Complicidad entre primos 53

Comida de los padres de Luis con Marta. Situación morbosa para Luis y Alicia. Esta a su vez, tiene un encuentro con Laura.

La siguiente semana estuvo Alicia dándole a la cabeza pensando la mejor manera de quedar con Laura. Al final un día le preguntó Luis después de echarle un polvo.

  • ¿Te pasa algo? Te veo pensativa esta semana.

  • Nada, cosas mías, no te preocupes.

Finalmente se le ocurrió una idea y llamó contenta a Laura.

  • ¿El martes que viene por la tarde cómo vas?

  • Um, tengo una reunión pero me puedo inventar una excusa, la puedo posponer si es necesario.

  • Genial. Mira, a mi novio para que no sospeche, le diré que iré con mi madre a una consulta médica de ella, así no me pedirá acompañarme.

  • Qué bien. Mira te voy a mandar un whatsapp con mi dirección y quedamos ahí. ¿A qué hora?

  • Las seis y media, que cuadra bien con una consulta médica. Jiji.

  • Me sabe un poco mal implicar a Marta, ¿qué le vas a decir?

  • No te preocupes, que he tenido que quedar con compañeros de clase.

  • Bien, pues quedamos el martes, un besito.

  • Un besito.

El domingo a mediodía, tanto Marta como Alicia estaba encantadoras con sus vestidos nuevos para ir a casa de los padres de Luis. Fueron recibidas con mucha educación.

  • Ah, Marta, encantados de conocerte, que guapa. - Dijo la madre.

  • Sí que es verdad, tienes un aspecto joven. - Remachó el padre.

Hasta Luis se quedó un poco impresionado de las dos bellezas que tenía delante. Saludó con dos besos a Marta.

  • Nosotros ya nos conocemos. - Dijo Marta con su sonrisa más encantadora.

  • Sí, les decimos que vengan más aquí, no queremos que te lleves la mayor parte del gasto. - Indicó la madre.

  • Oh, no es molestia de verdad, encantada de que vengan a estudiar.

Alicia se rió de modo imperceptible y miró de soslayo a Luis.

  • Pero este seguro que se toma algo o que tienes cosas que hacer.

  • La mayoría de días no pide nada, se traen ellos sus cosas, y para nada es molestia.

Sí que es muy agradable, tal como nos ha dicho Luis. - Intervino el padre.

La comida transcurrió de manera agradable y los padres de Luis no se atrevieron a sacarle el divorcio. Luis con disimulo le acarició el muslo a Alicia, sentada a su lado. Esta le correspondió depositando su mano en el paquete de Luis, que llevó su mano furtivamente a la entrepierna de Alicia. Ambos pararon para no elevar más su excitación.

  • ¿Sabe, Marta?

  • Puedes tutearme, hay confianza.

  • En verdad que sentimos su divorcio, nos lo dijo Luis y entendemos que es duro, no queremos ser impertinentes.

  • Oh, en absoluto, a veces estas cosas pasan y lo mejor es resolverlas cuando antes. No sé si me explico, si una relación ha dejado de tener sentido, es mejor que cada uno rehaga su vida.

  • No había pues opciones de arreglo.

  • No, la verdad que no. - Dijo sonriente.

  • Tal como lo dices, quizá sea lo mejor, es que a nosotros nos cuesta un poco más ver estas cosas. Nos entristece, no te ofendas.

  • Tranquilos, estamos bien tanto mi hija como yo.

  • Sí. - Intervino Alicia con una sonrisa encantadora.

Después del postre intervino Luis.

  • Tenemos que acabar de repasar un trabajo para mañana, nos iremos a mi cuarto.

  • Mira que aplicados, muy bien.

Alicia se levantó y miró a su madre, que le hizo una mirada de saber perfectamente a lo que iban.

  • Volveremos juntas mamá, no nos llevará mucho tiempo.

Nada más entrar al dormitorio Alicia empezó a quitarse el vestido.

  • Ya verás que repaso te doy. - Dijo Luis.

  • Ya te he visto en la mesa, ya.

  • Me pone follar con nuestros padres ahí de conversación.

  • Jiji. Anda, saca ya la polla que empezamos.

Alicia estaba sentada al borde de la cama mientras le comía la polla a Luis, que de vez en cuando empujaba como follándole la boca, sabiendo de las buenas tragaderas de Alicia y que en absoluto le desagradaba a ella. Se sacó la polla un momento y preguntó.

  • ¿Qué tal el repaso?

  • Comes la polla como nadie, me encanta la sensación de mi polla en tu boca y como te entra toda sin dificultad.

  • Muy bien, sigamos.

Volvió a meterse con gusto la polla en su boca. La sacaba y le daba lametones recorriendo todo el tronco, para acabar dando chupetones y pequeñas lamidas al glande.

