontró a Luis esperando en el portal.

  • ¿No quieres subir a casa mientras mi mamá está sola? - Le preguntó provocativa.

  • Sabes que me la follaría. - Respondió riéndose.

En su cuarto le contó el encuentro con Alfonso mientras se desnudaban.

  • Así que me voy al baño a lavarme un poco, jiji. Prefiero que cuando me chupes las tetas no tengan semen de Alfonso, no te gustaría, jiji.

Alicia se inclinó para enseñarle las tetas de cerca mientras seguía riéndose. Salió desnuda al pasillo y volvió poco después.

  • Ya están bien limpitas, me las puedes chupar a gusto.

Se reclinó sobre Luis, que estaba sentado en el borde de la cama, y se las chupó y manoseó a placer. Le encantaba la voluptuosidad que adquirían cuando se inclinaba y se mantenían firmes y erguidas.

  • El coño no me lo he lavado, me dijiste que te daba morbo follar donde había estado una polla antes.

  • Muy bien. Disculpa que hoy no te lo coma.

Alicia se tumbó sobre la cama, receptiva a la segunda polla de la tarde. Sintió un gran placer de nuevo al ser penetrada y follada.

  • Mira que eres morboso, ummm.

  • Ah, ah, me obligas a ello.

  • Jiji.

  • Y estoy encantado.

Le siguió follando a buen ritmo.

  • ¿Le dijiste que sólo yo me puedo correr en tu cara?

  • Sí.

  • Pues allá voy.

Luis le acercó la polla y empezó a derramarle una gran cantidad de semen, ante la sonrisa lasciva de Alicia.

  • Que guarro eres.

Aprovechó que abría la boca para meterle la polla.

  • Limpia tu segunda polla de hoy.

El semen se le escurría por el cuello y las tetas. Se lo volvió a extender por las tetas.

  • El próximo miércoles, te correrás en mi coño, quiero tener semen de dos hombres a la vez.

Se acordó de las pasadas vacaciones, donde llegó a estar con más de un chico en el mismo día y sonrió.

Alicia volvió a desvestirse cuando Luis se fue por la puerta y se dirigió con su sonrisa lasciva hacia Marta.

  • Ahí tienes el semen de Luis sobre mis tetas.

  • Y ya de paso te las chupo, que bien que te gusta.

  • Nadie me las chupa como tú.

Le estuvo contando el encuentro con Alfonso mientras Marta se entretenía con sus tetas.

  • Curioso que después de todo se corriera fuera.

  • Sí, ya se lo he dejado bien claro para la siguiente. En mi cara, solo mi Luis, y bueno, Manuel, pero no se lo voy a decir, jiji, y va Luis, y claro, se me ha corrido en la cara hoy.

  • Está bien.

  • Pero mira que es golfo, cuantas chicas se ha tirado en el coche. Claro, que ninguna como yo. Solo la mitad le hicieron una mamada en condiciones, tragándosela toda, y que se dejaran dar por el culo… lo dudo, quizá solo yo, cuando le deje.

  • Sí que es un golfo, se aprovecha de esas chicas.

  • Está muy encoñado conmigo.

  • No me extraña, hija.

Al día siguiente, en su habitación con Luis, le miró fijamente y le dijo.

  • Te has portado bien y ayer ya me folló Alfonso, así que te levanto el castigo y te enseñaré más fotos de mi mamá.

  • Qué bien. - Con una gran sonrisa expectante.

  • A pesar de que sé que ahora cuando me folles, te imaginarás que es ella.

  • Ya sabes que sí.

  • Se te ha puesto aún más dura.

Alicia le miró con una sonrisa burlona la polla y la tocó para que rebotara, mientras se reía. Marta estaba en su dormitorio desnuda, reclinada sobre la cama para coger las bragas. Una magnífica visión de su culo y con la vagina entreabierta por la postura. Sus pechos caídos se mostraban firmes y apetecibles.

  • Joder que sexy está así.

Alicia no dijo nada y se puso en una posición parecida. Luis sonrió por la complacencia de su novia. Le amasó el culo a placer y le recorrió con la lengua del ano a la vagina. La penetró lentamente por el coño sujetándole de las caderas, Alicia se giraba para besarle y Luis de vez en cuando le agarraba con fuerza las tetas. Pasado un rato, decidió que era momento de metérsela en el culo. Disfrutó igualmente y se imaginó penetrando a Marta como en sus sueños. Alicia acompañaba con movimientos acompasados. Finalmente se corrió en el culo con un gran orgasmo. Le sacó la polla y vio satisfecho el culo abierto y supurando semen, que le bajaba por el muslo. Alicia se puso de rodillas y le limpió la polla sin problemas.

