Complicidad entre primos 36
Alicia sigue cuidando a su madre tras la separación. Cumple con su cita en la piscina. Se producirá por sorpresa un esperado reencuentro, que redobla los cuidados a Marta que se ve colmada. Luis sigue pensando en Marta.
Alicia todavía estaba empapada cuando llegó a casa.
- ¡Ay, hija, te ha pillado todo el aguacero!
- Voy a darme una ducha. ¿Cómo estás mamá?
- Mejor, más tranquila.
- Esta noche si quieres duermo contigo, aún sin follar.
- Gracias hija, eres un encanto.
- ¿Se lo piensas decir pronto a Manu y Carla?
- Sí, confío mucho en ellos.
- Podemos conectarnos después de cenar a la webcam.
- Sí, pero vete al baño, no vayas a ponerte mala. Estás muy guapa mojada. – Dijo sonriendo.
- Tú sí que eres guapa, cuando sales de la ducha… o en la playa cuando te bañabas.
Alicia se metió en la ducha y recordó el polvo en el parque, se limpió el semen que le quedaba en la vagina y aprovechó para masturbarse con el chorro del agua. Luis también se duchó al llegar a casa y por la noche recordó el polvo con Alicia, le había excitado mucho follar en un lugar público y esperaba la ocasión de repetir sitio y darle por el culo.
Alicia se presentó desnuda a cenar, ante la sonrisa de su madre.
- Pienso ir siempre así por casa ahora que estamos solas. Incluso en invierno, que hay calefacción. Y tú deberías hacer lo mismo.
- Ten cuidado con los vecinos.
- Si salgo a la terraza o me asomo a la ventana ya me pondré algo, descuida, jiji.
- Ay hija.
Le estuvo contando su experiencia en el parque.
- ¡Ay hija! Cuida que esto no es como en la playa, aquí hay gente que te conoce.
- No te preocupes jiji, tengo cuidado, había poca gente y estaba recogido. Y además tú…
- Era aún más joven que tú, eran fiestas y había más parejas follando.
- Y así vine yo al mundo… ¿No te importó que te viera alguien conocido?
- No, en ese momento no, no nos podía ver nadie que fuera incómodo.
Después de la cena se conectaron por webcam con Manuel y Carla, que les saludaron muy alegres.
- ¡Eh, cuánto tiempo! Ali, no pierdes tus costumbres tampoco, me encanta – Dijo Manuel.
- Jiji.
Las caras se volvieron más serias cuando Marta les explicó lo sucedido.
- Alucino. – Dijo Manuel al fin. – Ese imbécil algo debía de tener para tratarte así, mejor así, un mal trago ahora pero es mejor Marta, te lo digo en serio.
- Sí – Aseveró Carla. – Una mujer como tú, guapa e inteligente, puede rehacer su vida fácil, eres muy joven aún. No puedes estar con alguien que ni te valora ni respeta, no te merece para nada.
- Gracias, sois estupendos.
- ¡Tú sí que eres estupenda! – Respondió Carla.
Alicia abrazó y besó a su madre en la mejilla, con cariño. Mientras la conversación siguió contando Carla que trabajaba de camarera y Manuel en su empresa.
- Hace ya unos días que vivimos juntos. – Anunció Manuel.
- ¡Ah que bien, como me alegro! Hacéis una pareja estupenda. – Dijo Marta sonriente.
- Cómo me gusta verte sonreír tía.
- Muy bien. – Dijo Alicia.
Empezó a contarles lo que no les había dicho de sus andanzas veraniegas y cómo había tratado de involucrar más a su madre.
- Jodo, paras en un pueblo y te follas también a un amigo de la infancia. Te follan a turnos. – Observó socarrón Manuel.
- Claro, bien contento que se fue.
- No me cabe duda, y corrompiendo y desvirgando menores en la playa, ese sí que sí iría contento.
- Jijiji.
- A Alicia le gusta hacer feliz a la gente. – Observó Carla.
- Aún con esto de ahora, yo solo follaría con vosotros, porque os quiero además. – Dijo Marta.