  • Buf, que repaso más bueno.

  • Momento de que me repases el coño, lo tengo mojado desde hace rato, jiji.

  • Será un placer.

Alicia se tumbó en la cama y se abrió gustosa de piernas, esperando la lengua de Luis recorriéndole el coño. Empezó con largos lengüetazos de arriba a abajo. Le localizó el clítoris y empezó a trabajar ahí para deleite de Alicia.

  • Me lo repasas de maravilla, me voy a correr ya, trágatela toda y me la traes.

Luis obedeció y se fundió en un beso después de hacer temblar de placer a Alicia.

  • Necesito más repaso, un repaso de tu polla.

  • Opino igual, te voy a dar un buen repaso.

Se la metió con gran facilidad hasta el fondo y empezó a bombear.

  • Um, sí, sigue repasando, ah ah ah.

  • Me gustan estos repasos.

  • No pares, ahora que me vengo de nuevo, ummmm, ahhhh.

  • Te queda un último repaso.

  • Serás cabrón, no lo perdonas nunca.

  • Pero si lo disfrutas igual que yo. Bah, no te muevas y eleva las piernas.

  • Mira que te gusta esta postura, así me quedo yo, con los dos agujeros abiertos para ti.

  • Aah, que placer me da penetrar tu culo.

  • Mira que si nos pillan así ahora, jiji.

  • No digas eso. - Clavándosela toda.

  • Uy.

  • ¿Te he hecho daño?

  • No.

  • Ya me extrañaba.

  • Cabrón. Acaba y córrete de una vez.

  • Tus tetas.

  • Joder.

Luis se inclinó y empezó a manosear, chupar y besar las tetas, con los pezones duros. Acercó su polla y se la restregó entre ambas.

  • Menudo repaso me estás dando.

  • Vuelvo al culo, así.

Se la clavó con gran placer y siguió taladrando el culo. Miró a Alicia y sonrió, que tenía la boca entreabierta. Volvió a restregar su polla haciéndose una cubana y acercándosela a los labios, que Alicia complaciente abría para poder tragarse ese mástil. En una de esas acometidas empezó a eyacular una gran cantidad antes de metérsela en la boca y que se le pudiera tragar. El semen se desperdigó parte en su boca, por la cara hasta la nariz, el cuello y un poco en las tetas.

  • Joder, Luis, sabes que no me importa que te corras donde quieras, pero hoy están tus padres ahí fuera, a ver como me limpio.

  • Tranquila que te ayudo con un pañuelo de papel. Tienes un poco en el pelo.

  • Joder, tenía que ser hoy.

  • Cuando estamos en tu casa ha habido días peores.

  • Pero mi madre ya sabe lo que hacemos.

  • Lo siento.

  • No pasa nada, ayúdame por donde no me veo.

  • Otros días aquí, has salido llena de semen en tu coño o culo.

  • Pero ahí no se me ve, bobo.

  • Y sin bragas. - Luis parecía divertido con la situación de Alicia.

  • Si me trago tu corrida, ya está.

  • Pero siempre se queda algo en la cara y te ayudo a limpiarte.

  • Hoy te quedas sin limpieza de sable, jiji.

  • No te enfades, Ali. - Luis le restregó el pene por el moflete llevando parte del semen a su boca, lo que hizo reír a Alicia y accedió a chupársela. - Cuando salgamos nadie se va a dar cuenta.

Alicia se atusó lo mejor que pudo y salió con buena cara.

  • Ah, ya habéis acabado de el repaso.

  • Sí, mamá, nos podemos ir cuando quieras.

Se despidieron educadamente y se emplazaron a verse pronto. Cuando iban en el ascensor, su madre le echó una mirada y las dos se rieron. Al llegar a casa le estuvo contando.

  • Tranquila hija, que no se te ha notado nada. Te ha dado buen repaso ¿eh?

  • Sí, me ha repasado todos los agujeros.

Alicia se acabó de acicalar y preguntó a su madre.

  • Estás estupenda, hija.

  • Bueno, cuando llegue a casa de Laura me la quitaré enseguida, jiji.

Ya le había dicho a Luis la excusa para no quedar esa tarde y contaba con el respaldo de su madre. Había llegado a pensar en hacer sesión doble pero quería estar bien fresca para Laura. Se dirigió a casa de esta cogiendo un autobús. El conductor le miró las tetas al subir y el culo cuando fue a buscar asiento. Sintió más miradas y se sentó. En la siguiente parada, un hombre de mediana edad se sentó junto a ella y le sonrió. Se bajó y tras andar cinco minutos llegó a un adosado. Sonrió contenta y excitada y llamó al timbre. Laura salió a recibirla con una gran sonrisa y le dio dos besos en la mejilla.