  • Cumplo todas tus fantasías, aún te quejarás.

Marta le estuvo rebañando el culo mientras su hija le contaba las peripecias de la tarde con Luis.

  • Es que encima admite que está pensando en ti cuando me folla.

  • Es sincero. Para mí es halagador porque soy mayor que vosotros.

  • Ya.

  • Por como me mira cuando, ya sé si ese día le has enseñado una foto mía o no.

  • Jiji.

El día de sexo en el coche, ya estaban desnudos en la parte trasera. Alfonso le había comido el coño con maestría, provocándole el primer orgasmo, y Alicia le había correspondido con una buena mamada que le había dejado bien a punto la polla. Se reclinó como pudo y le apretujó la polla entre sus tetas. Provocándole una sonrisa de satisfacción.

  • Hoy te follaré yo a ti.

Alicia se dispuso sobre él y se metió la polla en el coño, lo que le hizo sonreír de gusto, y empezó a moverse como mejor pudo en ese habitáculo reducido. Alfonso estaba disfrutando mucho con sus tetas, aprovechándose de tenerlas tan a mano. De vez en cuando, Alicia le interrumpía esa faena para besarle.

  • Qué polvazo me estás echando, lo sabes hacer todo bien.

  • Pues claro, jiji. Y más con una buena polla.

  • Follas de maravilla y estás buenísima, me gustas mucho.

  • Umm, córrete, córrete dentro de mi, quiero sentir tu semen caliente, buf, ah, aaah.

Alicia casi empezó a temblar y las tetas se le bamboleaban en todas las direcciones, provocando un efecto hipnótico en Alfonso. Le agarró bien del culo y empezó a correrse en gran cantidad, mientras Alicia sentía el placer del ascenso del semen caliente.

  • Buf, que polvazo me has echado, Alicia.

  • Tienes una polla que nos da mucho placer a las chicas.

Alicia se desencasquetó la polla, miró a Alfonso de manera lasciva señalándose el coño abierto y con algo de semen, se cerró los labios vaginales y se puso las bragas. A continuación, le limpió la polla.

  • ¿Contento de que lleve tu semen dentro de mí?

  • Mucho, me encanta correrme dentro de las chicas guapas.

  • De tus alumnas, que golfillo eres, jiji.

  • Y me gusta que luego te follará tu novio con mi semen en tu coño. Te encantan las pollas y recibir su leche, tú sí que eres golfilla.

  • Bueno, bueno, jiji, mi novio lo sabe, tu mujer no.

  • No te pases. - Dijo serio.

  • Pero si es verdad, ¿solo por ser chica? y además seguro que follo mejor que tu mujer. - Dijo jactanciosa.

Alfonso ya no dijo nada y se entretuvo recordando el polvazo que le acababa de echar su alumna.

Alicia volvió a desnudarse rápidamente nada más entrar en su cuarto. Tenía morbosidad por volver a ser follada con semen en su interior. Recordó aquellos días de vacaciones con más de un amante al día y no pudo evitar reírse.

  • ¿Qué te pasa, Ali?

  • Nada, querías follarme con semen de otro hombre, morboso, y me acuerdo del verano…

  • Ah, lo que me constaste, menudas vacaciones te pegaste.

  • Una que puede. - Dijo sonriendo.

Luis tenía igual o más morbosidad que Alicia. Era una experiencia nueva para él y otra más gracias a Alicia. Se tumbó en la cama y abrió las piernas de manera grosera, tocándose la lengua con un dedo. Luis estaba muy excitado y le mostró la polla con la que le iba a penetrar. Se la acercó lateralmente y Alicia abrió la boca para chuparla. Tenía tantas ganas de metérsela en el coño que la dejó menos tiempo del acostumbrado entre sus labios. Alicia volvió a abrirse de piernas y exhaló un suspiro de placer al ser de nuevo penetrada.

  • Vas a tener el semen de dos hombres, te gusta, ¿verdad?

  • Sí, pero sobre todo el tuyo.

