Complicidad entre primos 35
Alicia no puede librarse tan fácil del recuerdo del chiringuito y mima a Marta. Mientras Antonio tiene una reunión muy importante en la empresa. Luis consigue el esperado reencuentro con Alicia.
Luis también había estado recordando su encuentro con Andrea y se había acariciado el pene sin llegar a eyacular. Confiaba en poder follarse ese culo pronto. Pero sobre todo estaba contento por poder volver a ver a Alicia y follar.
Alicia volvió a verse en la playa donde habían pasado las vacaciones. Estaba en aquel chiringuito donde le habían tocado el culo y estaban aquellos mirones. La miraban con lascivia y empezaron a avanzar hacia ella, trató de moverse pero no pudo, estaba paralizada, tampoco pudo gritar ni pedir ayuda al empezar a ser sobada y pellizcada por todo el cuerpo por manos ásperas y ser besada, a lo desagradable de la situación se le unía el mal aliento de ellos. Rápidamente le quitaron la parte superior del bikini, disfrutando de sus tetas, le hacían daño pellizcándoselas y mordiéndolas.
- ¡Se pensaba que se iba a ir de rositas la guarra esta!
- ¡Menudas tetas!
Trató de localizar a su madre pero no la veía. Rápidamente le bajaron la parte inferior del bikini, introduciéndole los dedos de manera tosca y grosera por la vagina y el ano. La llevaron en volandas a una hamaca donde recibió una penetración anal fuerte y sin tiempo de reponerse otra polla le penetró vaginalmente, siendo brutalmente follada y estando a merced de sus violadores.
- ¡Dadle fuerte!
- ¡Reviéntale el culo!
Alicia jadeaba y un tercero le acercó la polla a la boca, Alicia intentó morderle la polla y su captor lanzó un grito y la abofeteó con fuerza, sintiendo los pómulos ardiendo y los ojos llorosos.
- ¡Esta puta me ha mordido la polla, se va a enterar!
Se intercambió por quien le estaba dando por el culo y se lo empezó a taladrar sin piedad.
- ¡Toma puta, toma! Te voy a destrozar el culo.
A pesar de su práctica en el sexo anal le estaba resultando doloroso en aquella ocasión. Quien le follaba la boca se corrió, sintiendo el semen bajando por su garganta y haciéndole toser ligeramente, lo que provocó las burlas de los hombres. Otro hombre ocupó rápidamente su sitio y también el que le follaba se corrió dentro de su vagina, se sintió sucia, con el semen viscoso resbalándole por el muslo. Un nuevo hombre pasó a follarle y otros esperaban su turno y se pajeaban, algunos no aguantaban y se corrían sobre sus tetas, que estaban ya llenas de semen. Cada vez había más curiosos que jaleaban a los afortunados que gozaban de su cuerpo.
Para su sorpresa vio a su madre en idéntica situación a la suya, con cara de resignación, el pelo revuelto y desmadejada. La miraba y cuando tenía la boca sin una polla le decía. No quería tener un lio con nadie aparte de su sobrino y ahí estaba siendo follada por varios a la vez y otros esperando turno.
- Aguanta hija, que somos mujeres, sé fuerte ugnn.
Extrañamente ver a su madre siendo violada de manera múltiple le excitó y obtuvo un gran orgasmo.
- ¡Mirad a las dos calientapollas!
- ¡Eso buscaban!
- ¡Se lo merecen!
- ¡Y el cornudo de su marido el único que no se ha enterado! jaja
- ¡Las tiene en casa y no se las follará! Jaja
- ¡Llamadle, que vea cómo se hace!
- ¡Qué culo tiene la madre!
Alicia sintió que se corrían dentro de su culo y en ese momento despertó sudorosa, con la sábana pegada a su cuerpo desnudo, dormía así en verano. Estaba un poco aturdida y despistada, observó la hora y era todavía muy pronto. Instintivamente se llevó la mano al chocho y estaba humedecido, aprovechó para masturbarse otra vez pensando en su primo y más relajada se dio media vuelta y se volvió a dormir.