- Como te quiero mamá. – Dándole otro beso en la mejilla.
- Y ganas que tengo de follarte, tía.
- También te queremos mucho Marta. – Dijo Carla.
- Disculpadme chicos, estoy un poco cansada de la tensión del día, me voy a dormir.
- Te acompaño. Si quieres dormiremos siempre juntas, salvo que tengamos compañía jiji.
- Gracias hija.
Alicia se metió sin más en la cama de matrimonio, su madre se quitó el kimono y llevaba un bonito y corto camisón de verano color claro con tirantes. Alicia se acercó a ella y la abrazó por detrás, quedando así dormidas.
- Te quiero, mamá.
Alicia vio a Juli en la zona del bar de la piscina, estaba solo y se le abrió una gran sonrisa al verla. Al levantarse Alicia observó divertida un bulto bajo el bañador. Encontraron un sitio con sombra y Juli le empezó a hablar de su tema favorito, que era el tunear coches. Alicia tenía que esforzarse por no mostrar desinterés. Aparte que seguía con la mirada a cualquier chica guapa que pasara cerca.
- Creo que te vendrá bien meterte en el agua jiji. – Mientras miraba jocosa su entrepierna.
- ¡Eh! ¡Ah! Sí, está bien, si te apetece…
Alicia se sabía observada mientras se daba la ducha antes de meterse al agua y le gustaba regodearse. Juli se había lanzado de cabeza y le observaba desde la piscina. Alicia entró por la escalera y Juli se acercó rápidamente a nado y la abrazó de la cintura arrimando su paquete al culo. Siguió andando y provechando que llegaba donde el agua le llegaba al cuello, Juli le agarró por detrás las tetas sobándolas a gusto. Alicia sonreía y se dejaba hacer, se giró y le dijo.
- Aquí con disimulo.
Juli le quitó instintivamente las manos y se las bajó a acariciarle el culo y meter la mano bajo el bikini, pasando a buscarle la vagina y meterle un dedo.
- Lo hago con disimulo. – Le susurró al oído.
Alicia logró zafarse y se marchó nadando sonriendo, mientras Juli le perseguía y daba alcance, volviéndola a agarrar.
- Si te portas afuera te compenso.
Eso calmó a Juli pero a la vez le dejó expectante, así que para distraerse se puso a hacer unos largos. Alicia se salió del agua y en la ducha dejó caer el agua sobre su pelo y echó la cabeza hacia atrás. Juli salió rápidamente al verla, Alicia se tumbó al sol para secarse y Juli se quedó embobado mirando su cuerpo.
- Espera a que me seque.
- ¿Quieres que te traiga algo de beber?
- Sí, una coca cola.
Cuando se acabó la bebida tiró la lata a una papelera y empezó a recoger sus cosas.
- Voy al vestuario de chicas, hazte el despistado y ya te diré cuando puedes entrar.
Juli asintió y cumplió lo encomendado, pasado unos instantes, Alicia con una sonrisa picarona le hizo un gesto para que entrara. Cerró la puerta del vestidor y se desnudaron rápidamente. Alicia observó una dura polla de 17 centímetros bastante gruesa y recta. Estaba con ese chico por mera atracción física y catar una polla joven y vigorosa, no le gustaba que fuera en plan gallito. Estaba segura de que iba a fardar ante sus amigos de su encuentro con ella. Se sentó en un taburete y se abrió de piernas mostrando un coño reluciente e irresistible.
- Cómeme el coño.
No era tan hábil como Manuel pero tampoco lo hacía final y le hizo alcanzar un orgasmo.
- Venga, trágatelo, como os gusta que lo hagamos nosotras jiji.
Juli obedeció temiendo desairar a Alicia y que se marchara, en el fondo le impresionaba y causaba respeto.
- Ahora me toca a mí.