Aquello excitó más a Luis que redobló esfuerzos, follándola con fuerza y haciendo gemir a Alicia.

  • Estás hecha para que te follen, una polla detrás de tu otra, en tu coño.

  • Ah, ah, ummmm.

  • Y en tu culo, el próximo día quiero follar tu culo después de que otra polla te lo haya dejado bien abierto.

  • Sí, sí, pero sigue ahora, dame más fuerte.

  • Toma, toma polla.

  • Aaaah.

  • Aaaah.

Luis se corrió dentro y Alicia recibió otra copiosa corrida que se desbordó y empezó a salir de su coño aún cuando Luis soltaba el último chorro.

  • Ay, el segundo polvazo de la tarde, como tengo el coño.

  • Polvazo de verdad. - Dijo besándola tiernamente. - Límpiame la polla, que me la has dejado sucia con semen de otro hombre.

  • Y bien que has disfrutado. - Dijo antes de metérsela en la boca. - Bien limpita. - Dijo al acabar.

Alicia le contó la conversación posterior al polvo y Luis le reforzó en su posición.

  • Jaja, te llama guarra cuando él se tira a las alumnas. Toda la razón, Ali, nosotros lo sabemos lo que hace cada uno.

  • Que me insulten durante el polvo es normal, forma parte del sexo, tú no te cortes, ¿eh?

  • Ya, ya.

  • Pero ya después, no.

  • Castígale sin follar la semana que viene, jeje.

  • No, pero hablaré con él el viernes.

Alicia se fue a hablar con su madre nada más irse Luis.

  • Hoy no te ofrezco el coño, lo tengo lleno de semen, pero de dos hombres.

  • Ay, hija.

  • ¿Te acuerdas de las vacaciones? Jiji

Marta no contestó, puso una cara de fruncir el ceño y de falsa reprimenda.

  • Me gusta atraer tanto a los hombres, a Luis no veas que morbo le ha dado meter su polla donde había semen de otro, jiji.

  • Ya os he oído, ya, pero sobre todo a ti.

  • No veas como me has dejado el coño. - Dijo enseñándoselo de manera grosera.

  • Imagino.

Se sentó a su lado y le contó, como a Luis, lo de Alfonso después del polvo. Su madre le escuchó con atención, y pasó de fruncir el ceño a afirmar con la cabeza.

  • Me parece perfecto, hija. Como te dije, marca tú los límites.

Alicia se subió al coche el viernes y miró fijamente a Alfonso antes de arrancar.

  • Tenemos que hablar de lo del otro día, para que no haya malos entendidos. Yo no juzgo lo que haces a tu mujer con tus alumnas.

  • Ya, Alicia, yo… Bueno, arranca.

Alicia obedeció y siguió hablando.

  • Tampoco me importa que me insultes cuando follamos, yo lo puedo hacer igual y es normal. Pero no me gustó que por que una chica esté con varios chicos la llames golfilla, no sé si me explico. Mi novio lo sabe, lo admite y si se folla a una chica, me lo dice. Ya te lo conté al principio.

  • Lo dije por lo de golfillo, sé que no puedo dar lecciones de comportamiento. Lo siento.

  • Gracias, si enfadada no estoy, pero quería aclarártelo.

  • Tienes tanta personalidad, cuando me he follado a otras, nunca me han planteado estas cosas.

  • Las dominabas y no estás acostumbrado a que te digan lo que hay que hacer.

  • Sí. Bueno, ¿ves ese hueco? Vamos a practicar la maniobra de aparcamiento, ve señalizando, muy bien, para y marcha atrás.

El sábado se conectaron con Carla y Manuel.

  • Qué cerca está ya la navidad. - Inició Marta.

  • Sí, nos veremos en casa de mi madre en nochebuena, ya sabes lo que le gusta reunir a la familia. - Respondió Manuel.

  • Sí.

  • Es una pena, no podremos follar, jiji.

  • Hija…

  • Si tiene razón. - Se interpuso Manuel.

  • Algo habrá que intentar. - insistió Alicia.

  • Yo os meteré mano a las dos con disimulo. - Dijo Manuel riéndose.

  • Al día siguiente tenemos que ir a casa de mis padres. Es un compromiso y más ahora que estamos más formalizados. - Dijo Carla.

  • Sí, amor. - Dándole un beso.