Se despertó cerca de las diez, se incorporó y se puso una bata fina para no salir en pelotas al pasillo. Fue al baño y se abrió la bata para orinar, sonrió recordando lo mucho que a su primo le gustaba verlas orinar, suspiró y se fue a desayunar.
- Buenos días, ya es hora dormilona.
- Hola mamá – Dijo dándole un beso en la mejilla – son vacaciones. – Dijo mientras le palmeaba el culo.
- Ya. Bueno, tu padre se ha ido a esa reunión urgente en la empresa.
- Ah bien.
Con total naturalidad se quitó la bata ante la mirada complaciente de su madre.
- Estoy más cómoda así.
- Ya, y te gusta exhibirte y provocar.
- Jijiji.
Marta sonrió cómplice y se quitó el kimono, quedándose con un sugerente camisón de verano muy corto y con tirantes.
- Qué guapa estás mamá.
- Anda desayuna.
- ¿Tampoco te folló ayer?
- No, con la excusa de que madrugaba hoy y el otro día que estaba cansado del viaje.
- Cuando acabe de desayunar iré a por el consolador.
- Bueno, primero hay que ordenar y limpiar un poco. Ayúdame y estando así me harás más agradable la faena.
- Jiji.
Mientras su madre fregaba los cacharros del desayuno, Alicia fue por detrás y le deslizó los tirantes del camisón, la besó y le sobó el culo, buscando a continuación la entrada de la vagina. Marta le correspondió girándose y agarrándole el culo a dos manos y luego las tetas, sin dejar de besarla.
- Sigamos con la labor y luego tranquilas disfrutamos.
- Verte así me ayudará a hacerlo jiji.
Mientras hacían la tarea le dijo Alicia.
- Cuida no te vean los vecinos de enfrente jiji.
- Ni a ti, que ya no estamos de vacaciones en la playa.
- ¿Sabes que ayer soñé con los del chiringuito?
- Je, no te los quites de en medio ni estando aquí.
Alicia le narró el sueño y su madre frunció el ceño mientras sonreía.
- Vaya mente calenturienta tienes hija. Qué cosas sueñas. Una pena que no apareciera para ayudarte.
- Jiji, pues espera, que sí que aparecías y te violaban igual que a mí, pero me dabas ánimo cuando no te tenías una polla en la boca, que somos mujeres y hay que aguantar me decías.
- ¿Eso te decía? Pero quién puede soñar que violan a su madre.
- Pues yo, y además verte así me excitaba al final jiji, empecé a tener un orgasmo entonces.
- Ay hija, mira que aún me puedes sorprender.
- Oye, que vosotros pedisteis ver cómo me daba por el culo Toni, el del bar.
- Ya recuerdo.
- ¿Y no te excitó?
- Me masturbé junto a Carla pero no te estaban violando.
- Jiji.
De esta guisa completaron la limpieza del hogar, entre juegos, risas y tocamientos. Menos divertido era lo que estaba pasando en la empresa familiar. Los dos hermanos de Antonio estaban enfadados.
- Realmente no sé cómo has llegado a ese punto.
- Hemos confiado en ti y nos has decepcionado. Lo jodido es que eres nuestro hermano y te tenemos que aguantar, otro ya estaría en la calle.
- Que le pongas los cuernos a tu mujer es asunto entre vosotros dos, pero que lo hagas con dinero de la empresa nos concierne.
No se lo decían pero ninguno de los dos entendía que con semejante belleza en casa lo buscara fuera. En su fuero interno le tenían algo de envidia por eso, sus mujeres eran normales en cuanto a físico. Antonio estaba cabizbajo pensando en cómo salir de esa.
- Repondré el dinero.
- Eso dalo por hecho, aunque tantos años es difícil de cuantificar. No solo has robado para gastarlo en putas. Hay bastantes gastos sin justificar.
- Que esto transcendiera daría mala publicidad a la empresa, los dos hemos pensado en una solución.
- Debo asumir lo hecho y se lo diré a mi mujer.
- Tu mujer no es nada tonta y acabaría sabiéndolo y sería peor.
- La primera medida es que se te descontará del sueldo mensualmente una parte para reponer poco a poco el dinero.