Le acercó la polla a los labios de Alicia, que la engullió a gusto y la pajeaba a la vez, Juli estaba disfrutando de una de las mejores mamadas que le habían practicado, se sintió afortunado en ese momento. No quería correrse y le hizo levantarse, Alicia se reclinó ligeramente y se apoyó con las manos en la pared. Se sintió penetrada con decisión y fuerza y Juli sintió que le entraba y salía con facilidad, lubricada. Le agarró con fuerza de las tetas y la besó. Alicia se giró repentinamente e hizo sentarse a Juli, le pasó las tetas por la cara y se encasquetó con facilidad la polla, a Juli le encantaba ver botar aquellas tetas delante de sus narices y las mamaba con fruición, mientras le agarraba del culo con fuerza.
- Joder, qué tetas tienes. Para un poco.
- Jiji, ¿te vas a correr ya? – Preguntó burlona.
- Sí.
Se sacó la polla y se giró refrotándole el culo por la cara.
- ¿Te gustaría penetrarlo y correrte ahí? ¿Eh? Dime…
- Sí, sí, claro.
- Un beso negro.
Juli no se lo esperaba, pero tenía tantas ganas y le había provocado Alicia de tal forma, que empezó a hacerlo. Cuando Alicia se dio por conforme bajó el culo de espaldas hasta penetrarse ella misma. Juli nuevamente se vio sorprendido por la facilidad con la que entraba su polla, mientras Alicia sentía y disfrutaba el grosor de su polla en su ano. Tras pocas embestidas sintió una copiosa corrida que le llegaba hasta el estómago. Se quedó unos momentos enculada del todo, sentada y se giró sonriente a Juli. Se levantó y empezó a limpiarse con un pañuelo de papel. Agarró la polla de Juli que seguía sentado y se la limpió, saboreando los restos de semen.
- Bueno, salir lo puedes hacer solo jiji.
- ¿Volveremos a quedar?
- Quién sabe. – Respondió enigmática.
Llegó a casa, abrazó a su madre cariñosamente y le contó lo sucedido.
- Bueno, hija.
- Me voy a duchar.
Se estaba acabando de secar cuando oyó que llamaban al timbre y un grito de sorpresa de su madre. Movida por un presentimiento se acabó de secar y con el pelo mojado salió desnuda al pasillo, en el salón vio a su madre sonriente.
- ¡Es Manuel!
- ¡Lo sabía!
Las dos se abrazaron alborozadas y llamaron a la puerta. Marta abrió y nada más abrir le dio un apasionado beso a su sobrino.
- Hola chicas, os quería dar una sorpresa, buf, qué recibimiento. Alicia, veo que no pierdes las costumbres.
Marta, con rostro lujurioso, se desabrochó el kimono y lo tiró al suelo, quedándose desnuda.
- Ven a mi dormitorio.
Literalmente le arrastró del cuello de la camiseta hasta su dormitorio, seguidos de una divertida y excitada Alicia, que sentía su coño totalmente humedecido. Se sentó en el sillón del dormitorio y empezó a masturbarse contemplando la escena.
- Oye, y Carla ¿dónde está? – Preguntó Alicia.
- No ha podido cambiar tuno en el bar, os manda recuerdos, le hubiera encantado venir. – Respondió mientras se desnudaba con rapidez y miraba libidinoso a Marta que le esperaba abierta de piernas en la cama.
- Y tanto.
- Sí, ahora me voy a follar a mi querida tía.
- Lo necesita.
- Ay, hija.
- Es verdad, papá no te follaba como te mereces.
- Desde luego. – Dijo Manuel mientras le introducía la polla de un empujón.
- ¡Aaaaah! ¡Sí! ¡Fóllame!
- ¿Lo ves? Jiji.
- Como he echado en falta esta polla. – Mientras le asía de la espalda a su sobrino.
- Y yo este chochito, umm.
La postura de medio lado dejaba sugerente el culo, que Manuel palmeaba con gusto, sacó la polla y la apuntó al orificio anal, ante la mirada divertida de Alicia que le había adivinado la intención.
- Aaaaaah. – Exclamó al sentir la polla en su culo.
- Tu culo me encanta también.
- Eso, dale duro. – Le animó Alicia.
- No me olvido de ti primita, pero tu madre me necesita antes.
- No te preocupes.