  • Y en nochevieja con mis amigas, me matan si no voy, es tradición. - Prosiguió Carla.

  • Y para reyes en casa de mi otra hermana. - Concluyó Marta.

  • Bueno, al menos nos veremos presencialmente. Y yo también pienso meteros mano. - Dijo Carla.

El siguiente miércoles, era un día soleado de invierno. Alicia dejó el coche donde costumbre.

  • Mételo un poco más y ponlo detrás de ese arbusto. - Indicó Alfonso.

  • ¿Fuera del camino?

  • Sí, no te preocupes.

  • Ya está.

  • Hoy quiero probar de otra manera. Creo que estaremos más cómodos.

Alfonso abrió la puerta y se desnudó solo de cintura para abajo. Salió del coche y abrió la puerta trasera. Alicia se desnudó en el interior.

  • Jiji, ¿y si nos ven?

  • No pasa nada, no nos van a ver. Cólocate tumbada con las piernas hacia afuera.

A Alicia le recordó cuando en vacaciones se folló a dos chicos seguidos con otros dos mirando en una posición similar. Alfonso empezó a comerle el coño y Alicia intentó gemir bajo. Luego se le reclinó y empezó a restregarse la polla entre las tetas de Alicia.

  • Tienes unas tetas cojonudas, firmes, grandes y duras. Qué ganas tenía de hacerme una buena cubana con ellas, umm.

  • Um, me gusta tu polla entre mis tetas.

Alicia notó como se le endurecían los pezones. Abrió la boca e invitó a Alfonso a que se la metiera en la boca, iba y venía.

  • Como disfruto contigo. Y tú también.

Alfonso se dispuso a penetrarla y empezó a follarla rítmicamente mientras se embelesaba con el bamboleo que le provocaba a las tetas.

  • Um, um.

En un momento dado paró y le pidió que se diera la vuelta. La dispuso con las piernas abiertas y se la metió por detrás, a la vez que le palmeaba el culo. Se la sacó y le recorrió la raja con su glande.

  • Por ahí no. - Dijo Alicia.

Alfonso volvió al coño tras el tanteo y siguió taladrándola hasta que se corrió. Le sacó la polla y se la restregó en una nalga dejándole restos de semen.

  • Que ya te la limpio yo, jiji.

  • Lo sé.

  • La indirecta ya la he captado, te dije que tuvieras paciencia.

Alicia volvió a desnudarse para Luis. Le empujó a la cama y se montó encima de él.

  • Hoy te follaré yo. También a mí me gusta follar con semen de otro hombre dentro.

Luis le agarró de las nalgas y se dejó hacer. Contemplando embobado como se le movían las tetas y rebotaban a cada movimiento de su novia.

  • Umm, sí, sí, cariño, córrete, córrete dentro, quiero el semen de otro hombre, ya.

  • Pues ahí vaaaa.

Alicia puso cara de enorme placer, reclinándose hacia atrás y abriendo la boca sonriendo. Acabó tumbada encima de Luis besándole y acariciándole con dulzura.

Luego le preguntó a su madre.

  • ¿Nunca has tenido la fantasía de que te follen varios hombres? Uno detrás de otro. No digo que te metan tres pollas a la vez, jiji.

Marta frunció el ceño, se puso un dedo en la barbilla y miró al techo.

  • Um, pues no, ya sabes que me casé muy joven con tu padre, viniste tú - sonriéndole dulcemente – y no he tenido ocasión de pensar en ello. Tú estás en otra edad.

  • Tú atraes a los hombres igual que yo.

  • Bueno. Con esto que tienes semen de dos hombres en tu chochito…

  • Sí, lo hice con dos seguidos esa noche en vacaciones, no me atreví con los cuatro y creo que hice bien en ponerles ese límite.

  • Desde luego.

  • Mira, tres pollas a la vez, no va a haber ocasión pero no me desagradaría probar.

  • Jiji, como yo.

  • Ya me metistéis dos consoladores, así que me hago a la idea.

  • Y mira que tenías dudas.

  • Y un hombre tras otro, pues debe ser excitante y agotador, sentirse deseada y follada uno tras otro y que se corran dentro de ti.

  • A mi me encanta cuando se corren, en cualquier sitio. Hasta me gusta su sabor.

  • Yo era más reticente y tú me has hecho cambiar.