- La segunda es que vas a dejar de ser el representante comercial, obviamente, desempeñarás funciones aquí y bajo nuestra supervisión.
- La tercera es opcional en caso de que tu mujer te deje, y es despedirla con una buena indemnización y carta de recomendación, para evitar el que estéis juntos en el trabajo.
- De acuerdo a todo.
- Tampoco te queda otra, hermano, te damos esta oportunidad solo por eso, recuerda. A la siguiente no será así.
En casa, sus dos mujeres, como las llamaba, estaban disfrutando de sus coños mutuamente y Alicia había pasado a perforárselo de nuevo con el consolador, con Marta despatarrada.
- Ponte a cuatro patas mamá.
Alicia le acarició el culo y le lamió el ano.
- Ay hija.
- Si te encanta, tienes el culo más bonito del mundo y es imposible no querer follarlo. Con Manu bien que disfrutas.
- Ay, a ver cuando le vemos.
- Sí.
- Aaah.
Cuando se cansó de perforarlo, volteó a su madre y la besó con pasión, mientras las dos recorrían sus cuerpos con las manos. Un ruido les sacó de aquel momento pasional.
- Para hija, que tu padre ya ha vuelto. – Dijo sobresaltada.
- Tenemos la ropa tirada en la cocina.
- Dile que me he ido a dar una ducha y que hemos estado limpiando, que es verdad. – Dijo Marta incorporándose y yendo al baño, que estaba en la puerta de al lado del pasillo.
- Sí, pero me voy a poner algo encima jiji.
Salió al pasillo vigilando que no le viera su padre en pelotas, la puerta de su cuarto estaba frente al baño y llegó rápidamente, contoneando sus encantos.
- Marta, Alicia, ¿no hay nadie en casa?
Alicia se colocó un pantalón corto y una camiseta de tirantes, de andar por casa, se atusó un poco el pelo y procuró salir con naturalidad. Una vez pasado el susto le estaba empezando a parecer divertida la situación. Vio a su padre sentado en el sofá del salón viendo la televisión.
- Ah, hija, estás en casa, ¿y tu madre?
- Hola papá, hemos estado de limpieza y se está duchando.
- Ah, muy bien.
- ¿Qué tal la reunión?
- Luego os cuento.
Encontró a su padre algo más serio que de costumbre, pero como lo era de por sí, no le dio más importancia. Sí advirtió un gesto de preocupación en su cara. Fue a la cocina y recogió el kimono y la bata, a continuación fue a arreglar la colcha de la cama de matrimonio del dormitorio de sus padres. Con todo controlado se tumbó en la cama de su cuarto esperando a que saliera su madre del baño. Oyó que salía y fue a tranquilizarla mientras entraban al dormitorio y volvía l puerta.
- Tranquila mamá, todo controlado, tu kimono está donde lo guardas.
- Gracias hija.
- Jiji, casi nos pilla, qué cara hubiera puesto.
- Le hubiera tenido que decir lo insatisfecha que me tiene. – Mientras se despojaba del albornoz quedando desnuda.
- Qué guapa estás recién duchada.
- Ay hija. Bueno, me acabo de vestir y me seco el pelo.
- Está viendo la tele y yo creo que anda preocupado por algo.
- ¿De la reunión? – Girándose ya en la puerta.
- No me ha dicho nada.
La comida trascurrió bastante silenciosa y Antonio aprovechó que Alicia se fue a su cuarto después de comer para explicar lo sucedido en la reunión a su mujer.
- ¡Qué has hecho qué! ¡Y todos estos años! ¡No tienes vergüenza!
Los gritos de su madre sobresaltaron a Alicia, su madre casi nunca gritaba, tenía un tono agradable de voz. Antonio estaba cabizbajo.
- Te vuelvo a pedir perdón. Yooo… me dejé llevar, os sigo queriendo a las dos.
- Pero aprovechabas cada viaje para golfear, mientras a mi me ponías excusas para follar, es increíble.
- Lo siento, he sido totalmente estúpido.