- Además se la ha follado un chico esta tarde en la piscina y ayer estuvo con su novio, va bien servida.
- Jajaja.
- ¿Sabes que ahora dormimos juntas? – Dijo Alicia.
- Me parece fantástico.
- Falta algo…
Alicia se levantó y se acercó a su madre, a la que puso el coño delante hincada de rodillas en la cama, su madre le lamió y masturbó el coño y rápidamente eyaculó en su boca. Satisfecha se fue a su cuarto.
- Esto faltaba. – Dijo blandiendo el consolador.- A partir de ahora estará en tu mesilla.
- Eso, que dormís juntas.
Alicia puso cara de picardía y le introdujo el consolador en la vagina a su madre, que pegó un respingo y aumentó los gemidos.
- Um, ummmm, aaah.
- Como me alegra hacerte feliz, mamá.
- Y yo. – Completó Manuel.
Alicia ofreció sus tetas a Manuel que las aceptó con gusto, sobándolas y lamiéndolas.
- Allá va, ¡aaaah! – Tras eyacular se quedó sobre el cuerpo de Marta – aaah.
Todavía sudoroso y con la respiración entrecortada, sin sacar la polla del culo, que iba perdiendo rigidez.
- Trae tu polla, te lo has ganado. – Dijo Marta, sonriente y con el pelo desmadejado.
Manuel no se hizo de rogar y le acercó la polla a la boca, todavía morcillona, y con restos de semen. Marta se la engullió sin pensar, lamiéndola con fruición como si fuera un helado. Haciendo que la polla recuperara vigor. Cuando se dio por satisfecha dijo con naturalidad.
- Tengo que hacer la cena, chicos.
- No te preocupes, pediremos una pizza, no te molestes. Os invito. – Propuso Manuel.
- De acuerdo.
Esperaron tumbados en la cama hasta que llamaron al timbre. Marta se incorporó y al llegar al salón se puso el kimono que había dejado en el suelo. Antes de abrir se atusó un poco el pelo, pero su aspecto aún le delataba. Manuel y Alicia observaban divertidos escondidos en el pasillo. El mozo puso cara de sorpresa al ver a esa belleza enseñando el canalillo por el escote y con ese aspecto y más contento se fue con la generosa propina. Cuando acabó su jornada laboral y llegó a casa se pajeó pensando en la sugerente visión de Marta.
- Jiji, mamá, no deberías de salir así de provocativa, te pueden violar, luego me dices a mi que tenga cuidado… - Dijo jocosa Alicia.
- Es cierto. – Corroboró Manuel.
- No os preocupéis que me sé defender. – Dijo sonriente Marta mientras se volvía a despojar del kimono – Hala, vamos a cenar.
La cena transcurrió en el sofá entre risas y bromas, especialmente madre e hija disfrutaron de sus cuerpos mutuamente.
- Y ahora el postre para el invitado. – Dijo Marta con picardía mientras se levantaba.
Alicia le observó con atención y Manuel estaba expectante. Colocó su coño delante de la boca de Manuel que gustoso lo empezó a lamer como si fuera un manjar, Alicia sonrió y esperó a que acabara.
- ¿Te ha gustado sobrino?
- Me ha encantado.
- Tanto que quiere repetir. – Dijo Alicia colocando su coño.
Luis había pasado un día tranquilo, recordando su experiencia en el parque con Alicia el día anterior. Le había excitado follar en un sitio público y ansiaba repetir y darle por el culo. Pero también había estado pensando en la madre de Alicia, Marta, y en la confesión que le había hecho días atrás de que le resultaba atractiva y que hasta había soñado con ella. Deseaba volver a verla y tener la excusa de al menos darle un beso y sentirla de cerca.
Volvió a soñar con Marta, en el mismo sitio donde la vio por primera vez. Llevaba un camisón de verano con tirantes y puso cara de sorprendida al verle.
- ¿Qué haces aquí?
- Venir a follarte.
Marta retrocedió instintivamente agarrándose el camisón, pero Luis ya se había abalanzado sobre ella y la empujó a su dormitorio echándola sobre la cama. Marta recogió las piernas mientras Luis se sacaba la polla.