  • Hola, Alicia, bienvenida, aquí en la calle solo en la mejilla.

  • Hola, Laura, encantada de estar en tu casa, te entiendo.

  • Pasa, yo me he quedado con este adosado y mi ex con el apartamento en la playa.

  • Ah. Tienes una casa muy bonita.

  • Gracias, ¿quieres tomar algo?

  • Una coca cola, por favor.

Laura volvió de la cocina con las dos bebidas y le indicó que tomara asiento en un sofá de cuero. La estancia del salón era amplia, con un gran ventanal con cortinas y denotaba elegancia y buen gusto.

  • Gracias ¿Tu hijo?

  • Mi hombrecito está en el karate, hasta las ocho y media no viene. Después se queda siempre un rato con los amigos.

  • El hombrecito que te espía, jiji, seguro que eres la mamá más guapa del colegio.

  • Bueno… Además soy un poco más cuidadosa ahora.

  • Pero sigues igual de guapa. - Dijo mirando por el ventanal.

  • Tranquila, que en mi dormitorio es un espacio más íntimo.

  • Bien. Tenemos dos horas escasas, imagínate que nos pilla, jiji, ahora que estás con más cuidado.

  • Seremos cuidadosas. - Dijo sonriendo.

  • Era broma.

  • Um, disculpa que te haga esta pregunta, tienes novio y estás aquí, ¿has estado con alguna mujer antes? Para mí es la primera vez… y estoy excitada pero a la vez algo confusa. Entiendo que yo hasta ahora… sólo he estado con hombres.

  • Nada, yo, me pasa como a ti, un día surgió así espontáneamente, de casualidad, me sentí atraída y después muy cómoda. Me resulta muy placentero, ya verás.

  • Nunca pensé que me excitaría viendo desnuda a una mujer, pero tu cuerpo me ha vuelto loca, no he podido dejar de pensar en ello.

  • Es un sexo un poco distinto, más suave, delicado, al menos para mí, con un tío siempre les gusta más dominar y sentirse importantes, jiji.

  • Te entiendo. Me diste un beso muy tierno.

  • Así es, jiji. Me desnudé a toda prisa para que no nos pillaran, pero aquí tenemos todo el tiempo. Eres preciosa y estoy impaciente por verte desnuda y admirarte.

  • Oh.

Las dos mujeres se levantaron y se abrazaron, fundiéndose en un cálido y largo beso, con sus manos recorriendo sus cuerpos. Laura la llevó de la mano a su dormitorio.

  • Tengo el coño mojado. Qué ganas.

  • Me encanta lo natural que eres. - Dijo riéndose Laura.

  • ¿No lo tienes así?

  • Sí. - Respondió con una gran sonrisa.

Alicia le sonrió con lascivia y se giró para que le bajara la cremallera del vestido. Una vez hecho, se lo dejó deslizar hasta los pies y se lo sacó. Laura admiró de nuevo su cuerpo sugerente y voluptuoso. Se acercó y la acarició de arriba a bajo, lo que hizo emitir leves gemidos a Alicia.

  • ¿Me dejas desnudarte?

  • Claro, si tú quieres.

  • Me hace ilusión.

Alicia la besó y con una gran sonrisa le bajó la cremallera de la falda entallada. Se la sacó y admiró sus largas y torneadas piernas, recorriéndolas con sus manos y besando sus muslos. Al llegar a la vagina, aspiró y dijo.

  • Sí que estas mojada.

La hizo girar y amasó a placer su culo, firme y apetecible. Metiendo sus manos ligeramente por el borde de las bragas.

  • Es que estás buenísima.

Alicia se incorporó y la besó de nuevo dulcemente, en esos labios carnosos. Posó sus manos sobre sus tetas. Quería disfrutar cada momento. Lentamente le desabrochó los botones de la blusa blanca, quedando unos instantes abierta, despacio se la quitó y pasó a besarle alrededor del ombligo.

  • Me estás calentando mucho, Alicia.

  • Tú.

Alicia se incorporó y abrió los brazos, incitando con la mirada a Laura. Con gran placer le desabrochó el sujetador y volvió a admirar las tetas de Alicia. Las acarició dulcemente y las besó.

  • A todo el mundo le encantan mis tetas, jiji.

  • Bien duras las tienes. Me encantan.

Le bajó muy despacio las bragas y aspiró el olor que emanaba del coño de Alicia. Lo abrió con delicadeza y lo inspeccionó con curiosidad. Atreviéndose a darle un par de lametones.

  • ¿Te gusta mi coñito?

  • Me encanta y su sabor.

  • Me alegra que el mío sea el primer coño que paladeas.

  • Um, tu culo, gírate, que blanco y bonito, redondo.