- Sabía que nuestro matrimonio no pasaba su mejor momento pero te seguí teniendo cariño hasta ahora, nunca pensé que esta fuera la razón. Y además robando en la empresa, menudo panorama, suerte que no te hayan despedido.
- Sí.
- Por lo pronto esto es un shock para mí, estoy aturdida, prefiero que te vayas de casa y empecemos a pensar en el divorcio y rehacer nuestras vidas, esto no tiene solución. A saber cuándo pensabas arrepentirte si no te descubren.
- A propósito de lo que has dicho, mis hermanos te proponen que si me dejas te despedirían a cambio de una indemnización y una carta de recomendación.
- Eso además…
- Sería incómodo vernos cada día.
- Pero tu les robas y te mantienen.
- Son mis hermanos a fin de cuentas.
- Déjame, quiero estar sola.
- Iré a por mis cosas y buscaré un hotel. Voy a despedirme de Alicia.
Alicia escuchó a su padre con algo de pena, siempre le había tratado bien como padre, aunque algo frío a veces.
- Bueno hija, creo que has oído todo o casi todo. Quiero que sepas lo mucho que te quiero, y a tu madre también, a pesar de todo, he cometido un terrible error y nos vamos a separar, pero cuenta conmigo para lo que quieras. Como padre he de decirte que robé dinero en la empresa y fui infiel a tu madre, debo decírtelo yo. En fin.
Le dio un abrazo y un beso en la mejilla mientras le acariciaba el pelo, Alicia le devolvió el beso y lo vio salir. Vaya día de emociones, pensó, y aun le quedaba ver a Luis a las 6. No pensaba cancelar la cita pero tampoco contarle nada. Lo de sus padres se podía ver venir en cierto modo pero se había precipitado. Se tumbó pensativa en la cama y cerró los ojos. Se había dado una ducha antes de comer y fue al baño a arreglarse. Su madre seguía en el salón sentada, con los ojos de haber llorado.
- ¿Cómo estás? ¿Mejor? – Dándole un fuerte abrazo.
- Sí, gracias hija.
- Qué fuerte.
- Pues sí.
- Yo veía venir que os podíais separar. - Mientras se sentaba a su lado y le ponía una mano en la rodilla. – Pero esto es alucinante, con razón no te follaba, venía seco.
- No solo es eso, pero sí.
- Ya.
- Desde luego ahora no tengo el menor arrepentimiento de lo que he hecho con vosotros tres, he disfrutado mucho con personas que me quieren y a las que quiero. Tampoco es que lo haya tenido, casi que me empujó él con su dejadez.
- Desde luego, no te preocupes por eso.
- Te querrás quedar conmigo ¿verdad?
- Ni se pregunta, no hay mejor mamá… ni amante. – Aquello hizo sonreír a Marta por primera vez después de hablar con Antonio.
- Eres estupenda.
- Tú sí que lo eres. Por cierto, había quedado con Luis, ¿no te importa que vaya?
- Claro que no, ve y pásalo bien, no debe condicionarte esto.
- Por si querías estar acompañada.
- Estoy bien.
Alicia se marchó más tranquila y a la vez contenta de reencontrarse con Luis. A pesar de todos sus amantes era a él y a su primo los únicos a los que follaba además con amor. Llevaba un traje beige estampado con la falda con algo de vuelo por encima de las rodillas. Nuevamente era objeto de miradas, había decidido ir a pie, el parque estaba cerca de su casa. Llegó y buscó a Luis con la mirada, Luis había llegado con tiempo y estaba sentado en un banco. Varias veces al ver de lejos a una chica rubia se había levantado por si era ella, ahora estaba seguro de que sí lo era y feliz se levantó sonriente para ir a su encuentro. Tenía ganas de correr y abrazarla pero se contuvo. Incluso de llevarla detrás de un arbusto y follarla ahí mismo, sin importar ser un sitio público.
- ¡Hola Alicia! – Saludándole con el brazo a una distancia prudencial.
- Hey Luis. – Le respondió con su mejor sonrisa.
Se abrazaron y se dieron un dulce beso contenido.
- ¿Qué quieres hacer?