- Te voy a follar quieras o no, puta.
- No, por favor. Eres el novio de mi hija. Nooo. – Con un hilo de voz implorando.
- Desnúdate, ¡ya! – Le ordenó.
- Por favor, es la cama de matrimonio, mi dormitorio, que no se entere mi marido.
Luis le acercó la polla a la boca negándose Marta a succionar el pene y sentir como se lo refrotaba. Recibió una bofetada y resignada empezó la mamada, Luis le sujetaba la cabeza y le metía la polla lo más que podía. Le bajó el camisón y le lamió las tetas y se las sobó con fuerza, pasó su polla entre ellas y rápidamente le introdujo de manera zafia dos dedos por la vagina provocando un respingo a Marta, chupó sus dedos y la acomodó en la cama subiéndole el camisón.
- No, por favor. – Volvió a implorar.
Como respuesta recibió dos cachetes y una firme penetración que le hizo gemir.
- Um, um, ay, aaah.
- Ah, aaah, qué buena estás.
- Por favor, no me dejes embarazada, no te corras dentro.
Luis lo estaba disfrutando pero no quería desaprovechar la ocasión y volteó a Marta, situándola a cuatro patas a su plena disposición y abriéndole los cachetes del culo, ese culo terso y respingón, Marta adivinó sus intenciones y le volvió a implorar casi llorosa.
- Nooo, por favor, por el culo no, por favor…
- ¿Ves? No me voy a correr dentro de tu coño jajaja.
Luis le propinó una cachetada en el culo que resonó en la habitación y le introdujo el pene sin miramientos.
- Aaaaaaay, no, aaaay.
La polla avanzaba inexorablemente poco a poco, con el empuje que le daba Luis, cuando estuvo toda metida, Marta dejó de quejarse y solo emitía un quejido sordo a las embestidas que recibía. Luis gozaba abriéndose paso y venciendo la resistencia del esfínter de Marta.
- No hagas daño a mi mamá, fóllame a mí.
Alicia apareció por la puerta y se despojó del camisón, avanzando hacia la cama y colocándose sumisamente en la misma postura que Marta. En ese momento todo se volvió negro y se despertó. Volvió a revivir el sueño gozoso y satisfecho de cumplir su deseo con Marta, a la que había violado, su fantasía con su hija Alicia, que esperaba cumplir en breve. Había disfrutado con la sensación de poder y dominio sobre Marta, disponer de su cuerpo a su antojo, con lo que ya había fantaseado al igual que con su hija, con la que deseaba cumplir esa fantasía en breve. Pensó que Alicia sabía que le atraía su madre y que su relación se basaba en contarse todo, pero si le tiraba de la lengua como sabía se lo contaría pero sin concretar que era una violación. La verdad es que aparte de guapa llamaba la atención por su figura. Al día siguiente por la mañana se masturbó recordando el sueño.
Ajena a estos sueños de los que era protagonista, Marta estaba volviendo a ser follada por Manuel, con la colaboración de Alicia, ambos se deshacían en atenciones y complacer a Marta.
- Cómo me gusta verte disfrutar mamá.
- Ay hija, sí que es verdad, necesitaba esto.
- Y yo encantado. – Dijo Manuel mientras intensificaba el ritmo.
Alicia cogió de la mesilla el consolador y lo blandió sonriendo, Manuel sonrió también.
- Ahí ahí primita, dale duro a tu mamá, que lo está pidiendo.
- Ay ay aaahm, aaaah.
Manuel ladeó a su tia mientras volvía a follarla y dejaba vía libre para que su prima le trabajara el culo, primero se lo lamió y rápidamente le introdujo con relativa facilidad el artefacto vía anal.
- Um, qué bien te ha trabajado Manuel el culo, te entra fácil.
- Aaaaah.
- A pesar de que hacía días que no se la metía.
- No te quejes mamá, que no es la primera vez que te lo hacemos.
- Me estáis partiendo, ummm, aaah.