Mientras lo amasaba y observaba. Alicia estaba muy excitada de estar totalmente desnuda delante de Laura, que se entretenía dando besitos a las nalgas. Le hizo un gesto de que se incorporara. Le desabrochó el sujetador y contempló las tetas de Laura, voluminosas, firmes y de grandes areolas. Las acarició, besó y lamió lujuriosa. Luego la volvió a besar en los labios e hizo frotar sus tetas con las de ella, sintiendo un gran espasmo de placer.

  • Me gusta mucho frotar mis tetas con las de otra mujer.

  • Um, es maravilloso, me ha encantado.

  • Quiero verte desnuda del todo, por fin, me quedé con las ganas en el probador y he pensado mucho en este momento.

  • Yo también he pensado mucho en este encuentro. Haces que todo sea fácil.

  • A ver que coño tienes…

Alicia le deslizó las bragas con suavidad, mientras a Laura le aumentaba la líbido. Tal como le había descrito Marta, se le mostró un coño jugoso, sin vello y listo para ser comido. Alicia suspiró de placer. Le abrió los labios vaginales y le introdujo un dedo que hizo dar un respingo a Laura, lo chupó con deleite. Pasó a verle el culo respingón, contundente y terso. Acariciándolo y besándolo.

  • Qué bonita eres, vamos ya a la cama que me quiero comer ese coño como nadie te lo ha comido.

Alicia desplegó toda su habilidad, centrándose en el clítoris especialmente, y tardó poco en provocarle la primer corrida, que compartió con ella en un dulce beso.

  • En verdad que nunca había sentido tanto placer de que me comieran el coño, eres maravillosa. Espero corresponderte.

  • Mi coño es tuyo, será un placer.

Laura sentía un extraño morbo de follarse primero a Marta y luego a su hija Alicia. Le agradó volver a pasear su lengua por el coño, le localizó el clítoris y la correspondió estupendamente.

  • Sigue, sigue, eres una experta en comer coños, buf, aaaah.

Le devolvió igualmente el beso con sus flujos y las dos se quedaron descansando felices, acariciándose.

  • No hemos acabado, ponte a cuatro patas. - Ordenó Alicia.

Laura se colocó sumisa y un poco sorprendida y expectante. Con Marta no había probado esa experiencia.

  • ¿No te han hecho nunca un beso negro?

  • La verdad que no.

  • Pues hoy lo probarás.

Alicia disfrutó de la visión de su culo, un coño reluciente y un ojete que se abría un poco por la postura. Alicia le extendió jugos de su coño alrededor del ano y empezó a hacer lametones del coño al culo y luego en forma de círculo en torno al ano.

  • Todo lo tienes bonito.

Laura empezó a sentir un placer y Alicia le acabó masturbando el coño a dos dedos hasta que se corrió.

  • Buf, de verdad que eres increible, nunca hubiera pensado…

  • Jiji, te toca.

  • Me encanta tu culo y espero corresponderte.

Laura repitió las operaciones en el mismo orden y sintió más satisfacción de la que pensaba haciéndolo. Finalmente las dos mujeres acabaron de nuevo tumbadas descansando.

  • Me lo he pasado genial. - Dijo Alicia.

  • Y yo.

  • Me gustaría pedirte algo y yo haría lo mismo. - Dijo Alicia con su mirada más tierna y seductora.

  • Dime, después del placer que me has dado no te diré que no.

  • A ver, entendería que me dijeras que no, es, es dejar que te haga alguna foto desnuda, como un bonito recuerdo de esta tarde tan placentera, yo posaría para ti y ambas tendríamos las fotos de cada una.

  • Eh, um, no me lo esperaba, déjame pensar, um, está bien, estamos las dos igual y ninguna las compartirá con nadie.

  • Por supuesto.

  • Deberíamos de ir ya a la ducha, lo haremos juntas para ahorrar tiempo y disfrutaremos, después sacamos las fotos.

  • Perfecto.

Las dos mujeres disfrutaron enjabonando una a la otra, entre sonrisas, besos y caricias.

  • ¿No te masturbas en la ducha?

  • A veces. ¿Sabes? Me masturbé pensando en ti el otro día.

  • Que bien. - Respondió Alicia un poco sorprendida.

Las dos mujeres se ayudaron a secarse con la toalla y luego el pelo con el secador. Laura miró el reloj.

  • Todavía tenemos tiempo para las fotos.

Posaron la una para la otra enseñando todos sus encantos y en los posados que cada una quiso.

  • Me voy a poner algo que Eduardo estará al caer.

  • Y yo, no quiero que me vea desnuda, todavía… es muy joven, jiji.

  • Eres tremenda.

  • He visto una foto suya y es guapo.

  • Tenemos que repetir otro día.