- Vamos a dar un paseo.
- ¿Todo bien?
- Sí.
- Se está nublando, a lo mejor llueve.
- Puede.
La tarde se estaba empezando a poner pasada y amenazaba tormenta, Alicia sonrió y recordó la tormenta en el pueblo mientras follaba en la caseta del huerto. Le cogió de la mano y empezó a contarle parte de sus vacaciones y lo bien que estaba la playa.
- ¿Y a tu madre le cuentas todo esto?
- Sí, no hay secretos entre nosotras, le cuento toda mi actividad sexual, me gusta hablar con mi mamá.
- Que bien.
- Sí sí.
Siguió contándole la aventura de ir o pasar al lado del chiringuito.
- Qué gentuza los del chiringuito. – Observó Luis.
- Sí, pues fíjate que hasta he tenido este noche una pesadilla con ellos.
- ¿Cómo?
- Soñé que me violaban en el chiringuito jiji, por todos los sitios. – Alicia obviamente eludió el que su madre era también violada y que hasta se había excitado viéndolo.
- Joder, qué sueños tienes.
- ¿Y tú? Jiji
- ¿Yo?
- ¡Pero si me dijiste que habías soñado que me violaban en clase! ¡Y tú otro día también me violabas! Jiji.
- Bueno… sí.
- Si lo sueñas tú te parece normal ¿eh? Si hasta sueñas con mi mamá. – Luis se puso colorado. – A lo mejor la violas también y todo.
- No.
- Pero te gustaría eh pillín, jiji, como a mi.
- Sinceramente sí, pero sólo como fantasía. – Alicia le había puesto en bandeja aquella confesión que quería hacerle.
- Te entiendo, es muy guapa mi mamá.
- Una pregunta, ya que estamos. En los sueños se me aparece un chochito de tu madre sin nada de pelo, casi como una niña. ¿Es así? – Dijo venciendo la timidez y sorprendiendo un poco a Alicia, lo había descrito como su primo Manuel.
- Sí, es así, yo se lo he visto cuando nos probamos ropa o entro si está en el baño.
- Ah. – Luis sintió un escalofrío en su polla.
- Vamos a sentarnos en el banco.
- Vale.
- Pero lo he pasado bien estas vacaciones, ¿y tú? Aún no me has contado nada.
Luis se sentía como en una nube cuando estaba con Alicia. Le contó su encuentro con la Bea y su intención de irse a Londres.
- Jiji, te gusta follar duro. A la Bea seguro que pronto se la follarán donde vaya jiji.
- Sí. – Luis se armó de valor a pesar de su confianza con Alicia y siguió. - ¿Sabes? Tengo una fantasía contigo que es fingir una violación, espero que no te moleste.
- No, no te preocupes, ya me contaste aquel sueño donde me violabas – Luis se puso algo rojo – jiji, no te apures, lo haremos pronto.
- Gracias.
- De nada, a mi también me excita.
- Ah.
- ¿Qué crees? Las mujeres tenemos también nuestras fantasías.
- Claro.
- Y tú eres un encanto y estaré encantada de satisfacerte. Por cierto, mañana he quedado con un chico en la piscina.
- Sin problema.
- Voy a quedar con menos ahora que volvemos a estar juntos. – Se acordó de su primo Manuel.
Luis siguió contándole su encuentro con Andrea y que quería follarse a su amiga también.
- Muy bien, es bonito desvirgar a alguien. Yo lo hice con un chico estas vacaciones, se fue más contento… Seguro que hiciste feliz a esa chica.
- Ahora estoy preparando el desvirgarle el culo.
- Jiji. ¿Por qué no les propones un trío?
- Andrea es demasiado tímida, pero estaría bien jeje.
- Quizá más adelante.
- A ver. Tuve otro sueño contigo el otro día. Estabas en clase mamándoles la polla a los chicos.
- Jiji, como cuando me violaba el viejo ese de profesor.
- Aquí no decías nada, pero llegaba yo y decía que eras mi novia y los demás me dejaban que me la chuparas a mí.
- Vaya, como si fuera un bukkake o un gangbang.