- Sigue, sigue, Ali. – Dijo Manuel.
- Venga que a mí me las habéis metido a la vez por el chocho jiji.
- Y el culo, fue genial primita. Tendremos que repetirlo.
- Sí. Y ahora mi mamá.
- ¡No, hija, cuidado!
- No tengas miedo.
- Que es tu hija, no te vamos a hacer daño.
- Tienes un chochito que es para follarlo con mucho cariño. Además Manu te lo está dilatando jiji.
Manuel le sacó la mitad de la polla y Alicia le introdujo la punta del consolador, Marta apretó los dientes y trató de relajarse.
- Aaaah, ah ah, con cuidado, uummmm umm.
- Venga mamá que lo estás haciendo muy bien, verás qué gusto.
Poco a poco los dos se fueron acomodando en la vagina de Marta, que gemía entre el dolor y cada vez más el placer. Se dejaba hacer y como era su costumbre, se llevaba la mano al clítoris.
- Mira cómo le va gustando.
- Sí, jiji.
- Buf, buf, ummm, aaah.
- Trae mi móvil y saca una foto de este momento Ali, lo tengo en el bolsillo del pantalón.
Alicia le dejó incrustado el consolador mientras divertida iba a por el móvil. Marta se atrevió a manejar ella misma el consolador en ausencia de su hija.
- Del chocho y que se le vea bien la cara de gusto. – Indicó Manuel.
- Ay como sois. – Dijo Marta.
- Dale duro. – Alicia retomó con entusiasmo la tarea del consolador.
- Buf, aaah, aaah.
A Marta le vino un gran orgasmo que le hizo vibrar todo el cuerpo, giró hacia atrás la cabeza y miró al techo con la mirada perdida. Manuel alcanzó el suyo poco después, hundió su polla todo lo que pudo, provocando el grito de Marta y descargó en su interior.
- Aaaaah, me encanta correrme en tu chochito.
- ¿Me vas a dar un hermanito? Jiji.
- Calla hija.
- Foto de su chochito. – Dijo Manuel.
Marta se sacó el consolador, impregnado de su corrida y de la de su sobrino, y lo chupó. Rápidamente Manuel le introdujo su polla en la boca y sin necesidad de más Alicia seguía sacando fotos.
- Te caben dos pollas en la boca perfectamente, mamá, jiji.
- Como a ti, primita.
Marta dio a su hija el consolador ya limpio, mientras daba las últimas chupetadas a la polla de Manuel. Finalmente se tumbó derrengada.
- Chicos, me habéis reventado el coño.
- Falta te hacía jiji.
- Pues espera a ver cómo te dejaremos el culo mañana, ¿eh Ali?
- No te quejarás de cómo te cuidamos.
- Ay chicos.
- Estamos aquí para darte placer. – Dijo Manuel.
- También tenéis que follar vosotros dos, no quisiera que te quedaras sin ello, hija.
- No te preocupes mamá, que hay tiempo para todo y ya lo agarraré, jiji, tú eres prioridad ahora.
- Eso es.
- Gracias chicos.
Manuel fue el primero en despertarse, zarandeó suavemente el hombro de su prima y le indicó que guardara silencio con el dedo. Volvió a deleitarse viéndola orinar y después lo hizo él.
- Echaba en falta verte mear.
- Qué guarrillo eres jiji.
Por el pasillo le fue sobando el culo y le dijo en voz baja.
- No despiertes aún a tu mamá, que descanse que hoy seguimos.
- Jiji.
- Vamos a preparar el desayuno, pero antes te voy a follar en la cocina, en el mismo sitio que a tu mamá.
- Qué buena de empezar el día.
Alicia se reclinó sobre la encimera y se abrió ligeramente de piernas, mostrándose a disposición de los deseos de su primo. Ansiaba volver a sentir esa polla en su interior y sintió el glande recorriendo su vagina mientras la besaba y amasaba las tetas. Alicia empezó a gemir y a sentir que lubricaba más, sintió la lengua de su primo en su vagina y se estremeció de placer, mientras le amasaba el culo.