- Yo te llamaba puta por estar con esos y me corría en tu cara.
- Jiji, lo de correrse ahí ya lo has hecho.
- ¿Sabes? Cuando te he visto he sentido un deseo de follarte ahí mismo.
- Jiji, ¿y por qué no lo has hecho?
Alicia recordó su exhibicionismo en las vacaciones y cómo había follado varias veces en sitios públicos. Con su pregunta provocó que Luis se pusiera rojo.
- Bueno, aquí…
- Me dices eso y te pones rojo cuando te respondo, anda que… - Alicia se le quedó mirando fijamente con una sonrisa pícara.
- Tienes razón.
- ¿Sabes? Estas vacaciones follé de noche en un parque, resulta excitante estar en un sitio público y que te pueden ver.
- Sí.
- Además ahí si me descubrieran no me conocen y me voy en unos días… jijiji.
- ¿De noche? – Mientras le ponía la mano en el muslo.
- Sí.
- Y de día en una cala apartada.
- Que bien.
- Una noche quedamos y follamos en el parque.
- ¡Ah! – Dijo sorprendido.
- ¿No te gustaría? ¿O no te atreves? Jiji. – Alicia pensó en cómo la engendraron en un parque.
- No, no, claro que me gustaría.
- Así me gusta – dijo sonriente – me encanta sentir el frescor de la noche en la piel desnuda.
Ese comentario hizo sentir otro escalofrío en la polla de Luis. No pudo evitar mirarle el sugerente escote del vestido, Alicia se percató y sonrió con dulzura. El cielo estaba cada vez más oscuro y había gente que se había marchado ante la amenaza de tormenta.
- Vamos. – Dijo Alicia sonriendo pícara y cogiéndole de la mano.
Le llevó tirándole de la mano a través del césped, con Luis expectante e ilusionado. Le llevó hasta bajo un gran roble, rodeado de setos y otras plantas. Se sentaron apoyándose en el tronco y Alicia le buscó rápidamente el botón y la bragueta, empezando a pajearle, rápidamente agachó la cabeza y se la empezó a chupar. Luis estaba de nuevo en la gloria y ni le importaba que les pillaran, le bajó los tirantes del vestido y las dos tetas se le quedaron al aire colgando y bamboleándose al ritmo de la mamada. Luis le acariciaba el pelo y las tetas y bajaba la mano a la entrepierna de Alicia bajo la falda, notándola humedecida y siguiendo por buscarle la entrada de la vagina bajo el tanga.
- ¿Conocías este sitio?
- Umm. – Alicia asintió a la pregunta de Luis sin dejar de mamarle la polla.
- Lo tenías planeado.
- No, te aseguro que no. – Incorporándose con las tetas al aire y la falda subida, a ella en ese momento tampoco le importaba ser vista. – Solo que lo vi al pasar el otro día y pensé que era un buen sitio para un momento dado jiji.
- Sí que lo es, sí.
Luis se puso de rodillas y colocó a Alicia a cuatro patas, le levantó la falda y le amasó las tetas, la besó y le bajó el tanga hasta las rodillas. Le introdujo la polla de un golpe, saciando su deseo de esos días de volverla a follar, lo hizo con fuerza y dada su excitación y la mamada previa en pocas embestidas derramó una abundante cantidad se semen en el interior de Alicia, que sintió el calor que llenaba sus entrañas. Quedándose los dos por unos momentos paralizados y satisfechos, había empezado a caer unos gruesos gotarrones sin que casi se dieran cuenta y en un momento caía una fuerte tormenta de verano. Luis observó el pelo mojado de Alicia, la piel mojada y el vestido empapado pegado a las voluptuosas formas de su cuerpo y le pareció sumamente excitante.
- Joder, que buena estás así mojada.
- Ya lo sé, pero vamos a coger un resfriado.
Luis se abrochó la bermuda y Alicia se subió el tanga y se arregló el vestido, salieron corriendo buscando un sitio para protegerse de la lluvia. Cruzaron el parque y se pusieron bajo una marquesina del autobús. Alicia miraba a Luis y le sonreía dulce y satisfecha.