- Adoro tu coño primita.
- Y yo tu polla.
- Y también tu culo.
Sacó su polla y la hundió con decisión en el culo de su prima, que se mordió el labio y exhaló un gemido.
- Te gusta que te dé por el culo, eres también una guarra. – Mientras le azotaba levemente.
- Sí, aah, aaah.
- ¿Ya le estáis dando sin coger fuerzas desayunando?
Marta acababa de entrar, también denuda, y se puso a preparar el desayuno.
- ¿Tú también vas como tu hija? Qué guay.
- Jiji.
Mientras sube el café, Marta se entretiene masturbando a su hija.
- Ummm, umm, mamá, qué bien.
- Ah, ah. Ahí va el desayuno, ayer me distéis postre y hoy lo pongo yo.
Se giró hacia la mesa y eyaculó en dos tazas de desayuno que había colocado Marta, que observó entre sorpresa y deseo, mientras Alicia miraba divertida.
- Pero que guarro eres. – Dijo Alicia.
- Ay que cosas hacéis.
- Pero si ya te has tragado mi lechecita varias veces tía, y te gusta.
- Jiji, es cierto. – Dijo Alicia mientras le limpiaba la polla a Manuel.
- Ale, a desayunar. – Dijo Marta mientras se sentaba.
- Sí, vosotras con suplemento.
- Gracias primito.
- ¿Recuerdas cuando te follé en la encimera? Quería hacerlo con tu hija.
- Sí, muy bien.
- Venga mamá, coge fuerzas, que ya sabes lo que te espera luego jiji.
- Bueno… - Dijo resignada.
- No te quejes, que a mí me habéis metido dos pollas por el culo y bien que colaborabas…
- Quien no… - Intervino Manuel.
- Hasta un pepino me habéis metido.
- ¿Os ha gustado el desayuno?
- Sí, mañana podemos repetir. – Respondió Alicia.
- Un toque especial. – Dijo Marta socarrona.
Para la ducha lo hicieron las tres juntas, entre bromas. Antes de comer tomaron un aperitivo en el salón. Conectaron la webcam y le contaron a Carla lo sucedido.
- Qué bien os lo pasáis.
- Bueno pues el pervertido de mi novio tiene la fantasía de violarme.
- Tan bueno que parece. – Dijo socarrón Manuel.
- Y le gusta mi mamá.
- Eso es normal. – Siguió Manuel.
- Estoy segura de que su fantasía es un trío y que además querría violarte. Ya se lo sacaré... me cuenta todo.
- Uy, hija.
- Si me quiere violar a mí que soy su novia, a ti…
- Tienes razón. – Dijo Manuel.
- Bueno hija, mientras sea sólo fantasía…
- Eso es, recuerda cómo te miró la primera vez que te vio.
Marta sonrió afirmativa.
- Los del .
- Los del chiringuito seguro que también jaja.
- Ni me los recuerdes. – Dijo Marta.
- Pues el otro día soñé que me violaban.
- Jajaja.
- Y a mi mamá también y eso me acababa excitando.
- Pero que guarra eres, y perversa, y luego dirás de mi.
- Me metían tres pollas a la vez y a mi mamá también, pero me daba ánimos.
- Como una buena madre.
- Es el calor del verano. – Dijo Marta sonriente.
- Lo que se va a divertir Carla cuando se lo cuente.
- Luego nos podemos conectar con ella. – Propuso Marta.
- Después de comer podemos, genial. – Dijo Manuel
- Sí. – Dijo Alicia.
- Primita, ¿te gustaba tres pollas a la vez? Como diría mi novia puedes con todo…
- Al final lo acababa disfrutando, sobre todo me excitó ver a mi mamá. Pero no dejaban de ser asquerosos. Bueno, al final es que había un montón de gente, iban a turno…
- Como deben de follarte primita, a turno, todo el mundo tendría que tener derecho… - Recibió un manotazo en broma de Alicia.
- No te pases…
- Toda la playa os quería follar y al final fue así.
- Todos menos quien ya sabemos. - Observó Marta.